viernes, 9 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #143


 

Más que una narración al uso, siempre me ha parecido que STRANGERS ON A TRAIN venía a ser una especie de manual para todo aquel que quisiera desentrañar las claves de una película de suspense. Con una fidelidad asombrosa, el guion de Raymond Chandler y Czenzi Ormonde explora el clima extraño y escalofriante que recorre el texto original de Patricia Highsmith, superior por esa otra capa de sátira social que la novelista le añadía. Mítico es el extenso arranque, donde quedan expuestas las contrapuestas personalidades del joven y exitoso jugador de tenis, y el excéntrico y manipulador bon vivant, que embauca al primero en un diabólico plan, el crimen perfecto, donde ámbos se desharán mutuamente de los "problemas" del otro. Hitchcock adelanta aquí mucho de lo que sería su cine posterior, iconoclasta, rompedor partiendo del clasicismo, dispuesto a organizar ese carnaval de monstruosidades que en esta extraordinaria película está presene de principio a fin. Mención especial para la pareja protagonista, el habitualmente insulso Farley Granger, que está perfecto como el joven, aún incorrupto, pero que se debate en una moralidad ambigua por culpa de ese demonio perverso interpretado magistralmente por Robert Walker, un actor del que nos perdimos todo lo que podría haber hecho, al fallecer poco después del estreno de este film, ya digo, paradigma de cómo mantener el interés aun con todos los secretos desvelados desde primera hora. Baste para ello recordar la impresionante escena del asesinato en el parque de atracciones o el desenlace, que devuelve a los personajes a la misma ubicación, y que es una absoluta locura de montaje.
No se la pierdan.
Saludos.

jueves, 8 de mayo de 2025

Coincidentes en el desastre


 

Otra gran sorpresa, de las descatalogadas, ha sido APRÈS LA GUERRE, emotivo retrato bélico que contaba los últimos días de la ocupación alemana en una zona rural francesa, donde los lugareños se debaten entre la esperanza de la llegada de los americanos y el temor a la "tierra quemada" de los nazis en retirada. Narrada desde el punto de vista de dos jóvenes hermanos, que huyen al sentirse culpables de la muerte del alcalde, el film da un giro inesperado cuando encuentran a un soldado alemán oculto en un molino, con el que entablan una extraña amistad y forman una alianza ante la incertidumbre. Con un arranque que podría recordar completamente a BIENVENIDO, Mr. MARSHALL, y sin perder nunca un tono entre lo truculento y la comedia costumbrista, tiene también más de una conexión con la impresionante JUEGOS PROHIBIDOS o, aún más, con WHISTLE DOWN THE WIND. A destacar, la interpretación del actor francoalemán Richard Bohringer, y la complicidad de los jóvenes Antoine y Julien Hubert, hermanos en la vida real y, de hecho, hijos del director, Jean-Loup Hubert, poseedor de una escueta pero interesante filmografía.
Saludos.

miércoles, 7 de mayo de 2025

Camino del sumidero


 

Te dicen que han adaptado un cómic ultraviolento y de estética hiperestilizada, en el que nada menos que Mads Mikkelsen da vida a un súper asesino, al que su jefe, un tipo sádico y repulsivo, le ha denegado su millonaria (y merecida) jubilación, y en lugar de respetar su retiro decide mandar a un grupo de élite para que le den caza. Sí, te lo dicen y te relames, porque nada malo podría salir de ahí, pero, contra todo pronóstico, resulta que POLAR es una de las peores cosas que he visto últimamente. Lo es porque está poniendo posturitas todo el tiempo frente al espejo, diciéndose lo "muy mona" que es, sin reparar en que mezclar a JOHN WICK con SIN CITY sólo funciona si tienes un talento visual irreprochable. Para nada. Sucesión de postales chillonas y sin gusto, de violencia indisimuladamente pornográfica y actuaciones que parecen de saldo, lo remata un guion absurdo y aburrido, que se alarga hasta unas dos horas insoportables, casi dañinas. Y aún más increíble, porque lo cierto es que Mikkelsen es capaz de componer un antihéroe bestial, cuyo feroz hieratismo le va como anillo al dedo, pero que parece como si Sienkiewicz hubiese sido trasplantado al universo Looney Tunes. Una cosa muy rara y muy mala, pero que habrá arrastrado a mucha gente al ver ese cartel en Netflix... ¿dónde si no?
Vayan directamente al papel, que está muy bien y es obra del español Víctor Santos.
Saludos.


martes, 6 de mayo de 2025

Los delatores


 

Cuando me piden recomendaciones muy al azar, de cine que ofrezca tanto entretenimiento como grandes dosis de oficio, saltándome las obviedades de género, una carta segura es el polar francés, donde he encontrado una inagotable cantera de títulos que se han mantenido con el mismo interés a través de las décadas. COMPTES À REBOURS, de 1971, por ejemplo, indaga en los motivos del western canónico, para construir el implacable retrato de una venganza, la que urde el impasible Nolan, tras pasar diez años en la cárcel por culpa del chivatazo de uno de sus compañeros de un atraco, en el que además murió su hermano y un policía recibió un balazo en el rostro, por lo que la venganza es doble. Con grandes de la escena francesa como Serge Reggiani, Michel Bouquet, Jeanne Moreau o Simone Signoret, el film funciona con precisión metronómica, mientras acompañamos a Nolan, frío e impasible, buscando a su delator, mientras el siniestro oficial desfigurado le busca a él. Y se me ocurre toda la cantidad de pseudo-thrillers que nos tragamos a diario, verbigracia de unas plataformas que deben tener a guionistas asalariados del corta y pega; recuperar este clásico absolutamente desconocido es algo que recomiendo encarecidamente, por lo ajustado de su trama, sus magníficas interpretaciones y algunas escenas sencillamente escalofriantes, como la de un montacargas que desciende lentamente...
Estupenda para una sesión doble.
Saludos.

lunes, 5 de mayo de 2025

Pasaba por aquí o (sinfonía)


 

Es encomiable el esfuerzo, de escritura, de compromiso, del cineasta Matthias Glasner por levantar una especie de "epopeya cotidiana" en STERBEN, pero que termina evidenciando lo complejo que es eso de la concisión en un film que se va hasta unas tres horas, que si bien no se hacen largas, sí se notan dispersas, episódicas. A ello contribuye la rotunda negativa a tener un protagonismo tangible, aunque sus partes no buscan la coralidad, y sí la fotografía más o menos relevante. Una sopa magnífica en su tono tragicómico, discutible cuando intenciona un patetismo que casi llega al sensacionalismo, y que tiene sus momentos más flojos en la construcción de unos personajes que van saltando descontroladamente. Es la historia de una familia que se quiere bastante poco, de un padre con demencia, una madre harta de soportarlo hasta que descubre que tiene un cáncer terminal, una hija alcohólica que puede despertar de una resaca en otro país (literalmente), o el hijo mayor, director de orquesta, que podría ser el más centrado, pero que arrastra un historial sentimental que le lleva hasta alquilarse como padre del bebé de una expareja. Yo la recomendaría exclusivamente para cinéfilos entrenados sin miedo a embarcarse en una narración densa y de tono desagradecido, pero que tiene algunos destellos a lo largo de su gran extensión, a los que uno debe estar atento para intentar hilar una historia interior que late, irregular, pero también honesta y afinada, con una afinación nada grandilocuente.
Saludos.

domingo, 4 de mayo de 2025

Rincón del freak #646: Rebuscando en la basura (y encontrando)


 

