viernes, 26 de julio de 2024

Captar la atención o desviarla


 

A menudo nos topamos de frente con la estandarización de la imagen, echando la culpa a "esos flojos asalariados", que aun teniendo cada vez más medios a su alcance son incapaces de arriesgar lo más mínimo. No es justo, en la medida de que la imagen transita su propio camino al margen de nuestra voluntad, del mismo modo que ese supuesto mal es inherente a cualquier época, a poco que investiguemos con paciencia. El caso de BROADCAST SIGNAL INTRUSION es inversamente proporcional a esta afirmación, lo que al menos supone un punto de interés para una película mejor rodada que planteada, y no digamos que resuelta. O: volvemos al cansino subgénero del found footage, pero no importa. Podríamos estar ante un film de terror, mejor intriga, pero también da igual. Las interpretaciones desembocan siempre en la circunspección, que es el refugio del director mediocre, pero no nos quedemos aquí. El film de Jacob Gentry (responsable de aquella interesante THE SIGNAL) tiene aroma, casi todo proveniente de la desnormativización de sus imágenes, que se valen del enclave argumental de estar en un 1999 repleto de cintas de video, cabinas de teléfono y gente fumando en bares, para ambientar la deriva (posiblemente psicológica) de un archivador de video, obsesionado con unas perturbadoras emisiones pirata, tras la desaparición de su mujer. Con un pie dentro de la imponente POSSESSOR y otro en los laberintos sin salida de UNDER THE SILVER LAKE, es necesario llegar hasta el final sólo para descubrir que sus guionistas no tenían ni puñetera idea de cómo resolver lo que no es más que un inquietante experimento atmosférico (qué desaprovechada la banda sonora de Ben Lovett), tan evocador como vacío, tan arriesgado en la forma como cobarde en su narrativa.
No es mala, y eso me irrita aún más.
Saludos.

jueves, 25 de julio de 2024

El último baile de los condenados


 

No seme ocurre mucho original para decir sobre THE DIRTY DOZEN, título mítico, reverenciado y referenciado, ejemplo de construcción de guion en torno a la mixtura desaforada de géneros y, finalmente, lujo cinéfilo para quienes aún dudan de que dos horas y media se pueden pasar volando. Apenas reseñar que ya me sorprendía que no hubiese aparecido antes por aquí, aunque tengo en mente haberla visto un buen puñado de veces, tan sólo para corroborar que su vibrante historia se mantiene fresca y bien engrasada. La correspondencia o el rechazo con los personajes, no todos igual de bien dibujados, pero los que lo están pertenecen al imaginario del cine de todos los tiempos. Viajando entre la sorna y la sátira de su primera parte, nos es introducido el grupo de condenados, unos a muerte, otros a trabajos forzados, que son reclutados a regañadientes para una misión suicida, tutelados por un comandante igual de indisciplinado, que se identifica rápidamente con unos hombres que realmente no tienen nada que perder. Es uno de los títulos dorados de Hollywood y de su director, el gran Robert Aldrich, que mantiene el pulso sobre una historia siempre al borde del desastre, pero que se beneficia asimismo del ágil guion de Nunnally Johnson y Lukas Heller. Mención aparte su desbordante elenco, que sigue impresionando tantos años después; con unos inmensos Lee Marvin, Charles Bronson, John Cassavetes, Telly Savalas, Ernest Borgnine, Robert Ryan, George Kennedy, o un Donald Sutherland aún abriéndose hueco en la industria, y que en mi opinión compone un personaje absolutamente inolvidable.
Mítica, infaltable, obra mayor del bélico expresivo.
Saludos.

miércoles, 24 de julio de 2024

Plátano es


 

Es extraño comprobar el pudor que rodea a gran parte de la crítica (plataformas, tributos) para no señalar, al menos, lo evidente. Lo evidente no es la calidad de una película, que podría estar apoyada en dédalos u otros óseos, nutrientes y residuales, que en sincero congojo no nos pille a contrapié, como sí lo hace con esta bobada titulada FINGERNAILS, que nadie ha visto, nadie ha reseñado y todos genuflexan pimpolleramente ¿Por qué? ¿Será porque será que es verdad que será que lo de Lanthimos será el pellejo de las lanzas de Próspero? Ojo, que Christos Nikou ni siquiera lo oculta, saltando de tirona de un fibromiálgico panoplio helénico-trapecista a nada menos (no hay menos) que Apple TV+, que ese no-lugar habitado por tendentes a la desaparición voluntaria. Se lo pongo fácil a usías: gente lánguida, sin agobios pero grisura fenomenal, pernoctan un mundito replegado sobre sí mismo, en el peor futuro posible, que será de interiores. Se dicen cosas así como de persona normal, siempre están cansados y fían su felicidad romántica a una máquina en la que introducen una uña de cada uno... con lo que duele eso. O mejor aún: me compro un megáfono y te chillo en la oreja que quiero follarte hasta las heces, pero tú das a entender que aún has de consultar el horóscopo de Esperanza Gracia, con los dedos cruzados y un par de uñas menos... Y así hasta un desenlace apesadumbrado, niñatil, donde se comerían las uñas de tenerlas, claro. 
Ahórrense dos horas simplemente insufribles.
Saludos.

martes, 23 de julio de 2024

De dos en dos


 

ZWART WATER (internacionalmente se comercializó como TWO EYES STARING) es una película que recogió cierto aura de culto desde su estreno en 2010, avalada por lo que es su mayor hallazgo, un guion que quiere evitar a toda costa las habituales trampas del cine de fantasmas y casas encantadas, centrándose en la intrahistoria de por qué la niña protagonista tiene "encuentros" con un ser del más allá, o eso creemos. Me parece bien, por lo que tiene de naturalizador, porque aunque estemos ante un film de terror lo importante siempre es encontrar el sentido práctico de lo que se cuenta. Ahora bien, tiene un ritmo apesadumbrado, plomizo, ni siquiera buscando el gótico, simplemente tirando al bostezo. Es decir, que el planteamiento es interesante pero la ejecución me deja tan frío como la posible emotividad que, lástima, el director es incapaz de encontrar por muchos esfuerzos que hace. 
No es tan mala como parece, pero tampoco tan buena.
Saludos.

lunes, 22 de julio de 2024

El triunfo del mal


 

Hablemos de lo extraordinaria que es WERCKMEISTER HARMÓNIÁK, de cómo Béla Tarr sublima el sobrecogedor texto de Krasznahorkai, para construir una película que, con claridad meridiana, expone cómo el mal más abyecto surge del modo más inesperado, adueñándose de los mediocres y aniquilando a los inocentes. No es más, ni menos, aunque haríamos mal en detenernos en el virtuosismo del maestro húngaro, y donde debemos detener la mirada es en la simetría (ampliamente bien/mal) construida en torno de Janos, el inocente, que encuentra la armonía celestial en una taberna repleta de borrachos, que admira el callado trabajo de artesanos y sirvientes, que escucha sin comprender al descreído musicólogo, que vendría a representar su faceta oscura. Lo que supone el desastre definitivo proviene de varios acontecimientos. La llegada de la tía, con una fatídica misión, y la surrealista función ambulante, consistente en una gigantesca ballena disecada y un misterioso personaje "El Príncipe", que ejemplifica lo peligroso esa "propaganda invisible", capaz de penetrar por cualquier rendija en cuanto una sociedad se descuida. No se me ocurre una película tan certera para representar el fascismo desde su concepción más primigenia, tan terrible en su evocación de la derrota de quienes defienden la libertad (la que no cae como saliva de comisuras satisfechas), tan bella y tan difícil de mirar. Su tramo final nos pone en una disyuntiva complicada de digerir, pero es verdad que hay que tener entendederas, y eso siempre ha sido doloroso...
Aldabonazo de lucidez sobre una Europa podrida.
Saludos.

domingo, 21 de julio de 2024

Rincón del freak #608: Honores causales


 

