jueves, 30 de noviembre de 2023

Quatermass 4


 

La continuación de DR. QUATERMASS provenía, asimismo, de otra miniserie homónima, al igual que ocurriera con la original. Así, QUATERMASS 2 tiene seis episodios para desarrollar el guion de Nigel Kneale, e incluso mostrar aspectos que en el film no estaban por motivos de espacio, como el viaje a la luna, rudimentario pero efectivo desenlace, en el que se explora el terror a quedar perdido para siempre en el vacío interestelar. Por lo demás, aun ampliado, la historia es la misma, con la investigación a cargo de Quatermass de una extraña población, que sospecha sometida por unos extraterrestres, que en realidad preparan una invasión. El cambio más sustancial es el de su protagonista, John Robinson, de exigua carrera cinematográfica (sobre todo en papeles secundarios), y mucho más notoria en teatro. Curiosamente, Robinson fue elegido por el director, Rudolph Cartier, con carácter inmediato y la serie ya en preproducción, por el imprevisto fallecimiento de Reginald Tate, el Quatermass original.
Al igual que ocurría con aquélla, es recomendable ver serie y película seguidas, básicamente para apreciar el cuidado que la BBC siempre ha puesto en sus producciones, incluso en aquella época tan pretérita para la televisión.
Saludos.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #59


 

Éxito tras éxito, el binomio Raoul Walsh/aventuras marinas, seguía reportando buenas cifras en taquilla, lo que llamó la atención de una RKO de capa caída, que intentaba competir con las grandes majors, incluyendo contratos no tan espléndidos, pero con algo más de libertad para los directores. SEA DEVILS es un buen ejemplo de todo esto, aunque no sea tampoco el trabajo más inspirado de Walsh. Es de reseñar las "libertades" de Borden Chase al adaptar la novela de Victor Hugo "Les travailleurs de la mer", desdeñando el trasfondo político (con un Napoleón que aquí es anecdótico), en favor del dinamismo de un grupo de contrabandistas, que se erigen en verdaderos protagonistas. Y si de protagonistas hablamos, no hay que pasar por alto la discutible elección de Rock Hudson, nuevamente insuficiente como torso andante, muy saltimbanqui, pero al que eclipsa por completo la gran Yvonne De Carlo, que reina contundentemente en cada escena casi sin esfuerzo. Por destacar, destacaría, como no, el tremendo ritmo, que la hace ideal como entretenimiento sin grandes ambiciones para una tarde aburrida. Ahora bien, lo de Wilkie Cooper y la noche americana...
Título menor, pero con un gran director.
Saludos.

martes, 28 de noviembre de 2023

Échate un cuentecito


 

Era cuestión de tiempo ver a Wes Anderson haciendo algo como THE WONDERFUL STORY OF HENRY SUGAR. Y es que el formato de mediometraje le viene como anillo al dedo a su concepto de cine, cada vez más teatralizado, inmerso en un trampantojo inacabable y supraadornado. El relato de Roald Dahl es perfecto, una adorable historia sin elementos adorables, un cuento moral para quienes saen que la moral siempre es relativa; y en último término, un retablo de personajes recién horneados en un guiñol que tiene la inteligencia justa, pero sí una buena onda presencial, intercambiando a los actores conscientemente, reafirmando el carácter levemente burlón. Ralph Fiennes, Benedict Cumberbatch, Dev Patel y Ben Kingsley son los pilares de la peripecia de Henry Sugar, típico millonario de cuna, sin familia, aún joven, y al que sólo interesa seguir acumulando riquezas. Pero hay que remontarse a varios años antes, cuando un hombre "sin atributos" irrumpe en la consulta de un modesto doctor en Calcuta, asegurándole que ha desarrollado una técnica yogui para ver sin necesidad de usar los ojos. En poco más de media hora, Anderson nos enlaza ambos saltos mortales, para terminar empatizando con quien de primeras nos parecía un personaje aborrecible. O mejor: otorgar cualidades honorables a quien no determinaríamos como tal.
Y todo comienza con el propio Roald Dahl escribiendo el cuento, mientras prepara su minuciosa liturgia literaria en una minúscula casita...
Saludos.

lunes, 27 de noviembre de 2023

Pajaritos a la tierra


 

Volvamos a Sitges con una película que puede traer a engaño, y no en el mal sentido. Producida por Pablo Larraín, BRUJERÍA se nutre de la mirada documentalista de Christopher Murray (de consolidada trayectoria en ese terreno), para armar un a veces demasiado críptico informe sobre la persecución sufrida por los indígenas en la isla de Chiloé. Esto no es exacto, pero nos sirve para desentrañar su moroso argumento, impactado de exuberantes postales naturales, en un lugar en el fin del mundo, donde el mar es bravo y nunca deja de llover. Allí, un terrible suceso desencadena otras acciones también terribles. Envuelta en la razón de la venganza, Rosa la pide al gran brujo local, que se muestra reticente, pero que verá en la joven a una posible sucesora, así que decide ayudarla. La razón: el brutal asesinato de su padre a manos de sus patrones, unos alemanes afincados en la isla. Lo más interesante termina siendo esa dualidad entre las costumbres ancestrales y atávicas, y la supuesta prosperidad proveniente del antiguo continente, en un choque de culturas sencillamente irresoluble. Es un film muy interesante por lo que cuenta, sin apoyarse en truculencias gratuitas, pero le falta mayor claridad gramática, entenderse con el espectador, teniendo en cuenta que no es un argumento tan complejo. Es eso lo que le resta algún punto, y la deja en una liga muy diferente a, por ejemplo, los conceptos éticos y estéticos en los límites de la civilización de Lisandro Alonso, que es a quien me temo quiere parecerse en demasía.
Saludos.

domingo, 26 de noviembre de 2023

Rincón del freak #574: Las chicas sólo quieren algo de diversión


 

A veces me pregunto por qué veo algunas cosas que veo, si tendré algún punto masoquista oculto, o si soy un ingenuo pensando que se puede extraer algo positivo de cualquier bazofia. Algo de las dos cosas hay, pero no es menos cierto que existen "cosas" a las que resulta imposible defender, porque no se sabe por qué diablos se han hecho. Más allá de la serie B, del cine kamikaze o underground, todas esas etiquetas le vendrían grandes a estas "películas" que prolifera como las setas, pensando que el secreto de un slasher surge por pura casualidad. THE ICE CREAM TRUCK es una bobada sin pies ni cabeza, que imita torpemente los lugares comunes de este género, mientras se pierde en personajes sin sentido, una ambientación propia de los Teletubbies o un ritmo babosil. O: una señora de mediana edad se muda a un residencial, donde suponemos que ha crecido (pero esto, créanme, da exactamente igual). Mientras espera (muy raro todo) a que su marido venga con sus dos hijos, se entretiene fumando hierba, probándose pantaloncitos cortos y ligándose a un vecino de 18 años, interpretado por un señor de 30. Si lo que la "directora" pretendía era asimilar el portentoso dominio del anticlímax de Ti West, aún me parece peor, porque esos "momentos suspendidos" no son más que una sucesión de escenas en las que no pasa nada, más que ver a gente diciendo cosas mientras entona como en un reality barato. Por rubricar, hay un malo, uno que no da miedo ni nada, y que tampoco se sabe qué hace por allí, ni cuáles son sus intenciones. No como Michael Myers, sino como un tipo random que cada 44 minutos acuchilla a alguien, sin más. Además, la gente muere y a nadie le importa un comino... no sé. Lo único positivo, que no llega a la hora y media...
Terrible.
Saludos.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Ahora como entonces