Vale que lo de Rod Serling con aquellas tétricas introducciones en "Twilight Zone" sentó cátedra televisiva, y que luego ha sido mil veces copiado y manoseado. Lo que ya no vi venir es que el propio Serling se dedicó a autoexplotarse en ínfimas pseudoproducciones catódicas, donde cualquier cosa valía si tenía la dichosa introducción y, cómo no, un epílogo. ENCOUNTER WITH THE UNKNOWN era un "comprimido" de tres historias en apenas 90 minutos, donde el parlamento de marras ya se ponía más insoportable que un bot en Twitter, engolando datos pseudocientíficos para prepararnos ante lo "desconocido". Tres historias que no pueden ser más tópicas y estar hechas de manera más cutre, y lo digo sin condescendencia. Rápidamente, la primera parece una especie de DESTINO FINAL, en la que la madre de un joven maldice (literalmente) a los tres colegas que dejaron morir a su hijo, por lo que ya sabemos cómo acabarán. La segunda parece la más prometedora, donde un chaval encuentra un misterioso agujero en mitad del campo, que hace desaparecer a su perro y a todo el que se aventure por sus contornos. Podría hacerse algo con esta premisa hoy día, pero qué más da. La tercera es aún peor, porque es la arquetípica historia de la chica de la curva, que un hombre encuentra en mitad de un puente y lleva a la dirección que le indica, pero el padre, ya anciano, le informa de que su hija la palmó hace mucho tiempo. 
Nada, que no pierdan el tiempo que yo he perdido con esto y se dediquen a hacer punto de cruz o pintar alguna barandilla oxidada...
Saludos.

sábado, 3 de mayo de 2025

Dogmariando


 

Aquello ya tan lejano del Dogma era algo, creo que lo convenimos hoy día, que sólo tenía algún interés en el fondo, y que la forma era una especie de clickbait, sofisticado si se quiere, pero que aportaba poco a un cine que de no tener algo interesante que contar no tenía nada más. Cierta deriva en el cine escandinavo nos habla de aquellos rescoldos, perímetros argumentales por los que encontrar una cierta crítica a través del audiovisual, y de ahí a reestructurar una identidad a veces difusa. Pongo como ejemplo HYPNOSEN, de 2023, donde resuenan ecos de Ruben Östlund, pero por supuesto de Lars Von Trier y, más soterradamente, del primer Lukas Moodysson. Un cine directo, veraz, de poco ornamento, que prefiere ir al hueso de lo que cuenta, siempre desde un punto de vista sarcástico, cuando no directamente destroyer. Una joven pareja crea una aplicación sobre salud femenina, con la intención de presentarla en una convención y encontrar inversores para lanzarla. Un poco antes, ella acude a una terapista de hipnosis con la intención de dejar de fumar, pero como resultado comienza a comportarse de manera extraña, lo que convertirá la convención en un caos. En realidad, se nos habla de algo tan viejo como las hipocresías sociales, cómo debemos mantener nuestras máscaras, tragarnos lo que cruza nuestra mente y, sobre todo, poner buena cara. Nada que no hayamos visto antes, y que concreta en un film correcto, simpático, con pocas ambiciones y dos interpretaciones centrales competentes. Vendría a ser un Dogma sin los preceptos del Dogma, aunque ya saben que todo está en el ojo que mira...
Saludos.

viernes, 2 de mayo de 2025

Películas para desengancharse #142


 

Dice Garci en los Cowboys, ese placer culpable que algunos transitamos desde la convicción de que siempre se aprende algo, que sería imposible que la Academia de Hollywood le diese la estatuilla a una película como VOLVER A EMPEZAR hoy día. Tan alejado ese cine del más apreciado cuatro décadas después, aunque me parece de justicia resolver que la primera película española en ganar el oscar (tardaron un poco, me parece a mí) es la carta de amor por excelencia del cineasta madrileño a lo que es, sin más, su vida, el arte de contar historias (o no) mediante imágenes. Hay un poco de Ozu en esta historia infinitesimal, pero de humanidad inabarcable, donde se compendian la nostalgia, el amor, la amistad, las despedidas. Todo ello en el viaje de un profesor de universidad que tuvo que marcharse en el 38, y que regresa a Gijón tras recoger el Nobel. Un puñado de días en los que se reencontrará con un amor que el tiempo no ha mermado, amigos de toda la vida, una ciudad que le acoge como si nunca se hubiese ido, que refleja esa satisfacción y melancolía en el rostro de un Antonio Ferrandis inmenso, que se mueve como el oleaje cantábrico y mantiene esa mezcla de calma, emoción y un poco de despedida, la que ha quedado impresa en la mejor escena filmada por Garci, que ya es decir, y que nos deja a dos colosos, Ferrandis y Bódalo, dando una explicación gráfica de qué significa estremecerse. A los jóvenes les digo: claro que es una película de viejos, con música de viejos y ritmo de otoño exagerado, pero es una película con la que nuevas generaciones pueden aprender a amar todo lo hermoso que está pasando ante sus ojos...
Saludos.

jueves, 1 de mayo de 2025

Dilo dos veces


 

Yo preguntaría primero si era estrictamente necesario hacer BEETLEJUICE BEETLEJUICE, nada menos que 36 añazos después. Probablemente no, pero luego empiezas a repasar el pozo sin fondo en el que se ha convertido la filmografía reciente (no tan reciente, de hecho) de Tim Burton, para verse disfrutando de una comedieta tontuela, un autohomenaje o simplemente un divertimento por puro amor a todo lo que la original significa. Con la sombra de un cierre definitivo dentro de poco, hay muy poco original en este film autoindulgente y ligerísimo, donde de nuevo Michael Keaton es relegado a la cuasi anécdota, mientras Winona Ryder no se desprende de la cara de asco, Justin Theroux parece un émulo de Steven Seagal, los jóvenes aportan poco o nada, hay un pequeño cameo de Danny DeVito y, claro, Burton, tan agradecido él, le reserva un hueco a su nueva pareja, una Monica Bellucci haciéndose pasar por... ¿Lisa Marie?... Retorcido, aunque no tanto como la solución de guion para incluir al personaje de Jeffrey Jones, canceladísimo por los motivos que todos ustedes saben y conocen: su personaje ha fallecido engullido por un tiburón, que le ha arrancado la parte superior del cuerpo. Yo digo que si la Warner no hubiese estado tan obsesionada con abarcar a todas las edades, de aquí hubiese salido un experimente bizarro y cochambroso, aunque Burton tampoco ha sido muy de esas cosas...
Se puede ver sin problemas, pero no le llega a la primera a la altura de los talones.
Saludos.

miércoles, 30 de abril de 2025

Dilo una vez


 

En esto, resulta que me acuerdo de que ¡todavía! no había hablado por aquí de BEETLEJUICE, cosa extraña por cuanto fue una de las películas que más me impactaron en su estreno, aunque es cierto que la tenía un poco olvidada, con algo de resquemor por cómo habría envejecido. Prueba superada. BEETLEJUICE sigue siendo una de las mejores películas de Tim Burton, que aquí se explaya a gusto con una imaginativa mezcla de comedia, terror soft y ese toque distintivo que va de lo entrañable a lo reivindicativo. En una hora y media que pasa en un suspiro, Burton nos introduce en su particular mundo de fetiches y obsesiones, donde los muertos no siempre son los más malos, ni los raros tan raros. He ahí la quintaesencia de su cine, repleto de inadaptados, repudiados, en constante lucha con un mundo "normalizado" que no les quiere comprender. Es una lástima que su cine, curiosamente, se haya normativizado tanto desde entonces, y que se haya olvidado de este irreverente "fantasma a domicilio", deslenguado y con un apetito sexual que trasciende el más allá. No olvidemos que Michael Keaton aparece apenas quince minutos, pero que el resto de intérpretes están magníficos, desde el descubrimiento de Winona Ryder a la pareja formada por Alec Baldwin y Geena Davis, o la inclusión (pedida explícitamente por el propio Burton) de la legendaria Sylvia Sidney. Estupenda la partitura de Danny Elfman, o la constatación de que unos efectos especiales hechos a mano perduran en el tiempo e incluso son objeto de homenaje en plena era digital. Ya saben, si dicen su nombre tres veces vendrá comiendo cucarachas, escupiendo y cogiéndole el culo a la primera que pille... Avisados están.
Me ha encantado comprobar que no sólo no ha envejecido, sino que la he disfrutado aún más si cabe.
Saludos.

