viernes, 30 de agosto de 2024

Perdón por vivir


 

No siempre es fácil narrar el vacío, sea emocional, vital o puramente narrativo (valga la redundancia), so pena de imitar modos, costumbres y tics que impiden hacer avanzar lo que, paradójicamente, habría de ser inmóvil. Hay un cine de la quietud, el ensimismamiento, que aprovecha la perplejidad de unos personajes revertidos a la condición de estatuas, cuando no directamente bustos. En esta corriente, partiríamos desde la desecación formal de Roy Andersson, hasta las casas de muñecas, recargadas y agotadoras, de Wes Anderson; pero, de un tiempo a esta parte, hay una larga nómina de directores adscritos a la independencia más insobornable, que han convertido la economía de medios en seña de identidad, y curiosamente han abrazado esa carestía productiva para erigir su propio discurso. SOMETIMES I THINK ABOUT DYING es un gran ejemplo de todo esto, al contar con una estrella en ciernes, Daisy Ridley, y enclavarla en un rol decididamente pétreo, prácticamente inexpresivo, como si un apéndice del propio Hollywood hubiese sido trasplantado a un trozo de cotidianidad y no supiese muy bien qué hacer ni cómo actuar. A lo mejor me estoy excediendo al interpretar un film modesto y agazapado, como su personaje principal, una joven que pasa sus días en una fría ciudad portuaria, entre un monótono trabajo y una vida repetitiva y solitaria. Su única expectativa consiste en imaginar cómo sería morir, estar muerta, como si su vida sólo tuviese ese propósito. Entonces conoce a un hombre que se acaba de incorporar a su oficina, y su vida podría cambiar, o quizás se dé cuenta de que le es imposible encajar en una vida normal, porque su vida consiste en no encajar. 
Sin términos medios, se trata de una película que irritará a quien no la entienda y entusiasmará a quienes se mantengan alerta ante las historias que desbordan los márgenes. Personalmente, es un buen ejemplo para una posible deriva del cine de bajo presupuesto, exprimiendo cada una de sus posibilidades.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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