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jueves, 19 de febrero de 2015

¿Es usted sumiso?



El oscar a la mejor película de habla no inglesa va a tener una pequeña representación española este año, la que le toca a la productora de los hermanos Almodóvar por el film argentino RELATOS SALVAJES, una episódica locura que tiene una cosa muy buena y otra muy mala. La buena es que pone en imágenes el hartazgo del ser humano medio frente a la máquina, los abusadores y, en último término, frente a sí mismo y a su impotencia para resolver sus problemas. La mala es que la suma de episodios no consigue entenderse como un todo si no es por su uso de la violencia, física, pero sobre todo verbal. Así, el arranque nos sitúa en un avión donde todos los pasajeros conocen a un tal Pasternak, que permanece fuera de campo como una amenaza latente que va cobrando sentido poco a poco. Luego, un cacique entra en un bar de carretera y la camarera y la cocinera debatirán si tomar venganza por las injusticias que cometió contra una de ellas en el pasado. El tercer episodio remite directamente a la temprana obra maestra de Steven Spielberg, EL DIABLO SOBRE RUEDAS, en la que una simple disputa de carretera acabará de la forma más trágica posible; muy bien, y sin que sirva de precedente, Leonardo Sbaraglia. Seguimos acompañando al inefable Ricardo Darín en el que podría considerarse episodio central, y puede que el más reconocible para usted, querido lector de vena hinchada; porque un ingeniero cuya vida es ideal y que sólo tiene que comprar una tarta para el cumpleaños de su hija, también puede acabar como un terrorista... por culpa de una grúa municipal... El quinto ha sido el relato que personalmente más me ha gustado, aunque su argumento me recuerde sospechosamente a demasiadas películas (GRAND CANYON... LA MUJER SIN CABEZA [también argentina, y curiosamente también con María Onetto]... EL CAPITAL HUMANO...), pero sobresale el vuelco que da la dramática sucesión de decisiones de un ricachón cuando su hijo vuelva a casa tras atropellar a una mujer embarazada y darse a la fuga. Y para terminar, un fin de fiesta demasiado excesivo para ser creíble, y eso que están ustedes ante un alérgico a las bodas, pero me parece totalmente pasada de rosca y que demuestra que su director, si bien tiene un ojo certero para tocar la fibra sensible, no es precisamente sutil a la hora de ponerlo en imágenes... ¿Habrá sido por despecho?...
Entre ustedes y yo, no creo que vaya a llevarse la estatuilla.
Saludos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!