viernes, 23 de junio de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #25



MARIO, MARIA E MARIO puede, debe ser considerada como una película de transición, menor si se quiere, en una filmografía vasta y repleta de momentos fulgurantes. De nuevo escrita junto a su hija Silvia, pretende amasar dos líneas narrativas difíciles de conciliar. Por un lado, la primera hora abarca prácticamente por entero la crisis del PCI, concentrada en mogollónicos mítines asamblearios que harían las delicias de Pablo Iglesias. Por otro, otra crisis, más íntima, la del matrimonio formado por Mario y Maria, que han sido felices hasta que la monotonía se les instaló en el comedor, justo frente a la tele. Otro Mario, amigo en común, comunista amistoso, intenta solazar a la pareja endosándoles un discurso pseudopoliticista que ahí le hubiese venido bien a Santiago Carrillo, pero cuyo efecto no es el esperado, ya que Maria cambia a un Mario por el otro... Y no le va bien a Scola tanto descosido y remendado, y menos prescindiendo de sus impagables golpes de humor socarrón y firmando un tibio panfletito que a lo mejor no era más que una carta despedida a aquel partido, quién sabe...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!