martes, 18 de enero de 2022

El nombre del número


 

No dispongo de un manual que me indique, de antemano, si la coña del chiste es certera o inventada; si el logos del documental es parte de la coña o no. Es la gracia de THE ARISTOCRATS, uno de esos artefactos tan indefinibles que te hacen replantearte al menos un par de certezas. Hablamos de una ¿película? ¿documental? de 2005, lo que ya es un tiempo respetable como para que supiéramos dónde está el truco. Pero no lo sabemos, y lo único que vemos es la ametralladora sucesión de cómicos prestándose a hablar de ese chiste prohibido, como una leyenda que circula por los mentideros privados, haciéndose bola de nieve, desmontando nuestras convicciones sobre corrección política. THE ARISTOCRATS es una hora y media de montaje frenético, sin descanso, como si se tratara de un monólogo coral e interminable. Calculo que debe haber como cien personajes diferentes interviniendo, la mayoría monologuistas, aunque también hay guionistas, actores o productores. Todos cuentan el chiste a su manera, y al final el chiste te sale por las orejas, ya no sabes si reírte o mosquearte; pero si eres un poco inteligente te das cuenta de que va de eso, de incomodar, o de tocar los límites hasta el absurdo, como método de medir si aún nos queda algo por dentro. No sé si han oído el chiste en cuestión, pero es posible que tenga hasta su gracia, incluso siendo tan familiar...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!