jueves, 1 de junio de 2017

X, de incógnita



A punto de cumplir dos décadas de su estreno, me he acordado recientemente de una película que sólo había logrado ver a trozos sueltos, y que por lo tanto no reconocía haber visto aún, pese a si incuestionable popularidad. Resuelto el problema, me quedan muchas incógnitas tras ver, al fin entera, AMERICAN HISTORY X. No son casuales, pues sólo hay que indagar un poco en su convulso proceso de rodaje y posterior montaje, completamente repudiado por su director, para darse cuenta de que no todo el monte es orégano. Intuyo que Kaye, tiene su parte de razón, pero la mayor parte del film exuda un sospechoso aroma a videoclip destinado a impactar como sea, dejando de lado gran parte de la coherencia del guion y mostrando a Edward Norton con un exhibicionismo impúdico, y que este enorme actor no necesita. Aun así, hablamos de una película a la que el tiempo ha dado la razón, porque se deja de rodeos y va a reventar ese grano de pus que es el racismo en Norteamérica, con su vertiente más cruda: el neonazismo. He visto películas superiores sobre el mismo tema, pero pocas más descarnadas y directas, al menos mientras parece que el director británico sujetó las riendas y descargó un puñado de imágenes en B&W que parecen salidas de un cañonazo de expresionismo alemán, sin omitir detalles escabrosos y llamando las cosas por su nombre. Al cabo de estas dos décadas, AMERICAN HISTORY X es una de esas películas que han marcado un antes y un después en la vida de miles de espectadores, la mayoría no cinéfilos; por lo tanto, quizá una de esas "películas para desengancharse", por qué no, aunque no son menos los que se siguen preguntando cómo no le dieron el oscar aquel año a esa bestia parda llamada Edward Norton...
Un clásico contemporáneo con todas las letras.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Y con esta película aprendismo que la sodomía carcelaria es la mejor cura para el racismo.
No coincido. A mí me parece un telefilme y me da risa.
Me quedo con Romper Stomper.

dvd dijo...

Estoy de acuerdo en parte. Está hinchada de esteroides y el tiempo ha demostrado que se puede tratar el tema con mayor y mejor profundidad. O mejor dicho, pretende ser refinada y es tosca, como lo es un videoclip. Lo que yo le veo de positivo es que no se anda por las ramas y toca el nervio del racismo sin miramientos, que es algo que al estadounidense medio le suele costar una barbaridad hacer. Y ya digo, Kaye, que luego no ha hecho nada más, quería que en lugar de su nombre apareciera "Humpty Dumpty", y demandó repetidas veces a la New Line, hasta quedar en bancarrota.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!