Recientemente, y en compañía de una cinéfila en ciernes, he vuelto a repasar el estupendo universo creado por Paco Plaza y Jaume Balagueró, disfrutando de su frescura, falta de prejuicios y, sobre todo, originalidad. También para darme cuenta de que me había perdido el instantáneo remake que se produjo en Yanquilandia sólo un año después. Es entonces cuando aparecen los prejuicios, y con razón, puesto que QUARANTINE parece hecha con papel de calco. "Parece", cuidado, porque el director de la magnífica THE POUGHKEEPSIE TAPES, John Erick Dowdle, factura una película sorprendentemente solvente, respetando todas las claves que hicieron de [·REC] un clásico contemporáneo, y permitiéndose algún que otro empujón de fabricación propia, que evita la sensación de estar ante una burda copia. Así las cosas, ha sido inaudito que QUARANTINE no me molestara en absoluto, y que más bien la estuviese viendo con una sonrisa cómplice ¿Lo único que se le puede achacar? Evidentemente, que denota la vergonzante escasez de talento en un cine estadounidense abocado a su condición de factoría industrial de hamburguesas visuales, unas más sabrosas que otras...
Saludos.

sábado, 20 de julio de 2024

El huevo, la castaña y el genio


 

Que THE PIT AND THE PENDULUM es representativa al máximo del cine entendido por Roger Corman no lo niega casi nadie a estas alturas. Que Richard Matheson se pasó el relato de Poe por el forro de los cojones, pues también. Que nos da igual, ni cotiza. Así que pónganse manos a la obra y disfruten de esta oda al cine de culto con las siguientes postales, que ni siquiera necesitan estar en orden. Ahí, apertura con un castillaco absurdamente enclavado en una playa, donde además bañarse es una quimera por el tiempo de perros que la azota. Un arranque casi psicodélico, con lámparas de lava en los créditos y otra llegada de un joven enfurruñado, porque su hermana la cascó tras casarse con un señor que viene de antepasados inquisidores. Este señor es Vincent Price, que en menos de hora y media viste batines sedosos, calzones de los de media, para rematar con una capucha diabólica, que sólo le falta el tridente. Está también la hermana, compungida. Todos se levantan y acuden a otras estancias tras escuchar un extraño sonido, y todos asisten con cara amniótica a las certeras explicaciones del matasanos, que también ha venido por si acaso. El hermano intensifica su mosqueo, hasta que descubre la célebre cámara de torturas, no sin esquivar telarañas de las que no se quitan fácilmente, y sufrir, en un giro doblemente copernicano, los tormentos del esquizoide aparato del título, que ni Corman ni Poe eran de evitar los spoilers. En definitiva, un clásico camp, pulp, cheesy y otros adjetivos británicos, y una peli que da gusto ponerse un sabadito por la noche con un helado de lima y unos chupitos de Jim Beam. Una de esas maravillas que Corman rodaba con el suelto del pan entre firmar un contrato y otro. Y por eso, digo yo, luce tan fresca aún.
Saludos.

viernes, 19 de julio de 2024

Sábado 14


 

Reconozco que la premisa argumental de IN A VIOLENT NATURE debe ser una de las que he encontrado más fascinantes y estimulantes, al menos en cuanto a estrenos recientes. El slasher es un subgénero que me suscita una gran curiosidad, pero cuya precariedad intrínseca (diría que incluso aceptada) me pone de mala hostia, por culpa del infantilismo implícito en la mayoría de estas producciones. Lo que supuestamente propone Chris Nash en su ópera prima, debería ser una vuelta de tuerca de 180 grados, para situarnos justo en el punto de vista del asesino, el monstruo, que es sistemáticamente relegado a un ente que aparece solamente para rebanar pescuezos y hacer gritar a señoritas sin sostén. El dictamen final es el de un quiero pero "no puedo del todo", que ya es mucho viniendo de donde venimos, y le perdonaremos los recursos provenientes del cine independiente, aunque aclaro que no he visto al pesado de Malick por ninguna parte, y sí al Gus van Sant de ELEPHANT, pero sobre todo (permítaseme el guiño cultureta) las incursiones de personajes en la naturaleza del filipino Lav Diaz, que me han parecido mucho más interesantes que las, por otra parte, imaginativas muertes de rigor. Hay atisbos, mínimos, de un impulso metafísico, dejándonos a solas con esa "bestia sobrenatural", en lo que parece un destello de humanidad, y creo que por ahí debería haber ido el corpus de este film, que es muy interesante y se ve con esa cuota de sorpresa tan difícil de encontrar en el cine de género actual. 
Bien en líneas generales, porque se puede ver, e incluso tiene un par de escenas verdaderamente bien rodadas, pero me interesa mucho más saber si se abre aquí una posible deriva que nos alivie de tanto producto precocinado.
Saludos.

jueves, 18 de julio de 2024

Acercarse a la llama


 

Las casas comunales en los barrios periféricos, donde se arracimaban los aspirantes, personajes que revolotean, a veces sin sentido, derrochando sus sueños en las piruetas de noches inacabables, exaltando la posibilidad de que mañana, siempre mañana, sería el gran día para llegar a la Arcadia, Hollywood. En uno de ellos se encuentra un joven y ambicioso pintor, educado en Yale, que se abre camino más por medrar con los "pequeños magnates" que por su talento real; y por otro, una eterna aspirante a actriz, hija de un payaso olvidado, ni tan joven ni tan bella, pero con ese aura que desprenden los malditos, los hechizados, capaces de atraer a su alrededor a ricos y desharrapados, cowboys, enanos y, en último término a gente sin amor. Sobre todo esto versa THE DAY OF THE LOCUST, intensísima, libérrima e imposible adaptación de la devastadora novela de Nathanael West, que mostrando muy poco de aquel Hollywood de los 20 y los 30 trazaba un implacable mapa de mortales, dioses y polillas danzando demasiado cerca de la llama más brillante. Y es una pena que el guion de Waldo Salt no logre en ningún momento apresar la poesía, de lentejuelas, mierda y alcohol, de la obra original, sobre todo porque el británico John Schlesinger realiza un despliegue de facultades impresionante, saltando de los momentos íntimos al barroco de grandes espacios, que, efectivamente, otros han copiado impúdicamente en su "Babilonia" personal. Gran elenco, amplísimo, repleto de actores y actrices que dan forma a este sobrecogedor tratado sobre el patetismo como trastienda de la fábrica de sueños. Y sobre todos ellos, un actor enorme, cuyo personaje aparece nada menos que a los cuarenta y cinco minutos, pero es pieza clave para entender la deriva de esta desmesurada historia. Donald Sutherland encarna a un hombre sin luces, de ningún tipo, que también por unos instantes cree haber dado con algo parecido a la felicidad, pero cuando se da cuenta de que no son más que otro montón de polillas a punto de quemarse es demasiado tarde. Desconozco la anécdota, pero no debe ser casual que su nombrer fuese Homer Simpson...
No es una obra maestra porque es destartalada casi conscientemente, pero su tramo final está al alcance de muy pocos directores. Reivindicarla es de justicia.
Saludos.

miércoles, 17 de julio de 2024

Un ballet tosco


 

Sin perder mucho el tiempo en ella, diríamos que ABIGAIL es una película mejor planteada que resuelta, y que al menos es capaz de ofrecer una buena parte de su metraje como un film de terror en el que lo divertido siempre es intuir sin saber. Partiendo de una premisa sobre la que flota descaradamente ABIERTO HASTA EL AMANECER, sus primeros minutos nos presenta a un grupo a punto de ejecutar un elaborado plan, mediante el que secuestrarán a una niña, refugiándose después en un caserón, donde el cerebro de la operación les explicará las precauciones que deben tomar hasta el día siguiente, puesto que la niña es hija de un poderoso mafioso... aunque eso quizá no sea lo peor. No hay que esperar mucho de una cinta emboscada en sus propias deudas con el género, encaminándose inevitablemente a una parte final bastante rutinaria, y que acaba de un plumazo de todo lo bueno mostrado anteriormente, sobre todo la mezcla de comedia y un suspense típicamente whodunnit?, que al menos la convierte en un producto digno y entretenido para este verano lento y desenfocado...
Saludos.

