Increíblemente, los caminos de Peter Bogdanovich y Roger Corman se volvieron a unir, lo que da una idea, sobre todo, de la precaria posición del cineasta para poder sacar adelante cada proyecto. Pero no nos equivoquemos, porque SAINT JACK huye de la serie B para contar una potente historia, la de un legendario regente en un burdel de Singapur. Interpretado magistralmente por Ben Gazzara, este Jack soporta todo el peso de una película a punto de derrumbarse, o mejor de desvanecerse entre la inconcreción de su argumento, a la que le puedo encontrar la explicación de que se trate de una novela de Paul Theroux, grandísimo escritor de libros de viajes. El film nos cuenta el frenético día a día de este hombre, capaz de mantener estoicamente la dignidad en un mundo de podredumbre y degradación, donde cada persona tiene un precio, y no precisamente alto. Encuentra algo de complicidad en el inspector que va a auditar las cuentas del negocio, porque ni siquiera él aprueba la "contabilidad paralela" de sus socios asiáticos, y mucho menos el trato humillante al que someten a las chicas que diariamente van llegando. Acuciado por las deudas y las mafias, intenta encontrar la forma de escapar definitivamente, pero Jack parece arrastrar un ancla demasiado pesado para zafarse de él, así que acepta un último y arriesgado trabajo que le propone un misterioso hombre de negocios americano, consistente en reunir pruebas para chantajear a un político recién llegado.
Una película con un ritmo complicado de sobrellevar, con incesantes cortes de ritmo y una trama tremendamente inconcreta. La salva del desastre la gloriosa interpretación de Gazzara y un puñado de escenas sueltas francamente impactantes, especialmente el rapto de Jack por los mafiosos. Ni es de lo mejor de Bogdanovich ni es de lo peor, pero aún me sigo preguntando si de verdad esto lo produjo Corman.
Saludos.
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