miércoles, 24 de agosto de 2011

El cuerno de la abundancia desprovisto de sentido



No me extraña que Steven Soderbergh se quiera retirar del negocio; será lo que ustedes quieran (en mi caso, jamás santo de mi devoción), pero tonto no es el muchacho. Corriendo estos tiempos tan difíciles, Soderbergh ha entendido que las fórmulas se agotan, que no basta con el reciclaje y es necesario, para un director de más de veinte años de carrera, jugar al despiste y saltar por sobre los géneros de la forma más personal posible. En este sentido, THE INFORMANT! no es tanto una película de Soderbergh por todo esto, sino por los síntomas que despeja si atendemos cuidadosamente a su cáscara formal. Personalmente me da igual esa motivación tan norteamericana de "desvelar la verdad", y creo que a Soderbergh también; esto no es EL DILEMA o LA TAPADERA. No veremos a los malos corriendo detrás de los buenos para que éstos no derramen toda la información que han logrado obtener; en lugar de esa estampa tan cinematográfica, los "malos" se encogen de hombros porque tampoco ellos consiguen entender a un tipo que aparentemente nos está diciendo la verdad, pero que después se descubre que no es así, y liando aún más el asunto, no sólo es que se ponga en solfa toda una filosofía de vida, la que nos ha llevado directamente a la crisis económica que ahora padecemos (el arribismo salvaje), sino que apenas entendemos qué diablos quiere ese tipo de aspecto banal (un Matt Damon irreconocible), puesto que no busca un reconocimiento inmediato, ni hacer un uso ostentoso de la fortuna que ¿involuntariamente? logra amasar a costa del surrealista desplume al que somete a la empresa que no ha cesado de ascenderle primero y que luego se ha vuelto en su contra. Complicado ¿verdad? Por suerte, Soderbergh, que siempre ha sido mejor guionista que director, repara del embrollo en el que nos ha metido y nos ofrece los mejores minutos de este sudoku cinéfilo ya muy al final, con un Matt Damon magnífico y un personaje lastimero que ha enloquecido creyéndose su propia mentira y que es incapaz de calibrar todo el revuelo que ha desatado y de ver los límites del mismo. Un personaje desquiciado y con más sombras que luces, lo que termina por emborronarnos las propias querencias del film y su director, puede que preparando de una vez por todas su dulce retiro por incapacidad empática. Veremos.
Saludos chivados.

3 comentarios:

Luis Cifer dijo...

uufff a mí este tipo no me gusta nada, lo veo muy muy sobrevalorado, la verdad. Esta peli no me llama nada, paso de verla.

dvd dijo...

No te pierdes nada, amigo...

Möbius el Crononauta dijo...

Tengo cierta curiosidad, pero ciertamente no es una prioridad.

Saludos

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!