 

Pensemos en el hecho de manifestarse, en la naturaleza de las protestas que se están llevando a cabo aquí mismo de un tiempo a esta parte. Se habla del derecho a la manifestación, a la libertad de expresión. Me parece bien, pero es una protesta sobre la nada, una cacerolada estudiantil, un pataleo porque preferimos una hamburguesa a las verduras. La Historia sólo sirve para una cosa: poner lo erróneo en contexto y ajustarlo a la realidad, transformándola en un hecho objetivo e incontrovertible. Por ello, la Historia suele estar repugnantemente sesgada, prostituida en en el ladino control de los poderes fácticos, que la usan para perpetuar sus intereses, básicamente económicos. De todo esto habla 13th, el demoledor documental que Ava DuVernay presentó a los oscar de 2016, y en el que la elocuencia histórica nos relata nuestro presente partiende desde la raíz de los problemas, como cuando uno, en lugar de limpiar la suciedad la esconde bajo la alfombra. La enmienda 13 fue la que decretó la abolición de la esclavitud, bien. Luego, hubo unos 100 años de nada en los que ya no había esclavos, sólo ciudadanos de segunda o tercera categoría. Hoy día, por increíble que parezca, personajes como Trump alientan a vuelta a los "buenos viejos tiempos", donde la protesta de un negro equivalía a la paliza de un blanco. Las cárceles americanas "contienen" un 40% de hombres negros, en un diabólico juego económico de producción encubierta, con una mano de obra gratuita. Simple y efectivo. Ustedes saben, yo sé, que, racismos aparte, el dinero lo mueve todo, pero que el beneficio de uno es la ruina de otro, y que mejor la identificación visual que la conciencia moral. O mejor dicho, que nada ha cambiado en el "país de las libertades" desde entonces, sólo tiene colores más definidos y un HD más pulcro. Aquí, como en una realidad paralela ideada por Lewis Carroll, las palomas tiran a las escopetas, y los que protestan son los privilegiados. No les vendría mal un baño de realidad como éste, y lo tienen en Netflix...
Saludos.

viernes, 24 de noviembre de 2023

HHH


 

