martes, 28 de febrero de 2023

Los que traman


 

Y siguiendo con los Goya, puede que una de las películas más inesperadas que concurrían este año fuese LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS. Con un modelo más cercano al americano que al español, el acierto de Oriol Paulo es acercar la intrincada novela de Torcuato Luca de Tena, ya incomprendida en el momento de su publicación a finales de los setenta, a un público poco acostumbrado a ejercicios de estilo tan acusados como refinados. Paulo lo logra a medias (pese al acierto), maximizando la ambición por implementar una intriga de múltiples aristas, con un nada disimulado marco de refinamiento formal, aunque quedándose algo corto en cómo ha de ser la adaptación (existe otra, mexicana, de principios de los 80), en tanto que objeto trasplantado. El film es mejor cuantas más cosas cuenta, y ahí el mando lo lleva una imperial Bárbara Lennie, dando vida a esa extravagante mujer de clase alta, bella e inteligente, que ingresa "voluntariamente" en un centro psiquiátrico, supuestamente por mandato de su marido, aunque "en realidad" se trata de un plan orquestado. Ella es Alice, de ascendencia británica, y cuya verdadera ocupación es investigadora privada, lo que usará para llegar al fondo del turbio asunto para el que ha sido contratada: desvelar la verdadera causa de la muerte de un interno. Es mejor desvelar poco desde aquí, pues el guion se nutre de los múltiples giros ya existentes en la novela, desmadejando un perverso juego en el que nada es lo que parece, y el espectador deberá dudar incluso de la cordura de su protagonista, lo que hubiese necesitado un guion aún más fino y sutil. Aun así, merece la pena embarcarse en este audaz cruce entre el SHUTTER ISLAND de Scorsese o el celebérrimo film sobre instituciones psiquiátricas de Milos Forman. Sin llegar al nivel de ninguna de las dos, sí puedo decir que se trata de un producto de calidad, y que alude a la posibilidad de mirar hacia próximas fuentes de producción, sin obviar pretéritos anhelos, casi todos infructuosos o directamente fallidos.
Saludos.

lunes, 27 de febrero de 2023

Tambores del barranco


 

Aquí estamos de nuevo, porque al fin y al cabo no nos hemos ido tan lejos. Y volvemos casi donde lo dejamos, en el repaso a Saura, y en el Saura más buñueliano, porque al maestro le dedicó PEPPERMINT FRAPPÉ. Hay mucho de Buñuel aquí, pero también de Azcona, con quien escribió el guion (y con Angelino Fons) de esta perversa fábula rodada en Cuenca, corolario de perversiones reprimidas, o de fantasías irrealizables. Yo prefiero ver la sombra del Hitchcock de VERTIGO, trasplantada a una ciudad de provincias asfixiante y decadente, por donde se mueve Julián (inmenso José Luis López Vázquez), personaje complejo e inquietante, que podríamos ubicar en un extraño híbrido de homosexualidad latente y fetichismo beato. Julián, sigiloso radiólogo, soltero, rodeado de altares y orden barroco, cuya petrificada vida da un vuelco cuando su amigo Pablo vuelve de África para anunciarle su boda, y más concretamente cuando ve a Elena, su prometida, que tiene un secreto y un enigma. Julián rememora los tambores de Calanda en semana santa, y jura que vio a esa imposible extranjera tocando el tambor, componiendo la estampa que a partir de entonces le martiriza ¿Pero y la semejanza con Ana, su empleada en la clínica? Elena es libre e incontenible, con la seguridad de quien llega de fuera; Ana es pacata y recatada, de falda a la rodilla. Julián comienza a abordar a Elena, mientras inicia una relación de soterrado sadismo con Ana, pero una última fiesta, con algunos peppermints helados, un tambor y una canción de Los Canarios, le dará una certeza imprevisible e insoportable. 
Me consta que hay gran parte de la crítica que insiste en que no ha envejecido bien, pero a mí me sigue pareciendo que está entre lo mejor de Saura, precisamente por lo bien que plasma ese mundo ocultado de aquellas provincias, aparentemente tranquilas, pero también siniestras.
Saludos.

domingo, 26 de febrero de 2023

 Periódicamente, no sé por qué, un escrito aparece por estas páginas, rompiendo la previsible linealidad de las mismas. Casi siempre han sido acontecimientos extraordinarios los que han motivado, valga la redundancia, dicha excepcionalidad. Ésta ha sido una semana dura, extraña, repleta de vaivenes y contratiempos, en la que lo que menos me apetecía era escribir. Pero escribir es mi vida, y lo único que creo saber hacer decentemente. No habrá intervalo, ni voy a imponer un suspense que no merece la gente que tan generosamente ha acudido al Indéfilo como alivio, reposo o, sí, saludable rutina. No, no voy a dejar de escribir, y mi empeño, también personal, será seguir al pie del cañón, hasta que no quede una línea más que decir. 

