martes, 4 de julio de 2023

Sabor de horror


 

XX es el ejemplo perfecto de cómo una buena idea puede devenir una gran decepción; o por qué las películas de episodios (y especialmente las de terror) deben nutrirse de algún tipo de cohesión sintáctica que amarre su sentido intrínseco. No ocurre así con este irregular collage, por mucho que se nos venda la temática femenina, que me parece apenas circunstancial, cuando no directamente impuesta, y por tanto impostada. Cuatro directoras y protagonistas para este ¿experimento?, que se abre con "The box", típico relato "poeiano", en el que un misterio irresoluble va conformando el cuerpo de la historia. Una mujer viaja en el metro junto a sus dos hijos, y uno de ellos observa el misterioso contenido de una caja de regalo, cambiando su semblante hasta el punto de dejar de comer por completo. Los padres, angustiados, ven la transformación de la otra hija, cuando su hermano le susurra lo que vio, y más tarde es el propio padre quien cae bajo el misterioso influjo, dejando a la madre en una soledad que no comprende. Ni ella ni nosotros, pues Jovanka Vuckovic (directora canadiense, curtida en multitud de cortos) pierde la gran oportunidad de cerrar un capítulo memorable, y el final, lejos de ser ambiguo, es directamente tramposo.




"The birthday party", por contra, más que un relato de horror es una ocurrente píldora de comedia negra, a la que sin embargo le ocurre lo mismo, un exceso de inconcreción para atar el gran cabo suelto que es su único eje narrativo. El gran acierto es la elección de su protagonista, Melanie Lynskey, perfecta como esa mujer de mediana edad de hoy en día, aburrida, resignada a una vida sin sobresaltos, que se levanta el día más importante de su hija, tan sólo para descubrir que su marido se ha suicidado, y que se le presenta un "gran dilema": arruinar la fiesta de cumpleaños o no... Dirige Annie Clark (líder del grupo Saint Vincent), y exceptuando algún gag eminentemente físico, rozando el cine mudo, tampoco contribuye a elevar el tono del film.






Curiosamente, y pese a ser el segmento más deliberadamente terrorífico, "Don't fall" es también el más rutinario y prescindible. Un clásico relato de horror, en el que un grupo de excursionistas llega a un apartado paraje montañoso, donde encuentran unos extraños petroglifos, que afectarán a una de ellos, y convirtiendo su noche en una noche que no olvidarán. Roxanne Benjamin (a la que conocía apenas por SOUTHBOUND, otra episódica que tal) dirige esta especie de desganado homenaje a Twilight Zone, con el único mérito en un maquillaje efectivo para lo que busca, pero con muy poco más en su predecible desarrollo.





Por último, "Her only living son", dirigida por Karyn Kusama, responsable por ejemplo de la estupenda THE INVITATION, es, sin inventar nada, el mejor corte y con mucha diferencia. Una especie de cruce entre LA PROFECÍA y LA SEMILLA DEL DIABLO, que es más brillante cuando no desvela gran cosa de su argumento, y se limita a presentarnos el angustioso día a día de una mujer (estupenda Christina Kirk), que vive con su hijo, aparentemente problemático, pero que despierta una extraña empatía a su alrededor. Es el día de su 18 cumpleaños, y una especie de secreto, largamente guardado, está a punto de aflorar. Sabremos lo que va a ocurrir, que quizá su padre, ausente desde su nacimiento, volverá para reclamarlo, porque en realidad le pertenece, y ella también lo sabe, aunque luchará contra cualquier cosa... Un relato de horror bien planteado, que hubiese necesitado un metraje más amplio para desarrollarse, pero que el talento visual de Kusama le otorga un puñado de momentos de gran inquietud. Al menos un buen cierre para un film bienintencionado pero fallido.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
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