martes, 16 de julio de 2024

Ejemplos anteriores


 

Llevaba muchos años, demasiados a lo mejor, queriendo ponerme con MANHUNTER, un film en mi opinión injustamente olvidado, eclipsado incluso por la conmoción que supuso (ojo, sólo cinco años después) EL SILENCIO DE LOS CORDEROS. Es cierto que, mirada con perspectiva, la exposición de la obra de Thomas Harris da la impresión, argumentalmente, de ser un extraño refrito de todo lo que hemos visto después (serie incluida), pero hay que hacer un aparte en el trabajo, en el más amplio sentido de la palabra, de Michael Mann, que efectúa aquí uno de sus films más depurados y anticipatorios. Filmada en 1986, casi todo lo que vemos es puramente "ochentero", sea eso lo que sea, pero la impresión final es la de encontrarnos, varios años antes, con una especie de protodigital, medio del que Mann ha sido defensor y visionario. Aun con todos sus problemas narrativos (inherente a su director), estamos ante un thriller fascinante, emisor de una oscuridad inquietantemente prístina, seguimos al investigador Will Graham (un contenido William Petersen), reclutado para seguir la pista del "Dragón Rojo", para lo que recurre nada menos que a Hannibal Lecter (Brian Cox, marcándole el camino a Mr. Hopkins), en un apasionante duelo de inteligencias superiores. Todo lo que crea Michael Mann, visual o argumentalmente, ha sido usado con posterioridad, y no estoy tan seguro de que mejor. Por todo ello, no es mala idea recuperarla, tanto si se es fan de esta sangrienta saga como si se es profano, y volver a darnos cuenta de lo escurridiza que es la palabra "original".
Saludos.

lunes, 15 de julio de 2024

Sumarísimo


 

Es imprescindible no desmarcarse de la importancia de la trascendencia despertada por la figura de Pierre Goldman durante los años en los que se convirtió en contradictorio adalid/mártir de cierto sector de la izquierda francesa. El desconocimiento en nuestro país de esta figura también juega en contra de un film tan aferrado a sus códigos internos como LE PROCÈS GOLDMAN, centrado en el tumultuoso juicio a un personaje excesivo y contradictorio, que nunca pretendió ser ejemplo de nada (fue un famoso atracador de bancos), pero defendió obstinadamente su absoluta inocencia cuando fue acusado de asesinar a dos mujeres en el asalto a una farmacia. Es, en esencia, una típica película de juicios, sostenida por la intensa interpretación de Arieh Worthalter, y que acierta al identificar sutilmente los intereses ocultos de sectores afines a la extrema derecha para literalmente crear un monstruo, enclavarlo en aquella izquierda intelectual, y apuntarse una victoria más política que judicial. Nada ha cambiado, y tristemente seguimos teniendo ejemplos de este tipo cinco décadas después, en una Europa que se arroja a las fauces del fascismo con ingenua insensatez. Goldmanera orgulloso, altivo, impertinente, pero tocaba el nervio que más duele al señalar a los verdaderos culpables del sistema. Murió tres años después de salir de la cárcel, y nunca se supo la identidad de su asesino. Vean esta película no como un reto o una venganza, más bien como un espejo que refleje nuestra triste actualidad.
Saludos.

domingo, 14 de julio de 2024

Rincón del freak #607: Malincheando al troll en terreno de fideos y posturas


 

Un poco de actualidad, que hase musha caló. Estimula ver a un desencajado Nacho Cano con un montón de jovencitos comprados (nunca mejor dicho) a las espaldas, hablando de cunetas (quién lo diría) y poniendo de manifiesto que la letra del "blues del esclavo" (búsquenla) era cosa suya, porque el hermano era más de óperas lunares. Se basa este desdichado en una máxima no escrita que dice: cualquier cosa vale con dinero ajeno. Curiosa filosofía para quienes defienden a capa y puñal lo del individuo por encima de su razón social, que le quedaba bien a Cioran o a Debord, pero queda raro en un tipo que resignificó aquello de las "manos blancas", mientras correteaba alocado y guitarra desenchufada en mano entre los familiares de un político asesinado, y luego subía a duras penas (búsquenlo también) a un escenario repleto de señoritas en tanga. Esto fue así, y ahora no ha cambiado. Que la desvergüenza es un hecho aceptado y coreado es un krispis con leche desnatada, pero nos encanta que de vez en cuando los cadáveres abandonen sus jaulitas de oro (o platino) y se desgañiten convenciéndonos de que son unos perseguidos, galimateando el proverbio brechtiano, porque "ellos" pensaban que la poli sólo detenía a los "otros"... Como diría el pequeño gran hombre: "Ay, Nacho, Nachito, Nachete"...
Non ti preoccupare, porque no nos olvidamos del séptimo arte, y hoy traemos una joya de esas que permanecían injustamente olvidadas (como una canción titulada "focas"), pero que ya se está tardando en remaquetear, sea al Oeste del Este, o donde sea. SENGOKU JIEITAI, que en cines de verano se intituló ECLIPSE EN EL TIEMPO, es una ida de olla maravillosa de 1979, en la que se narraba cómo un batallón entero de militares se veía transportado nada menos que a la era feudal, donde se encontraban cara a cara con un shogunato repleto de samuráis, geishas y cuencos de arroz. Atendiendo a la desmesura nipona, estamos ante dos horas y media de soldados respondiendo con ametralladoras a arqueros, y duelos a espada que se resuelven por la fuerza de las pistolas. La película, con algunos problemas de ritmo, se crece en su tramo final, cuando el director se pone en modo Kurosawa y empieza a filmar banderines en panorámico, mientras un helicóptero aparece en lo alto, como si el director de RAN se hubiese fusionado con el Coppola que filmó otra cosita ese mismo año. 
Es excesiva, desmesurada, impúdica y por momentos alucinada... Como un teclista a dos manos invocando ayudas comunitarias, que para eso somos todos hermanos...
Y para acabar, espero que en el momento que este escrito salga a la luz (y si no me han venido a detener) seamos campeones de Europa, ya que, como habrán intuido, el tecleo se efectuó algunas jornadas antes...
Saludos.

sábado, 13 de julio de 2024

Mínimo guiñol


 

No seré de los que le emocionaba la idea de ver ampliada la saga/franquicia de los Shyamalan, por lo que el sorpresivo anuncio del estreno de THE WATCHERS, primer largo de la vástaga Ishana, venía acompañado de un "meh" de franca indiferencia. Y, a ver, THE WATCHERS no es un desastre, no es una ida de olla, ni una segura factoría de memes. Pero tampoco es la gran cosa, y por los motivos más mundanos que podamos imaginar. Al igual que M. Night, su padre, la construcción de una premisa inquietante es impecable, manteniendo el interés durante gran parte del metraje; una vez descubierto el invento, claro, nos encontramos ante un film rutinario, que repite fórmulas y clichés desvergonzadamente, lo que muestra una falta total de ambición creadora. Con lo que se tarda en llegar al motivo principal (un búnker en mitad de un bosque, donde cuatro personas reciben la visita nocturna de unos seres, a los que no pueden ver por un cristal que hace efecto espejo), es sorprendente que la historia continúe por un sitio que nos han mostrado cientos de veces, en lugar de incidir en la extrañeza de dicha situación argumental. Les diría que no querría arruinarles con un spoiler innecesario, pero es que ni siquiera hace falta; tan sólo les diré que hay que ser muy torpe para que el clímax de tu película sea lo más aburrido con diferencia. 
Sólo la recomendaría a incondicionales de aquel Shyamalan que solía ser, o a gente que no piense mucho pero realmente piensa que sí lo hace...
Saludos.

viernes, 12 de julio de 2024

Amar, matar, morir


 

