domingo, 31 de diciembre de 2023

Rincón del freak #579: Los gatos no tienen pies, pero...


 

Se acabó este año. Un año de mierda. Y lo vamos a rematar con una película de mierda. Mucho se ha hablado en este curso de SKINAMARINK, una paja mental con la indecencia de revestirse de cine experimental sin un solo dato original para afirmarlo. Una colección de desenfoques absurdos, con un grano impostado (la única justificación de que sea 1995), susurros inaudibles y la certeza de que la inquietud siempre ha de provenir de la extrañeza, no de lo estrambótico. La idea, sin embargo, es válida en la teoría: dos niños se despiertan en mitad de la noche y descubren que sus padres no están y que han desaparecido las puertas y ventanas. Ya digo, la premisa argumental da para un desarrollo acorde a un terror atmosférico, que te mantenga sin saber qué va a pasar en el siguiente fotograma, pero es tal la planicie de ideas que lo único que se me ocurre es lo que en realidad ha pasado. SKINAMARINK no pasaba de ser un proyectito de estudiante pasadete de ojana, pero algún listo la metió de rondón en una web de descargas piratas, y lo que hubiese sido un oscuro manchurrón para gafapastas de manualacabó como el hype más extraño e improbable de los últimos ytantos años. De verdad que me gustaría defenderla de alguna manera, pero desde ya auguro que el señor Ball sólo tiene dos caminos a seguir: hacer una igual que ésta, pero con personajes tangibles, y por tanto aún peor. O, lo más probable, que es fichar por una productora de aquella manera como "gran esperanza blanca" del fantaterror blue collar, arruinándolos al adaptar un videojuego macarril a base de sombras chinescas... Se admiten apuestas.
No la vean.
Saludos.

sábado, 30 de diciembre de 2023

La fe del peregrino


 

Hay películas que hay que vadear más que visionar. En un esfuerzo excesivo a un espectador ya de por sí hastiado de una oferta inabarcable y desorientadora, el concepto "superproducción" ha dejado paso a otra cosa menos reconocible y más inquietante. Si Gareth Edwards fuese de verdad un gran director de cine, habría comprendido que una película como THE CREATOR sólo se puede abordar de dos formas: con una historia central potentísima, hipnótica (no es el caso), o con una suma de elementos que pase inadvertidamente de lo sinfónico a lo caótico. Lo que nos encontramos es un convencional ejercicio de incapacidad comunicadora, mediante el que una secuencia bélica es empleada para crear lazos de afinidad entre personajes que han de conocerse en tiempo récord. Es el problema de caer en lo pretencioso, no conformarse con un espectáculo visual (lo único defendible aquí), sino creer que se puede ir más allá, en esa creencia new age de cruzar la odisea homérica con el resplandor del eterno retorno del mesías redentor. El resultado, en pocas líneas, es un rutinario festival pirotécnico, que se comprende mejor cuando no aspira más que al asombro visual, y patina estrepitosamente cuando se dedica a impartir dogmas de solemnidad de lo más rancio y sobado. 
No es el acontecimiento que nos han vendido, sino apenas un blockbuster que se cree más listo que los demás.
Saludos.

viernes, 29 de diciembre de 2023

No somos nada


 

Si dices que es complicada, te tacharán de inculto. Si simple de entender, de pedante. Lo que Ari Aster propone en BEAU IS AFRAID es más viejo de lo que parece, pero es cierto que a todos nos pilló a contramano, más que nada por sus dos inmediatos antecedentes, que lo situaban como el nuevo gran renovador del terror "¿elevado?". A mí me parece bien que se descuelgue con un interludio (largo, eso sí) como éste, que le puede abrir puertas muy estimulantes en una industria que lo mima y lo mira de reojo al mismo tiempo, pero a la que puede depararle cosas, creo, bastante mejores que este inocente homenaje al cine más psicologista, vertiente "traumas irresolubles". Todos miran a Bergman, pero hay que tener su entereza; me recuerda algo a Buñuel, pero al maestro lo surreal le salía sin esfuerzo. No, yo veo un enternecedor intento por poner en imágenes lo que Joyce en letras, y por ello esta odisea del hombre común, desquiciado, en un mundo que no (lo) entiende, y deseoso de encontrar alguna respuesta a esa angustia sin nombre. El precedente más claro lo veo en MOTHER, de Aronofsky, que también se desgañitaba por "filmar el estado de ánimo", aunque ello le obligara a decisiones inverosímiles y difícilmente defendibles. Aster cuenta con su caballero andante, Joaquin Phoenix muy por encima de lo que la película significa, que no es más que un misterio que está muy claro desde sus primeros minutos, los mejores. Estructurada en tres partes muy diferentes, ese arranque contiene momentos de puro pavor escatológico; el segundo acto narra la autoexpulsión del infierno a un paraíso representado; el final, desconcertante, es el ajuste de cuentas definitivo, pero que curiosamente termina rozando la parodia de unos Monty Python o, en un trazo muy grueso, incluso el THE WALL de Alan Parker, que debe haber visto varias veces.
No es buena, ni es mala. Es larga, demasiado, y menos atrevida de lo que su director y guionista cree que es. Ni más ni menos.
Saludos.

jueves, 28 de diciembre de 2023

Quatermass 8


Con mucha más coherencia narrativa, el largometraje THE QUATERMASS CONCLUSION, pese a que su título lleve a engaño, sí logra mostrar el mundo posapocalíptico en el que se encuentra un desconcertado Bernard Quatermass, en su desesperada búsqueda, paralela a los estertores de una sociedad en descomposición. El guion de Kneale tiene más sentido, prescindiendo de tramas de relleno y yendo a los personajes principales, que conforman un film de ciencia ficción clásico, solo que añadiéndole un tono de fin de recorrido, más melancólico y desapasionado. Yo soy de la opinión de que estamos ante un personaje que podría haber dado mucho más, sobre todo en una actualidad cinematográfica con más medios, pero nadie se ha atrevido a coger el toro por los cuernos y aprovechar el encanto vintage de una de las sagas más emblemáticas e inspiradoras del género. Esto no es del todo cierto, porque muchos años después hubo un intento revitalizador, pero es algo que les contaremos la semana que viene, justo para rematar un pequeño gran monográfico que me parecía necesario abordar aquí.
Saludos.

miércoles, 27 de diciembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #63


 

Es casi de perogrullo suponer que BATTLE CRY no debería ocupar otro lugar que no fuese el del gran relato bélico, con sus mastodónticos presupuesto, reparto y diseño de producción. Una apuesta de la Warner por afiliarse junto a clásicos instantáneos de esa especie de regocijo tardío, en busca de historias que sofisticasen a la mera aventura con soldados. El problema es que esto no funciona aquí como debería, y casi todo es debido a la notoria incapacidad de Leon Uris para adaptar su propia novela, más estructurada y comprensible. Son los problemas de una superproducción aparente, que se queda en una película demasiado larga (150 minutos), o demasiado alargada, como atestigua el excesivo híper prólogo de más de una hora, en el que supuestamente se nos va a presentar al inexperto grupo de marines preparándose para integrar la ofensiva del Pacífico contra los japoneses. En lugar de ello, la impresión es casi la de un surf-film, con muchachos ebrios persiguiendo faldas, peleas de taberna sin mucho sentido y diálogos trufados de la dudosa moralina capaz de justificar al más cazurro del regimiento. Por contra, Raoul Walsh demuestra su maestría en grandes escenas de enorme dificultad, como los espectaculares desfiles o el desembarco final, a la postre lo mejor de este film, que encuentro fallido, pero del que me resulta curioso haber extraído referencias posteriores más que evidentes. Quizá exagere un poco, pero hay cosas vistas después en LA CHAQUETA METÁLICA (ver imagen), SALVAR AL SOLDADO RYAN o LA DELGADA LÍNEA ROJA. Como siempre digo, todos copian a todos...
Se puede ver una tarde con mucho tiempo libre.
Saludos.

martes, 26 de diciembre de 2023

Jugando a los detectives


 

