sábado, 19 de noviembre de 2016

Un último, desesperado y loable esfuerzo



Es curioso que haya encontrado algunos aspectos positivos en una película de Michael Moore, aunque pocos, y que haya sido en un extraño artefacto que en realidad ni siquiera es una película, sino una especie de monólogo extralargo que el creador de BOWLING FOR COLUMBINE filmó en un teatro de Wilmington, una pequeña ciudad de Ohio que pasa por ser el sitio donde la candidatura de Donald Trump sacó más diferencia de votos (el cuádruple) a la de Hillary Clinton. Moore (que, digámoslo, cada vez parece más una señora) insiste en su tono sarcástico y panfletario y se enfrenta en solitario a una audiencia que dudo mucho que pagara por verlo, pero eso nunca lo sabremos, y menos rodeado de fotografías de la señora Clinton, mientras señala que en el gallinero está representada la etnia latinoamericana, a los que coloca un muro de atrezzo, y unos musulmanes, convenientemente vigilados por un dron... Es un monólogo, y Moore lo modula para llegar al interior de una audiencia netamente conservadora mediante el recordatorio de que la precariedad sanitaria produjo un millón de muertes y hacerles ver que, aunque su opción era Sanders, Hillary bien merecería un voto de confianza ante un megalómano, misógino y enloquecido magnate ávido del poder absoluto. El resultado es tan insólito que justifica su elocuente título, y MICHAEL MOORE IN TRUMPLAND reconforta a los ingenuos de corazón, pero tras las elecciones es un patetista soplo de gamberrismo low cost y un esfuerzo que sería en vano. Pero quién iba a imaginarlo ¿verdad?...
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Pero usted no dijo que no se había interesado por el asunto?. Viendo esto ya se ha interesado más que el 90% de nuestros compatriotas!. Cómo le gusta mentir en mi blog...

dvd dijo...

Ha dado usted en el clavo...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!