En 1981 se estrenó EYE OF THE NEEDLE, intensísimo thriller de espionaje situado en los comienzos de la WWII, que por una parte es la mejor novela de Ken Follett, y por otra una de las mejores interpretaciones de Donald Sutherland, que literalmente se adueña de la pantalla metiéndose en la piel de un turbio e indescifrable espía nazi. La complejidad de este personaje es la de un ser en principio despreciable, que mata a sangre fría para no ser descubierto, y que luego nos descubre una inusitada humanidad, justo cuando llega a una remota isla, donde vive un antiguo piloto de aviones británico, paralítico por un absurdo accidente de tráfico, su mujer y su hijo pequeño. A partir de ahí se construye un extraño juego de sospechas y correspondencias, donde la mujer cree haber encontrado una relación plena, hasta un desenlace que se desmarca del cine de espías, para ingresar en un suspense que le debe mucho al Hitchcock británico, con personajes poliédricos y motivaciones ocultas. Junto a Sutherland, es destacable la interpretación de la también canadiense Kate Nelligan; y juntos sostienen maravillosamente un film que se debería reivindicar más, y que es otro de los múltiples ejemplos de versatilidad de este irrepetible actor.
Saludos.

jueves, 11 de julio de 2024

Featuring


 

THE FALL GUY es una película que hay que saber leer forzosamente en el contexto que propone, que básicamente es un brioso homenaje al mundo de los especialistas de cine, un mundo que el director David Leitch conoce al dedillo, y que le sirve para explicitar otro homenaje a una serie ochentera ideada por el inefable Glen A. Larson, y que por aquí no recuerdo que tuviese ningún predicamento. Puede que sea el film de Leitch con mejor guion, balanceándose entre diversos géneros, y resolviendo aceptablemente bien la ejecución del mismo en base a la historia de un doble de acción (Ryan Gosling) que pierde el culo por una directora de fotografía (Emily Blunt), y que sufre un accidente que le obliga a retirarse. Todo lo que ocurre después es mera excusa para maridar un tsunami de escenas de acción con un tono de comedia física, al tiempo que intentan emerger una historia romántica cogida por los pelos y una trama con una conspiración, más que elaborada diría que enrevesada. El resultado es un film entretenido, sin una sola de las pretensiones que he leído por ahí, y que sirve para un día canicular sin mucho que hacer. Pero diré una cosa: si os tomáis en serio a vosotros mismos no elijáis a Phil Collins para el karaoke... 
Dicho queda.
Saludos.

miércoles, 10 de julio de 2024

Humillación y decadencia


 

Debatiéndome en este caluroso verano entre unas vacaciones que no son tales, pero he de obligar a que sean, y el sentimiento de escribir a toda costa, decido seguir adelante con el heterodoxo repaso a la filmografía de Roger Corman, precisamente en el punto de inflexión por antonomasia (no caben más lugares comunes, pardiez; se nota el exceso futbolero), en el que Corman abrazó a Edgar Allan Poe, un señor llamado Vincent Price y el Technicolor de Les Baxter, por ese orden. Se puede considerar HOUSE OF USHER como el disparadero de esta nueva y excitante etapa, donde la sublimación de un romanticismo exacerbado, de un cartón piedra necesario, da paso a un tratado sobre la abulia, el encierro voluntario y la depresión, que sí me parece el pivote básico del magistral relato de Poe. En menos de 80 minutos, y con el excepcional trabajo de guion de Richard Matheson, tenemos dos bloques diferenciados, que son la llegada del joven Philip Winthrop a la siniestra mansión de los Usher, con la intención de encontrarse con su amada Madeline y casarse con ella, pero donde sólo encontrará la extraña oposición del hermano mayor, Roderick, que insiste en la imposibilidad de tal enlace, por culpa de una fatídica maldición, que ha condenado a toda su estirpe a sucumbir tras los muros de una casa que amenaza con colapsar y tragarse a quienes la habiten. 
No me alineo con quienes se espantan ante la teatralidad del film, que me parece básica para evocar la pluma de su autor, en la que es su obra más intrincada, compleja y enigmática, de lo que da fe la reciente vuelta de tuerca que le dio Mike Flanagan, explicitando las posibilidades de este descenso al horror gótico, al tiempo que homenajeaba sus fantasmagóricas imágenes, a las que tantos directores posteriores se han adherido posteriormente. Si fue Corman un precursor del giallo o no, es materia de excitante discusión; personalmente me quedo con su capacidad para agilizar cualquier proyecto, y dotarse de la posibilidad de trascender su propia época... ¿Poe?... Poe...
Saludos.

martes, 9 de julio de 2024

Solo contra el peligro


 

REPTILE es una película a la que todo le viene grande. La solemnidad enfundada, aprendida ya de otros mejores, al menos más arriesgados. El ritmo proveniente de esa circunspección, que subraya lo lento como interesante, pero sólo sirve para alargar hasta dos horas y cuarto una trama que... La trama, dos puntos. La trama es un señor deambulando, como cansado, incluso zarandeado, sobrepasado. La perfecta analogía de este thriller que se empeña en embarullarlo todo, entiendo que para disimular un argumento con más agujeros que un queso de esos con agujeros. Es la típica historia de cine negro, pero mal contada; con sus sospechosos y sospechas que, vaya, no van a ninguna parte, porque nadie miraba en la dirección correcta. En realidad, todo podría y debería haberse simplificado desde el arranque, que no está mal, pero parece ideada por un trilero al que le adivinan la bolita. Está Benicio del Toro, menos mal, porque hace lo que puede para resultar creíble en este émulo de tantos títulos que te van viniendo a medida que ves la impericia y, aún peor, la convicción de que se pueden atar todos los cabos en apenas diez minutos finales que son el colmo de la premura inusitada y para entonces transfigurada en un mamoneo de los de época. No sé a qué se quiere parecer, pero no lo consigue en ningún momento; ahora, seguro que para lo que ofrece Netflix puede oler a caviar. No lo es.
Saludos.

lunes, 8 de julio de 2024

Ni en vivo ni en directo


 

Como un parto, o casi. Más de nueve meses destripando el festival de Sitges, que para eso el señor Salas ha dispuesto un cartel inacabable, más propio de una programación anual que de los pocos días en los que queda patente que priman los intereses comerciales que los puramente artísticos. Creo que es hora de ir a otra cosa, atestiguando esa máxima que nos viene a decir que para encontrar algo de oro hay que cribar mucha mi... arena. Sea como fuere, he logrado no encadenar un año con otro, que ya sería el remate, y pulsar el "pause" con uno de los platos fuertes de esta edición, aunque ya puedo decir que ni el mejor, ni el segundo, ni el tercero. Aun así, me queda claro que LATE NIGHT WITH THE DEVIL es un fenomenal ejercicio de estilo, con un guion no tan bueno como su galardón indica, pero sí una excepcional puesta en escena (al menos mientras aún no nos hemos acostumbrado a ella) y un actor superlativo, David Dastmalchian, que nuevamente me parece un pelín desaprovechado. Saldadas las (pocas) cuentas, estamos ante un film epatante, al que no le importa mostrar sus cartas, puesto que ello forma parte de la siniestra función preparada por los hermanos Cairnes, de quienes pude ver su lejano segundo trabajo, la correcta SCARE CAMPAIGN. Aquí, invisten el relato de terror con el cansinismo de un found footage que afortunadamente es anecdótico, y sólo sirve para dar la impresión de que asistimos a la emisión en directo de uno de esos "late nights" en los años setenta. No les desvelaré mucho de su impactante trama, pero sí he de señalar que el film se maneja mejor en la construcción que en la ejecución, y al menos culmina un final medianamente original, fiel al trampantojo que constituye todo su argumento. Una película de terror que utiliza los elementos de otra época para erigirse como una de las propuestas más interesantes de los últimos tiempos, que no es mucho ni poco, sino un toque de atención a la peligrosa deriva de eso del "terror elevado".
Y dentro de nada ya saben...
Saludos.