martes, 29 de abril de 2025

Los extravagantes cotidianos


 

No he visto todavía un relato en cine plenamente satisfactorio sobre la pandemia, y mucho me temo que tampoco lo ha logrado un cineasta tan reputado como Cristi Puiu, que en MMXX resbala en todas y cada una de las contradicciones que, con firmeza y convicción, nos quiere administrar como certezas o descubrimientos indubitables. No le cae bien el formato episódico, que funciona en algunos tramos, pero parece una proeza de conversos imaginar conexiones que, yo al menos, no veo. Por separado, sin embargo, Puiu brilla en esos largos, exigentes parlamentos, radiografías certeras de un estado de las cosas que se revela cada vez más atroz, como cargas de profundidad ocultas en frases de terrible elocuencia. Como si de un paseo social se tratara, vemos el absurdo de unas terapias en las que el paciente sólo se escucha a sí mismo, para descubrir que la terapeuta en realidad es una mujer sumisa y arrastrada por masculinidades tóxicas, tanto como la indiferencia con la que su pareja escucha a un compañero de trabajo mientras le revela un importante secreto. Uno se pregunta si el director rumano no debería haberse centrado en el epílogo, un crudo y seco interrogatorio policial que, sin mostrar nada explícitamente, llega a poner los pelos de punta. Es, me lo parece a mí, un film irregular, encorsetado quizá por aquel momento de restricciones que pretende plasmar, y que termina dejando la sensación de que mucha información importante se extravía en frases interminables y respuestas vagas.
Buen trabajo, correcto, pero muy lejos de dos cimas como SIERANEVADA y LA MUERTE DEL Sr. LAZARESCU.
Saludos.

lunes, 28 de abril de 2025

Explotadores eléctricos


 

La sombra pandémica se ha cernido durante unas horas sobre nuestra querida piel de toro, mientras esta sociedad tan "prepará" desesperaba por no poder mirar el móvil. Aun así, increíblemente, en un pequeño paseo he visto cómo la mayoría del personal seguía aferrado a su pantallita de última generación. Si quieres someter a una sociedad, quítale aquello que lo mantiene entretenido. Total, que ha habido un apagón a gran escala, y en esas seis horas de nada ha habido más acopio de velas, pilas, garrafas de agua y papel higiénico ¿?, demostrando una vez más que somos una civilización de gilipollas. Yo he aprovechado para abalanzarme sobre unas revistas de cine que tenía por ahí olvidadas y desempolvar un viejo transistor, que como no podía ser de otra manera funcionaba a la perfección. Ah, y me he acordado de BLACKOUT, una cosa rarísima que se inventaron unos franceses para filmarla en Quebec y hacerla pasar por la Nueva York de aquel fatídico apagón del 77, que en apenas 24 horas desbordó todas las tasas de criminalidad conocidas hasta entonces. Cine de explotación indisimulado, tenía como supuesto protagonista a Jim Mitchum, hijo de Robert, que nunca heredó el carisma paterno, y aquí se dedica a pasear en uniforme sin cambiar el rostro. También estaba Robert Carradine, otro hijísimo que luego ha subsistido en series Z de tiburones y tornados. Tiene mérito que embaucaran a Ray Milland para hacer de viejo conservador cabreado, aunque más aún que metieran con calzador una boda griega y un mago gay francés... Pero puedo aseverar que lo más chanante de este locurón es hacernos creer que en New York hay bloques de pisos brutalistas, que el malo es un activista político o que en este colosal apagón resulta que el bloque de marras sí tiene luz en los pasillos... por lo que sea.
Divertida para ver en un día como hoy, pero más mala que un cóctel de aceite de ricino.
Saludos.

domingo, 27 de abril de 2025

Rincón del freak #645: Karma letal


 

Abonado a la disyuntiva de concatenar pelis por el mero hecho de compartir una temática, por delgado que pudiese ser ese cordón, lo compulsivo a veces deriva en una media sonrisa que nunca le ha hecho daño a nadie, tan sólo para comprobar que el tiempo pasa muy deprisa cuando lo hace por encima de nosotros. En 1990, a alguien en la Fox se le ocurrió que sería buena idea aprovechar la creciente ola de culto de una película que, apenas tres años antes, había puesto de acuerdo a los amantes de la acción, la ciencia ficción y el terror, una mezcla explosiva que, de no llevarse con cuidado, puede derivar en un batiburrillo ingobernable. El mismo lumbreras vio claramente que el sustituto de Schwarzenegger tenía que ser Danny Glover, por lo que sea... y por lo de las armas letales, claro. Que para abaratar costes era mejor rodar en L.A., que ya estaban los estudios hechos, y que la excusa argumental era gente ametrallándose con Uzi's y polis jugándose el pescuezo por el SMI. PREDATOR 2 fue un exploitation de todo ello, de Glover, un actor con tendencia a esconderse detrás de los coches empuñando una pistola, de los jamaicanos porreros y vudú-practicantes, de Bill Paxton desaprovechado como falso comediante, de la dentadura de Gary Busey, los chascarrillos de María Conchita Alonso y un Rubén Blades que pasaba por allí. California a 45 grados, pero gente que no se quita la gabardina; es lógico que ese olorcillo atrajera al pobre Yautja, que se convierte en héroe involuntario de este film que ha envejecido peor de lo que recordaba tras aquel visionado, hace 35 castañas, en un tórrido y desolado cine Florida. El caso es que tiene algunas (pocas) imágenes icónicas, como la que ilustra estas líneas, y ese "depredador" solitario, observando a los imbéciles de abajo matarse sin que él intervenga, podría haber sido un emblema... No hay nada de eso, créanme.
Flojita, flojita.
Saludos.

sábado, 26 de abril de 2025

No dejen los destornilladores por el suelo


 

Se acaba de estrenar ASH en Prime Video. No se exalten, que no tiene nada que ver con Bruce Campbell. ASH es otro juguetito de Steven Ellison A.K.A. Flying Lotus, que hace el mismo cine que sus discos, pajas mentales que posiblemente sólo le interesan a él, pero que encuentran producción porque sobrino-nieto de Coltrane y esas cosas de la lotería Primitiva, en fin ¿Por qué no ver ASH? Porque lo de despertarse en una nave ya lo hemos visto, porque lo de "todos están muertos pero no me acuerdo de nada" ya lo hemos visto, porque lo de "ingenieros cuquis y peinados a la moda" ya lo hemos visto, porque colar tu banda sonora aunque no pegue ya lo hemos visto. Y lo más importante: por favor, éste es un ruego de parte de un señor que ha visto muchas películas y que odia a partes iguales los accidentes automovilísticos porque no hay diálogos decentes y la gente que va vestida en su casa como si hubiese ido a un cóctel... ¡dejen de repetir de una puñetera vez la escenita de los huevos en la que un monstruo sanguinario y todopoderoso se pone a horcajadas de su pobre víctima, pero en vez de desgarrarle la garganta rápidamente manotea el éter y piensa si habrá cerrado el gas, lo que da paso a un primer plano de un destornillador (normalmente de empuñadura amarilla, para que no quepa duda), que la víctima logra asir sin evitar un desencaje facial carreyiano y, seguidamente, proceder, con toda calma y contumacia, a clavarlo en la yugular del pobre asesino sanguinario y todopoderoso, que toma conciencia de que los guionistas son gilipollas!... Efectivamente, dejen de hacer estas chorradas, porque el hecho de que hagan películas no les convierte en directores de cine...
Intrascendente es lo mejor que se puede decir de ella.
Saludos.

viernes, 25 de abril de 2025

Películas para desengancharse #141


 

