No sé si sólo me pasa a mí, pero he tenido una sensación extraña tras ver el WEST SIDE STORY de Spielberg. Una o varias, para ser exacto. Por un lado está el arranque, maravilloso, metronómico, avasallador. Por un momento estás en otra época, en otra manera de hacer el cine, sin referentes y con el vértigo del entusiasmo como único motor. Spielberg sigue haciendo magia con ese dominio que tiene del medio; él lo sabe todo, y sabe cómo contárnoslo. Así, como experiencia sobrenatural, este WEST SIDE STORY es una maravilla indiscutible, un huevo de Fabergé exquisito y de melindrosa belleza. Así, pero hay algo más. Es cierto que los actores están fabulosos, pero sobre todo los secundarios, incluso los muy secundarios. Apenas puedo excepcionar a ese animal que es Mike Faist, pero el resto de protagonistas me parecen desvaídos, a punto de hacerse graffiti en una pared derruida. Spielberg inunda tanto, imbrica tanto, que su película parece un lienzo, un mural en movimiento, en el que la historia va cediendo paso al festival sensorial, que es, a mi modo de ver, y por otra parte, la única manera de clavar el cine de hace sesenta años sin que percibamos el jet-lag. Tampoco ha podido Spielberg prescindir de la magistral partitura de Leonard Bernstein, y me parece bien, porque no puede ser de otra manera. Habrá quien lo critique, incluso quien lo acuse de plagio, pero sólo se me ocurre seguir cavilando sobre ese ejercicio de desvanecimiento de las formas, atípico y marciano para estos tiempos del estándar. Spielberg ha hecho una gran película, inferior a la original porque ya quedan pocos bazinianos que puedan defender el valor semántico de la copia, certificada o no. Y, paradójicamente, la lástima sería que ganase el oscar a mejor director por esta película, no por él, sino por la incontable cantidad de veces que sí lo debería haber hecho.
Me da la impresión de que voy a tener que volver a verla, porque hay algo muy importante que se me ha escapado y no sé decir qué es...
Saludos.
3 comentarios:
A mí también me gustó. Pero creo que no ha funcionado...
Es una virguería. La demostración del dominio total de un medio. Es hacer cine de una manera que ya no se hace, pero desconozco la intención, aunque supongo que debe ser un reto íntimo de Spielberg. La única forma que se me ocurre de evaluar este film objetivamente, sería esperar a ver si alguien es capaz de reproducir fidedignamente EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA dentro de veinte años. Veremos entonces...
Un saludo.
Algo de lo que dices debe haber. La peli iba dedicada a su padre al final. Para mí (esto me lo estoy inventando, pero ya puestos)...que su padre le llevó a verla, o la vieron juntos y el padre dijo algo como "qué gran peli"...y ahí se quedó él diciendo "la haré otra vez para ti" jajaja
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