domingo, 7 de julio de 2024

Rincón del freak #606: El requetehomenaje


 


¿Cómo se hace un homenaje a tu máximo referente cinematográfico, sin copiar nada, pero manteniendo intacto el espíritu del original? Hay ejemplos, la mayoría fallidos, que no consiguen hacer pensar en la idoneidad del remake disociándolo de lo que no es más que una burda copia. Lo que hizo Frank Oz en 1986 con LITTLE SHOP OF HORRORS es celebrado por extraño, por tratar con respeto la proeza de Corman, adaptarla a los espectadores de 25 años después, y además afrontar un musical que dinamiza todas las partes. La película está ahí, como un fotograma mejorado, con un reparto maravilloso, capaz de solventar los números musicales con la comicidad grotesca que impone la enfermiza relación entre Seymour (perfecto, Rick Moranis) y una Audrey espectacular, que necesitó de un amplísimo equipo que la hiciera posible, y a la que ponía voz nada menos que Levi Stubbs, vocalista de los Four Tops. En resumen, todo un ejemplo de cómo abordar una película de culto, precisamente para construir un culto diferente aunque similar, y que para la historia ha dejado momentos icónicos, como el protagonizado por Steve Martin y Bill Murray, dando justa réplica a aquel jovencísimo Jack Nicholson. Merece la pena buscar la versión del director, en la que Oz ya alude al desparrame que Corman no podía permitirse por cuestiones de presupuesto, con un ejército de Audreys adueñándose del planeta al que llegaron desde una modesta tienda de flores.
Ideales para ver en sesión doble.
Saludos.

sábado, 6 de julio de 2024

El pequeño retablo de caracteres


 

Los autores se miran en función de la intensidad de los terremotos que sean capaces de desencadenar, normalmente a partir de ínfimos seísmos, que suelen necesitar la alianza del paso del tiempo para confirmarse como tales. Lo que Roger Corman logró en 1960 con THE LITTLE SHOP OF HORRORS fue exactamente eso, dejar retratado a todo un sistema de producción, demostrando que la originalidad no sólo no debía estar reñida con los presupuestos, sino que podía maridar perfectamente con toda una tradición del entretenimiento más clásico; del vodevil a la opereta, de la sátira social al slapstick, y sin dejar nada atrás. Todo funciona en este "clásico imposible", comenzando por la sorprendente recreación de un miniuniverso (ese Skid Row) que se va plegando sobre sí mismo, hasta desembocar en la floristería, que se convierte en una lectura social tan certera como burlona. El dueño cascarrabias, al que ni siquiera le gustan las flores; el ayudante, más que patoso alelado, desencadenante de desastres pero de buen corazón; la joven dulce e inocente; los policías impertérritos; la plañidera por afición; un señor que literalmente come flores; un dentista que disfruta haciendo daño y un cliente masoquista. Hay más, pero todos giran en torno a Audrey, una extraña planta carnívora plantada en un tarro de café, cuyo hambre insaciable crece en la misma medida que la popularidad de la maltrecha tienda, que la ostenta como exótico reclamo. Tras su tenebroso trasfondo, Corman arma una inagotable comedia negra, divertida, cáustica, luego copiada mil veces, referenciada otras tantas; como decía, un pequeño impacto que creció tanto como su icónica protagonista, y que es, debería ser el máximo exponente y ejemplo de cómo abordar un film con un presupuesto anecdótico. 
Es mítica por derecho propio, un clásico que no debería serlo, pero así son las cosas...
Saludos.

viernes, 5 de julio de 2024

¿Muerto el perro?


 

Hay una disyuntiva insalvable, descolocante, en mi opinión irritante, en los seis episodios que Andrew Jarecki, puede que empujado por las circunstancias, ha organizado para esta ¿segunda temporada? (supongo que ya definitiva) de THE JINX. A quienes se quedaron totalmente patidifusos con el hito que fue el original, fuente e iniciador y cima insuperable de los hoy día tan en boga true crimes, les podría cuadrar una continuación aún más sorprendente que aquella que incriminaba, después de tres décadas, al millonario Robert Durst, y sobre todo con ese final ya mítico, en el que los astros se emparejaron en una sintonía jamás vista. El dilema aquí es atribuible, sin embargo, al propio Jarecki, que nos promete una "segunda gran revelación" a través de los testimonios de Durst y sus allegados, que nos harían pensar en una red de mentiras desembocante en un gigantesco complot. Lamentablemente, y por mucho que nos sea imposible sustraernos a la cualidad documental, la disposición de "la trama" es más efectista que efectiva, y finalmente se asemeja mucho más a las innumerables copias que circulan por las inefables plataformas que a la valentía, llegando a la inconsciencia, de la serie original. Cierto es que las circunstancias obligaban a un espacio temporal tan dilatado, pero aun así creo que el material carece de la fuerza que deberíamos presuponer a un título tan esperado como éste.
Sé que es de perogrullo, pero sólo lo recomendaría a quienes no hayan seguido la actualidad del caso y del juicio. Supongo que me entenderán...
Saludos.

jueves, 4 de julio de 2024

El monstruo y su entorno


 

En 1995, Donald Sutherland dio vida nada menos que a un alto cargo militar en la Unión Soviética de principios de los ochenta, que se enfrentaba al reto de descubrir a un sanguinario asesino en serie. Para ello, reclutaba a un experto médico forense, interpretado por Stephen Rea, conformando el único equipo competente en la implacable pero tortuosa burocracia de un régimen comunista que empezaba a mostrar sus costuras. CITIZEN X fue una estimable producción televisiva (en aquella HBO de entonces), dirigida por el gran guionista Chris Gerolmo (ARDE MISSISSIPI), adaptaba el libro "The killer department", de Robert Cullen, donde se narraba la ímproba investigación del oficial Viktor Burakov a lo largo de 8 años, no sólo con las habituales dificultades para atrapar al que se revelaría como el mayor asesino en serie de la URSS, Andrei Chikatilo, sino con un aparato comunista que entorpecía, recelaba y se manejaba con métodos que anteponían la intachabilidad del régimen y el partido a la eficacia. Es un film sólido, de formas clásicas, y que se apoya en un guion sin fisuras y un elenco formidable, donde a Sutherland y Rea se suman nada menos que Max von Sydow, Joss Ackland, Jeffrey DeMunn o Imelda Staunton. 
Desconocida, recomendable, y por momentos sorprendente.
Saludos.

miércoles, 3 de julio de 2024

Cerrar al salir, pero mal


 

Es comprensible la dificultad de clausurar una historia tan potente como la que nos presentaba la encarnación del anticristo en la figura de un inocente infante. Es por ello que OMEN III: THE FINAL CONFLICT pierde mucho como ese esperado cierre, aun siendo una película de género correcta, incluso medianamente interesante en algunos tramos. Aquí tenemos ya un Damien adulto, convertido en un importante diplomático, de quien esperamos su definitivo asalto al poder, con la obsesión de desterrar el cristianismo del mundo. Tras casi dos horas que transitan entre las previsibles muertes impactantes (características de la saga) y algún monólogo a cargo de Sam Neill, que hace lo que puede para dotar de entidad a su personaje, queda la sensación de haber querido un cierre a lo grande, pero apenas quedándose en un rutinario panfletillo beatífico, incluido un plano final que no desentonaría en alguna televisión local con doblaje sudamericano... 
Hay una cuarta parte, infame, que podría aparecer algún domingo de estos, pero me niego a incluirla en lo que creo más correcto dejar en una trilogía, claramente de muy más a muy menos, pero que ha quedado como un todo interesante, y que ha obtenido una merecida revitalización en la estupenda precuela que abría este repaso.
Saludos.

martes, 2 de julio de 2024

La loca soy yo #5


 

