lunes, 5 de marzo de 2018

Manual de lucha y libertad #14



Mucho antes de que la teleficción conociera su actual época dorada, Basilio Martín Patino se sacó de la manga un experimento tan inclasificable como brillante, un telefilm-crisol, en el que se mezclan ficción, realidad, actualidad, reflexión filosófica, acción poética, criminología y crítica de arte. Una barbaridad, incomprendida y ninguneada aquí (no cabía esperar menos), pero que obtuvo un reconocimiento internacional plasmado con el primer premio en el Festival de Televisión de Cannes, que también existe. LA SEDUCCIÓN DEL CAOS partía de la figura de Hugo Escribano, un camaleónico Adolfo Marsillach, un intelectual controvertido, que es acusado del asesinato de un colega suyo y su amante, que no es otra que su propia esposa. Pero quedarse en la excusa criminal sería rascar sólo la superficie de este ejercicio intencional y decididamente crítico. Escribano le sirve a Patino para erigir todo un desafío a las convenciones, y el rsultado es un desenmascaramiento literal de la España pacata y pagadora, y que encaja como un guante con las demenciales cifras pagadas por unas obras de arte cuyo valor real queda inmediatamente desvirtuado. Un film extraño, desubicado, pero igualmente estimulante, y por cuyo anticipador metraje pasaron celebridades como Íñigo, Fanny Rubio, Lidia de Miguel, Sisa (encarnado en Ricardo Solfa) y hasta la mismísima Manuela Carmena haciendo de ella misma, esto es de jueza, mucho antes de convertirse en alcaldesa.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!