lunes, 11 de agosto de 2014

De maestros artesanos



Sin ser un gran fan de esa "big tide" en la que se ha convertido el género, así llamado, "de zombis", reconozco que sus muchas particularidades me provocan una curiosidad que me ha llevado, como es lógico, a tragarme algunas producciones nauseabundas no sólo por el aspecto de sus entrañables protagonistas. No es el caso de un film cuya existencia no conocía (no se puede estar en todas partes) y al que llegué con una carambola que no pienso explicar aquí. Se trata del remake más oficial (o eso afirman los expertos) de NIGHT OF THE LIVING DEAD; tan oficial, que se llama exactamente igual, la historia es la misma y el guion corre a cargo del mismísimo pope George A. Romero ¿Que quién la dirigió? Pues nada menos que Tom Savini, mítico técnico de efectos especiales y maquillaje y rendido admirador del maestro Romero. Éste es su mejor trabajo como director (tampoco era difícil superarse en su caso), una puesta al día, de fidelidad geométrica, que termina siendo un gran homenaje a aquella pequeña película que cambió para siempre la manera de entender el cine de terror. Rodada en 1990 y en color, NIGHT OF THE LIVING DEAD funciona por varios motivos: los fans no pueden sustraerse al esplendoroso ejercicio de reconstrucción de Savini, éste es un trabajo hecho con seriedad, oficio y mala uva; el ritmo es frenético, y desde su impresionante arranque (sí, punto por punto), Savini sabe que no se trata de simples sustos, sino de exponer la fragilidad de ese pequeño grupo de supervivientes, recluidos en un espacio único y asediado; aunque el punto fuerte del film lo pone su final, imprevisible, inteligente y con un mensaje que cala hondo, porque al final uno no sabe cómo y qué es el mal verdadero, si una horda de seres sin mente ni conciencia... o nosotros mismos. La música (muy noventera) de Paul McCollough y la potente presencia de aquella scream queen atípica y pelirroja llamada Patricia Tallman, terminan de redondear un festín que es recomendable para cualquiera que quiera ver una buena película de zombis, y no otra papanatada de las que ahora se hacen como churros...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!