Puede llegar a existir un cine inclusivo que, a fuerza de no demostrarlo groseramente, termine siendo menos relevante que el que usa dichos elementos sin camuflarlos. BARBER parece una muy típica historia detectivesca, con todos sus tics y lugares comunes perfectamente expuestos, pero que, al igual que su protagonista, parece más preocupado por líneas argumentales que no deberían mezclarse con su eje central, pero todos terminan por entrecruzarse por culpa de un guion que parece escrito por un principiante que ha visto todos los clásicos del género. Y menos mal que tiene la suerte de contar con Aidan Gillen como protagonista, un actor tocado por una especial ambigüedad, que aquí le viene perfecto. Tanto es así, que importa menos el caso al que se dedica (la desaparición de una joven de clase alta) como su circunstancia personal. Val Barber fue expulsado de la Guardia irlandesa, y al poco su mujer se divorció de él, y ambas cosas por el mismo motivo, porque para un bisexual es incluso más difícil normalizar su naturaleza que para un homosexual. Sea como sea, esta hora y media se hace pequeña, insípida, con nudos argumentales que no van a ninguna parte, para terminar siendo desentrelazados a toda prisa y escasa verosimilitud. Es un minúsculo engranaje de plataformas, pero almenos tiene a un actor soberbio que reclama papeles de mayor importancia.
Saludos.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Revestimiento de comercial


 

DIVINITY es una película que parte de una idea potente y atractiva, la conquista de la inmortalidad a través de un producto meramente artificial, como si sólo pudiésemos ser eternos a través de lo efímero. Desgraciadamente, una cosa es construir el concepto, y otra muy distinta dotarlo de entidad propia. El film, producido (y no es casual) por Steven Soderbergh, transita la comercialidad pulp de una serie B perfectamente consciente de sus limitaciones, aunque sus momentos más interesantes, no puede ser de otra manera, encajan en extraños insertos fuera de la narrativa, como anuncios de perfumes protagonizados por grotescos culturistas, en una celebración de lo homoerótico fusionado con una torpeza garrula y enternecedora. El protagonista (por decir algo) es un esforzado Stephen Dorff, en su sempiterno empeño por dar con ese papel definitivo que le haga dejar atrás su ristra de fracasos. Dorff interpreta al creador de la fórmula (siempre presentada como una extraña droga de diseño), en su apartada mansión en mitad del desierto, como única alternativa en un mundo donde se ha dejado de procrear, y sólo se puede aspirar a no morir. Sin embargo, dos hermanos bajan del cielo (y es así, en serio) para detenerlo y.... bueno, no sé qué quieren exactamente, porque los pocos diálogos ni son explicativos, lo que refuerza la sensación de un producto a medio cocer, inmaduro, pero con pretensiones que rozan el ridículo o la desvergüenza. Fe de ello da, por ejemplo, el wtf final, una pelea en stop-motion que podría haber firmado Ray Harryhausen hace 60 años. El personal en Sitges, entre lo intempestivo de su proyección y todo lo demás, oscilaba entre la sensación de estafa flagrante o levantar la ceja por si a lo mejor habían visto algo muy trascendente, pero sólo iban a descubrirlo dentro de 30 años...
Personalmente, si no tienes dinero no vayas a sitios caros.
Saludos.

domingo, 24 de diciembre de 2023

Rincón del freak #578: Picadillo de acelgas servido en plato de plástico. 300 euros el kilo...


 

Advertencia: bajo ningún concepto, repito, Ningún Concepto, gasten un miserable chavo en imbecilidad como AWARENESS. Es pero que haya quedado claro, porque es indignante que te quieran cobrar por un bodrio infecto, queriéndotelo hacer pasar como la respuesta española a... a yo qué sé, los X-MEN o algo así. Ni siquiera piquen el anzuelo del arranque, que al menos tiene la decencia de tomárselo todo a pitorreo y mezclar cosas paranormales con humor castizo, entre Álex de la Iglesia y los chanantes. Es un espejismo, y los perpetradores de esta cosa van y se lo toman en serio, con personajes sin profundidad poniendo posturitas, peleas a lo MATRIX pero en el extrarradio, una trama en la que no se entiende nada por lo mal contada que está, y unos actores que parecen al borde de la carcajada. Es, para que me entiendan, el equivalente cañí a cualquier tontería americana con organizaciones secretas y personajes atormentados, sin que nadie se pare a pensar que o haces tuya la parafernalia, o inmediatamente te despeñas por un terraplén de ripios innecesarios.
Si no fuera porque es una comedia involuntaria, sería lo peor que he visto este año. Incluirla en Sitges me parece una tomadura de pelo en la que alguien se ha llevado alguna mordidita, seguro.
Vomitiva.
Saludos.

sábado, 23 de diciembre de 2023

Fuiste, eres, serás


 

El relato dickensiano ha conocido múltiples adaptaciones, en pantalla grande y, sobre todo, en la otra. Relato inmortal, imperecedero y en constante renovación, sobre la condición humana y lo inevitable de un destino que tenemos ya escrito desde que nacemos. Lo que Dickens se preguntaba era acerca siempre de las consecuencias de nuestros actos, o cómo ni siquiera en ellos somos totalmene libres para decidir, y ni mucho menos cambiarlos. En 2019, Steven Knight reformuló a Dickens sin "cambiarlo", en un curioso juego metaficcional, mucho más interesante que lo que de aportación artística (bastante convencional) tiene su visión de A CHRISTMAS CAROL, como si se preguntara cómo era esta historia en la época victoriana, cómo se relaciona en nuestro tiempo presente, y cómo podría determinarse y proyectarse hacia un futuro tan incierto como elocuente. Su formato de miniserie (150 minutos repartidos en tres episodios) se atraganta hasta más o menos su ecuador, sin aportar más que la gran actuación de Guy Pearce, que se va haciendo dueño de su Scrooge, en una interpretación gélida y desdramatizada. Hay secundarios interesantes, como el fantasma de Andy Serkis o la abnegada esposa del empleado, por mucho que pueda chocar la elección de Vinette Robinson. Es en su último acto cuando la prosa descarnada de Knight se funde con el torrente de emociones de Dickens, para conquistar con valentía lo que las adaptaciones siempre deberían aspirar a ser, respetuosas desde el inconformismo.
Ideal para los navideños menos tradicionalistas.
Y gracias, C., por esta nueva y maravillosa recomendación.
Saludos.

viernes, 22 de diciembre de 2023

Los caminos del fantasma


 

A la espera de la puesta al día en este año entrante, es un placer encontrarse con MONONOKE, la miniserie continuación de AYAKASHI, en la que se ponía de manifiesto un despliegue visual fascinante, una mayor cohesión entre las historias, al tiempo que se mantenía la apuesta por el tono melancólico y de personalísimo gótico japonés. Con el protagonismo absoluto del "boticario", que apareció ya al final de la primera serie, recorremos el mundo de los mononoke, espectros surgidos de las veleidades humanas, y que obtienen su razón de existir de nuestros sufrimientos. El protagonista, mezcla entre chamán y exorcista, ha de descubrir la razón, forma y verdad de estos seres, a menudo camuflados, para dar descanso a quienes los sufren, aunque algunos lo hagan incluso conscientemente. Es una serie que se ve en un suspiro, que destapa las carencias técnicas de producciones similares, y que supone uno de los mejores ejemplos de ese terror nipón, a veces tan críptico, pero ambién tan irresistible. Esperaremos la nueva entrega por tanto, confiando en volver a sorprendernos tanto o más que con ésta...
Saludos.

jueves, 21 de diciembre de 2023

Quatermass 7


 

El QUATERMASS de 1979, producido por Thames y escrito nuevamente por Nigel Kneale, tiene un curioso devenir. Por un lado, se lanzó una miniserie de cuatro episodios, a modo de "tanteo", para abordar después un largometraje a todo trapo, si es que los números no decían lo contrario. El resultado es muy irregular, con una historia bastante confusa, que sitúa al profesor Bernard Quatermass en un futuro cercano, donde, ya anciano, se ve obligado a abandonar su retiro escocés para ir en busca de su nieta, presa de las innumerables sectas que han proliferado en una Inglaterra devastada por las guerras y a la deriva en lo político. El gran John Mills hace lo que puede para hacerse con el personaje, en una trama que recuerda un poco a la saga Mad Max (aunque acababa de estrenarse), pero que peca de inconcreción, introduciendo personajes que aportan poco y subtramas que no hacen más que despistar. Incluso se resiente la dirección de Piers Haggard, solvente artesano británico, que no logra armar una miniserie con el interés suficiente. Lo curioso, decíamos, es que sí hubo un largo, pero de eso les hablaremos la semana que viene...
Saludos.