Nominamos a las películas con un curioso velo de opacidad, elocuencia y perspectiva. Normalmente, casi siempre, el "clásico" lo es por inmanencia, mientras que hablamos de "rupturismo" todo aquello que absorbe y agrede, al mismo tiempo, la época en la que irrumpe sin permiso ¿Pero cómo nos enfrentamos ante una película tan olvidada y reivindicada, a partes iguales, como GATTACA? Realizada en 1997 por un director y guionista, Andrew Niccol, que debutaba con poco más de 30 años, me parece, me sigue pareciendo, que es digna de admiración por cómo ha logrado trascender esa extraña línea entre lo novedoso y lo clásico. Hay que señalar también ese cruce de géneros tan bien llevado, que igual nos lleva hasta el cine negro más purista (esos detectives, esos sombreros), la ciencia ficción en su vertiente distópica (casi más Ballard que Orwell), o una denuncia social que indaga socarronamente en un futuro que ahora es presente, y donde las identidades se convierten prácticamente en mercancía o sistema de control. Y luego está la película en sí, las estupendas interpretaciones de unos incipientes Ethan Hawke y Jude Law, con el añadido de Uma Thurman o Alan Arkin, y las sorprendentes apariciones de un veterano Ernest Borgnine o el escritor Gore Vidal. Una espectacular fotografía, congelada y cálida al mismo tiempo, de Slawomir Idziak. O una banda sonora a cargo de Michael Nyman, que es una de mis favoritas suyas. Cuento cruel, emotivo, también vibrante y repleto de intriga, GATTACA nos habla de un mundo en el que procrear naturalmente es una cuestión de la clase baja, mientras los pudientes "eligen" artificialmente a unos hijos perfectamente diseñados, sin taras, los garantes de una utopía "sin fallos". Ahí irrumpe la figura de Vincent (Hawke), que encarna al inconformista, capaz de alcanzar su sueño de viajar a las estrellas incluso con una dolencia cardíaca; su plan será hacerse pasar por Jerome (Law), un deportista de élite que languidece en una silla de ruedas por un fatal accidente. En sus mejores momentos, esa dualidad conforma dos partes de un todo, lo que indaga en el motivo humanista y nos inquiere acerca de cuánto deseamos ser perfectos, y todo lo que hay que destruir para lograrlo.
Debería ser un "clásico", pero sigue siendo esa curiosidad que vemos un poco de reojo. Compararla con la cantidad de bazofias digitales que se consumen hoy día, como comida rápida, básicamente da la razón a su mensaje.
Revísenla, merece la pena.
Saludos.

jueves, 24 de abril de 2025

Arriba los corazones


 

Bueno, porque al final Mr. Hackman ha tenido una vida larga y repleta de éxitos y reconocimiento, porque es uno de nuestros actores favoritos "ever", o porque sí ya está, el caso es que aparcamos este pequeño gran homenaje, aunque dudo de que tardemos mucho en volver a toparnos con otro título donde este grande de la interpretación dejase su impronta. De hecho, no se me ocurre mejor film que RUNAWAY JURY para ello, y paso a explicarlo. La Fox se lanza el órdago definitivo, y en 2003 decide apostar al máximo, con un reparto brutal, para adaptar una de las novelas más famosas y emblemáticas de John Grisham, el tipo que elevó la profesión leguleya a la categoría de héroes de leyenda, que diría otro. Dustin Hoffman, John Cusack, Rachel Weisz y el propio Hackman, para dar forma a un complejo entramado judicial, que cabalga con desigual fortuna entre el thriller, la intriga, la acción pura y dura y hasta la denuncia social. El gran problema de la película es que el guion se eterniza y divaga y piensa que, como a sus protagonistas, nos está engañando, cuando la "sorpresa final" se ve venir a leguas, y supone uno de esos casos de "iluminación involuntaria". No sólo eso, sino que los encuentros entre las estrellas están estratégicamente diseminados, las escenas de acción son directamente inverosímiles, y lo que es peor, en un momento dado el espectador no tiene ni puñetera idea de qué diablos va el juicio, porque los demandantes están ahí al fondo, mientras cada estrella tiene su momento de gloria. Suerte que estaba Gene Hackman haciendo de hijoputa integral y dejando una frase para la Historia: "No podemos dejar una cosa tan importante como un juicio en manos de un jurado"...
Ahí queda eso. Le echaremos de menos.
Saludos.

miércoles, 23 de abril de 2025

Cabeza de ratón


 

Dos años ha tardado en encontrar estreno (aunque sea en VOD) BIRDEATER, ópera prima de Jack Clark y Jim Weir (sin parentesco conocido con el gran Peter), que desaprovecha, supongo que por una mezcla de inexperiencia y soberbia, todos y cada uno de los aciertos que tiene, y algunos tiene. La historia no es gran cosa, pero viene a indagar acerca de relaciones tóxicas y sus porqués, sin que cuaje ninguna de las múltiples intersecciones argumentales que propone, quedándose en un extraño homenaje (muy explícito) a diversos cineastas, cuya influencia es más que obvia. La excusa inicial ya es indigesta, al llevarnos hasta una despedida de soltero a la que (inopinadamente, me parece) son invitadas la propia novia y su mejor amiga. En un arranque lánguido, muy mumblecore, los diversos personajes nos saltan a la cara, en una construcción de los mismos confusa y lamentable. Luego, los directores invocan, en la mejor secuencia del film, a ese Cassavetes de diálogos cruzados y lacerantes, sólo para comprobar lo difícil que es filmar con naturalidad y verismo. Cómo no, hay noche de setas, lo que da la oportunidad de lucirse al montador, que se lo tuvo que pasar cojonudo imitando los síncopes de Ben Wheatley (me pregunto qué habría hecho con este material, en lugar de jugar con tiburones gigantes). No podía faltar el inserto lynchiano, en una escena con desnudo frontal, que termina con incomprensible timidez. Personalmente (y este homenaje es abusivamente explícito), lo que he encontrado es un remake torpemente camuflado de la devastadora WAKE IN FRIGHT, así que aprovecho para recomendársela a ustedes una vez más; mientras que a Clark & Weir les diría todo lo contrario, que se desintoxiquen de cinefilia arrobada para la próxima.
Saludos.

martes, 22 de abril de 2025

Cola de león


 

Del Justin Kurzel de NITRAM al de THE ORDER, no me parece nada mal asomarse a aquel que no vimos venir entonces, el de ASSASSIN'S CREED, donde ya despuntaba un cineasta con soluciones interesantísimas, poco acomodaticio en lo visual, pero aferrado a un clasicismo mal entendido, del que extraía momentos deslumbrantes en la primera, pero en ésta lo lastra hasta el "producto televisivo", de estimable calidad, eso sí. Todo debería ser epatante en este intensísimo thriller, desde las actuaciones a la ambientación, pasando por el respetuoso tratamiento al material original, un discreto true crime literario, al que supera ampliamente. Pero le falta algo que no alcanzo a describir adecuadamente, y que podría estar en unos personajes descompensados, todos orbitando alrededor de un Jude Law magnífico, pero que no obtiene contraposición de un Nicholas Hoult al que francamente no veo como ese temible líder supremacista, o Tye Sheridan, que interpreta al arquetipo de joven agente con ideales. Me hubiese gustado ver otra película, una que se guardara los disparos y las miradas chungas, y hubiese indagado en los oscuros motivos por los que la problemática racial debe ser siempre un asunto de estado. 
Saludos.

lunes, 21 de abril de 2025

Galicia caníbal


 

Dejen ya de hacerme recomendaciones, que con el escaparate de las plataformas tenemos más que suficiente. De repente, por si faltaba algo, tenemos una invasión zombi en Vigo, donde un señor que podría anunciar perfumes en ropa interior tiene que: 1- salvar su gato. 2- alimentar a su vecina. 3- encontrar un helicóptero para irse a Canarias. APOCALIPSIS Z: EL PRINCIPIO DEL FIN (título canallesco) tiene una primera hora aceptable, incluso interesante, donde importa menos el protagonista (mu bonico, pero sin chicha alguna) que la zapatiesta en la que se ve envuelto, y de la que deberá ingeniárselas para poder salir junto a un gato al que ya odias desde el principio. Es una historia más de zombis, de supervivencia, de bocados en los brazos, de gente que saca tajada donde otros desesperan. A lo mejor una miniserie le habría dado más agilidad, pero esto son dos horas que a partir de la mitad es todo lo que ya hemos visto antes mejor hecho. Con todo, tiene algunos momentos conseguidos, que es donde yo me estaba acordando de aquella película tan maja y tan olvidada que era PETS. Rescátenla mejor que ver esto...
Saludos.

domingo, 20 de abril de 2025

Rincón del freak #644: Vanpiro esiten...