Hace muy pocos días, entre sorprendido y divertido, me encontré con lo que considero una "extraña anomalía", si es que tal cosa existe. Era aquello de la entrada que había ofendido a nosequién, y que había convencido a Blogger de que éste era un blog que contenía material ofensivo o delicado. Qué cosas. Esto, ya resuelto, ha quedado como lo que era, una anécdota sin importancia. Lo que no es anecdótico es el agradecimiento que el autor de este blog desea transmitiros a todos vosotros, sin dramatismos ni sentimentalismos, sino con un sentimiento de pertenencia y correspondencia, como de bella y espontánea comunidad. A mí me sirve, especialmente ahora, y por ello, aun necesitando una gran fuerza de voluntad, necesitaba esta entrada, que no es mía sino vuestra, como todo lo aquí contenido.

Vamos a seguir, debemos seguir. Sin desfallecer, poniendo amor en cada línea y respeto a todos los que seguimos contribuyendo a que la cultura sea preponderante, precisamente porque sus enemigos jamás querrán saber nada de ella. Vosotros hacéis este blog, porque vosotros me empujáis cada día a que me tome el placer de ponerme delante del teclado y hacer lo único que sé hacer.

Gracias infinitas...

lunes, 20 de febrero de 2023

La madriguera del conejo


 

Los rencores. Las rencillas. Los miedos. La envidia. El nido frío de la alimaña bajo un sol que abrasa las miradas. Los intereses creados. Los muertos deseados, mostrados como trofeos. La caza. Carlos Saura filmó una de las películas españolas más viscerales, inclasificables y rompedoras de todos los tiempos. LA CAZA es todo ello, dinamitado en un tiempo que parece muerto, suspendido; con la eficacia de la narración fuera de campo, siempre en alusión a otra circunstancia, pero en sibilina concomitancia. El coto de caza como el campo de guerra ("La Guerra"). La amistad defraudada por los celos, el interés por el que se mueven quienes sólo ven lo inmediato. El aprendiz de todo ello, de todo lo malo. El desencantado cínico, ahogado, de culturilla barata, como si tuviese algo decisivo que decir a cada instante. El sexo machista, de posesión material ("los conejos"). Las madrigueras en el suelo, repletas de conejos con mixomatosis. Los agujeros en el monte, donde se guarecían los resistentes, los fantasmas. Los disparos vuelven a atronar. El guarda, miserable, cojo por cepo, el único que dejaron con vida, un mayordomo que existe por casualidad, que caza con hurón. La niña, manchada, analfabeta, extasiada ante los marcianos que se han dignado a traer sus escopetas, sus revistas de chicas, sus discos yeyé, en un LandRover sin techo. Con las primeras horas, ya el brandy, que envalentona y saca los secretos enterrados, como conejos de una madriguera.
Se puede hacer un western psicológico, y se podía hacer en España.
Magistral. Obra maestra absoluta.
Saludos.

domingo, 19 de febrero de 2023

Rincón del freak #542: El bikini antediluviano


 

Maldita sea, porque se nos van yendo los mitos, y eso significa ni más ni menos que nos vamos haciendo mayores. Se ha muerto "El cuerpo", Raquel Welch. Actriz discreta, recluida en un cuerpo de diosa, que hizo de los sesenta una década para admirar la curva en todo su esplendor. Su imagen es icono, llenando portadas como la de ONE MILLION YEARS B.C., demencial guion cavernícola, que explotaba tanto el genio de Ray Harryhausen como la imposibilidad de imaginar a una mujer de las cavernas con ese peinado, ese bikini... Qué más da si por el árido paisaje canario campan iguanas gigantes, tortugazas de 100 metros o pterodáctilos aleteantes. Lo que importaba era adivinar qué escondía ese mínimo vestuario, mientras la Welch soltaba monosílabos inventados o salía del agua tras proveer a la tribu de algún pececillo. Es un cine que, sí, ha quedado prehistórico, prácticamente indefendible, pero con un encanto especial y que no me atrevo a contradecir. Dirigía Don Chaffey, que lo hizo bastante mejor en otra con el genio del stop-motion, pero esto fue un taquillazo desorbitante, demostrando dos cosas. La carne siempre ha vendido, y la ausencia de sentido común también.
Por aislar, atentos al estupendo trabajo de música y efectos de sonido de Mario Nascimbene, que hubiera sido más apreciado en un film menos descacharrante.
Saludos.