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #62


 

Nadie mejor que Frank S. Nugent para voltear un relato de parte a parte, sacudiendo cada molécula del mismo hasta hacer saltar remaches y dejar en manos de los mecanismos narrativos su coherencia interna. Lejos de lo que podríamos llamar un "crepuscular temprano", lo que Raoul Walsh pone en pie en THE TALL MEN es una persistencia de códigos, aferrándose a ellos cuando más parecen tambalearse. Comenzando un curioso juego de parejas intercambiables, todas recurren a un Clark Gable de una pieza, en ese arco que lo llevó de ser una gran estrella a un actor imponente. La primera es con su hermano, Cameron Mitchell como un joven atolondrado pero bonachón, con quien viaja en busca de fortuna desde su derrotado Sur hasta la fría Montana. La otra, interpretada por Robert Ryan, es la del ganador nato, calculador y práctico, al que desvalijan en un principio, para convertir en un improbable socio con el que trasladar una gigantesca manada de vacas de Sur a Norte, donde cuatriplicarán su valor. El elemento desestabilizador, sin embargo, es, por supuesto, una mujer. Jane Russell, cuyo desarmante atractivo sexual era explotado allá por donde iba, y aquí hace saltar por los aires amistades, fraternidades o contractualidades varias. Es un western largo, pero justificado, con un largo prólogo, una segunda parte más apesadumbrada por la aceptación del personaje de Gable que no podrá competir con el refinado hombre del Norte, y un panorámico y espectacular final, haciendo honor a un Scope maravillosamente dibujadopor un director que encaraba la recta final de su carrera con una energía que pocos coetáneos poseían. Cosas de titanes...
No sé si es el mejor western de su autor, pero por ahí anda.
Saludos.

martes, 19 de diciembre de 2023

Ícaro rebelado


 

En THE SWAN, último de los cortos "roaldahlianos" de Wes Anderson, la crudeza se reviste de mayor moralidad, si cabe, desdeñando casi por completo una dramaturgia que roza la viñeta (literalmente), para ver con más claridad el dedo acusador del relato original, que Dahl escribió tres décadas después de conocer el suceso en un periódico local. No es más que la típica historia de abuso infantil, con los dos matones cebándose con el "chico frágil" de la clase, aunque aquí Dahl incrementa la crueldad, por mucho que Anderson prescinda de acción alguna. Los primeros minutos sirven como introducción al bello y terrible desenlace, de poética triste y desgarrada, que alude al cisne del título como reflexión y alegoría, sabedores (todos nosotros) que siempre ganan los mismos, y los héroes yacen para componer la figura del mártir.
Saludos.

lunes, 18 de diciembre de 2023

Más allá de la motivación


 

Afirmaríamos que LES CHAMBRES ROUGES es la mejor película exhibida este año en Sitges, de no mediar la necesidad de volver al terror canónico y, de alguna manera, reconocible. Es todo lo que no se puede decir de este inclasificable y por momentos desconcertante descenso a los rincones de la mente humana. Lo que plantea Pascal Plante es caminar sobre un hilo, desfilar entre lo ridículo y lo sublime, para dejarnos totalmente indefensos ante un terreno terrorífico por desconocido, inquietante porque, de alguna manera, sabemos que existe, y preferimos no saberlo. Estructurada con inteligencia como si de un código cerrado se tratara, LAS HABITACIONES ROJAS nos lleva hasta el juicio a Ludovic Chevalier, un supuesto monstruo, acusado de secuestrar y asesinar cruelmente a tres adolescentes, y después difundir las grabaciones de estos actos en la dark web, en profundos y terribles sitios conocidos como "las habitaciones rojas", donde se puede llegar a subastar lo inimaginable. La protagonista, sin embargo, es Kelly-Anne (prodigiosa Juliette Gariépy). Misteriosa, hermética, solitaria, alterna su trabajo de modelo con otro, el de jugadora de póker en línea; y cada vez que se abre una vista sobre Chevalier asiste puntualmente, llegando a dormir a la intemperie para no perdérselo en directo. El punto fuerte es la ambigüedad de este personaje, que nos hace dudar de su naturaleza e intenciones, siendo su opacidad un aliado para no derrumbar el descomunal desenlace, uno de los mejores de los últimos años, y que me hizo recordar alguno de los primeros trabajos de su compatriota Denis Villeneuve, de quien Plante recoge su gusto por no tomar partido por sus personajes, dejando que sea el espectador quien decida, con la promesa de ese giro absolutamente inesperado, y que aquí no sólo no es tramposo, sino que además juguetea con los límites de la moral. 
Más que terrorífica, es desarmante. No la vean si siempre quieren llevar razón en todo, están avisados...
Saludos.

domingo, 17 de diciembre de 2023

Rincón del freak #577: En el vientre de la mujer madura


 

A punto de acabar un mastodóntico volumen con las historias cortas de Richard Matheson, su acertada edición incluye una apostilla final del autor, donde explica anécdotas sobre el relato en cuestión. En uno de los más inquietantes, advertía de cómo se involucró en la elaboración del guion para una modesta producción televisiva, allá por 1974. THE STRANGER WITHIN es una historia que cruzaba la ciencia ficción y una especie de terror psicológico, en la que una mujer que ya ha perdido la esperanza de tener un hijo se encuentra sorpresivamente embarazada. El regocijo inicial da paso a un estupor creciente, primero por la infertilidad demostrada del marido, pero sobre todo por la cada vez más extraña actitud de ella, que por ejemplo mantiene una temperatura muy fría incluso en invierno, bebe cantidades exageradas de café o come alimentos crudos bañados en montañas de sal ¿De quién es ese niño que no debería existir según la lógica? ¿Por qué esta mujer se asalvaja retozando en el lodo, mientras devora libros sobre economía, filosofía o sociología? Este misterio es el nudo central, que se va desentrelazando poco a poco, y que mantiene el interés incluso tratándose de un modesto telefilm de Lorimar, con todas las carencias que ello conlleva.
Interesante rareza, sobre todo para generaciones que no hayan disfrutado este tipo de producciones, que tanto proliferaban en tardes dominicales tan distintas a éstas...
Saludos.

sábado, 16 de diciembre de 2023

El entorno o la historia


 

Una de las cosas que más me llaman la atención en LOVE STORY (aparte de su taladrante banda sonora) es cómo prácticamente todo lo que ocurre está supeditado a una serie de decisiones técnicas que van más allá de lo incoherente. La historia de amor es improbable, pero posible; los protagonistas se esfuerzan por resultar verosímiles, tanto que es imposible creérselos trasladándolos a cierto realismo, que aquí simplemente no interesa explorar. Todo es simple hasta lo sospechoso. Él es rico, ella pobre. Él sacrifica su estatus por ella, ella está contenta por haber logrado que el amor triunfe. Los secundarios no aportan, sólo asisten estupefactos a cómo estos dos bucean en su pecerita particular, ajenos a la complejidad de lo que, suponemos, sucede fuera de ella. No es romanticismo exacerbado, es gilipollez elevada por la complacencia del best seller de autoayuda misericordiosa. No hay un peor cierre que el de esta película, porque además de atropellado parece un castigo divino de reojo, un pellizco desde las alturas a quienes han osado desafiar el orden establecido y natural de las cosas. Por eso no es una historia de amor, es un encoñamiento con mucho frío, y nieve, y bufandas y otras cosas que pasan en invierno. Y pasa, y no permanece.
Es una bobada que ya no es ni para adolescentes, sino para septuagenarios arrullados por sus recuerdos insatisfechos. Pero eso sí, encumbró a Ryan O'Neal y Ali MacGraw como la pareja más edulcorada de entonces.
Hoy día, parece hecha en otro planeta.
Saludos.

viernes, 15 de diciembre de 2023

Frío como el hielo


 

