sábado, 13 de julio de 2024

Mínimo guiñol


 

No seré de los que le emocionaba la idea de ver ampliada la saga/franquicia de los Shyamalan, por lo que el sorpresivo anuncio del estreno de THE WATCHERS, primer largo de la vástaga Ishana, venía acompañado de un "meh" de franca indiferencia. Y, a ver, THE WATCHERS no es un desastre, no es una ida de olla, ni una segura factoría de memes. Pero tampoco es la gran cosa, y por los motivos más mundanos que podamos imaginar. Al igual que M. Night, su padre, la construcción de una premisa inquietante es impecable, manteniendo el interés durante gran parte del metraje; una vez descubierto el invento, claro, nos encontramos ante un film rutinario, que repite fórmulas y clichés desvergonzadamente, lo que muestra una falta total de ambición creadora. Con lo que se tarda en llegar al motivo principal (un búnker en mitad de un bosque, donde cuatro personas reciben la visita nocturna de unos seres, a los que no pueden ver por un cristal que hace efecto espejo), es sorprendente que la historia continúe por un sitio que nos han mostrado cientos de veces, en lugar de incidir en la extrañeza de dicha situación argumental. Les diría que no querría arruinarles con un spoiler innecesario, pero es que ni siquiera hace falta; tan sólo les diré que hay que ser muy torpe para que el clímax de tu película sea lo más aburrido con diferencia. 
Sólo la recomendaría a incondicionales de aquel Shyamalan que solía ser, o a gente que no piense mucho pero realmente piensa que sí lo hace...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!