 

Por una razón que no logro atribuir a nada que no incursione de lo caprichoso a lo crematístico, no son pocas las películas italianas de principios de los setenta que se aprovechan de una gelidez indisimulada, como si pretendieran huir de su natural mediterráneo y afiebrarse de latitudes como germánicas, o hasta escandinavas. No le va mal esto a ...HANNO CAMBIATO FACCIA, loquísimo vampiroloquio que podría pasar por la hagiografía de Amancio Ortega, aunque más correcto sería hablar de Gianni Agnelli, que presidía la FIAT en 1971, cuando se rodó el film que nos ocupa. En ese Turín grisáceo e industrial, seguimos a un probo trabajador de una de tantas factorías automovilísticas, que recibe dos estpendas noticias: un inminente ascenso y la invitación a pasar un fin de semana en la apartada villa del dueño de la empresa. Así, con una chocante "sofisticación rudimentaria", el guion propone un interesante juego de espejos entre el mito vampírico y la dominación que ejercen las grandes empresas sobre sus empleados, hasta el punto de disponer de su voluntad, claro, como un vampiro con su víctima. Que el dueño de la empresa se apellide Nosferatu tampoco es el colmo de la sutileza. Yo creo que lo que buscaba Corrado Farina era parecerse un poquito a sus ídolos de entonces, que eran Godard, Antonioni y compañía; así que ponía a señoritas lánguidas paseando junto a cinquecentos, disertaba sobre los parabienes del capitalismo salvaje o se valía del lenguaje publicitario. Aunque a mí me parecía un cruce extraño entre Jesús Franco y Jean Rollin, ustedes saben.
Muy rara. No me extraña que sea tan desconocida.
Saludos.

sábado, 19 de abril de 2025

El tema que te quema


 

Oiga, yo venía a hablar de una película, una española, y buena según dicen. Lo que me encuentro es fórmula de la más prescindible, un cine, como su protagonista, perfeccionado artificialmente (la vida, o se recoge como una patata del huerto, o no es comestible). Plástico cercenado de las catacumbas de unas escuelas de cine que están fabricando obreros obedientes, a los que les han dado un manual de dirección y un sueldecito en precario, y así no. Filma con sangre en las manos, no con un café de Starbucks; tu creación es lo mismo que denuncias: un papagayo que se ha leído el diccionario, pero le cuelga una cadenita de la patita. LA VIRGEN ROJA expone lo peorcito del cine español, para convertir una historia fascinante en un melodrama para costureras (TVE al mediodía/Amazon a tiempo completo). Ni el contexto histórico, ni unos personajes que parecen hechos en Playmobil, estáticos, con declamaciones que ni Benito Perojo... no sé ¿esto es lo mejor que somos capaces de ofrecer? Normalmente no soy tan duro, y prefiero hurgar en los aciertos aunque sean nimios, pero esto ("esto"), perdónenme, no es más que comida precocinada, colonia del chino, una pequeñez con la única aspiración de conformar otro ladrillito de temporá en el "Amazonas de la vergüenza", el mismo que pide dinero para acabar poniendo anuncios, y con ese dinero pagar en precario a sus trabajadores. Brillante. Mientras, sigan criticando a quien busca financiación para ampliar un, aleluya, espacio cultural y/o de esparcimiento, que debería ser lo mínimo en un país decente. En lugar de ello, se hartarán de leer mamarrachadas a euro el párrafo (con suerte), donde los amamantados de siempre (y también los nuevos) van a convencerles de que Pescanova realmente ofrece pescado...
Terrible es decir poco.
Saludos.

viernes, 18 de abril de 2025

Películas para desengancharse #140


 

En el mundo de Ariana Grande, en el de las risas enlatadas, los realities y los podcasters y los youtubers y los influencers, y, por qué no, los blogueros. En el mundo que observa caer un arancel como si cayera una bomba atómica, con el mismo gesto de impotencia e ignorancia sobre qué pasará después. En el mundo de la posverdad, del ángulo cerrado en TikTok para que no se noten las grietas en la pared o el niño con el biberón, o del selfie con filtros que cuestan más que el bocadillo de mortadela de quien se lo pone. En el mundo, digo, donde estar contra las guerras no está de moda, porque se ha creado una vorágine de cargos en los que las responsabilidades fluctúan más que un viernes de bolsa, que es el mundo donde un tipo que no conoces te convence de que eres tu propio jefe, y que es el mundo en el que los extraterrestres aún no se han vestido decentemente desde que eran cangrejos de gomaespuma, y para que nadie se ofenda se uniforma a todos los que caen en una matanza, como si fueran clones atacando... (¡?)... En ese mundo, que es el tuyo y el mío, el vuestro y el nuestro, hay un cero por ciento de posibilidades de hacer algo parecido a WHEN THE WIND BLOWS. Imaginen una película de animación protagonizada por dos ancianos que llevan casados toda la vida, y que se construyen un refugio nuclear en el salón de casa con unos tablones y un colchón. Lo ha dicho la tele, y lo ha dicho el gobierno. Dos ancianos parloteando de sus cosas, tomando un té, preocupados por cómo se protegerán sus hijos, despertando la mañana después de la bomba, contrariados por todo el polvo que van a tener que recoger, languideciendo día a día, mientras les salen manchas en la piel, se les cae el pelo y los dientes y las ratas asoman por el inodoro. En este mundo tan bonito que nos ha tocado vivir no hay Ucrania ni Palestina ni Yemen, porque les hemos puesto un filtro muy hortera y un fondo de reggaeton.
Si creen haber visto algo depresivo y desesperanzador, no han visto esta película.
Devastadora.
Saludos.

jueves, 17 de abril de 2025

Goku en el Oeste


 

Hay películas "divisoras", por así decirlo; capaces de obtener sus únicos méritos a base de pisar el terreno más desagradecido, aceptando las malas críticas como única explicación a su propia existencia, lo que curiosamente se hace más perentorio y significativo en un tiempo, éste, encantado con su propia (y aburrida) naturaleza de ripios idénticos y descastados. No es que venga yo a defender una película tan jodida de defender como THE QUICK AND THE DEAD, pero sí me complace reencontrarme, nada menos que treinta años después, con este western dirigido por un tipo que no sabe hacer westerns al uso, pero que estoy seguro de que le encanta el género. Concebida del mismo modo que un manga, rescatando el espíritu desvergonzado de un KARATE KID, o hurgando en las libertades irreprochables de un pulp en el que Raimi siempre ha sabido moverse, el único problema que le veo a esta película es, paradójicamente, cuando se pone seria y se aleja de sus fogonazos punkarras. La idea misma de poner a Sharon Stone como protagonista, una enigmática pistolera que llega a un pueblo dominado por el cacique local (Gene Hackman, que es lo mejor del film con diferencia), para apuntarse a un sangriento concurso de duelos a muerte, es una idea a priori cojonuda. Cuanto más despiporre mejor, lo que incluye los típicos "superzooms" de Raimi, agujeros de bala por los que podemos ver el paisaje, una colección de dientes podridos, personajes caricaturescos y recursos más propios del cómic. Luego llegan los flashbacks innecesarios, la necesidad de explotar a un por entonces Leonardo DiCaprio aún por explotar, del mismo modo que un Russell Crowe a medio cocer. Todo ese desequilibrio, ya digo, le da mucho de su encanto, pero también justifica a quienes abominan de este juguetito perverso e indomable. No será una gran película, pero sí un modelo que no debería haberse perdido.
Saludos.

