lunes, 26 de febrero de 2018

Manual de lucha y libertad #13



MADRID, de 1987 (no confundir con el film de David Trueba), abundaba en la hibridación entre ficción y documental que Basilio Martín Patino manejaba como coartada a su alergia a las dramatizaciones innecesarias. Y de nuevo también el trasfondo de la Guerra Civil, la transición, la añoranza de la República en el Madrid de Tierno, ya fallecido; la Movida a retazos, las protestas de entonces, tan parecidas a las de ahora. Un fresco acaparador y agónico a la hora de engullir un presente, dejar constancia, casi premonitoriamente, de que la fiesta empezaba a tocar a su fin. El pretexto argumental es el rodaje de un documental sobre el medio siglo de la guerra para una cadena alemana, lo que permite conocer a Hans, que trabaja con un equipo español y que, a medida que se va impregnando del espíritu e idiosincrasia de la ciudad que filma, olvida el tono aséptico y neutral encargado por la cadena y cae rendido ante los poemas, las canciones y esa mezcla de dignidad, alegría y tristeza de la capital española. Luego está la enorme dificultad de naturalizar una ficción que termina resultando inane, y la pareja compuesta por Rüdiger Vogler y Verónica Forqué no desprende precisamente química, quedando como una anécdota más o menos interesante, y resonando mucho más las imágenes del trabajo mismo de documentación, filmación y montaje. Otra anécdota: el constane trasiego de personajes famosos a lo largo del film. Por allí aparecieron Antonio López, Javier Sádaba, Juan Barranco o diversos rostros de la ya agonizante Movida. Además, supuso el debut cinematográfico de la hoy ultratelevisiva Ana Duato, que en tres minutos de actuación le da tiempo a quedarse completamene desnuda y hablar un inglés deplorable... Cómo no...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!