Mantengo la opinión de que Ryan O'Neal ha sido uno de esos actores a los que el físico, curiosamente, les ha jugado una mala pasada. Encasillado como eterno "guapo" sin fisuras, irresistible para las mujeres, siempre me ha parecido más versátil de lo que parece, lo que atestigua una carrera que ha transitado por casi todos los géneros, y donde encontramos un actor capaz de trascender ese físico, apoyado en una fragilidad que se intuye siempre interior. Aquí hemos dado cuenta de sus trabajos más notorios, pero hubo una película que subraya todo lo dicho anteriormente. Vista hoy, THE DRIVER ha ganado los enteros que la crítica le negó en su momento; no sólo por ser totalmente canibalizada hace poco por Nicolas Winding Refn (esos autores...), sino por entroncar sin esfuerzo con la gran obra maestra del polar y de Melville. O'Neal interpreta a un conductor especializado en ser el mejor dándose a la fuga en un atraco. Frío, impasible, no parece tener sentimientos más allá de fijar los ojos tras el parabrisas y salir airoso de cualquier persecución. Un policía (Bruce Dern) se obsesiona con darle caza, recurriendo a toda clase de artimañas para ello, por lo que se produce un juego del gato y el ratón que va más allá de unas escenas automovilísticas, por otra parte, prodigiosamente filmadas en unas calles oscuras, desoladas, que remiten a un western urbano de ritmo pausado pero siempre intranquilo. Es un film injustamente olvidado, incluso en la filmografía de ambos, protagonista y director, y que merece la pena reivindicar recordando la figura de uno de los últimos herederos de un Hollywood ya perecido, pero cuyos ecos resuenan en multitud de títulos actuales, dejando patente, una vez más, que casi nadie inventa nada ya.
Saludos.

jueves, 14 de diciembre de 2023

Quatermass 6


 

Nueve años tardó la Hammer en decidirse a realizar el largometraje de QUATERMASS AND THE PIT, que ofrecía una versión muy mejorada en lo técnico, aunque sin ninguna novedad en lo argumental. A día de hoy, es considerado como uno de los títulos de culto por antonomasia de la legendaria productora británica, que se encontraba por entonces en su punto álgido y más prolífico. En esta ocasión, el elegido para interpretar al doctor Bernard Quatermass fue Andrew Keir, sólido actor de extensa carrera en cine y televisión, aunque se empeñaran en dar mayor relieve al científico Roney (James Donald), por aquello de la tensión sexual con una gélida Barbara Shelley. Los marcianitos lucen más en color, la nace espacial no parece una bombona gigante, y el clímax final no está rodado con un ventilador que levanta periódicos del suelo. Es decir, que con un guion deliberadamente clónico de Nigel Kneale, lo que sí se nota mucho es la mano de Roy Ward Baker, mítico director y responsable de algunos de los mejores títulos de una Hammer que sumaba un nuevo gran éxito de crítica y público.
¿Es la mejor de este personaje? Ahí estamos, aunque aún queda tela por cortar...
Saludos.

miércoles, 13 de diciembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #61


 

Ya es chocante encontrarse con Alan Ladd atildado con el mismo atuendo que lo encumbró, sólo un año antes, en RAÍCES PROFUNDAS, lo que nos demuestra que los oportunismos en el cine han existido toda la vida de dios. Lo es aún más ver que Ladd es en realidad un policía montada del Canadá, invirtiendo en su transformación el tiempo necesario para impresionar a una Shelley Winters con ese aire que tenía entre descocada y melancólica, huyendo por la frontera del hermano de su difunto marido, de cuya muerte la acusan de aquella manera. Ladd es el héroe díscolo, amigo de los indios y poco dado a la ortodoxia castrense, pero cuya eficacia le hace imprescindible en un terreno especialmente complicado. A grandes rasgos, esto es SASKATCHEWAN, nombre del fuerte alredededor del que gira la trama, no demasiado bien escrita por Gil Doud, que se dispersa entre tantos frentes abiertos, y cuya vocación parece más la de invocar los iconos (Gary Cooper, el propio Alan Ladd), que reforzar las claves de un western en el que hasta los indios pegan poco. Por compensar, está la anécdota de poder escuchar una de las primeras partituras importantes de Henry Mancini en el cine, tutelado por el inefable Joseph Gershenson.
No es, ni mucho menos, el mejor western de Raoul Walsh, pero entretiene sin pretensiones.
Saludos.

martes, 12 de diciembre de 2023

El sustento del regaliz


 

Un periodista y un mecánico tienen problemas de ratas. Llaman a un desratizador, que les explica las diversas técnicas para exterminar a estos insidiosos roedores. Premisa simple, ejecución impactante. No tan inclinada al cuento amable, THE RAT CATCHER emplea el método del equívoco, o de la inversión de roles, para poner en imágenes este inquietante relato, que se nutre del impresionante personaje que se saca de la manga un Ralph Fiennes descomunal, expresivo casi sin mover un músculo. A su lado, Rupert Friend y Richard Ayoade le dan réplica como pueden, pero sin llegar a su clase magistral de interpretación. En apenas 17 minutos, Wes Anderson nos regala otra perla sensacional de su personal recorrido por los cuentos cortos de Roald Dahl. No se tocan entre ellos, pero se complementan mucho más que cualquier serie episódica.
Saludos.

lunes, 11 de diciembre de 2023

Cuento y pesadilla


 

Una actriz, guapa pero mediocre, una de esas estrellitas efímeras que resplandecen un rato y luego ya nadie se acuerda de ellas. Un tipo encantador, una especie de príncipe azul, exótico y misterioso, capaz de enfrentarse a quien sea para lograr el amor de su princesa. Unos cuantos años después, los tonos pastel, la decoración kitsch y los gestos refinados no han desaparecido, pero ahora significan otra cosa en un matrimonio que en realidad es la prisión de ella bajo el dominio narcisista de él. Sería un argumento muy duro de no estar ante una comedia dislocada, y que no tiene prejuicios para tirar de un slapstick desbocado, cuya estética coincide con el imaginario de Wes Anderson, pero sus coreografías parecen de una peli barata de kárate setentera. Así, en Sitges nadie sabía qué pensar de KILLING ROMANCE, porque la impresión es la de estar ante un clásico de culto instantáneo, pero siempre queda el regusto de haber visto una tontería sin mayor pretensión que entretener a base de anciones chorra y frikis desfilando sin solución de continuidad. Batallas de canciones, castigos a mandarinazos, cuadros gigantescos, gente que escribe con el humo de un vapeador y hasta avestruces heroicas componen este estrafalario pero simpático alegato contra las relaciones tóxicas, por mucho que su propia exageración formal (cargante a veces) termine por llevarse por delante la tentación de construir un drama. Porque insisto, es una comedia irredenta, aunque el humor coreano a veces no se entienda de la manera adecuada...
Saludos.

domingo, 10 de diciembre de 2023

Rincón del freak #576: Si se te corre el eyeliner búscate un tiburón farlopón...


 

No puedo resistirme a atenerme estrictamente al guion, en este caso de DEEP FEAR, cosa infame e infecta que ponen en las catacumbas de Netflix, por lo que el título le viene que ni pintado. Sólo por eso, porque la peli (o lo que sea) da menos miedo que unas natillas con su asuquita quemá. La protagonista es una señora rumana que se esfuerza en hibridar a una abnegada submarinista con un trasunto de Kim Kardashian, en atuendo casual pero ondulado capilar impecable y pestañas booperas, aunque me da que no queremos verla sin maquillaje, tal cual. Ella se baña con tiburones, porque es cool; se va a Martinica mientras se martiriza por sobrevivir a un naufragio familiar y no hacerle casito a su también inexpresivo novio, que pasa más tiempo con un adolescente senegalés que con ella. La probabilidad de encontrar a alguien flotando en el océano equivale a que te toque el Euromillón dos veces en la vida, pero ahí está Macarena Gómez (lo juro) haciendo lo siguiente: poner ojos de adicta al cloro, decir que es sudamericana pero primero hablar en castellano de aquí y terminar la función hablándole en inglés macarrónico a su compañero de maldades, porque hace de mala. La excusa es copiar lo del oso pero en el agua, así que un escualo muerde una bolsa repleta de perico y se pone, imaginen, como las vacas del Mangarra, que es una expresión que siempre he querido usar en este blog... 
No es que sea mala, es que casi no llega a ser objeto fílmico. Su director, con casi sesenta tacos, llevaba 18 años sin dirigir un largo... No la vean, por dios...
Saludos.

