jueves, 29 de junio de 2017

Épica del émulo



Hace ya muchos años que vengo sosteniendo la idea de que uno de los films que más daño le han hecho al cine moderno es MULHOLLAND DRIVE, de David Lynch; no es que le tenga especial odio a la película, que me aburrió la primera vez que la vi, me entretuvo la segunda y sólo me empezó a gustar en un tercer visionado. No, el problema es otro, y es que Lynch tiene mucho talento, y no todo el mundo puede decir lo mismo, y fragmentar una historia, sumergirla en los pantanos de lo onírico, o emplear la desesperante técnica narrativa de "una historia dentro de una historia dentro de una historia...", si no se parte de un material plausible, seguramente desembocará en el más injustificable de los despropósitos y/o pedantería. Le ocurre, por ejemplo, a BOTTOM OF THE WORLD, segundo trabajo de Richard Sears, tras nada menos que veinte años sin estrenar nada. Se trata de una película que creo que toma el camino equivocado desde el primer instante, y que tras un arranque prometedor prefiere no mantener una estructura más o menos lineal y desparramarse por los cerros "mulhollandianos". Yo no entendí nada, y no porque te estén descubriendo la piedra filosofal, sino porque el metraje está repleto de situaciones inconexas, frases sin sentido, lugares comunes e interpretaciones limítrofes con lo penal. Con una excepción (que por eso no la pongo el Domingo), Jena Malone, una de esas actrices que merecerían mayor atención por parte de la industria y capaz de contener en su apariencia mundana tanto a la vecina de al lado como a una irresistible vampiresa. Lo único que puedo salvar de esta película a la que sólo puedo poner un calificativo: innecesaria.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!