La entrada de hoy es sumamente especial, no sólo por el carácter, un poco anacrónico, que pudiera desprenderse de una serie emitida en 1980, y que ha mantenido desde entonces su aura de culto. También lo es por el insoslayable hecho de que sólo haya podido llegar a ella 43 años después, y por medio de una fantástica rercomendación, que me llegó desde las islas británicas, donde mantengo una conexión igualmente especial, entre películas, literatura y afectos varios. Sea como sea, hoy hablaremos de HAMMER HOUSE OF HORROR, que a lo largo de 13 episodios supuso la notable revitalización de una mítica productora, la Hammer, que por entonces había dejado atrás su época dorada, y estaba cerca de desaparecer definitivamente. Recientemente he descubierto que se emitió allá por 1981 en la segunda cadena, pero nunca he tenido un solo recuerdo de ello, supongo que influido por el hecho de tener entonces siete años... De todas formas, informo aquí de que existe una edición, más o menos encontrable, en DVD, desde hace unos 15 años, aparte de que se pueden disfrutar sus episodios completos en YouTube.
Y empezamos por el principio, con "Witching time", donde un entregado Jon Finch interpretaba precisamente a un compositor de bandas sonoras para films de terror, siendo su esposa la protagonista. El caso es que en un día de tormenta y whiskies, el tipo descubre a una señora con túnica en el pajar (hay pajar), que resulta ser la dueña de la casa... 300 años antes, aunque reclamarle su propiedad va a resultar algo traumático. Es un buen arranque, con la chispeante Patricia Quinn haciendo de bruja lasciva y porculera, y un tono casi más cercano a la comedia que al terror.
Más sobria y tipificada es "The thirteenth reunion", donde la popular Julia Foster, haciendo de periodista de revistillas "para féminas", descubría el terrible secreto de una extraña clínica de adelgazamiento, donde sus férreos métodos la llevan hasta algo bastante peor e inesperado. Correcta, como si Miss Marple conociera a Clive Barker...
Bastante mejor es "Rude awakening" (no confundir por su traducción con el film de Vittorio deSica), con el solvente Denholm Elliott adelantando (y hay que estar atento a las muchas referencias que implementa la serie) al Bill Murray de ATRAPADO EN EL TIEMPO, solo que en un bucle más horrísono, con el trasfondo de un aburrido trabajo, una monótona esposa, pero la presencia de una despampanante secretaria (Lucy Gutteridge!!!...), que se metamorfosea cada día, porque quizá este hombre no viva sólo una realidad. Correcto, y muy interesante el descubrir cómo ésta o aquélla, más famosas, se parecen tanto a este humilde episodio.
Con ecos de PET SEMATARY o LA PROFECÍA, "Growing pains" establecía un curioso juego de espejos, a raíz de la traumática muerte de un niño, y la posterior adopción de otro, que parece ocultar más de un secreto, aunque el guion juegue constantemente al despiste. No es de los mejores, pero tampoco de los peores, pero los actores están terriblemente mal dirigidos.
El primer punto realmente fuerte es "The house that bled to death", que con su estructura envolvente nos sumerge en el deterioro de una familia tras adquirir una casa supuestamente maldita, ya que fue testigo de unos terribles crímenes en el pasado, pero su bajísimo precio los convence para vivir allí. Inmediatamente, empiezan a suceder fenómenos inexplicables, lo que los llevará hasta una paranoia insoportable, y se plantearán marcharse de la casa. Podría ser un precursor de POLTERGEIST (rodada sólo un par de años después), pero su inquietante giro final le da un regusto más retorcido e inesperado...
No me gustó casi nada de "Charlie Boy", ingenuo acercamiento a la intriga con muñecos de vudú de por medio. Tiene un tono indeciso, casi paródico, y su concepto del terror es anticuado y poco original. No hay mucho que pueda añadir a un episodio decepcionante.
Sin embargo, "The silent scream" parte de una premisa ridícula, para erigirse en uno de los mejores capítulos de la serie. Un tipo con pocas luces (un joven y ya impactante Brian Cox) sale de la cárcel, pero las estrecheces económicas le obligan a aceptar un extraño trabajo, consistente en vigilar unos animales salvajes, que un tipo aún más extraño (y si digo Peter Cushing, no hace falta decir nada más) mantiene enjaulados, a la espera de un enigmático proyecto o experimento. Su guion es estrambótico, e incluso su cartel promocional puede llevar a engaño, pero milagrosamente logra inquietar con sus muchas idas y venidas. No es estrictamente un relato de terror, pero inquiere un par de reflexiones sobre la moral de algunos experimentos, o cómo los humanos podemos ser más terribles que los animales, y de hecho lo somos.
Hay un pequeño bajoncillo en "Children of the full moon" y su desigual acercamiento a la licantropía. Primero porque parecen dos historias que no tienen nada que ver entre sí. Por un lado, el típico coche averiado en mitad de la nada y la llamada de una pareja a un caserón, donde son recibidos, esta vez, por una afable señora (una irreconocible Diana Dors, otrora grandiosa sex symbol), que tiene allí montado una especie de orfanato. La otra historia es saber qué pasa con esos chiquillos en noches de luna llena, claro. Se ve y se olvida.
Si "The Carpathian eagle" no es el peor episodio de la serie, es sólo porque hay otro aún peor. No comienza mal, con una especie de condesa Bathory trasplantada hasta nuestra época, que va ligándose guarretes para hincarles una cachazuda faca en el corazón, en unas escenas, eso sí, que nos llevan directamente hasta el Verhoeven que todos sabemos, y eso juega en su favor. Pero su deslavazado guion, y lo indisimulado de su trama, que se ve venir a leguas, la dejan en un thriller esotérico de andar por casa. No la salva ni la presencia de una señora tan altamente deseable como Suzanne Danielle, quue se dedicaba a hacer de Eva Nasarre en Albión, y luego se casó con un señor para ser feliz en su matrimonio, claro...
A años luz, "Guardian of the abyss" transita entre la pesadilla recurrente de Poe y el horror cósmico con sectas y dioses innombrables de Lovecraft, para construir un solvente relato sobre un espejo adquirido en una subasta, que desencadena un inusitado interés por diversos personajes, que intentan engatusar, cada uno a su manera, al coleccionista que se ha hecho con él, sin sospechar que sus secretos pueden ser fascinantes, pero también horribles. Es de los episodios más complejos y mejor realizados, aunque alguna actuación (una constante en la serie) es susceptible de mejora.
Con "Visitor from the grave" tocamos fondo. No es que sea una basura, ni mucho menos, pero su concepto del terror provoca más risa que otra cosa. Como si Abbott y Costello fueran invitados en Scooby Doo, un tipo llega a una casa en plena noche para ahostiar al dueño porque le debe dinero, pero encuentra a su mujer en camisón y decide cobrarse en especie, recibiendo un perdigonazo en la cara y un sueño reparador por parte de ella, que a la mañana siguiente es despertada por su santo, que la ayuda moralmente enterrando al finado. Luego, claro, ella ve un aparecido con la cara pingueante de sangre, pero nadie la cree. Para rematar, llaman a un hindú con poderes para extirpar al posible espíritu del incordio, en una sesión que nadie podría tomar en serio. Se remata todo con un giro final no ya sonrojante, sino directamente tontísimo. La cosa es, que como comedia involuntaria puede tener hasta su gracia y todo...
Y del peor nos vamos directamente al mejor episodio de todos. "The two faces of evil" está estupendamente escrita por Ranald Graham, y muy bien dirigida por Alan Gibson (¿Qué obra nos podría haber dejado este señor de no haber fallecido con sólo 47 años?). Las interpretaciones, especialmente Anna Calder-Marshall, están a la altura, lo que se agradece una enormidad. Pero su punto fuerte es la historia, que con muy mala baba nos lleva hasta el territorio, por ejemplo, de BODY SNATCHERS, aunque hay más de una referencia oculta aquí, como la apropiación que Kevin Williamson haría, casi dos décadas después, en SÉ LO QUE HICISTEIS EL ÚLTIMO VERANO, por poner un ejemplo muy burdo. Incluso el hecho de comenzar con un accidente de coche no me molesta, y me inquieta muchísimo su espeluznante idea de la suplantación de identidad. Una pareja viaja junto a su hijo y recoge a un autoestopista, que les ataca y provoca un fuerte choque. Tiempo después, la mujer y el niño se han recuperado en el hospital, pero su marido ha sufrido cortes que no le permiten hablar. El atacante no sobrevivió, y todo se marchan a casa para volver a la normalidad, pero puede que nada vuelva a ser normal... Magnífico episodio, y por mi parte podría haber sido un largometraje sin ningún problema.
Y para acabar en todo lo alto, la serie se cierra con el segundo mejor episodio, "The mark of Satan", que nos introduce en una espiral de locura paranoide, cuando el empleado de una morgue se obsesione con el número 9, hasta el punto de relacionar cada suceso de su vida con dicho número, haciéndole pensar que es víctima de una terrorífica conspiración. Mezcla alucinada de LA SEMILLA DEL DIABLO, LA ESCALERA DE JACOB y (atención) PI, de Darren Aronofsky, es el capítulo más alejado del terror convencional, para entregar un desolador informe sobre el punto de vista de una mente desquiciada, que ya no sabe distinguir entre los sueños y la realidad. 
Y esto es todo, que no es poco, porque la serie merecía un repaso de este tipo y porque la he disfrutado mucho. Así que gracias por la recomendación a quien corresponde...
Saludos.

jueves, 23 de noviembre de 2023

Quatermass 3


 

Con gran acierto, la Hammer reclutó de vuelta a Nigel Kneale para escribir, junto a Val Guest (que repetía en la dirección), QUATERMASS II, en la que el intrépido profesor, en su incansable investigación más allá de las estrellas, se topa nada menos que con una colonia extraterrestre, dispuesta a conquistar nuestro planeta. Mediante una extraña infección, que vuelve a las personas obedientes esclavos, estos seres de otro planeta se han establecido junto a un complejo distribuidor de amoniaco, sustancia que les es propicia para la vida, mientras se sirven de los lugareños, a los que han engañado con la promesa de una vida más próspera. Algo más elaborada en su concepción, esta secuela contaba de nuevo con Brian Donlevy como protagonista, introduciendo la mayoría de conceptos que habrían de definir al personaje más adelante, tanto como a la avalancha de producciones similares que estaban por venir, en una "fiebre extraterrestre" no siempre tan afortunada.
Ideal para fans irredentos.
Saludos.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #58


 

Western flojito, un poco deshilachado, con un Rock Hudson que no le coge el aire a su personaje, que hubiese merecido un actor más atormentado, pero la Universal imponía a sus estrellas emergentes, en una eterna búsqueda del gran bombazo. THE LAWLESS BREED parece un relato de altos vuelos, abarcando varias décadas de un tipo que a mí me parece de dudosa moral, pero que curiosamente es presentado como el gran héroe. Jugador, aspirante a pistolero, sin oficio conocido, y además con varios muertos a sus espaldas, huye de un padre fundamentalista, se enrola con su tío ganadero, mientras los federales le van persiguiendo de estado en estado. Supuestamente estaríamos ante una de esas apasionantes biografías de época, pero que hubiese necesitado un presupuesto más holgado y un guion mejor escrito. No todo puede ser fiarlo a Raoul Walsh, que dicho sea de paso, tampoco obtiene aquí su trabajo más inspirado.
Saludos.

