viernes, 5 de julio de 2024

¿Muerto el perro?


 

Hay una disyuntiva insalvable, descolocante, en mi opinión irritante, en los seis episodios que Andrew Jarecki, puede que empujado por las circunstancias, ha organizado para esta ¿segunda temporada? (supongo que ya definitiva) de THE JINX. A quienes se quedaron totalmente patidifusos con el hito que fue el original, fuente e iniciador y cima insuperable de los hoy día tan en boga true crimes, les podría cuadrar una continuación aún más sorprendente que aquella que incriminaba, después de tres décadas, al millonario Robert Durst, y sobre todo con ese final ya mítico, en el que los astros se emparejaron en una sintonía jamás vista. El dilema aquí es atribuible, sin embargo, al propio Jarecki, que nos promete una "segunda gran revelación" a través de los testimonios de Durst y sus allegados, que nos harían pensar en una red de mentiras desembocante en un gigantesco complot. Lamentablemente, y por mucho que nos sea imposible sustraernos a la cualidad documental, la disposición de "la trama" es más efectista que efectiva, y finalmente se asemeja mucho más a las innumerables copias que circulan por las inefables plataformas que a la valentía, llegando a la inconsciencia, de la serie original. Cierto es que las circunstancias obligaban a un espacio temporal tan dilatado, pero aun así creo que el material carece de la fuerza que deberíamos presuponer a un título tan esperado como éste.
Sé que es de perogrullo, pero sólo lo recomendaría a quienes no hayan seguido la actualidad del caso y del juicio. Supongo que me entenderán...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!