lunes, 27 de febrero de 2023

Tambores del barranco


 

Aquí estamos de nuevo, porque al fin y al cabo no nos hemos ido tan lejos. Y volvemos casi donde lo dejamos, en el repaso a Saura, y en el Saura más buñueliano, porque al maestro le dedicó PEPPERMINT FRAPPÉ. Hay mucho de Buñuel aquí, pero también de Azcona, con quien escribió el guion (y con Angelino Fons) de esta perversa fábula rodada en Cuenca, corolario de perversiones reprimidas, o de fantasías irrealizables. Yo prefiero ver la sombra del Hitchcock de VERTIGO, trasplantada a una ciudad de provincias asfixiante y decadente, por donde se mueve Julián (inmenso José Luis López Vázquez), personaje complejo e inquietante, que podríamos ubicar en un extraño híbrido de homosexualidad latente y fetichismo beato. Julián, sigiloso radiólogo, soltero, rodeado de altares y orden barroco, cuya petrificada vida da un vuelco cuando su amigo Pablo vuelve de África para anunciarle su boda, y más concretamente cuando ve a Elena, su prometida, que tiene un secreto y un enigma. Julián rememora los tambores de Calanda en semana santa, y jura que vio a esa imposible extranjera tocando el tambor, componiendo la estampa que a partir de entonces le martiriza ¿Pero y la semejanza con Ana, su empleada en la clínica? Elena es libre e incontenible, con la seguridad de quien llega de fuera; Ana es pacata y recatada, de falda a la rodilla. Julián comienza a abordar a Elena, mientras inicia una relación de soterrado sadismo con Ana, pero una última fiesta, con algunos peppermints helados, un tambor y una canción de Los Canarios, le dará una certeza imprevisible e insoportable. 
Me consta que hay gran parte de la crítica que insiste en que no ha envejecido bien, pero a mí me sigue pareciendo que está entre lo mejor de Saura, precisamente por lo bien que plasma ese mundo ocultado de aquellas provincias, aparentemente tranquilas, pero también siniestras.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!