miércoles, 16 de abril de 2025

Volver después de todo


 

Es difícil enjuiciar en su justa medida una película como BLITZ, al menos encontrar un cierto equilibrio entre la innegable potencia de sus imágenes, el calado de su mensaje de largo alcance y la búsqueda, casi desesperada, de habitar cada recoveco, sin que nada escape a la mirada avasalladora del cineasta británico. Ahí su mayor acierto, pero también el escollo insalvable de estar asistiendo a una historia que va saltando de aquí para allá, con tal de acompañar a su joven protagonista en una peripecia que nos sirve tanto como aprendizaje vital como visión periférica de lo que supusieron los terribles ataques aéreos sufridos por Londres a cargo de la fuerza aérea alemana. Es una apuesta arriesgada, nada complaciente, que por momentos nos recuerda a aquel (magnífico) Nolan de DUNKIRK, para seguidamente impregnar el relato de la sensibilidad de un Terence Davies o incluso asimilar los postulados del Spielberg más dickensiano, por así decirlo. Quizá haya que darle un poco de tiempo para ver qué deriva toma el cine de McQueen, dadas las críticas y disparidad de criterio de las mismas; a mí me parece una buena película que habla de muchas cosas, y una de ellas es sumamente importante, sólo hay que saber mirar en el sitio adecuado.
Saludos.

martes, 15 de abril de 2025

Gato soñando el apocalipsis


 

FLOW es la ganadora del oscar a mejor película de animación. Después de verla, podría haber ganado cualquier cosa. No nos vamos a encontrar muchas películas como FLOW actualmente, casi ninguna con su aliento poético, su desarmante extrañeza semántica, su intencionado asombro que conecta al espectador con un protagonista que se queda a vivir con él para siempre. Lo primero que llama la atención de FLOW es la falta de evidencias, lo que contribuye a la espectacular creación de un mundo que podría ser el nuestro, pero a lo mejor no lo es. Un mundo cubierto por el agua, sujeto a caprichosos flujos, que hacen subir o bajar la marea incluso cientos de metros, cubriendo ciudades, dejándolas al descubierto. Nuestro protagonista es un gato, y a través de sus curiosos ojos amarillos somos partícipes de un entorno incontrolable, aterrador y hermoso, donde los animales se encuentran, huyen o buscan sustento, y desconfían y se ayudan, y nos hablan de lo insignificantes que somos los humanos creyéndonos los amos de nosequé. FLOW es una absoluta maravilla, una película con la que disfruta un neófito o un experto, un anciano o un bebé. Es una sorpresa que no esperábamos, y que debería suponer un punto y aparte en una animación que, buscando el realismo, cada vez es más artificial. 
He visto a Chaplin, he visto a Tarkovski, y a Tarr y a Miyazaki, y a un niño metiendo las manos en un bote de pintura, feliz...
Maravillosa.
Saludos.

lunes, 14 de abril de 2025

Resplandecientes y olvidados


 

Valga este post, aun por inesperado, para dar cierta visibilidad a esos títulos que surgían sin asideros ni referentes, para servir como inusitada inspiración de otros más famosos, que sin embargo se limitaban a reescribir líneas ya iniciadas. De repente, me vino a la mente BURNT OFFERING, un film incomprensiblemente sepultado por el ostracismo, que era, ni más ni menos, un más que digno adelanto de EL RESPLANDOR, que no es poca cosa. Es más modesta en sus pretensiones, sí, pero también más ligera y disfrutable, realizando un esalofriante retrato de la casa encantada, por motivos estrictamente misteriosos, pero que se desvelan en un desenlace que subvierte cualquier expectativa. Con un reparto espectacular, que incluía nada menos que a Oliver Reed, Karen Black, Burguess Meredith o Bette Davis, el guion sigue a la familia Roth, que alquila una impresionante casa de verano por un precio ridículo, con la única consigna de alimentar a la anciana que habita en un cuarto que siempre permanece cerrado. A partir de ahí, los integrantes de la familia empiezan a comportarse de manera extraña, llegando a agredirse sin motivo aparente, y sin saber a qué achacar estos arrebatos violentos. 
Película sin más pretensión que resultar entretenida, sin efectos especiales remarcables, y que sí logra mostrar una atmósfera insana y malrrollera. Curtis, con una amplísima trayectoria televisiva, obtenía aquí su mejor trabajo, no tan recordado como debería, pero que casi cincuenta años después aguanta su visionado más que dignamente.
Saludos.

domingo, 13 de abril de 2025

Rincón del freak #643: Un desastre bien avenido


 

Ya es sorprendente que esta franquicia haya llegado a las tres entregas. No lo es menos que ni siquiera haya necesitado interactuar con el MCU para lograr aceptables números en taquilla. Pero lo más sorprendente es que VENOM: THE LAST DANCE resulta ser una película bastante entretenida. Lo es, claro, dentro de su lógica interna, que consiste precisamente en prescindir de la lógica y lanzarnos por un tobogán que puede exasperarte o indignarte, pero te mantiene atento sin salirse mucho de las coordenadas, y abrazando el despiporre cuando toca, que es casi siempre. Mi consejo es como el de un barman sabio: fíjate en todo el proceso de elaboración del bloody mary, adquiérelo, deséalo, porque sabes que sólo vas a tomarlo porque tienes resaca, y una muy gorda...
Ideal para un domingo.
Saludos.

sábado, 12 de abril de 2025

La princesa boba


 

Subyace un gran conflicto de fondo, al menos por lo que a mí respecta, en SU MAJESTAD, la miniserie en la que Borja Cobeaga y Diego San José pretenden satirizar a la familia real española, para acabar en un incomprensible blanqueamiento de la misma, autoimponiéndose unas líneas rojas que tampoco parecían tan inevitables. No sé si me creo demasiado a Anna Castillo como la princesa Pilar, que con casi treinta años vive en su mundo idílico de fiestas y lujos, mientras su padre, Alfonso XIV, se "marcha" al extranjero para desviar la atención sobre un escándalo financiero. Nos suena demasiado, y por ello su premisa parece un anzuelo teledirigido para espectadores de plataformas, acostumbrados a la escasez de matices y algún que otro toque de ingenio. Valga como ejemplo el personaje interpretado por Ernesto Alterio, una especie de "cuidador", encomendado a la difícil tarea de elevar la imagen de quien se ve obligada a asumir labores de jefe de estado. Intentar encontrar dignidad en una vorágine de lameculismos y puñaladas por la espalda no parece lo más adecuado para obtener un retrato ácido sobre una institución apolillada y anacrónica; en lugar de eso, y pese a algunos destellos de humor negro, el desenlace nos confirma lo ya sabido: ni con agua caliente.
Saludos.

viernes, 11 de abril de 2025

Películas para desengancharse #139


 

Imposible concebir hoy día una película como THE YEAR OF LIVING DANGEROUSLY, en la que Peter Weir daba una (otra) clase magistral sobre cómo conciliar géneros, con el objetivo de crear un todo que se siente cohesionado, incluso en un relato que parece intencionadamente destartalado y antipático, pero cuyos ejes brillan en armonía tanto como por separado. La novela de C.J. Koch nos situaba en una Indonesia que en 1965 era una bomba de relojería, con el dictador Sukarno atrincherado en su torre de marfil, y los insurrectos comunistas tomando las calles, lo que dejaba a la mayoría de la población en una situación desesperada de miseria, violencia y enfermedades. Justo allí llega Guy Hamilton, un reportero australiano, joven e idealista, que no se conforma con registrar la realidad, sino que cree poder intervenirla, cuando obtendrá un duro baño de realidad al conocer a Billy Kwan, un curioso personaje, fotógrafo, que se mueve como pez en el agua en el conflicto, precisamente porque no lo idealiza. Rodada en Filipinas (Indonesia la prohibió durante dos décadas), el film, aun con sus licencias e imperfecciones, funciona por la admirable síntesis del guion y la construcción de personajes, apoyada por la improbable química entre un magnífico Mel Gibson, perfecto como "el hombre blanco insertado en un mundo que no es suyo", y una apoteósica Linda Hunt, en una interpretación que por momentos pone la carne de gallina, que ganó merecidísimamente el oscar en 1982, y que de paso dejó en casi anecdótica la historia romántica entre Gibson y una Sigourney Weaver que parecía impuesta para no dar de lado a un melodrama que termina siendo lo menos interesante de este film rescatable y reivindicable, como cualquiera de uno de los cineastas más infravalorados de todos los tiempos. El tiempo nos dará la razón...