sábado, 9 de diciembre de 2023

El verano de tres años


En 1976, una Concha Velasco (ya Concha) más madura y asentada, protagonizaba LAS LARGAS VACACIONES DEL 36, aunque debemos aclarar que estamos ante un film coral, repartiendo protagonismos en un extenso y excelso reparto. Con un magnífico guion escrito por Manuel Gutiérrez Aragón y Jaime Camino, también director, asistimos a los momentos previos al estallido de la guerra civil, que pilla a varias familias de veraneo en un pueblo de la sierra de Barcelona. Desconcertados, deciden prolongar dichas vacaciones, a la espera de que la situación se normalice, sin sospechar que el conflicto habría de alargarse durante tres años. Certera alegoría sobre cómo la guerra afecta también indirectamente, termina siendo un estremecedor fresco de idiosincrasias, llegando a incluir a los afectos al bando nacional que no se fían y también se esconden en la casa familiar, donde chocan con la ideología republicana. Película eminentemente de actores y actrices, tiene momentos durísimos, como el viejo maestro, al que han "contratado" para que los niños mantengan las clases en casa, rogando a estos por un poco de comida, o el esperpéntico "banquete" proveniente de un amigo francés, que les ha enviado trufas, mostaza y champagne, pensando más en su buen gusto que en el hambre atroz, que se va convirtiendo casi en un personaje más de esta película, merecedora de una revisión.
Saludos.

viernes, 8 de diciembre de 2023

Café, copa y puro


 

La muerte de Concha Velasco nos daría para más que un monográfico, prácticamente un recorrido por el cine español de los últimos sesenta años. Socialista confesa, siempre logró mantener intacto su icono de actriz simpética y popular, esa "vecina de al lado" con algo de calle y desbordante de dulzura. Llegó la democracia y Concha Velasco, antes Conchita, luchó por sacudirse ese sambenito, convertirse en una actriz de verdad, respetada por su trabajo más allá de enseñar las piernas y poner ojitos en comedias inocuas. La más famosa fue LAS CHICAS DE LA CRUZ ROJA, un acontecimiento en aquella taquilla de 1958, donde la España mostrada era moderna y emancipada, aunque siempre había hueco para fumarse un puro en la grada del Bernabéu o meterle cuello a estas jovencitas que empuñaban la famosa hucha con la cruz. Todo por los necesitados, incluso tirar de topicazo gordo: la clase media es la empollona sin ganas de novio, pensando en el futuro; la casamentera, torpona para estos menesteres; la sofisticada aristócrata con la vida resuelta (ya sabemos por qué), que conduce un descapotable y flirtea con Arturo Fernández, por entonces ya playboy, llegando de mañana de aquellos ignotos guateques; y por último, la trabajadorcita, brutíhima, con verborrea repleta de jerga, con novio mecánico, tío vago y padre intuimos que en alguna celda (ya sabemos por qué). Ellas eran Katia Loritz, una suiza con cara de asco y ojos de resacosa; Mabel Karr, que luego se casó con Fernando Rey; Luz Márquez, que de verdad tenía ganas de casarse para que actuaran otras; y Concha, Conchita, que fue la única que realmente tenía clara la vocación. 
La verán en Cine de Barrio, FlixOlé o cosas por el estilo. A esto se le llamó desarrollismo, el problema es hacia dónde te desarrollas, claro...
Saludos.

jueves, 7 de diciembre de 2023

Quatermass 5


 

En 1958, de nuevo fue la BBC quien se puso manos a la obra, encargando a Kneale una nueva historia protagonizada por el doctor Bernard Quatermass. El resultado fue una miniserie de seis episodios, y seguramente una de las mejores y más emblemáticas aventuras de este personaje. De nuevo una excavación en pleno Londres pone al descubierto una extraña estructura, compuesta por un material desconocido y cuya antigüedad es superior al cráneo de un homínido, aparecido justo encima. QUATERMASS AND THE PIT jugaba inteligentemente la baza del misterio extraterrestre, mezclándolo con una supuesta trama esotérica, y concluyendo que muchas de nuestras supersticiones tienen base científica. Más que una amenaza, el descubrimiento pone de manifiesto cómo el ser humano es incapaz de ponerse de acuerdo en asuntos básicos, o ese viejo recurso de los "visitantes exteriores", dispuestos a hacer avanzar nuestra primitiva sociedad, para terminar sucumbiendo a su implacable instinto destructivo. Hay que resaltar también la habilidad para crear una atmósfera creíble prácticamente sin salir del espacio único de la excavación, que se erige como gran protagonista de una función que, aun con sus carencias, es ya un título mítico de la ciencia ficción de todos los tiempos.
Saludos.

miércoles, 6 de diciembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #60


 

Aun en su aparente sencillez, puede que sea A LION IS IN THE STREETS uno de los trabajos más sofisticados de Raoul Walsh, que empuña aquí una vara maestra para dar forma al interesante libro de Adria Locke Langley, que relataba los fulgurantes ascenso y caída de un charlatán, en un Sur analfabetizado y fanático, donde un populista puede encarnar la justicia y un hombre pulcro ser embarrado hasta llevarlo a los tribunales. Es una historia mucho más compleja de lo que parece, con un desbordante James Cagney bordando un personaje que nunca sabes si es un mentiroso patológico o el único tipo con dos cojones capaz de hacerle frente a los especuladores. Sin abandonar nunca su condición de buhonero, Hank Martin se enamora y se casa con la mujer más improbable, una humilde maestra, justa y sensata, todo lo opuesto a él. Pronto se establecen en una apartada comunidad, donde medra gracias a su parla, pero también por "desenmascarar" al cacique local, vertiendo graves acusaciones de estafa en su negocio. Esto le crea un aura impopular en las altas instancias, pero que cala hondo en el pueblo llano, que se pone de su lado y lo arropa en su carrera para convertirse en gobernador. Producida por William, hermano de Cagney, la película desprende un inconfundible aroma, el de los dramas pseudo-políticos tan pujantes en los cincuenta, y que solían mostrar con crudeza lo sencillo que es claudicar ante populismos baratos y soluciones sencillas, auspiciado siempre por momentos de extrema necesidad en una clase trabajadora harta de sentirse explotada. Hoy día, setenta años después, no hay más que echar un vistazo para corroborar que poco o nada ha cambiado; en Argentina, por ejemplo, o en Holanda, pero, sin irnos tan lejos, en pleno centro de Madrid, aunque ésa es una curiosa explotación del explotador...
Saludos.

martes, 5 de diciembre de 2023

Rápido y doloroso


 

¿Cómo trasladar un cuento corto a la pantalla? Wes Anderson lo describe maravillosamente bien en POISON, donde apenas un cuarto de hora le sirve para, al tiempo que vuelve tras los pasos de Roald Dahl, establecer un puente repleto de precisión entre el espíritu de un relato y su conversión a imagen en movimiento. Y captura su esencia, que no es otra que (de nuevo, pero esta vez no sólo visual) el trampantojo; tan intrincado, que nada nos hace sospechar de su amargo y muy jodido desenlace, que se enrosca en forma de hipálage diabólica. Así por encima, un inglés yace inmóvil en su cama, en un recinto vedado en la India; a su casa llega su amigo, que se queda de una pieza cuando éste le relata que tiene una serpiente venenosa en su interior, y que teme ser picado si se mueve. El amigo, desesperado, llama a un prestigioso doctor bengalí, que acude raudo a socorrer al infortunado, aunque el resultado va a ser más extraño de lo que podría parecer...
De nuevo Benedict Cumberbatch, Dev Patel, Ben Kingsley y Ralph Fiennes, dando vida al propio autor, clavan sus interpretaciones, en un jocoso "estatismo dinámico", y proveyendo a esta auténtica delicia de un aroma especial, como de otra época.
No sé si se nota que me ha encantado.
Saludos.

lunes, 4 de diciembre de 2023

Horror subterráneo


 