Hay quien le achaca a FURIOSA: A MAD MAX SAGA un flow continuista, como incapaz de dar un solo paso más allá de todo lo ya apuntado en los cuatro films anteriores. Puede ser, y añadiría la extraña decisión de George Miller de rodar una precuela, que en realidad no es más que el apunte explicativo acerca del origen del personaje de Furiosa, que tampoco sé si había mucha gente pidiendo. Todo ello palidece ante el despliegue de ¡cine! que Miller hace explosionar ante nuestras narices, por el puro deleite de ensombrecer a quienes siguen pensando que la cinemática de la imagen está acabada, e incluso que la narratividad ha de ser excluida de donde las palabras no formen nido. FURIOSA... mantiene, eso sí, todo el expresionismo del director australiano, con un par de ideas básicas sobre las que pivotar un relato, sucio y maloliente, sobre venganzas implacables, pero también sobre alianzas forzosas, construcción de los mitos o la inmanencia de una memoria mutable y autodestructiva. Yo, que me confieso fanático de toda la saga, he disfrutado cada minuto del salvajismo hecho imagen, para atestiguar uno de los mejores y más originales westerns de los últimos tiempos; un clásico moderno que ya ni siquiera necesita a su máximo protagonista, y se desborda por sobre la pléyade de personajes que se desparraman por sus hipnóticos 150 minutos, convertidos en una orquesta caótica pero siempre perfectamente afinada. Aun sin ser tan brillante como su predecesora, conserva una energía impresionante, un puñado de imágenes que se clavan sin esfuerzo en las retinas más aleccionadas, haciéndonos sacudir el polvo de las butacas mientras suben las pulsaciones y susurramos entre dientes que vamos a querer más de esto, y que no tarde mucho...
Por momentos, llegas a preguntarte cómo diablos han llegado a rodarse algunas escenas. Apabullante y, dentro de poco, mítica.
Saludos.

lunes, 1 de julio de 2024

Metáfora al final


 

Ganadora del premio especial del jurado en Sitges, VERMINES terminó siendo uno de los ejemplos más fidedignos y acertados de lo que deberíamos esperar del cine de género. Esto es tanto así como su vertiginoso ritmo, sorprendentes efectos especiales o la honestidad de su debutante director, que nunca pretende vender nada más allá de lo ofrecido. Son varios los ejemplos en el cine que se han sustentado en el casi atávico pavor que se les tiene a los arácnidos; sea por su intimidante aspecto o por la incertidumbre del daño que nos puedan causar, las arañas son unos animales que representan a la perfección esa desesperación por no saber muy bien a qué nos estamos enfrentando. Sin tener un argumento precisamente original, VERMINES pisa con convicción los umbrales del cine de terror, en forma de la impresionante invasión de un gigantesco bloque en el extrarradio de Saint-Denis, a cargo de una extraña y peligrosa araña que ha llegado casi de rebote desde su hábitat natural en el desierto. Es cierto que el trasfondo social acaba por ser reiterativo, y no parece tan atinada la metáfora de la causalidad entre la indiferencia de la policía al tratarse de un barrio marginal, y funciona mejor cuando su disperso metraje se centra en la odisea del grupo protagonista por escapar de lo que es una muerte segura. Personalmente, y ya con perspectiva, puedo afirmar que estamos ante uno de los platos fuertes del certamen catalán, y ante la revelación de un cineasta cargado de futuro, como atestigua el hecho de que vaya a ser el encargado de una nueva revisitación al universo EVIL DEAD. Ahí queda eso.
No la vean si no soportan a estos simpáticos bichitos...
Saludos.

domingo, 30 de junio de 2024

Rincón del freak #605: El mundo será de los jóvenes o no será


 

Uno de los dogmas conservadores más inexplicables consiste en la tendencia a repudiar todo lo nuevo, como si abrir las naftalínicas estancias de momias aferradas a su poltrona supusiese lo inverso. El aire fresco nunca sienta mal, excepto a quien ya tiene los pulmones podridos, y de eso sabía un rato el tío Corman, que mantenía intacta la visión de quienes siempre se considerarán del lado de los jóvenes. Esto quedaba más que claro en TEENAGE CAVEMAN, desconcertante paseo por un territorio "supuestamente antediluviano" (no jodo la sorpresa final ni para un film de 1958), donde un pizpireto Robert Vaughn se dedicaba a recelar de los viejos de la tribu, con esa actitud descreídamente beatnik que irradiaba, para adentrarse en la zona prohibida de los dinosaurios, seguro de que allí hallará la respuesta a tanto inmovilismo viejuno. Por supuesto está el típico que le joderá los planes, típico trepa de manual, repleto de ensalmos atemorizantes y supersticiones de chichinabo, que ve en el joven e insolente Boy (nombrecito) la posibilidad de que sus privilegios se vean socavados ¿les suena de algo?
En definitiva, una horita de diversión sin muchos quebraderos, los habituales taparrabos y bikinis de piel, peleas entre caimanes baby e iguanas, unos tupés extraños para la época, aunque todo queda explicado en el ingenioso final, que no se conforma con las chorradas de la serie B y da un pasito más allá para dejarnos con un palmo de narices.
Título mítico, ideal para un dominguito de estos de canícula inveterada. 
Saludos.

sábado, 29 de junio de 2024

La incultura de las armas


 

Otro obituario de los importantes, y que nos permite repasar someramente algunos títulos que irremediablemente se nos habían quedado descolgados en la trastienda, es el de Donald Sutherland. El actor canadiense es uno de esos rostros "de toda la vida", un profesional todoterreno que ha encarnado toda clase de personajes, convirtiéndose en un imprescindible ya sea como protagonista de carácter o secundario de lujo. Sutherland ha estado en muchos sitios, muchas películas, y su filmografía es absurdamente extensa como para acotarla, por lo que hemos elegido un puñado de títulos muy diversos para rendirle un merecido homenaje. El de hoy, por ejemplo, no es ni de lejos de los más memorables, pero ilustra un final de carrera en el que Sutherland se limitaba a "imponer" su presencia en papeles cortos y más bien secundarios; correcto pero con poco lucimiento. AMERICAN GUN, de 2005, es una especie de proyecto benéfico, auspiciado por la universidad de Loyola, cuya loable intención venía a incidir en el terrible problema que sufre la sociedad norteamericana por la normalización, e incluso defensa a ultranza, de las armas de fuego. Partiendo de uno de los innumerables casos de violencia con resultados trágicos, publicado en Los Angeles Times, es complicado sustraerse al desastre de una realización prácticamente amateur, que sin embargo se nutre de un impresionante reparto, reunidos efectivamente por una buena causa. Al mencionado Donald Sutherland, que interpreta a un veterano armero, encontramos nada menos que a Forest Whitaker, Marcia Gay Harden o una jovencísima Amanda Seyfried. Muchas ínfulas de ese virus (afortunadamente erradicado) que Paul Haggis implantó como dogma de supuesta calidad, y que no era más que vana ostentación del arabesco argumental, se trata de un infinitesimal telefilm, con algunas carencias técnicas de trabajo de fin de carrera, pero del que nadie se atreverá a hablar mal por lo "emocional" de su discurso. 
Más que una película, parece un sketch divulgativo con un plantel de campanillas, aunque circunstancial.
Saludos.

viernes, 28 de junio de 2024

Firmaría el supuesto


 

FALLOUT viene de una serie de videojuegos, a los que por supuesto no he jugado, por lo que la vía de la adaptación he de apartarla por desconocimiento. No creo que el montante se resienta, por lo canónico de su desarrollo y lo aceptable de su producción, que por momentos parece hibridar ambos medios. En esencia se trata de mezclar un western con un drama post-apocalíptico, teñirlo de un retrofuturismo menos atildado que un steampunk, rematando con retazos de pelis (y videojuegos) de zombis. La trama, menos ingeniosa de lo que promete, se va desinflando a medida que se hacen necesarias explicaciones maduras, dejando entrever un producto con aspecto circunspecto, pero vocación inequívocamente lúdica. Me han gustado los escasos guiños al western, casi todos encarnados en el mejor personaje de la serie, interpretado por Walton Goggins; el diseño de producción, aun abusando de unos efectos digitales que la indistinguen de las cacareadas "inteligencias artificiales"; pero veo decepcionante un desenlace que se ve venir desde muy pronto, desperdiciando el enternecedor intento de subvertir las expectativas de unos ocho capítulos correctos, entretenidos, pero cuya posible conexión con las epopeyas desérticas de George Miller parece una broma de mal gusto. 
Te arregla un fin de semana sin mucho que hacer.
Saludos.