jueves, 10 de abril de 2025

Imprimir la solemnidad


 

A lo mejor son trampas, pero tampoco lo creo; hablamos de cine, al fin y al cabo. Puede que la participación de Gene Hackman en aquel mamotreto colosal, desmesurado y renqueante, difícil de defender, que fue WYATT EARP, oscilara entre lo anecdótico y lo testimonial. Tengamos en cuenta que estamos ante un western de más de tres horas, con un reparto brutal, en el que Lawrence Kasdan hizo una de las suyas, colgando la cámara de un Kevin Costner que venía con el piloto automático desde el baño de multitudes en los oscar de hacía cuatro años. 




De hecho, la lástima es que no aprovecharan a Hackman como némesis necesaria de un Earp que parece una especie de superhéroe invulnerable, rodeado de unos villanos sin carisma. Tanto, que alguno te llega a caer bien, sobre todo porque Costner hace que te acuerdes de Henry Fonda (aunque invocar PASIÓN DE LOS FUERTES parezca un chiste), recreando uno de los héroes más desagradables y moralmente indefendibles que recuerdo, básicamente porque Kasdan nunca ha sido hábil manejando la ironía, ahí están sus chicles moralizantes alargados, por mor de una incomprensible morriña de unos grandes estudios que hacía décadas que no existían. A mí me ha vuelto a aburrir tal y como cuando la vi en el cine hace treinta años, excepto algunos picos de épica, no muchos, y la excepcional interpretación de Dennis Quaid, en las antípodas de Victor Mature, igual de emotivo.
Saludos.

miércoles, 9 de abril de 2025

Los reencuentros intransigentes


 

A Paul Schrader se lo perdono casi todo, y afirmo que tiene una de las reinvenciones más drásticas y cojonudas (por ese orden) de una generación que tampoco es que haya sabido perdurar con tanta dignidad. Mucho de eso hay en OH, CANADA, donde se nota mucho el material ajeno, que obliga a Schrader a frenar donde sus guiones precisamente explosionan. No me funciona como improbable reencuentro con Richard Gere, al que literalmente descubrió; tampoco como un retrato sobre la enfermedad y la decadencia, que va perdiendo interés cuanto más se explicita; y mucho menos la peripecia sentimental de su protagonista, un tipo bastante despreciable, que por algún ensalmo que se me escapa es irresistible para todo el mundo. Podría observarlo como un extraño tratado sobre el patetismo, la conmiseración como único baluarte de un matrimonio sin química alguna, o lo que creo que atrae más al propio Schrader, que es la imposibilidad de renunciar a una vida artística que, sinceramente, tampoco es tan apasionante como aparentaría la figura de un documentalista de éxito, que accede a participar en un documental en el que promete abrirse en canal, previendo que le queda poco de vida, mostrando una personalidad que no es la que sus allegados tenían idealizada.
Schrader también se hace mayor, y aunque hasta ahora no había notado una mengua en sus últimos trabajos, este último film se me hace pequeño, intrascendente y casi innecesario.
Saludos.

martes, 8 de abril de 2025

El gallo rojo


 

Acabar una película con el himno de Chicho Sánchez Ferlosio, cantado a capella por una chica joven, registra más una necesidad que otra cosa. Porque EL 47 es, de ser algo, justo eso, dignidad, resistencia, humildad, los cojones del gallo rojo, que sólo se rinde si está muerto, pero no va a decírselo al negro, por muchos picotazos que le siga dando. En 1978, Manolo Vital secuestró un autobús, el 47, que conducía desde hacía veinte años, para demostrar una sola cosa: los políticos son esos imbéciles que se hacen los listos, pero un martillazo en la espalda les duele como al que más. Vital llevó el 47 hasta Torre Baró, un barrio que no debería existir, pero que él mismo construyó de la nada veinte años antes, que son muchos y nada también, con aquella cosa tan chula del franquismo que era tirarle una casa a alguien si al amanecer no tenía techo. Muchas veces he aludido aquí a la idoneidad de usar una clase en todos los cursos y colegios de España para poner una película, con lo que estoy seguro que los chavales aprenderían cosas más valiosas que datos carpetovetónicos y doctrinas apolilladas. Y añado: yo EL 47 la proyectaría en el congreso en formato Imax, estoy seguro de que pocos diputados no sentirían una mijita de vergüenza. Eso es lo que significa esta película pequeñita, que nos viene a decir que uno debe tomar lo que es suyo, sobre todo si es suyo por derecho propio. Lo pone en la constitución, esa puta con maquillaje barato a la que todos invitan a una copa cuando les conviene.
Del magisterio (otro más) de Eduard Fernández, ya hablamos otro día.
Saludos.

lunes, 7 de abril de 2025

Como en casa en ninguna parte



 Robert Zemeckis comienza HERE desde la edad de los dinosaurios (meteorito incluido), para avanzar todos esos años en apenas cinco minutitos de nada ¿Para qué? ¿Sabe Zemeckis menejar un dispositivo supuestamente vanguardista? ¿Tiene alguna continuidad semántica la concatenación (caótica, caprichosa, efectista) entre las distintas historias vitales, más allá de horrorizarnos con un sistema de rejuvenecimiento facial equivalente a "sacarse la chorra", cuando contiene los peores presagios del último y vomitivo uso de la IA? Yo digo no, no a todo, porque HERE es aburridísima, sensiblera y perfectamente olvidable; cine senil, anclado en otros tiempos, y también en otros públicos. La gestión de Zemeckis para este bodrio se resume en su propio dispositivo formal, que lejos de resultar ingenioso, al menos a mí me habla de cómo, con infinitos menos medios, los padres pioneros de esto del cine conseguían chispa, dinamismo, fascinación... sí, sin mover la cámara. 
Quiere ser un BOYHOOD de Aliexpress, pero es igual de pretenciosa que EL ÁRBOL DE LA VIDA. A buen entendedor...
Saludos.

domingo, 6 de abril de 2025

Rincón del freak #642: El peor presidente de la historia


 

Mi vecina se angustiaba por el precio del aceite. Nunca más desde que un señor con pinta de rebozarse en cúrcuma se atreviera a despojar a los mercados internacionales de sus hipócritas caretas. El tema del arancel ha servido, paradójicamente, para negociar con los "malvados comunistas" a precios razonables, lo que ha provocado un desahogo de intermediarios, y el consecuente bajonazo de aquello tan antiguo que era el P.V.P. Todos contentos: nosotros por aliñar la ensalada con el mejor óleo del planeta, los asiáticos por comerciar sin levantar la voz, y Naranjito por mostrarse al fin como el showman que siempre ha sido, y al que seguro que le fue hurtado un montón de cariño cuando sólo era un cheeto perdido en un rascacielos. Veo que los domingos se van convirtiendo en una especie de tablón de actualidad, lo que me preocupa menos cuando el recuadro "crítico" no encuentra asideros de índole cinematográfica, como es el caso de DESECRATION, ignoto título proveniente de catacumbas cerradas bajo siete llaves, y que en realidad parece un trabajo de fin de carrera, con algunas ideas interesantes, pero una producción tan precaria que nos da una idea de lo que era echarse la cámara al hombro en 1999. Lo mejor, la premisa argumental: un chaval, huérfano de madre, mata a una monja de su colegio concertado... ¡con un avión de aeromodelismo! Eso hace que la monja requiera justa retribución, así que acosa al chaval de diferentes maneras, con el fin de arrastrarlo con ella al infierno, en el que ha acabado por algo malo que hizo antes de tomar los hábitos. Revisitación cutre del universo de Raimi, Coscarelli y cualquier giallo de tercera fila, no es vomitiva por algunas soluciones artesanales con cierta gracia. Yo, sinceramente, la recomiendo antes que escuchar a un tipo al que las orejas se le regeneran milagrosamente... por lo que sea...
Saludos.