sábado, 18 de febrero de 2023

El fondo que nada llena


 

Concurría Juan Diego Botto a los Goya con EN LOS MÁRGENES, su primer largo. Y nos sirve, por ejemplo, para dar curiosa réplica a la reseña de ayer, en la que objetivábamos un cine preocupado por no perder los rieles de la forma, cuando aquí el problema es diametralmente opuesto. Por lo que cuenta, EN LOS MÁRGENES es más que una buena película, es necesaria y es honesta consigo misma, incluso con sus fallos, que son muchos. Con el trasfondo de la crisis económica, que ya nos resulta hasta difícil ubicar en el tiempo, Botto construye una historia coral de personas a punto de perder sus casas por la usura de los bancos (y la repugnante connivencia de los políticos, que luego irán a pedirle el voto), de perder la custodia de los hijos, porque ésta es una película de perdedores, no como los neoliberales entienden el zoológico de winners & losers, perdedores reales, que en la mayoría de los casos ni siquiera saben cómo han llegado a esa situación límite. Lo mejor es el ritmo, frenético, asfixiante, que entrecruza estas vidas navegando por esos márgenes donde no interesa mirar. Lo peor es, llegado el momento, saber dónde y cómo poner la cámara, o la música, o el diálogo; hacerlo sin caer en una sensiblería de anuncio de loterías que resta mucho del empaque que le da, por ejemplo, el buen hacer en los tour de force más teatrales, donde Botto se muestra más cómodo. Hay que verla, de todas formas. No basta con dar limosna si uno no sabe de dónde parte el problema; el caso es que lo sabemos, pero el miedo paraliza. Te puede paralizar al ser desahuciado, pero también por no querer pensar en que un día nos podría tocar a cualquiera.
Al menos, creo que estamos ante una película que intenta que todos seamos un poco mejores, y no veo lo malo en ello.
Saludos.

viernes, 17 de febrero de 2023

La forma que todo lo devora


 

A menudo indicamos como fundamental el equilibrio dicotómico entre fondo y forma, a la hora de encontrar las palabras precisas que nos lleven hasta la valía de una obra, o la falta de la misma. Esto me ha parecido evidente en NANNY, un film de esos que se cuelan en plataformas sin hacer mucho ruido, y que suelen olvidarse con la misma premura con que se estrenan. De no pretender ser un film de terror (produce Blumhouse), podríamos afirmar que estamos ante una nueva disección psicosocial en clave racial, un poco a lo Jordan Peele, pero con un trazo incomprensiblemente grueso. Se le nota a Nikyatu Jusu la bisoñez, cómo claudica ante planos bien estructurados, olvidándose durante mucho tiempo de contar qué diantres está pasando; esto confluye en que su supuestamente devastador desenlace quede en un wtf incompleto y chantajista, como ideado a toda prisa. Y es una pena, porque de haberse quedado con el angustioso día a día de su protagonista (Anna Diop, una revelación), no hubiesen hecho falta los elementos sobrenaturales, que terminan siendo lo peor de un film que se rinde a la forma, sulfatando un interior huero. En resumen, está muy bien filmada pero lo que cuenta carece de hondura e importancia.
Prescindible, aunque habrá quien la encuentre entretenida.
Saludos.

jueves, 16 de febrero de 2023

Lapislázuli de lágrimas


 

