sábado, 2 de septiembre de 2023

De pereza y abismos


 

Más que no saber hacia dónde se dirige, el caso de RAYMOND & RAY es el de una película que pasea por un barrio que no es el suyo, pero con la falsa altanería de quien ofrece certezas indubitables. Le suele ocurrir al cine de Rodrigo García, capaz de tirar por la borda proyectos con los que otros directores más dotados no pueden más que soñar. Tener como pareja protagonista a Ethan Hawke y Ewan McGregor debería ser aval suficiente, pero hay algo tremendamente impostado en esta cansina dramedia sobre reencuentros a la sombra del padre muerto. La única gracia parece provenir de la naturaleza bastarda de dos hermanos que no lo son, y del hilo de vástagos, hasta entonces desconocidos, que aparecen en un funeral que más que troncal es un tronco en sí. No es una comedia, pero García se empeña en sembrar un puñado de chistes a cual peor; no es un drama, pero tenemos algunos momentos de pesada solemnidad, con sus correspondientes frases lapidarias y eso. Es decir, que la cotidianidad para este señor sólo puede concebirse desde lo extraordinario, de igual modo que ves venir las frases a lo lejos, de manual. Al menos no hay flashbacks, que ya habría sido el colmo, y eso la salva del descalabro absoluto, pero... ¿hacía falta volver a recrearse en el fantasma de Chet Baker?...
Sosa como un puchero australiano.
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!