jueves, 27 de junio de 2024

La conciencia del mal


 

El éxito cosechado por el film de Donner hizo que la Fox se tirara inmediatamente a por una secuela, aunque aún pasarían un par de años antes de que viese la luz DAMIEN: OMEN II. Una película que nos sitúa en la adolescencia de este diabólico personaje, justo en el momento en el que se da cuenta de su tenebrosa naturaleza, para convertirse en el próximo guía de una horda de seguidores que velarán por su seguridad. Oportunista pero menos, el film se centra básicamente en continuar y amplificar la ristra de muertes, a cual más estrambótica, y con una sucesión de secundarios agotadora, personajes que apenas hacen avanzar la trama, que se resume con lo antes descrito. Es, sin más, una película de terror normalita, de buena factura técnica pero con mucha menos originalidad, y que aprovecha la inquietante presencia del joven Jonathan Scott Taylor, que interpreta un Damien al que al fin le explican quién es y cuál es su lugar en el mundo. Que una estrella como William Holden pase prácticamente desapercibido da una idea de su calidad intrínseca.
Entretenida y poco más.
Saludos.

miércoles, 26 de junio de 2024

Concepto sentido


 

Hay películas que por lo estrecho de su presupuesto se ven obligadas a expandir el ingenio, lo que suele derivar en propuestas estimulantes en lo conceptual y entrañables en el sentido que obtienen desde su trinchera. Ahí milita sin complejos BRIGHTWOOD, ópera prima de Dane Elcar (ignoro si ha hecho alguna otra cosa), que exprime hasta sus últimas consecuencias el desecado de un escenario único, que sorprendentemente acaba siendo el protagonista real de este film a medio camino de la ciencia ficción, el terror descarnado y la comedia negra vertiente "parejas vitriólicas". El obstáculo insalvable es, cómo no, la duración, que se sabe alargada para un guion que daba para un corto de los muy impactantes. Aun así, hay cosas que merecen mucho la pena, como los escupitajos verbales que se dedica esta pareja el día que deciden ir a correr junto a un lago como bálsamo para una ruptura inevitable. Los actores, aun con registros básicos, mantienen el pulso del gilipollas metepatas que va a perder a su pareja de toda la vida y la mujer que está literalmente hasta el coño de que un tío tan vulgar le sea infiel por sistema. Ahí comienza todo, y Elcar logra introducir el elemento fantástico sutilmente, cuando reparan en que llevan un buen rato dando vueltas al lago y no hay rastro del sendero por el que han llegado hasta allí. El resto nos muestra la angustia por el absurdo de la situación, los reproches que se van convirtiendo en un miedo con el que no habían contado, y la sensación de que no están solos... o quizá sí.
Un film pequeñito, fiado en su totalidad a desafiar la credulidad del espectador (como un Shyamalan de mercadillo), pero que es disfrutable si no se le exige más de lo que puede ofrecer.
Saludos.

martes, 25 de junio de 2024

Reyes y esclavos


 

Empecé a ver BOARDWALK EMPIRE hará unos seis o siete años, un poco de oídas, atraído por la figura de Martin Scorsese como productor de una serie que prometía ir un paso más allá acerca de la construcción de todo un imperio del crimen en plena implantación de la ley seca. Y me parece que la dejé más o menos en la segunda temporada, por motivos que no logro recordar, engrosando la inacabable lista de "deseos frustrados". Pero mire usted por dónde, la retomé hace poco, diría que por casualidad, tan sólo para constatar que estamos ante una de las grandes series de esta "nueva edad de oro". Y es cierto que hay enormes cambios de una temporada a otra, partiendo de la figura de Nucky Thompson, en la desbordante interpretación de Steve Buscemi, verdadera piedra angular de la serie, y una pléyade de personajes que van de lo histórico a lo figurado, conformando un universo irresistible, pero también brutal. La lujosa producción, el cuidado vestuario, las inolvidables interpretaciones (no hay más que echar un vistazo al apabullante reparto), nos llevan hasta el Atlantic City que surgía como el lugar de recreo para resarcirse de la Gran Guerra o de la endemoniada crisis económica, que estallaría en Wall Street, pero que también fue el lugar perfecto para la proliferación de gangsters, especuladores, contrabandistas y corruptos en general, que daban forma a esta nueva Babilonia, donde todo tiene un precio, pero una vida apenas vale nada.
Si no la vieron en su momento, se están perdiendo un festival para los sentidos. Eso sí, lleven un vaso limpio y un chaleco antibalas...
Saludos.

lunes, 24 de junio de 2024

Mala digestión


 

Sátira sádica sobre la permisibilidad en tiempos del gurú oculto tras una sonrisa tan falsa como sus promesas de profeta especializado en vampirizar a snobs satisfechos, me parece imprescindible abordar CLUB ZERO desde dos perspectivas paralelas, tanto la estética como la ética. En la primera se halla su principal virtud, que es "descomplicar" la tarea narrativa, apoyándose en una teatralidad evidente de planos estáticos y rostros impasibles, que dan la idea de un mundo cerrado sobre sí mismo. El error está en la imposibilidad de empatizar con unos personajes directamente detestables, bien por su carácter manipulador, inexplicablemente sumiso, cuando no aletargados por una corrección que les impide ver un horror que se sucede delante de sus propias narices, justo hasta que les estalla. En un colegio pijo-modernuqui, de los que valen una pasta para que nadie le lleve la contraria a un hatajo de niñatos engreídos, una especie de nutricionista de métodos revolucionarios se hace con el control de un puñado de estos aspirantes a culotabla, a través de un severo sistema de dieta, que va desembocando hacia una peligrosa deriva. Hace poco tuvimos que sufrir casi un millón de votos a un charlatán de los de crecepelo antiguo, y de eso va esto, de los que te venden un trozo de cielo y de los que se lo dejan vender, pero aún más preocupante me parece ese retrato parental desquiciado y desquiciante, en el que un mocoso que apenas se ata los cordones sin ayuda elabora mantras totalitarios que no hubiese firmado un Paulo Coelho "entantranido" en sus cosas de ser celestial. E ignoro si Jessica Hausner pretendía una crítica bestialista sobre estas derivas de principio de milenio, pero la película le ha salido regular. Y tampoco hace falta que nos recalque que los efectos del ayuno prolongado los ha hecho con maquillaje, que hasta ahí llegamos, al menos los que vivimos enfrente de los colegios de pago...
Saludos.

domingo, 23 de junio de 2024

Rincón del freak #604: De meretriz a nigromanta


 

Y a mí que THE UNDEAD es una de las películas que más me gustan de la primera época de Roger Corman. Me flipa la inmediatez con la que despacha, en 70 minutos, una historia tal que así, y no pido que me lo superen... Una prostituta enciende el cigar en neblinosa rua, la rapta un hipnotizador, la lleva a la consulta de un colega como psiquiatra que fuma en pipa. La hipnotizan, cómo no, con la intención de conectarla con una antepasada suya, que en realidad es ella misma, una bruja buena que vive en un medievo poppy, donde el diablo se divierte con una cohorte de lo más variopinta. Por allí campan, además de los puritanos decapitadores, otra bruja con barbilla y nariz postizas, un duendecillo que muerde orejas y una hechicera despampanante de talle ajustado, que siempre viste. La película es un disloque muy divertido, con un Corman más "profesional" y desprendido, espachurrando historietillas de grapa fina con el peregrinaje de un chiquillo convencido de su labor analógica. 
Véanla con muchas palomitas y... ¿venden zarzaparrilla aquí?...
Saludos.