martes, 21 de noviembre de 2023

Orígenes del mito

 


Es difícil aseverar qué tipo de adaptación debía haber sido CHAPELWAITE, la serie que quedó cancelada tras los diez episodios que conformaban su primera y única temporada, y que adaptaba "Jerusalem's Lot", el relato contenido en el recopilatorio "Night Shift", y que adelantaba a "El misterio de Salem's Lot". Desde luego, si se hubiese ceñido al material original, esto no habría dado para más de tres episodios, y eso juega en su contra, amplificando la sensación de que está innecesariamente estirada, cuando no es deliberadamente lenta. Aun así, se trata de un trabajo serio, cuidado en los detalles, aceptablemente dirigido y muy bien interpretado, especialmente por un Adrien Brody que capta el aire decadente y taciturno que imponen sus crónicas vampíricas. Aunque es justo decir que no estamos ante el típico retrato de los no muertos, sino ante una especie de estudio, atento y desapegado, de qué significa dicha condición, llevándonos hasta reflexiones casi existencialistas, donde se llega a cuestionar si, al fin y al cabo, no es mejor ser un vampiro en un mundo dominado por el odio y el fanatismo. Es, insisto, un poco demasiado larga, y se recrea en aspectos que finalmente quedan como un relleno expansivo de un meollo que tarda demasiado en estallar, y más concretamente en su excelente último episodio, curiosamente el más largo, y que acaba en una melancólica y anticlimática coda, y proponiendo además un giro que al menos yo no vi venir.
En definitiva, un nuevo ladrillo en el inacabable muro de las adaptaciones de Stephen King, y una serie que me temo va a quedar sepultada en el olvido impuesto por el ritmo de producción, pero a la que merece la pena echar un vistazo, siempre y cuando se dejen aparcados ciertos prejuicios.
Saludos.

lunes, 20 de noviembre de 2023

Ojos que no ven


 

No es fácil enfrentarse a películas tan "visibles" como HERMANA MUERTE. El hecho de la precuela suele presentar mayores problemas que las secuelas, sea por la idoneidad camuflada de oportunismo, o bien por la imposibilidad de innovar por serle fiel al original, como si importara. Entroncada con la interesante VERÓNICA, pareciera que ni siquiera era necesario franquiciar esta historia, demasiado pretérita, que llega como un eco lejano de otra cosa que tiene poco que ver. El nuevo film de Paco Plaza es mejor cuanto más autónomo se presenta, por ser un digno relato de terror, pero que busca el suspense y el giro narrativo antes que facilones golpes de efecto, a lo que contribuye el pulso de Jorge Guerricaechevarría. No es ningún acontecimiento, y tampoco me parece casual su instantánea inclusión en plataformas, seguramente su lugar natural; pero no me apetece demonizar un film correcto, que aspira a poco más que consolidar la filmografía de un director que, es cierto, lleva demasiados años buscando una voz más personal.
Puede verse, pero no tiene vocación de perdurar.
Saludos.

domingo, 19 de noviembre de 2023

Rincón del freak #573: Guerrilleros en la litosfera


 

El caso de la efímera productora Adam's Apple es digno de estudio... Bueno, quizá no. El caso es que hubo cinco títulos desde 1981 hasta 1984, donde se fecha el abrupto final de la "aventura". Ahí tenemos a Chuck Norris dando patadas voladoras, una comedia protagonizada por Lillian Gish, O.J. Simpson... y un perro, un survival con Rommy Cox y M. Emmet Walsh, o la que nos ocupa hoy. Y es que lo de WHAT WAITS BELOW tiene aún más difícil explicación. Convencieron nada menos que a Robert Powell, Timothy Bottoms o Anne Heywood para esta inclasificable mezcla de bélico, aventuras, terror y otras cosas, como ver a Lisa Blount ligarse a Mr. Powell advirtiéndole de lo larga que tiene la lengua... El caso es que todo parece rodado a intervalos, como si hubiesen ensamblado tres proyectos inacabados. Empezamos en Nicaragua, donde el protagonista, un cruce entre reportero, mercenario y agente secreto, se enfrenta a una guerrilla no se sabe bien por qué. Seguidamente (aunque ya ha pasado más de media hora) se supone que estamos en España (aunque podría haber sido Senegal, Bután o Birmingham), donde un grupo de espeleólogos une fuerzas con los mercenarios de antes para bajar a una profunda cueva inexplorada. Sin solución de continuidad, vemos a unos descartes de aquellos entrañables Morlocks, con sonrojante movilidad y menos emoción que una palangana de cardos. Para rematar, también engañaron al cineasta australiano Don Sharp, un más que notable artesano de larga trayectoria, que por entonces, con más de sesenta años, planeaba retirarse, y aquí encontró el empujón definitivo. 
Digo yo, que si hubiesen hecho tres o cuatro cortos, a lo mejor hubiese sido menos desastroso, pero este engendro es infumable e imposible de tomar en serio, así que no la vean.
Saludos.

sábado, 18 de noviembre de 2023

Extirpando el cáncer del celuloide


 

En este tiempo de predominio de la imagen "limpia", el digital con su imperfectísima perfección, o los meticulosos y adocenados métodos de producción, se hace más imprescindible volver a los suicidas, los marginados, con el talento suficiente para "rodar pese a todo", levantar una película de la nada, con dinero de trapicheos con la droga, con amigos para interpretar gratuitamente, con localizaciones en mitad de la calle y sin permisos, con un guion que, de escribirse, se iría haciendo según los "estados", físicos, mentales o simplemente crematísticos. Uno de los cineastas más talentosos de esta marginalidad abrazada (y no siempre conscientemente) es, sigue siendo milagrosamente, Philippe Garrel. Director o poeta, maldito o tan sólo un romántico a contracorriente, Garrel ha logrado llegar hasta nuestros días y aglutinar una filmografía sorprendentemente extensa y, lo más importante, honesta. Sin parecerme su mejor obra, puede que ELLE A PASSÉ TANT D'HEURES SOUS LES SUNLIGHTS... suponga el perfecto equilibrio entre el relato ficcional y la baladronada metaficcional. Rozando constantemente la pedantería, Garrel inserta a los posibles actores de su nuevo proyecto mientras ensayan, pero también en su supuesta vida privada. Sin previo aviso, vemos el material rodado (casi siempre sin sonido), en un ejercicio de aturdimiento de los sentidos, desorientándonos para que seamos testigos de la precariedad, pero también de la absoluta libertad con la que Garrel afrontaba cada proyecto. Siempre en el alambre, y aquí el alambre se ve, tan doloroso como todas las fiestas que serán mañana, como decía Nico...
Sé que no soy digno, y que quizá ni siquiera sea el lugar idóneo, pero voy a dedicar esta humilde reseña a la memoria de quien una vez fue mi compañera, y lo más importante, la dadora de vida de mi joya de quince años, los mismos que tienen ya estas páginas. Allá donde estés, queda tranquila...
Saludos.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Mentir para salvarse


