martes, 31 de octubre de 2023

Lo que existe latente


 

MARIANNE (se puede afirmar que una de las mejores series [8 capítulos] de Netflix) revela la tan a menudo inquietante deriva a la que se ven arrastradas (sin que se sepa muy bien por qué) este tipo de producciones. Miniseries con (todo aparentemente) guion sólido, buenas interpretaciones, historia potente y los medios suficientes para no causar sonrojo noventero. El causante es Samuel Bodin, un señor al que habrá que tener estrechamente vigilado de aquí en adelante, porque se ha erigido, prácticamente de la nada, en un interesante renovador del género. En realidad, MARIANNE no es nada que no hayamos visto antes: Brujas, posesiones, historias ocultas, traumas infantiles, pueblos plegados sobre sí mismos y toda clase de truculencias; un poco a caballo entre el relato intergeneracional de IT y la excusa metaliteraria de, por ejemplo, EN LA BOCA DEL MIEDO. Lo que la hace destacar es, por un lado, su descacharrante sentido del humor, proveniente casi siempre de su sorprendente protagonista, Victoire Du Bois, que interpreta a una joven escritora que acaba de clausurar una exitosa saga, la que da nombre a la serie, aunque "alguien" no va a conformarse con "desaparecer" por las buenas, así que buscará la manera de que no se acabe... jamás. Ese sentido del humor, ya digo, está justificado por el escepticismo galopante de Emma, la escritora, que sin embargo descubrirá en primera persona todos los secretos que la inspiraron para escribir su obra y crear a Marianne, justo cuando vuelva al pequeño pueblo costero donde nació, y donde aún viven sus amigos. 
Perfectamente dosificada, tiene la dosis justa de horror (por momentos francamente escalofriante), humor surrealista y construcción atípica de personajes, desde el policía al cura, pasando por la villana de múltiples rostros.
No se la pierdan.
Saludos.

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