sábado, 5 de abril de 2025

Un amor difícil de explicar


 

Repentina y sentida, la muerte de Val Kilmer creo que nos ha pillado un poco encogidos, con el gesto contrariado por un actor con el que uno literalmente ha crecido, y por el que sentía una especial simpatía. Un todoterreno con pinta de sex symbol, pero con una vis cómica que a otros actores les falta, y ese encanto especial de quien al fin y al cabo parecía un tipo de lo más normal. Una lástima, por edad, por una enfermedad que ha sido cruel con quien se ganaba la vida, entre otras cosas, hablando; o por esa penúltima y emotiva escena junto a Tom Cruise, desde ya eterna. Casi todo lo bueno de Kilmer ha aparecido ya por aquí, y me ha costado decidirme, aunque reconozco que WILLOW es una película que me puede, contra todo pronóstico y por razones también estrictamente sentimentales, desde que la vi en su estreno con asombrados 14 años. Vista ahora, parece un caprichito de George Lucas, un tímido intento de emular el mito tolkieniano, que ha quedado como un film simpaticote, "para todas las edades", con ese tono deliberadamente inocuo para una fantasía con hechiceros, monstruos y espadachines. La película que nos descubrió asimismo a ese pequeño gran actor que es Warwick Davis, o que sirvió para que conociese (como si de un fallo en la matrix se tratase) a la que sería su esposa, Joanne Whalley. Por no extenderme mucho, porque no creo que haga falta, debe ser una de las películas más rescatables de Ron Howard, al que me cuesta rescatarle casi nada, y además tiene una música de James Horner muy a la antigua usanza, que me ha acompañado desde aquella tarde en el cine Emperador junto a mi abuelo, ese gran arquitecto involuntario de mi cinefilia, la misma que me va a hacer echar de menos a Val Kilmer, aunque nos quedarán sus películas...
Saludos.

viernes, 4 de abril de 2025

Películas para desengancharse #138


 

Un promotor de boxeo, una autocaravana, un ex KGB, un ladrón ludópata, un mafioso con querencia porcina, tres muertos de hambre y un perro que se ha tragado un patito de goma, un judío que no es judío pero cree que es judío, un tipo que recibió seis balas y usó dos para completar su dentadura, un gitano ininteligible y un gigantesco diamante, tan valioso como escurridizo. Esa ensalada imposible le sirvió a Guy Ritchie para conformar la que creo que es su mejor película; un bombástico cruce entre el thriller desordenado de Tarantino y un sentido de la comedia puramente británico. Grotesca, hilarante, por momentos brillante, SNATCH es esa película que un director consigue rodar una sola vez, pero que es mejor que abandone inmediatamente como modelo, bajo la amenaza de autoparodiarse. A ello contribuye decisivamente un reparto absolutamente estelar, que incluía a grandes nombres como Brad Pitt, Benicio del Toro o Denns Farina, un por entonces emergente Jason Statham, y grandes sorpresas como el entonces desconocido Stephen Graham y un Vinnie Jones con una vis cómica que no vimos venir, básicamente por ser un rompetibias en la Premier. No es que fuese el colmo de la originalidad, y su discutible montaje tiene momentos que pueden hacer sangrar pupilas poco entrenadas, pero si no se le pide más de lo que puede ofrecer es uno de esos títulos que ha conquistado su lugar por derecho propio. A lo mejor es que estábamos ante un One Hit Wonder y no nos dimos cuenta.
Saludos.

jueves, 3 de abril de 2025

El premio al esfuerzo


 

Habrá quien afirme que cuarenta años no le han sentado nada bien a HOOSIERS, aquella película en la que Gene Hackman era un señor que salía de la nada, arrastrando un pasado problemático pero que infundía respeto, y que estaba dispuesto a llevar a un insignificante equipito de un pueblo de Indiana a jugar las finales estatales. Es verdad que tildar cualquier cosa de western ya empieza a sonar cansino, pero esa premisa es la de un western cualquiera, que sería la única forma de justificar a Hackman como entrenador de baloncesto. HOOSIERS era tan típica que sólo se la puede apreciar entregándose a su emoción, que es la de David contra Goliath, sin detenerse casi nada en matices argumentales o construcción de personajes, para que nada desvíe nuestra atención de lo único que importa aquí. El chico de carácter solitario pero con un gran talento, el gigantón profundamente religioso, el pequeño que apenas sabe botar el balón, el hijo de un alcohólico que llegará a ser rescatado como segundo entrenador. Todos sirven a un personaje que podría ser un sheriff, un detective o un alcalde, ese pivote yuxtapuesto a la necesidad, casi obligación, de que todos se superen de una manera que no podrían haber sospechado. HOOSIERS representaba toda esa parafernalia tan americana, reconocible precisamente por las películas con una bandera en vertical, contraplanos de un público extasiado, diez segundos que no terminan nunca, un tiro que da en el aro, una vez, y otra...
Una delicia haberla recuperado.
Saludos.

miércoles, 2 de abril de 2025

1x2


 

Pronostico que Drew Hancock acabará haciendo algún episodio de alguna serie escondida en algún lugar de la comarca de Netflix. Lo digo por lo bien que explica una película como COMPANION algunos de los vicios más repetidos en un audiovisual cada vez más impersonal y desmenuzado. Es una nueva (otra) oportunidad perdida, con la que ensayar ese género tan complicado como es la sátira, donde uno no debe tener miedo de sus propias limitaciones, tan sólo de no ser capaz de reconocerlas, abundando en un discurso aparentemente rupturista, pero conmovedoramente conservador, y por tanto ingenuo. La premisa no es el colmo de la originalidad, apuntando hacia el excitante terreno de las inteligencias artificiales, condensado en la figura de Iris, una especie de robot diseñado para satisfacer las necesidades de su dueño, pero que es manipulada para cometer un crimen que desencadenará una serie de acontecimientos incontrolables. Si no se es demasiado exigente, podría haber sido un entretenimiento digno, pero el montante se viene abajo con unos personajes que simplemente te dan igual, una excusa argumental cogida con alfileres y una rutinaria dirección, donde cada plano por venir es perfectamente predecible. Se puede ver, ya digo, como ese producto indoloro de consumo rápido, el problema es que nos lo encasqueten como el novamás en clave de comedia negra, que no es más que constatar la cortedad de miras de una industria con exceso de grasa superflua, contentando a consumidores de cómida rápida.
Puede que tenga el récord de clichés amalgamados en el menor tiempo posible.
Saludos.

martes, 1 de abril de 2025

La mujer invisible


 

Me pregunto qué aporta una película como LA INFILTRADA ahora mismo, no digo ya para alzarse con el Goya, que confirma el paupérrimo nivel de los "selectores de contenido", con una mochila tan pesada a sus espaldas que parece un chiste hablar de "fiesta del cine", más acertado sería "festín del algoritmo". Apenas visibilizar la epopeya de Aránzazu Berradre (nombre falso, por supuesto), que estuvo casi una década como agente infiltrada en E.T.A., con la entregada actuación de Carolina Yuste, que es lo más diferencial en una realización plana, rutinaria, incluso diría que tímida, aferrada a un canon empeñado en normalizarlo todo, hasta llevarlo prácticamente a una "amabilidad televisiva". Estamos ante un producto teledirigido, encaramado a una peana de superioridad moral que no me gusta un pelo, pero que al menos no derrapa en el terreno al que de verdad pertenece, el del policíaco circunspecto, agradecido como relleno "de calidad", pero que es, siempre será, papilla industrial para espectadores con poca paciencia.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!