 

En el espectro de cine de animación reciente, merecería un aparte GUILLERMO DEL TORO'S PINOCCHIO (de nuevo los personalismos), al menos por lo que aporta a la madurez de la mirada en este tipo de producciones, desde luego en un Hollywood cada vez más caramelizado y asimilista. Ahí lo más positivo de esta muy libre adaptación que el cineasta mexicano hace del inmortal libro de Carlo Collodi, porque en el debe está, por ejemplo, la discutible necesidad de las partes musicales, no tan inspiradas, y que aportan poco al avance de una historia que se torna más interesante cuanto más oscura se muestra. Esto proviene de la arriesgada inclusión del motivo histórico, en este caso la Italia fascista de Mussolini, en la que el alma libre e inocente del niño tallado de un pino nunca encuentra su lugar. Menos infantil que el clásico disneyano, este Pinocho se emparenta con el tenebrismo del original, resultando un film que puede frustrar a los chavales de hoy en día, mientras epata a sus padres, si éstos saben leer entre líneas su visión más bien pesimista y enunciadora de muchos de los males que aquejan al mundo actual.
Curiosa. Y ganó el oscar, que ya me parece más curioso aún. Y más todavía, la aportación vocal de Cate Blanchett... ¿?...
Saludos.

jueves, 16 de noviembre de 2023

Quatermass 2


 

Parecía inevitable que las aventuras del Dr. Quatermass pasaran a la gran pantalla, habida cuenta del impresionante éxito que la miniserie televisiva cosechó en Inglaterra. Hoy día, puede afirmarse que THE QUATERMASS EXPERIMENT, de 1955, es uno de los ejemplos más lúcidos de aquel proto sci-fi que germinó en los cincuenta, además de uno de los primeros grandes títulos de la Hammer, que si cimentó prontamente su reputación fue gracias a este film y e ingreso en nómina de uno de sus cineastas más recordados, Val Guest. Es cierto que el guion no se aleja ni un milímetro de la serie ideada por Nigel Kneale, pero aquí encontramos más medios, mejores interpretaciones y una dirección de categoría. Además de suponer la suerte de poder reconstruir el semidesaparecido serial de principio a fin, o disfrutar deun gran actor como Brian Donlevy, eterno secundario, que también tuvo fugaces momentos de gloria, como cuando protagonizó esa obra maestra que es LOS VERDUGOS TAMBIÉN MUEREN, de Fritz Lang. En definitiva, una película muy disfrutable, que incluso hoy se reivindica como de cultísimo, y que marcaba un camino a seguir para la ciencia ficción, menos apegada a los efectos especiales y con mayor predominio de unos guiones ingeniosos e imaginativos.
Y la cosa siguió, por supuesto...
Saludos.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #57


 

Hablar de THE WORLD IN HIS ARMS es hacerlo de una inolvidable película de aventuras. Creadora de un tipo de canon, luego mil veces imitado, es mucho más que un film de barcos, y su historia se extiende, sin que tampoco haya un despliegue de medios excesivo, por todo el imaginario juvenil impregnado por piratas, exploradores y proyectos en los confines del mundo. El gran acierto aquí es su reparto, magnífico, con Gregory Peck al frente, que da vida a un capitán libre pero honorable, que desprecia las estrecheces del protocolo, pero es capaz de codearse con contrabandistas o aristócratas. Una disputa con el pendenciero "portugués" (maravilloso Anthony Quinn), le lleva hasta una condesa rusa (una bellísima Ann Blyth) que lo engaña para que la lleve lejos de un matrimonio concertado que no desea, ocultando su condición por una mujer "más alegre". Espectaculares escenas navales, peleas multitudinarias, romances imposibles y hasta un esquimal que come pescado crudo y sólo sabe decir una frase. Raoul Walsh armó uno de esos incunables, películas perfectas para esas tardes perezosas de sábado, y que a los que ya tenemos cierta edad nos hace remover del asiento, reconociendo al instante esas maravillosas escenas en un Technicolor, efectivamente, glorioso.
Mítica.

martes, 14 de noviembre de 2023

Encantados de conocerle


En la noche de Halloween de 1992, la BBC "emitió" un curioso programa, con la promesa de que se convirtiera en una especie de cita periódica con lo paranormal. Aparentemente se trataba de una emisión en directo, con reporteros conectándose, cambios de ubicación y coloquios en el estudio. Hoy día esto no pasaría un filtro de veracidad (aunque hay programas vergonzantes en privadas de segunda fila), pero podemos entender que hace treinta años el concepto "found footage" era inexistente, con el añadido de que el engaño provenía de "inventarse" un programa en riguroso directo. A esto ayudaba, por ejemplo, que el conductor fuese nada menos que Michael Parkinson, una institución en el periodismo de entrevistas británico, o que las experiencias ocurrieran en mitad de una conversación banal. Así, GHOSTWATCH (también el nombre del programa) adelantaba, por ejemplo, los booms de BLAIR WITCH PROJECT o PARANORMAL ACTIVITY, aunque su inspiración proviene directamente del famoso "caso Enfield", que trajo de cabeza a investigadores y periodistas, más o menos escépticos, que concluían que se trataba de un montaje, para seguidamente obtener una prueba de que podrían estar ante un poltergeist real. Es cierto que muchos de sus aspectos técnicos no han envejecido bien, pero es algo lógico, y yo me centraría más en la originalidad de su propuesta, salirse de lo normativo para revestir de veracidad un producto que podría haber quedado normativizado, y sin embargo ha sido más que plagiado por cineastas posteriores, con James Wan a la cabeza, por supuesto.
Recomendable para inconformistas.
Saludos.

lunes, 13 de noviembre de 2023

La fórmula infinita


 

Si algo funciona no hay que tocarlo, que como frase hecha está muy aparente y eso, pero que tomada al pie de la letra puede enmascarar medianías, revistiéndolas de eso tan manido de la eficacia. THE CHILDE es una película coreana que se pudo ver fuera de concurso en Sitges, y que cumple al dedillo con todos y cada uno de estos preceptos, haciendo esperar al espectador más avisado sobre alguna "variación genial", que efectivamente nunca se da. Esto se explica si conocemos a su autor, el irregular Park Hoon-jung; un director "total", dotado de un talento visual impresionante, pero al que le cuesta un mundo remontar unos guiones perezosamente ingeniosos. En su mejor película, NEW WORLD, esto era solventado gracias a una trama que funcionaba como un metrónomo, cosa que no ocurría, por ejemplo, en NOCHE EN EL PARAÍSO, con la que THE CHILDE comparte la dispersión de su motivo principal, para dar paso a un agotador carrusel de persecuciones, mamporros, disparos y, cómo no, peleas en minoría, desde ya la variante asiática por antonomasia. Y eso que empieza muy bien, retratando a su protagonista, un "copino", mestizo filipino, que malvive con peleas clandestinas de boxeo, esperando reunir dinero para operar a su madre enferma. Sin saber cómo, se ve envuelto en un turbio negocio que lo lleva hasta Corea del Sur, de donde se supone que es su padre, al que no ha visto nunca, pero no sospecha que en realidad se dirige a una trampa en la que él ha de ser la víctima. Sólo a chispazos logra el director y guionista construir un film original y sorpresivo, pero insisto en que sus dos horas de acción desenfrenada llegan a ser agotadoras por acumulación, y es un mal que el cine asiático arrastra conscientemente, porque supongo que su industria "así lo ve", y no de ninguna otra manera.
La he visto muchas veces antes.
Saludos.

