jueves, 26 de enero de 2023

Gran guiñol


 

Que todas las películas son un engaño, es una obviedad. Otra cosa es cómo nos engañan. Si lo hace bien, la película ds buena, porque no se nota el engaño. Si lo hace mal, la tramoya aparece, a veces reluciente, pero mecanismo al fin y al cabo ¿Quiere decir esto que una película/artefacto debe ser desechada? No, y es el caso de BULLET TRAIN, alumna aplicada de otros "objetos fílmicos", éstos avalados por su singularidad como propuestas decididas a rasgar los caminos impuestos y abrir nuevas sendas, que otros menos dotados seguiran como dogma de fe. Si atendemos a su director, BULLET TRAIN es un JOHN WICK mejorado, más complejo, socarrón y autoconsciente; un ballet de sangre y balas, esta vez salpicado por unos diálogos más elaborados y unos personajes con mayor peso colectivo. No pasa de ahí, y las comparaciones con Tarantino no se sostienen, no solamente por no poder superar el tufillo a "ya visto", sino por la imposibilidad de introducir un caos palpable. Su acción es metronómica, sus resortes cómicos se enlazan desde una trama mucho menos compleja de lo que parece, y su gran acierto es habilitar un clima de familiaridad con un reparto coral, aunque descompensado en las elecciones. Prefiero casi no contar nada de su argumento, y es mejor así, no porque haya grandes sorpresas, sino porque no deseo ensañarme con lo que considero (y no es poco) un estupendo entretenimiento de calidad. Ahora bien, es peor de lo que cualquier reseña entusiasta les quiera regalar en ofrenda plasticosa.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!