Película sin pretensiones más allá de ofrecer un relato de terror de los de toda la vida, lo mejor que se puede decir de DEEP FEAR es que su factura técnica no desentona, o que su historia, sin meterse en vericuetos dificultosos, recuerda a un terror de otro tiempo, cuando la serie B apenas aspiraba a ser un entretenimiento digno. El argumento nos remite a otros que nos suenan al instante: grupo de jóvenes turistas (aquí belgas en París) que decide hacer una visita a los intrincados pasadizos de las catacumbas de dicha ciudad, encontrándose con "algo" que no esperaban. Tiene varios puntos fuertes, como su reducida duración, o que el director sea capaz de mantener la tensión sin recurrir a grandes efectismos y reservando el plato fuerte para los últimos minutos. Por contra, hay algunas decisiones inverosímiles, que aluden a la inexperiencia, y en un momento dado, si no se entra en la historia, parece un corto alargado. 
Perfecta para hacer bulto en Sitges, y poco más.
Saludos.

domingo, 3 de diciembre de 2023

Rincón del freak #575: Las chicas ya tienen diversión


 

Bertrand Mandico se ha convertido en un habitual de Sitges, cubriendo prácticamente él solito la cuota de cine extremadamente bizarro del festival, presentando propuestas que no se parecen a ninguna otra, y dividiendo a crítica y público, que, desconcertados, no aciertan a afirmar si están ante un revolucionario o un caradura pagado de sí mismo. Hace un par de años presentó AFTER BLUE. PARADIS SALE, aventura (ojo) western-retro-futurista-lésbico-lisérgico-existencialista... y algunas cosas más que cada uno pondrá a medida que se enfrente a sus indescriptibles más de dos horas. A mitad de camino del primer Jodorowsky y el romanticismo sucio de Paul Morrissey, Mandico embadurna esta historia de venganza y bajas pasiones de una cáscara impenetrable, cuando en realidad su historia es sencillísima. En un mundo futuro, donde dominan las mujeres y los hombres son apenas unos juguetes de otro tiempo, una joven desentierra a una mujer en la playa, sin sospechar que es una sanguinaria asesina, con la que sin embargo establece un vínculo de atracción y sumisión, por la que es empujada por su comunidad a buscarla y acabar con ella. En su favor, diré que Mandico se olvida de cualquier convencionalismo, facturando una película libre y de estética autónoma; por contra, su duración se hace eterna, su trama repetitiva, y a menos que estemos mínimamente entrenados, es difícil que, llegado el momento, no recelemos de un film que casi parece una videoinstalación.
Bizarra es quedarse corto.
Saludos.

sábado, 2 de diciembre de 2023

El tallo trasplantado


 

Ethan Hawke, Oscar Isaac y Joel Edgerton, tres pesos pesados del cine para encabezar la "trilogía del hombre en la habitación", con la que Paul Schrader ha logrado, si no sus mejores films, desde luego sí los más personales y libérrimos. Este año, un poco a escondidas (el precio de la libertad creativa), llegó MASTER GARDENER, tercer y último de estos títulos, con los que el director y guionista, más que otra cosa, ha ajustado cuentas con su pasado, como si jugase a reescribir algunos de sus trabajos más emblemáticos. No es difícil encontrarnos con una versión menos lunática y estrafalaria de Travis Bickle, pero curiosamente más incómoda y subversiva. Sin querer desvelar demasiado, su protagonista, un meticuloso y hermético jardinero, interino en un lujoso jardín propiedad de una Sigourney Weaver, he de decir que espléndida, verá como su inalterable día a día se vendrá abajo con la llegada de una sobrina de la dueña, tras quedar huérfana. Lo más interesante, a mi parecer, es la naturalidad con la que Schrader llega a dominar su estilo, austero y eficaz, a la búsqueda de unas semblanzas que transitan desde lo fantasmagórico hasta un realismo crudo, refractario a cualquier efectismo gratuito. He de decir, sin embargo, que me parece ligeramente inferior a su antecesora, quedando como un estupendo puente entre la pérdida de la fe de EL REVERENDO y el indescifrable nihilismo de EL CONTADOR DE CARTAS. 
Imprescindibles las tres, pero no esperen un gesto de condescendencia de su autor.
Saludos.

viernes, 1 de diciembre de 2023

Entretiempos


 

El pecado mortal del autor que deja de serlo: creer que lo sigue siendo. Sam Mendes intenta apresar demasiadas cosas en EMPIRE OF LIGHT, meterlas en su tarro de las esencias, esperar que todo salga bien. Hay cosas que funcionan en este enésimo elogio al poder curativo del séptimo arte (el de las butacas, los acomodadores, incluso los cortinajes), fundamentalmente Olivia Colman, que parece ir interpretando otra película muy diferente a la que Mendes va desarrollando en paralelo, más lacrimógena e iconoclasta. En mi opinión, podría haberse quedado en el interesante y complejo retrato femenino de una mujer sensible, demasiado para vivir según ella misma, mientras los acontecimientos se le van agolpando hasta empujarla a una nueva crisis psicológica. Lamentablemente, el ecosistema del lujoso cine a las orillas de la costa sur inglesa se va difuminando entre estereotipos, clichés y chistes gastados, y el guion introduce una más que improbable historia de amor, por eso de implementar cuotas y contentar a los usuarios. Llegado el momento, uno no sabe qué película está viendo, una comedia romántica, otra a secas, un melodrama, un "nuovo cinema paradiso", una denuncia racial, un drama psicológico o ninguna de esas cosas. Nada mejor para ilustrarlo que la repentina desaparición del personaje interpretado por Colin Firth, precedido de una escena que podría/debería ser antológica, pero Mendes es incapaz de insuflarle la fuerza y violencia verbal que requeriría.
Así que título intrascendente de un director que las tiene muchísimo mejores, porque ni siquiera me parece una oportunidad perdida, y sí un rato demasiado largo frente al espejo.
Saludos.

jueves, 30 de noviembre de 2023

Quatermass 4


 

La continuación de DR. QUATERMASS provenía, asimismo, de otra miniserie homónima, al igual que ocurriera con la original. Así, QUATERMASS 2 tiene seis episodios para desarrollar el guion de Nigel Kneale, e incluso mostrar aspectos que en el film no estaban por motivos de espacio, como el viaje a la luna, rudimentario pero efectivo desenlace, en el que se explora el terror a quedar perdido para siempre en el vacío interestelar. Por lo demás, aun ampliado, la historia es la misma, con la investigación a cargo de Quatermass de una extraña población, que sospecha sometida por unos extraterrestres, que en realidad preparan una invasión. El cambio más sustancial es el de su protagonista, John Robinson, de exigua carrera cinematográfica (sobre todo en papeles secundarios), y mucho más notoria en teatro. Curiosamente, Robinson fue elegido por el director, Rudolph Cartier, con carácter inmediato y la serie ya en preproducción, por el imprevisto fallecimiento de Reginald Tate, el Quatermass original.
Al igual que ocurría con aquélla, es recomendable ver serie y película seguidas, básicamente para apreciar el cuidado que la BBC siempre ha puesto en sus producciones, incluso en aquella época tan pretérita para la televisión.
Saludos.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #59


 

Éxito tras éxito, el binomio Raoul Walsh/aventuras marinas, seguía reportando buenas cifras en taquilla, lo que llamó la atención de una RKO de capa caída, que intentaba competir con las grandes majors, incluyendo contratos no tan espléndidos, pero con algo más de libertad para los directores. SEA DEVILS es un buen ejemplo de todo esto, aunque no sea tampoco el trabajo más inspirado de Walsh. Es de reseñar las "libertades" de Borden Chase al adaptar la novela de Victor Hugo "Les travailleurs de la mer", desdeñando el trasfondo político (con un Napoleón que aquí es anecdótico), en favor del dinamismo de un grupo de contrabandistas, que se erigen en verdaderos protagonistas. Y si de protagonistas hablamos, no hay que pasar por alto la discutible elección de Rock Hudson, nuevamente insuficiente como torso andante, muy saltimbanqui, pero al que eclipsa por completo la gran Yvonne De Carlo, que reina contundentemente en cada escena casi sin esfuerzo. Por destacar, destacaría, como no, el tremendo ritmo, que la hace ideal como entretenimiento sin grandes ambiciones para una tarde aburrida. Ahora bien, lo de Wilkie Cooper y la noche americana...
Título menor, pero con un gran director.
Saludos.

martes, 28 de noviembre de 2023

Échate un cuentecito


 