domingo, 12 de noviembre de 2023

Rincón del freak #572: Prescindir del guion como tabla de salvación


 

Me parece muy curioso el caso de SILENT HILL, la película, que se rodó un poco a regañadientes, cuando ninguna productora importante quería hacerse cargo de uno de los videojuegos más exitosos y rompedores de la historia. El motivo parece claro, porque desarrollar la historia allí contenida es casi imposible en un solo largometraje, y recrear su insana atmósfera, una quimera para el público estadounidense, acostumbrado a un terror más "normativo". Sin embargo, Sony Pictures contacta con Konami, e idea una improbable coproducción, con equipo franco-canadiense, pero con estrellas de Hollywood, como Radha Mitchell, Laurie Holden o Sean Bean. El resultado fue una película extrañísima, ni siquiera mala, como el corpus de un videojuego trasplantado a una maquinaria cinematográfica. La sensación principal es la de una aventura gráfica "con personas", salvando las diferencias, algo así como TRON o mucha de la fantasía japonesa de principios de los dosmil. Pero lo más destacable es el absoluto desdén por elaborar un mínimo guion, algo decente y comprensible. Porque: mi hija tiene pesadillas, sueña con un sitio que se llama Silent Hill; la seguridad social no me comprende, así que me llevo a mi hija (la rapto, más bien) a Silent Hill, que es un sitio de pesadilla, pero que allí seguro que se cura. Por el camino, me escapo de una agente motorizada y derrapo después de imitar a Carlos Sáinz Sr. Mi hija, por su puesto, se pierde, así que me meto en el pueblo fantasma con sólo una rebequita de punto... ¿qué puede salir mal? En un momento dado, la mujer policía, que es un poco loca del coño también (dios las cría) pierde toda esperanza de volver, porque el camino se ha derrumbado literalmente. Pocas escenas después, el padre de la niña y agraviado por su madre, acompañado de un inspector, llega a Silent Hill... en coche... ????... A eso le llamo yo tener los huevos morenos...
Seguro que a los gamers de entonces les encantó. Yo, sin que me parezca un horror, pude acabarme las dos horas.
Saludos.

sábado, 11 de noviembre de 2023

El principio de posesión demoníaca


 

Por arreglar un poco la cosa, también hay buen cine sobre posesiones, muy bueno incluso, aunque encontrarlo nos lleve nada menos que hasta 1961, año en el que se realizó MATKA JOANNA OD ANIOLÓW (MADRE JUANA DE LOS ÁNGELES). Estamos en el siglo XVII, y un sacerdote es enviado hasta un convento de clausura en una remota región rural, donde supuestamente ha ocurrido un extraño caso de posesión demoníaca, al ser una posesión colectiva. Con rigor quirúrgico, Jerzy Kawalerowicz detalla cada personaje, otorgándoles su importancia en esta compleja historia. El sacerdote, intachable pero lleno de dudas; la madre superiora, en continua lucha por sus obligaciones desatendidas y un deseo de libertad que quizá se pueda confundir con la blasfemia. La puesta en escena, brillante, combina el dominio del espacio abierto con unas coreografías magnéticas y enigmáticas. En contraposición, las escenas de contrición son brutales, llegando a mostrar una flagelación real, y siempre en entornos oscuros y opresivos. La taberna, en cambio, es ese lugar impío, donde el sacerdote jamás encuentra la bienvenida, sino la chanza de los borrachos y la tentación de la mesonera. La resolución, que me abstengo de desvelar, es tan inesperada como reveladora, y supone una inteligente lección contra la ceguera de los fanatismos, provengan de donde provengan.
Si están hartos de maquillaje y CGI cutre, he aquí una de las mejores pruebas de que se puede prescindir de la parafernalia y construir una gran película sobre qué puede significar eso del demonio...
Saludos.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Faltaría el Rocío


 

Ya estaría tardando Álex de la Iglesia en hacer un remake de EL EXORCISTA en la aldea del Rocío. Se me ocurre una escena de bautismo infernal en el río Quema, o una lucha patillera entre hisopos rellenos de rebujito. No sería tan terrible como la broma de THE EXORCIST: BELIEVER, que podría haber tenido un pase si no se hubiera tomado en serio y hubiese abierto con el célebre tema de los Monkees. Pero no, porque además de incorporar otra vez el Tubular Bells, se cree a pies juntillas todas las sandeces de su risible y adolescentista guion, por lo que aquí el único creyente es Gordon Green, que ya empieza a oler raro como "director-franquicia". Esto no hay por dónde cogerlo, ni por la historia, que sólo siembra un poco de interés al principio, ni por los personajes, que no se pueden construir peor, haciéndolos surgir de la nada, y haciéndonos preguntar qué pinta éste o aquél. Los protagonistas son comparsas, las niñas son un pálido remedo de aquella escalofriante Linda Blair, y por supuesto omitiendo todas las connotaciones sexuales de aquélla. Lo peor, no obstante, es el empecinamiento en lo del crisol de culturas, todos unidos para derrotar al mal, por supuesto. Hubo un momento en el que dudaba si esto no sería un spin-off de Los Vengadores, lo digo en serio.
Vergüenza ajena. Si no tienen ideas propias, dejen de apropiarse de las ajenas.
Saludos.

jueves, 9 de noviembre de 2023

Quatermass 1


 

Bueno, pues iniciamos aquí un miniserial al que tenía ya ganas desde hace tiempo, y que será una especie de transición hacia algo mayor. El Dr. Quatermass es un personaje creado por Nigel Kneale, no tan conocido quizá en España, pero alrededor de cuya figura se ha estructurado un interesantísimo universo de ciencia ficción de la vieja escuela, con cohetes, astronautas, alienígenas y otras hierbas. Quatermass ha conocido películas de cine, telefilms y series, como la que le dio origen. Hablamos de una miniserie que data nada menos que de 1953, pero de la que se conservan sólo los dos primeros episodios, de un total de seis, y algunas imágenes fijas del resto. Quatermass es un severo e hierático ufólogo (de hace 70 años, nótese), con una destacada participación en una importante misión espacial. De repente, se pierde el contacto con los tripulantes de la nave y todo el equipo piensa lo peor en unas angustiosas horas. Al día siguiente, la nave realiza un aterrizaje forzoso en pleno centro de Londres, pero lo que debería ser motivo de celebración se torna en pesadilla. Primero porque, sorpresivamente, en el interior sólo hay un astronauta, aunque lo peor es "el huésped" que ha traído consigo del espacio exterior.
Filmada exclusivamente en decorados y con un presupuesto que intuyo bastante ajustadito, es ese tipo de ciencia ficción en la que cobran más importancia las palabras que las imágenes, algo que ha ido dándose la vuelta durante todo este tiempo. Una curiosidad, sí, pero también el germen de todo lo que vendría después, y que les contaremos otro día...
Saludos.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #56