sábado, 22 de junio de 2024

Experimento aprobado


 

Sobre EL TREN DE LA BRUJA, el celebérrimo cortometraje ideado por Nacho Vigalondo y dirigido por el televisivo Koldo Serra en 2003, sacamos un par de conclusiones complementarias aunque contrapuestas. Por un lado, que menos es más, estructurando un ingenioso preámbulo en un espacio único, casi con un solo actor en pantalla y basando la creciente inquietud en la oscuridad que lo rodea. Por contra, se hace patente qué difícil es tener una idea que brille por su originalidad, porque todo se va volviendo más previsible a medida que avanzan sus 18 minutos, en los que Manolo Solo se ofrece a un experimento muy bien remunerado, mientras la voz de Héctor Alterio le va indicando qué podría encontrarse en la silla de la que no debe levantarse por ningún motivo. Lo dicho, una idea de partida estupenda, porque te abre un inmenso abanico de posibilidades si realmente tiene un remate demoledor; desgraciadamente, y pese a que la duración me parece adecuada, el corto se queda a medias de lo que promete, y como su título indica, caretas de goma, escobazos y un señor de Tudela intentando ganarse la vida en una feria de pueblo... Vaya, ahí hay una historia...
Saludos.

viernes, 21 de junio de 2024

Experimento falible


 

Recordemos. En plena pandemia, un tipo semidesconocido, con algunos cortos realizados a lo largo de una década, ponía en cuestión todo un modelo de producción con HOST, desmontando muchos de los mitos de productores y directores llorones, al mismo tiempo que levantaba un film de terror más que digno. Por si fuera poco, tan sólo un año después, Rob Savage volvía a reinventarse con DASHCAM, probablemente uno de los films más indefendibles de los últimos tiempos, pero que extrae todos sus aciertos precisamente de ese inconformismo a contrapelo, valiéndose de una apariencia extrañamente reaccionaria para hacer saltar por los aires los dispositivos más rutinarios del cine de género. Y no sólo el de terror, sino el subgénero "cámara en mano", al que exprime y disecciona de la mano de una "creadora de contenidos" que va más allá de lo especialito; una entusiasta de las doctrinas trumpistas, incapaz de reservarse una sola opinión, y en guerra abierta con todo lo que huela a woke. Todo ello funciona de maravilla, gracias a la electrizante interpretación de Annie Hardy, cantante del grupo Giant Drag, y que se interpreta a sí misma en una controvertida decisión metanarrativa. Y lo digo ya: incluso con su caótico argumento, estamos ante la mejor película de Savage. Una película de terror pandémico, con un sentido del humor suicida, un formato de retransmisión en directo (atención a los comentarios "en tiempo real") que no chirría y un par de pildorazos (de nuevo) a muchos de los cansinos tics del cine comercial "directo a plataformas", demostrando (otra vez) que la innovación no está reñida con los presupuestos.
Saludos.

jueves, 20 de junio de 2024

El virus se va a los puertos


 

Nobleza obliga, y no podía hacer otra cosa que remachar esta saga con la que es su última entrega, y que teniendo en cuenta que ya han pasado diez años de su realización, bien podríamos darla ya por finiquitada. Mejor, porque [·REC]4: APOCALIPSIS es la peor con mucha diferencia, un desastre que se nota a leguas que estaba hecha sólo con afán recaudatorio, y que excepto en pequeños detalles poco o nada tiene que ver con el espíritu que hizo mítica a la película ideada por Paco Plaza y Jaume Balagueró, que aquí toma las riendas en la dirección, fimando un producto rutinario, previsible y por momentos soporífero. Las píldoras de humor castizo son sustituidas por un manual de "peli a lo Statham", con calvos testosterónicos, mamporros mil, armas que hacen mucho ruido al cargarse y un puñadito de diálogos que parecen de una opereta decimonónica, por mal interpretados y mal montados en una trama no ya inverosímil, sino muy ridícula. A los pocos que salieron del infierno de la casa de vecinos barcelonesa, se los llevan a un barco sin rumbo, donde hay científicos, matones, monos y, cómo no, un hacker gordo que come chocolatinas. Es un desastre absoluto, donde el terror ha sido sustituido por la acción, que no aporta nada a ninguna de las tres anteriores, y que al menos detuvo la franquicia antes de ir a peor. 
La frase: "Soy de Móstoles y aquí se hace lo que me sale de los huevos", dicha por un maquinista negro, que sale poco y desaparece sigilosamente tras su breve parlamento.
Saludos.

miércoles, 19 de junio de 2024

El vástago del mal


 

Se hacía imprescindible traer aquí un film inexplicablemente pospuesto por mi parte, lo que me ha servido para enlazarlo, aunque no tengo muy claro si para encarrilar una especie de monográfico, habida cuenta la sensible diferencia entre las secuelas, y que al menos ha encontrado digna respuesta en la precuela recientemente estrenada. THE OMEN ha pasado a la historia como una de las cumbres del cine de terror, y más por el original planteamiento de ese mal que simplemente parece "flotar en el ambiente", pero creando una atmósfera que coloquialmente llamaríamos malrollera, cuando la mayor parte de su metraje ascendería al de cualquier historia de suspense. Hay pilares fundamentales, como el lujoso reparto, nada menos que con Gregory Peck, Lee Remick o David Warner, dando cartas de solemnidad desde la experiencia. La mítica e inconfundible partitura de Jerry Goldsmith, que me encanta pero no escucharía con las luces apagadas. El niño, maldita sea, y valga el fotograma que encabeza esta reseña. Pero sobre todo destacaría la brillante dirección de Richard Donner, en mi opinión uno de esos grandes olvidados a la hora de ser citado en listas de jerarquía, pero que aquí despliega un oficio inmenso, engarzando con sabiduría el guion de David Seltzer, igualmente prodigioso, pero que en otras manos habría bordeado el ridículo más maniqueo. 
Un clásico intemporal, que luego ha sido saqueado (otros dirán inspirado) sin piedad, y una de las diez mejores películas de terror de los últimos cincuenta años, sin duda.
Saludos.

martes, 18 de junio de 2024

J. R. R. #7


 

Reconozco que me pasó totalmente de largo LORD OF THE RINGS: THE RINGS OF POWER, un poco por dejadez hacia lo televisivo, pero sobre todo por un tufillo indescriptible a desconfianza numeraria, a "Producto", con comillas y mayúsculas. El que quiera entender que entienda, pero esta versión de "todos los orígenes de lo que luego se contó en TLOTR, solo que con multitud de apuntes que nos obligaban a querer saber más", levanta suspicacias a partir del tercer capítulo (de 8), donde la producción levanta el pie del acelerador y nos vamos hacia un GOT "interiors" con aún menos riesgos en lo discursivo y, fíjense por dónde, una sucesión de diálogos en los que se cuenta lo que ya sabemos. Es complicado, porque los dos primeros capítulos están muy bien diseñados, y apenas se ven las diferencias con los largos de Jackson; Juan Antonio Bayona es su responsable, y quizá se encuentre entre lo mejor de su irregula filmografía. El resto es un poco de relleno, personajes que ralentizan la trama en una insufrible retahíla de cuitas personales e interioridades de marquetería, cuando no directamente plagiadas de su "hermana mayor" ¿Significa que es un desastre? No. TROP es al audiovisual de pantalla pequeña lo que la otra supuso al séptimo arte (ncesaria aclaración), esto es: explicitar la ceremonia del "gran espectáculo", justo en la edad de la restricción y el amagamiento formal, siempre en la superficie de un discurso susurrado incluso en los fragores del torrente de épica, a veces desproporcionada. 
La palabra para definirla es "irregular". Necesita mejorar una barbaridad para no quedar en anécdota de frikis, y por lo visto lo veremos este mismo agosto.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!