lunes, 13 de noviembre de 2023

La fórmula infinita


 

Si algo funciona no hay que tocarlo, que como frase hecha está muy aparente y eso, pero que tomada al pie de la letra puede enmascarar medianías, revistiéndolas de eso tan manido de la eficacia. THE CHILDE es una película coreana que se pudo ver fuera de concurso en Sitges, y que cumple al dedillo con todos y cada uno de estos preceptos, haciendo esperar al espectador más avisado sobre alguna "variación genial", que efectivamente nunca se da. Esto se explica si conocemos a su autor, el irregular Park Hoon-jung; un director "total", dotado de un talento visual impresionante, pero al que le cuesta un mundo remontar unos guiones perezosamente ingeniosos. En su mejor película, NEW WORLD, esto era solventado gracias a una trama que funcionaba como un metrónomo, cosa que no ocurría, por ejemplo, en NOCHE EN EL PARAÍSO, con la que THE CHILDE comparte la dispersión de su motivo principal, para dar paso a un agotador carrusel de persecuciones, mamporros, disparos y, cómo no, peleas en minoría, desde ya la variante asiática por antonomasia. Y eso que empieza muy bien, retratando a su protagonista, un "copino", mestizo filipino, que malvive con peleas clandestinas de boxeo, esperando reunir dinero para operar a su madre enferma. Sin saber cómo, se ve envuelto en un turbio negocio que lo lleva hasta Corea del Sur, de donde se supone que es su padre, al que no ha visto nunca, pero no sospecha que en realidad se dirige a una trampa en la que él ha de ser la víctima. Sólo a chispazos logra el director y guionista construir un film original y sorpresivo, pero insisto en que sus dos horas de acción desenfrenada llegan a ser agotadoras por acumulación, y es un mal que el cine asiático arrastra conscientemente, porque supongo que su industria "así lo ve", y no de ninguna otra manera.
La he visto muchas veces antes.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!