Título mítico del cine genuinamente "de piratas", BLACKBEARD THE PIRATE es menos solemne, incluso menos espectacular, y se centra más en la construcción de personajes y situaciones, y sobre todo en la magnética interpretación de Robert Newton, dando vida a un Barbanegra que se come la pantalla desde su primera y tremebunda escena. Esta película no sería lo mismo sin su carisma, eclipsando a cuanto actor se le ponga por delante, pero también habría que destacar la mano firme de Walsh en la dirección, facturando un film de aventuras de toda la vida, con tesoros enterrados, damiselas en apuros, engaños sobre el engaño de un engaño, y un último enfrentamiento con su archienemigo, Henry Morgan, al que considera un traidor por haberse vendido a la corona británica. Contiene todo lo que uno espera de una película de este tipo, sin ser una obra mayor, aunque sí da la sensación de familiaridad de los grandes clásicos. Por último, la banda sonora de Victor Young, muy bien en el asunto épico, insoportablemente ñoña en los románticos, que aquí, sinceramente, sobraban...
Saludos.

martes, 7 de noviembre de 2023

Títulos y resultados


 

Hay que hacer un esfuerzo para no sentirse repelidos por esa extraña obsesión de algunos cineastas por "nominar" sus películas en el título, como si el mero hecho de ver su nombre ahí impreso ya supusiera un reclamo suficiente. Es una práctica tan absurda, que ni siquiera creo que afecte positiva o negativamente, sino que identifica una pomposidad bastante anticuada, si me apuran. Lo digo porque GUY RITCHIE'S THE COVENANT es una buena película, de las más sólidas, serias y bien dirigidas de su autor, un tipo que suele tirarse petardos bajo los pies mientras dirige, por ilustrar algunas de sus mayores lindezas. Pero conviene puntualizar, por ejemplo, que el guion no puede ser "interpretado", porque algunas certezas ofrecidas no son más que dogma panfletario de teletienda. Ahora bien, como película de acción bélica, probablemente estemos ante una de las mejores de los últimos años. Y lo digo porque lo he dicho muchas veces: su discurso es infantil y conductista, pero me lo he pasado pipa durante dos horas. La excusa es la amistad trabada por John Kinley, un sargento norteamericano y Ahmed, el traductor que le es asignado en su última misión en Afganistán, en la que es gravemente herido, y es precisamente este intérprete quien arriesga su vida para trasladarlo durante 100 kms. en un terreno infestado de talibanes. Sin embargo, al despertar ya en casa, Kinley se entera de que Ahmed tuvo que esconderse junto a su familia, convirtiéndose en presa prioritaria de los talibanes. Aparte de su espectacularidad técnica, de una sobriedad más que agradecible, hay que destacar el gran trabajo de Jake Gyllenhaal, pero sobre todo del sorprendente Dar Salim, que compone un personaje complejo y de gran profundidad sentimental.
Lo dicho, no se harán tesis sobre ella, pero es un entretenimiento absolutamente magnífico, y de eso también tiene que haber, cómo no.
Saludos.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Sobrevivir a los hijos


 

BIRTH/REBIRTH se vio en Sitges, pero no hubo mucha gente que se enteró, al formar parte de una inciativa, las "sesiones sorpresa", fuera de todo catálogo, y sólo disponible en su idioma original y sin subtítulos. Más allá de la excentricidad, la ópera prima de Laura Moss es un "body horror" que no parece una película de terror, sino la exposición de las consecuencias por querer jugar a ser dios. Efectivamente, Shelley mediante, nos encontramos con una enigmática doctora (muy inquietante Marin Ireland), que lleva toda la vida realizando experimentos con pacientes fallecidos; obsesionada con regresarlos a la vida, se topa con una niña fallecida por una extraña meningitis, y que además es hija de una enfermera de su mismo hospital. Tirando del hilo, la desconsolada madre llega hasta una terrible certeza: quizá su hija no esté muerta... del todo. 
Se trata de un film bien resuelto en lo técnico, con una apariencia entre lúgubre y realista, pero al que le falla cierta cohesión narrativa, llegando a perderse en un último tramo excesivamente confuso. Con todo, tiene algunas escenas impactantes, una banda sonora espeluznante y una saludable vocación por bajar al suelo lo que no para de pugnar por extralimitarse. Buen debut en todo caso.
Saludos.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Rincón del freak #571: El cimmerio de la ONG y el pívot con la maza

 


Sí, es cierto que el éxito de CONAN THE BARBARIAN iluminó varios pares de ojos allá por principios de los ochenta. Pero habría que reparar en un aspecto que creo insoslayable: lo único que une a aquélla con CONAN, THE DESTROYER, es el nombre de su protagonista. Y sólo eso, porque parecen dos films con dos géneros distintos, y ésta no sale ganando en nada. Donde John Milius proponía una especie de epopeya muda, de "estilización de la brutalidad", Richard Fleischer impone un blanqueamiento "para toda la familia", con un Conan perfectamente domesticado, que habla incluso demasiado, y cuyas peleas, además de terminar siendo agotadoras, se integran en una coreografía planíficada con exactitud. Ya entonces, la comercialización de un producto pasaba impepinablemente por limarle las asperezas y echarle una mijita de azúcar, o prepararlo para la juventud que, probablemente, casi no entendió la otra. Yo vi las dos, y ya entonces podía ver esa diferencia: la primera, un cómic en movimiento, y la segunda un divertimento más light y con alguna estrellita de entonces, como la salvajona Grace Jones, que tampoco llevaba bien estar atada en corto. Para colmo, Dino de Laurentiis prometía unos efectos visuales de antología. Lo que sale: André el gigante con una máscara de goma, haciéndole llaves a Chuache. Wilt Chamberlain con melenas y un mazón destructivo. La princesa vestal, que parece salida de Melrose Place, pero se quiere beneficiar al pobre bárbaro. Y el final boss: un bicho con un cuerno, que al despertar arrasará y esclavizará a la humanidad, sumiéndola en un caos y terror absolutos... Conan se lo merienda en unos 120 segundos... Si no tienen nada que hacer un domingo de estos, quizá les haga gracia recordar ésta o aquélla escena, pero si no la ven no se pierden nada. 
La música de Poledouris, la misma con arreglillos a lo Luis Cobos...
Saludos.

sábado, 4 de noviembre de 2023

Aprender a vivir


 