Era cuestión de tiempo ver a Wes Anderson haciendo algo como THE WONDERFUL STORY OF HENRY SUGAR. Y es que el formato de mediometraje le viene como anillo al dedo a su concepto de cine, cada vez más teatralizado, inmerso en un trampantojo inacabable y supraadornado. El relato de Roald Dahl es perfecto, una adorable historia sin elementos adorables, un cuento moral para quienes saen que la moral siempre es relativa; y en último término, un retablo de personajes recién horneados en un guiñol que tiene la inteligencia justa, pero sí una buena onda presencial, intercambiando a los actores conscientemente, reafirmando el carácter levemente burlón. Ralph Fiennes, Benedict Cumberbatch, Dev Patel y Ben Kingsley son los pilares de la peripecia de Henry Sugar, típico millonario de cuna, sin familia, aún joven, y al que sólo interesa seguir acumulando riquezas. Pero hay que remontarse a varios años antes, cuando un hombre "sin atributos" irrumpe en la consulta de un modesto doctor en Calcuta, asegurándole que ha desarrollado una técnica yogui para ver sin necesidad de usar los ojos. En poco más de media hora, Anderson nos enlaza ambos saltos mortales, para terminar empatizando con quien de primeras nos parecía un personaje aborrecible. O mejor: otorgar cualidades honorables a quien no determinaríamos como tal.
Y todo comienza con el propio Roald Dahl escribiendo el cuento, mientras prepara su minuciosa liturgia literaria en una minúscula casita...
Saludos.

lunes, 27 de noviembre de 2023

Pajaritos a la tierra


 

Volvamos a Sitges con una película que puede traer a engaño, y no en el mal sentido. Producida por Pablo Larraín, BRUJERÍA se nutre de la mirada documentalista de Christopher Murray (de consolidada trayectoria en ese terreno), para armar un a veces demasiado críptico informe sobre la persecución sufrida por los indígenas en la isla de Chiloé. Esto no es exacto, pero nos sirve para desentrañar su moroso argumento, impactado de exuberantes postales naturales, en un lugar en el fin del mundo, donde el mar es bravo y nunca deja de llover. Allí, un terrible suceso desencadena otras acciones también terribles. Envuelta en la razón de la venganza, Rosa la pide al gran brujo local, que se muestra reticente, pero que verá en la joven a una posible sucesora, así que decide ayudarla. La razón: el brutal asesinato de su padre a manos de sus patrones, unos alemanes afincados en la isla. Lo más interesante termina siendo esa dualidad entre las costumbres ancestrales y atávicas, y la supuesta prosperidad proveniente del antiguo continente, en un choque de culturas sencillamente irresoluble. Es un film muy interesante por lo que cuenta, sin apoyarse en truculencias gratuitas, pero le falta mayor claridad gramática, entenderse con el espectador, teniendo en cuenta que no es un argumento tan complejo. Es eso lo que le resta algún punto, y la deja en una liga muy diferente a, por ejemplo, los conceptos éticos y estéticos en los límites de la civilización de Lisandro Alonso, que es a quien me temo quiere parecerse en demasía.
Saludos.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Rincón del freak #574: Las chicas sólo quieren algo de diversión


 

A veces me pregunto por qué veo algunas cosas que veo, si tendré algún punto masoquista oculto, o si soy un ingenuo pensando que se puede extraer algo positivo de cualquier bazofia. Algo de las dos cosas hay, pero no es menos cierto que existen "cosas" a las que resulta imposible defender, porque no se sabe por qué diablos se han hecho. Más allá de la serie B, del cine kamikaze o underground, todas esas etiquetas le vendrían grandes a estas "películas" que prolifera como las setas, pensando que el secreto de un slasher surge por pura casualidad. THE ICE CREAM TRUCK es una bobada sin pies ni cabeza, que imita torpemente los lugares comunes de este género, mientras se pierde en personajes sin sentido, una ambientación propia de los Teletubbies o un ritmo babosil. O: una señora de mediana edad se muda a un residencial, donde suponemos que ha crecido (pero esto, créanme, da exactamente igual). Mientras espera (muy raro todo) a que su marido venga con sus dos hijos, se entretiene fumando hierba, probándose pantaloncitos cortos y ligándose a un vecino de 18 años, interpretado por un señor de 30. Si lo que la "directora" pretendía era asimilar el portentoso dominio del anticlímax de Ti West, aún me parece peor, porque esos "momentos suspendidos" no son más que una sucesión de escenas en las que no pasa nada, más que ver a gente diciendo cosas mientras entona como en un reality barato. Por rubricar, hay un malo, uno que no da miedo ni nada, y que tampoco se sabe qué hace por allí, ni cuáles son sus intenciones. No como Michael Myers, sino como un tipo random que cada 44 minutos acuchilla a alguien, sin más. Además, la gente muere y a nadie le importa un comino... no sé. Lo único positivo, que no llega a la hora y media...
Terrible.
Saludos.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Ahora como entonces


 

Pensemos en el hecho de manifestarse, en la naturaleza de las protestas que se están llevando a cabo aquí mismo de un tiempo a esta parte. Se habla del derecho a la manifestación, a la libertad de expresión. Me parece bien, pero es una protesta sobre la nada, una cacerolada estudiantil, un pataleo porque preferimos una hamburguesa a las verduras. La Historia sólo sirve para una cosa: poner lo erróneo en contexto y ajustarlo a la realidad, transformándola en un hecho objetivo e incontrovertible. Por ello, la Historia suele estar repugnantemente sesgada, prostituida en en el ladino control de los poderes fácticos, que la usan para perpetuar sus intereses, básicamente económicos. De todo esto habla 13th, el demoledor documental que Ava DuVernay presentó a los oscar de 2016, y en el que la elocuencia histórica nos relata nuestro presente partiende desde la raíz de los problemas, como cuando uno, en lugar de limpiar la suciedad la esconde bajo la alfombra. La enmienda 13 fue la que decretó la abolición de la esclavitud, bien. Luego, hubo unos 100 años de nada en los que ya no había esclavos, sólo ciudadanos de segunda o tercera categoría. Hoy día, por increíble que parezca, personajes como Trump alientan a vuelta a los "buenos viejos tiempos", donde la protesta de un negro equivalía a la paliza de un blanco. Las cárceles americanas "contienen" un 40% de hombres negros, en un diabólico juego económico de producción encubierta, con una mano de obra gratuita. Simple y efectivo. Ustedes saben, yo sé, que, racismos aparte, el dinero lo mueve todo, pero que el beneficio de uno es la ruina de otro, y que mejor la identificación visual que la conciencia moral. O mejor dicho, que nada ha cambiado en el "país de las libertades" desde entonces, sólo tiene colores más definidos y un HD más pulcro. Aquí, como en una realidad paralela ideada por Lewis Carroll, las palomas tiran a las escopetas, y los que protestan son los privilegiados. No les vendría mal un baño de realidad como éste, y lo tienen en Netflix...
Saludos.

viernes, 24 de noviembre de 2023

HHH


 

