viernes, 19 de abril de 2019

Contra la tradición



CARMEN Y LOLA es, por encima de cualquier otra consideración, una hermosa, preciosa historia de amor. Ni más ni menos importante que otra historia de amor, por lo que quien vea algo raro en dos chicas que se enamoran y quieren estar juntas es que debe tener algo raro, pero en la cabeza. Claro que el film riza el rizo, ya que las dos chicas son de etnia gitana, una cultura magnífica para multitud de cosas, pero poco acostumbrada a celebrar la libertad individual de las mujeres. Y la verdad es que hay muy poco más en esta película que no hiere tanto como debería, ni es tan rompedora como podríamos presumir. En realidad es una rareza porque es la ópera prima de una mujer entrada en la cincuentena, aunque afortunadamente cada vez aparecen más mujeres en tareas de dirección, que también es otro asunto que debería normalizarse cuanto antes. Y luego está la película, y ahí anoto mentalmente las directrices que rigen a cualquier otra obra cinematográfica, pero a CARMEN Y LOLA le faltan muchísimas cosas para ser una gran película, por mucho que la Academia buscase su propio lustre nominándola en los Goya. Es un film correctamente realizado, con evidentes problemas en la dirección de actores (el sempiterno dilema de confundir naturalidad con artificio) y al que se le quedan demasiados asuntos pendientes. Hubiese dado para un corto maravilloso, porque el tema que toca es necesario que se haga visible, pero se queda en un trabajo correcto aunque convencional, lo que no deja de ser curioso por lo poco convencional de su historia.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!