Hay una diferencia fundamental entre presenciar una obra maestra, toda vez que los caminos confluyen para que dicha experiencia nos haga chasquear la lengua de deleite, satisfacción, mientras, ufanos, esbozamos esa mirada semientornada de perspicacia, como un "ya la vi", y, como decía, ser literalmente traspasados por esa denominación, a menudo tan gratuita. Tenía muchas dudas al respecto de KIMITACHI WA DÔ IKIRU KA (EL CHICO Y LA GARZA), la esperadísima última película de Hayao Miyazaki, sin más, el director de animación más grande del mundo, y uno de los más grandes así en general. Pero las dudas no eran por la calidad, porque Ghibli jamás defrauda, ni por no estar a la altura de la cansina repetición de "ésta sí es la última y me voy". Mi temor provenía por atisbar la chamusquina del autohomenaje, el recorte, la autoreferencia (nótese que Miyazaki es tan grande que sólo podría copiarse a sí mismo); esa sabanita, confortable, de satén celeste, con bordados que casi tintinean, y que cubren al 99% de los creadores en su recta final. No es a todos, pero lo he visto demasiadas veces, y ésta no tendría por qué ser una excepción. 
Seré breve para explicar mi sensación tras dos horas sintiéndome igual de emocionado como cuando era un niño, pero esta vez con mi hija al lado. EL CHICO Y LA GARZA es puro Miyazaki, adulta cuando debe serlo, desbordante también, y frenética, y a veces tranquila como un estanque en verano. Es bella, demasiado, tanto que pierdes la noción de si lo que estás viendo puede ser hecho por la mano humana. La respuesta es igualmente emocionante: SÓLO puede ser hecho por la mano humana. 
Historia, cómo no, de transición, pero muy dolorosa, es sobria y elegante cuando nos coloca frente a la tragedia que debe afrontar el joven Mahito, tras perder a su madre en un incendio, para seguidamente empujarnos por un tobogán imparable, el del mundo oculto en una extraña edificación, cerca de su nueva casa, y al que le dará acceso una extraña (y bastante creepy) garza. Así, podemos elegir dos percepciones, la alegoría del joven que madura a marchas forzadas y por el camino más angosto, o embelesarnos con la posibilidad de que esos reinos paralelos existan... ¿o no existían en nuestra niñez?
Sea como sea, no puedo describirles con exactitud el torrente de sensaciones, algunas muy íntimas y maravillosas, pero sí obligarles (literalmente) a que la vean, porque no todas las vidas tiene uno la oportunidad de presenciar una obra maestra absoluta en tiempo real...
Saludos.

viernes, 3 de noviembre de 2023

Películas para desengancharse #125


 

En fin, llegamos al final de este monográfico, que nos ha acompañado durante 25 semanas, y en el que hemos repasado, de la manera más ecléctica posible, las pasiones, desamores y otros enganches cinéfilos. Y sobre todo esto versaba, por ejemplo, LADYHAWKE, título mitiquísimo de la fantasía ochentera, hoy incomprensiblemente olvidado, y que ilustra a la perfección un tipo de cine que, me temo, no va a volver. Con un guion mastodóntico, en el que estaba, por ejemplo, Tom Mankiewicz, se trata de una fantasía muy fantástica, pero con los pies siempre en el suelo. Nos contaban la historia de Navarre e Isabeau (dios, qué nombres), ambos enamorados hasta las trancas, ambos malditos por un obispo cabrón y envidioso, que los obliga a no poder gozarse, ya que ella es un halcón durante el día y él un lobo negro por la noche. Uno de los aciertos es la inclusión de Gastón, apodado "el ratón", un ladronzuelo que escapa de la cruel mazmorra del obispo, y al que el azar lleva hasta Navarre, con el que entabla una extraña alianza; mientras tanto, buscarán la manera de romper el hechizo. Rutger Hauer, Michelle Pfeiffer (cuya absurda belleza parece de otra dimensión) y un joven Matthew Broderick, protagonizan este estupendo ejemplo de fantasía bien entendida, con las licencias precisas y un ritmo que no decae, aunque le sobra alguna peleílla y le falta desarrollar algún personaje. Rodada en los preciosos parajes italianos, contaba con una irreal fotografía de Vittorio Storaro y, sobre todo, el oficio de ese director nunca suficientemente reivindicado, y que algún día saldrá de la injusta casilla de "artesanos de lujo". Porque no hay más que repasar la filmografía de Richard Donner para apreciar a un maestro de la vieja escuela. Ah, no haré sangre sobre la banda sonora, porque creo que Andrew Powell hace un trabajo digno, aunque Alan Parsons lo debería haber dejado a su aire...
Aún vigente tras casi cuatro décadas.
Saludos.

jueves, 2 de noviembre de 2023

Arriba pueblos del universo


 

Sabía que no me equivocaba al elogiar un film tan incomprendido como ROGUE ONE, que se atrevía a dar un enfoque más maduro al universo Star Wars; quizá no porque lo requiriese, pero sí por el considerable balón de oxígeno que le supuso a una franquicia a punto de morir por acumulación. ANDOR es muchas cosas, y por ello una serie compleja, angulosa, no tan entretenida, pero apaionante de cabo a rabo. No es un entretenimiento sin más, y sí una meditada reflexión sobre los engranajes de opresores y oprimidos, a fin de entender sus mecanismos, motivaciones y, finalmente, razones. Además, cuando se pone en modo cine negro también lo borda, entretejiendo relaciones simuladas y tráfico de intereses, tanto como las corruptelas políticas o los desastres del colonialismo. Cada episodio es una joya, llevándonos casi imperceptiblemente hasta un desenlace soberbio, en clave de western reivindicativo, y advirtiéndonos de que quizá Tony Gilroy era el hombre. 
Quédense con dos o tres cosas. La música de Nicholas Britell va creciendo en consonancia a la intensidad de la serie. Diego Luna compone uno de los personajes más humanos, creíbles e inolvidables de todo este vasto universo. Algunas apariciones, aunque breves, son espectaculares, y además está Stellan Skarsgard en modo master and commander... ¿Qué más se le puede pedir? Yo, que hagan la segunda temporada.
Saludos.

miércoles, 1 de noviembre de 2023

Raoul Walsh. escribir la Historia #55


 

No es GLORY ALLEY uno de los títulos más recordados de la extensa filmografía de Raoul Walsh, pero sí es uno en el que merece la pena detenerse, aunque sea para elogiar su facilidad para integrar géneros en una historia sencilla pero eficaz. Socks Barbarrossa es un prometedor boxeador de New Orleans, que abandona en mitad de una pelea, sembrando las dudas sobre su valía como púgil. Temiendo perder por ello a su prometida, Angie, una bailarina de origen francés, se alista para la guerra de Corea, de donde regresa convertido en héroe, pero con el repudio del padre de ella. Así, el guion de Art Cohn nos lleva desde el mundo del boxeo hasta el musical, con unos estelares Louis Armstrong y Leslie Caron (de la que recuerdo que sigue viva y estupenda a sus 92 años), mientras pugna por salir una interesante reflexión acerca de qué es realmente el valor, o para qué sirven los héroes. 
Es cortita, se ve en un suspiro y tiene algunas escenas de un realismo al que ya empezaba a cogerle el gusto Walsh. Tan sólo se echa de menos un protagonista con mayor carácter y talento que Ralph Meeker.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!