La entrada de hoy es sumamente especial, no sólo por el carácter, un poco anacrónico, que pudiera desprenderse de una serie emitida en 1980, y que ha mantenido desde entonces su aura de culto. También lo es por el insoslayable hecho de que sólo haya podido llegar a ella 43 años después, y por medio de una fantástica rercomendación, que me llegó desde las islas británicas, donde mantengo una conexión igualmente especial, entre películas, literatura y afectos varios. Sea como sea, hoy hablaremos de HAMMER HOUSE OF HORROR, que a lo largo de 13 episodios supuso la notable revitalización de una mítica productora, la Hammer, que por entonces había dejado atrás su época dorada, y estaba cerca de desaparecer definitivamente. Recientemente he descubierto que se emitió allá por 1981 en la segunda cadena, pero nunca he tenido un solo recuerdo de ello, supongo que influido por el hecho de tener entonces siete años... De todas formas, informo aquí de que existe una edición, más o menos encontrable, en DVD, desde hace unos 15 años, aparte de que se pueden disfrutar sus episodios completos en YouTube.
Y empezamos por el principio, con "Witching time", donde un entregado Jon Finch interpretaba precisamente a un compositor de bandas sonoras para films de terror, siendo su esposa la protagonista. El caso es que en un día de tormenta y whiskies, el tipo descubre a una señora con túnica en el pajar (hay pajar), que resulta ser la dueña de la casa... 300 años antes, aunque reclamarle su propiedad va a resultar algo traumático. Es un buen arranque, con la chispeante Patricia Quinn haciendo de bruja lasciva y porculera, y un tono casi más cercano a la comedia que al terror.
Más sobria y tipificada es "The thirteenth reunion", donde la popular Julia Foster, haciendo de periodista de revistillas "para féminas", descubría el terrible secreto de una extraña clínica de adelgazamiento, donde sus férreos métodos la llevan hasta algo bastante peor e inesperado. Correcta, como si Miss Marple conociera a Clive Barker...
Bastante mejor es "Rude awakening" (no confundir por su traducción con el film de Vittorio deSica), con el solvente Denholm Elliott adelantando (y hay que estar atento a las muchas referencias que implementa la serie) al Bill Murray de ATRAPADO EN EL TIEMPO, solo que en un bucle más horrísono, con el trasfondo de un aburrido trabajo, una monótona esposa, pero la presencia de una despampanante secretaria (Lucy Gutteridge!!!...), que se metamorfosea cada día, porque quizá este hombre no viva sólo una realidad. Correcto, y muy interesante el descubrir cómo ésta o aquélla, más famosas, se parecen tanto a este humilde episodio.
Con ecos de PET SEMATARY o LA PROFECÍA, "Growing pains" establecía un curioso juego de espejos, a raíz de la traumática muerte de un niño, y la posterior adopción de otro, que parece ocultar más de un secreto, aunque el guion juegue constantemente al despiste. No es de los mejores, pero tampoco de los peores, pero los actores están terriblemente mal dirigidos.
El primer punto realmente fuerte es "The house that bled to death", que con su estructura envolvente nos sumerge en el deterioro de una familia tras adquirir una casa supuestamente maldita, ya que fue testigo de unos terribles crímenes en el pasado, pero su bajísimo precio los convence para vivir allí. Inmediatamente, empiezan a suceder fenómenos inexplicables, lo que los llevará hasta una paranoia insoportable, y se plantearán marcharse de la casa. Podría ser un precursor de POLTERGEIST (rodada sólo un par de años después), pero su inquietante giro final le da un regusto más retorcido e inesperado...
No me gustó casi nada de "Charlie Boy", ingenuo acercamiento a la intriga con muñecos de vudú de por medio. Tiene un tono indeciso, casi paródico, y su concepto del terror es anticuado y poco original. No hay mucho que pueda añadir a un episodio decepcionante.
Sin embargo, "The silent scream" parte de una premisa ridícula, para erigirse en uno de los mejores capítulos de la serie. Un tipo con pocas luces (un joven y ya impactante Brian Cox) sale de la cárcel, pero las estrecheces económicas le obligan a aceptar un extraño trabajo, consistente en vigilar unos animales salvajes, que un tipo aún más extraño (y si digo Peter Cushing, no hace falta decir nada más) mantiene enjaulados, a la espera de un enigmático proyecto o experimento. Su guion es estrambótico, e incluso su cartel promocional puede llevar a engaño, pero milagrosamente logra inquietar con sus muchas idas y venidas. No es estrictamente un relato de terror, pero inquiere un par de reflexiones sobre la moral de algunos experimentos, o cómo los humanos podemos ser más terribles que los animales, y de hecho lo somos.
Hay un pequeño bajoncillo en "Children of the full moon" y su desigual acercamiento a la licantropía. Primero porque parecen dos historias que no tienen nada que ver entre sí. Por un lado, el típico coche averiado en mitad de la nada y la llamada de una pareja a un caserón, donde son recibidos, esta vez, por una afable señora (una irreconocible Diana Dors, otrora grandiosa sex symbol), que tiene allí montado una especie de orfanato. La otra historia es saber qué pasa con esos chiquillos en noches de luna llena, claro. Se ve y se olvida.
Si "The Carpathian eagle" no es el peor episodio de la serie, es sólo porque hay otro aún peor. No comienza mal, con una especie de condesa Bathory trasplantada hasta nuestra época, que va ligándose guarretes para hincarles una cachazuda faca en el corazón, en unas escenas, eso sí, que nos llevan directamente hasta el Verhoeven que todos sabemos, y eso juega en su favor. Pero su deslavazado guion, y lo indisimulado de su trama, que se ve venir a leguas, la dejan en un thriller esotérico de andar por casa. No la salva ni la presencia de una señora tan altamente deseable como Suzanne Danielle, quue se dedicaba a hacer de Eva Nasarre en Albión, y luego se casó con un señor para ser feliz en su matrimonio, claro...
A años luz, "Guardian of the abyss" transita entre la pesadilla recurrente de Poe y el horror cósmico con sectas y dioses innombrables de Lovecraft, para construir un solvente relato sobre un espejo adquirido en una subasta, que desencadena un inusitado interés por diversos personajes, que intentan engatusar, cada uno a su manera, al coleccionista que se ha hecho con él, sin sospechar que sus secretos pueden ser fascinantes, pero también horribles. Es de los episodios más complejos y mejor realizados, aunque alguna actuación (una constante en la serie) es susceptible de mejora.
Con "Visitor from the grave" tocamos fondo. No es que sea una basura, ni mucho menos, pero su concepto del terror provoca más risa que otra cosa. Como si Abbott y Costello fueran invitados en Scooby Doo, un tipo llega a una casa en plena noche para ahostiar al dueño porque le debe dinero, pero encuentra a su mujer en camisón y decide cobrarse en especie, recibiendo un perdigonazo en la cara y un sueño reparador por parte de ella, que a la mañana siguiente es despertada por su santo, que la ayuda moralmente enterrando al finado. Luego, claro, ella ve un aparecido con la cara pingueante de sangre, pero nadie la cree. Para rematar, llaman a un hindú con poderes para extirpar al posible espíritu del incordio, en una sesión que nadie podría tomar en serio. Se remata todo con un giro final no ya sonrojante, sino directamente tontísimo. La cosa es, que como comedia involuntaria puede tener hasta su gracia y todo...
Y del peor nos vamos directamente al mejor episodio de todos. "The two faces of evil" está estupendamente escrita por Ranald Graham, y muy bien dirigida por Alan Gibson (¿Qué obra nos podría haber dejado este señor de no haber fallecido con sólo 47 años?). Las interpretaciones, especialmente Anna Calder-Marshall, están a la altura, lo que se agradece una enormidad. Pero su punto fuerte es la historia, que con muy mala baba nos lleva hasta el territorio, por ejemplo, de BODY SNATCHERS, aunque hay más de una referencia oculta aquí, como la apropiación que Kevin Williamson haría, casi dos décadas después, en SÉ LO QUE HICISTEIS EL ÚLTIMO VERANO, por poner un ejemplo muy burdo. Incluso el hecho de comenzar con un accidente de coche no me molesta, y me inquieta muchísimo su espeluznante idea de la suplantación de identidad. Una pareja viaja junto a su hijo y recoge a un autoestopista, que les ataca y provoca un fuerte choque. Tiempo después, la mujer y el niño se han recuperado en el hospital, pero su marido ha sufrido cortes que no le permiten hablar. El atacante no sobrevivió, y todo se marchan a casa para volver a la normalidad, pero puede que nada vuelva a ser normal... Magnífico episodio, y por mi parte podría haber sido un largometraje sin ningún problema.
Y para acabar en todo lo alto, la serie se cierra con el segundo mejor episodio, "The mark of Satan", que nos introduce en una espiral de locura paranoide, cuando el empleado de una morgue se obsesione con el número 9, hasta el punto de relacionar cada suceso de su vida con dicho número, haciéndole pensar que es víctima de una terrorífica conspiración. Mezcla alucinada de LA SEMILLA DEL DIABLO, LA ESCALERA DE JACOB y (atención) PI, de Darren Aronofsky, es el capítulo más alejado del terror convencional, para entregar un desolador informe sobre el punto de vista de una mente desquiciada, que ya no sabe distinguir entre los sueños y la realidad. 
Y esto es todo, que no es poco, porque la serie merecía un repaso de este tipo y porque la he disfrutado mucho. Así que gracias por la recomendación a quien corresponde...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!