Qué faltita le hacía al cine español una película como UNICORN WARS, y no sólo al de animación. Hartos ya de "Tadeos" y compañía, lo que Alberto Vázquez nos planta en las narices es un metajuego diabólico, un descenso a lo peor del alma humana de la mano de unos simpáticos ositos, cuyo principal cometido en la vida es exterminar hasta el último unicornio vivo, tal es su belicosa naturaleza. Los unicornios son mostrados como seres nigromantes, oscuros, que amenazan desde las sombras al pueblo osito, ayudados por una horda de simios caníbales. Sin embargo, esto no es más que la fachada, el retruécano para hacernos pensar sobre lo que estamos viendo. Ositos de colorines, pero mal hablados, violentos, repletos de envidia y rencor, adoctrinados en una academia que los ha de convertir en asesinos sin escrúpulos. Entonces algo anda mal, y puede que esos unicornios de fiero aspecto no sean la verdadera amenaza, sino los guardianes de un equilibrio natural aunque incomprendido. La metáfora no es gratuita, y queda perfectamente explicada en una secuencia final que por supuesto no voy a desvelarles. Lo que sí les digo es que vean cuanto antes esta absoluta maravilla, un cuerpo extraño a todas luces, que nadie acierta a ubicar, pero que ya dejó atónito a medio Sitges, y rubricó ganando merecidamente el Goya a mejor film de animación. Yo, lo único que espero es que esto no se detenga aquí, y que podamos asistir a una inesperada eclosión, la del cine de animación para adultos de corte libérrimo y punkarra. 
Absolutamente maravillosa. Los créditos, a golpe de Sludge Metal coruñés, impagables... No se la pierdan por nada del mundo.
Saludos.

miércoles, 15 de febrero de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #24


 

Y a mí que ARTISTS AND MODELS, de 1937, me parece un muy buen musical. Un poco deslavazado, sí, pero que consigue plasmar esa idea de las varietés, donde todo cabía y valía para y por el espectáculo. Hay un trasfondo cómico, el que protagoniza Jack Benny como ese productor en crisis, que busca desesperadamente poner en pie un proyecto ambicioso que reflote su empresa. Otro romántico (y menos interesante), con el insulso Richard Arlen y la gran Ida Lupino, en plan devoradora total. Proliferan los números musicales y cómicos, hay una actuación a base de rudimentarias marionetas, y la explosión final, a golpe de jazz, es magnífica, nada menos que con Louis Armstrong encabezando una coreografía callejera. Y de verdad que Raoul Walsh no ha pasado a la Historia por sus musicales, pero no puedo decir que éste sea el peor; es más, es bastante más entretenido, por ejemplo, que el dirigido por Mitchell Leisen sólo un año después. Que yo recuerde, hay al menos otra versión, ya en los cincuenta, pero eso se lo contaremos en otra ocasión, por supuesto...
Saludos.

martes, 14 de febrero de 2023

Aquella noche en París


 

Aquella noche fue la del 13 de Noviembre de 2015. Unos terroristas entraron en la sala Bataclan, en pleno concierto, y abrieron fuego indiscriminadamente. Isaki Lacuesta lo cuenta en UN AÑO, UNA NOCHE, aunque esto no sería del todo cierto, o sí. En realidad, la propuesta, partiendo del libro escrito por Ramón González, superviviente de aquel horror, nos lleva al futuro incierto del propio Ramón y su pareja, Céline, que intentan a duras penas superar el trauma y remontar sus vidas. Lo que en la vida "es", sin más, supone una ardua tarea, de convicción y plasmación, para no caer en el semidocumental chusco, al tiempo que la recreación no se aleja de la emoción de la narración en primera persona. Por ello, Lacuesta (e Isa Campo, por supuesto) abre el campo narrativo, por mucho que cada plano se note angustioso, claustrofóbico, impregnado por el trauma. Pese a contener todo lo mejor del cine de la pareja, no hay aquí ese elemento sorpresa, esa respiración de "la realidad filtrada por lo filmado", y el montante queda (que no es poco) en un film que, como sus protagonistas, necesitan atención, al tiempo que parecen destinados al desapego perpetuo. Es la crónica de aquella noche, y más que nada de cómo ya nada volvió a ser igual.
Guion adaptado en los Goya. Cuota cubierta para la Academia, supongo...
Saludos.

lunes, 13 de febrero de 2023

La cuadrilla del arrabal


 

Como una premonición fatal, o una jugarreta del destino, a pocas horas de recibir el Goya de honor, fallecía Carlos Saura, nombre capital del cine español de todos los tiempos. A menudo se habla de Saura como ese "joven turco", inquieto, inconformista, audaz e inteligente; el cineasta que pretendió cambiar el sistema desde dentro, con una visión que señalaba las costras de un sistema podrido, con el sigilo indetectablede quien siempre va un paso por delante. La primera obra remarcable de Saura fue LOS GOLFOS, retrato a ras de suelo de ese Madrid de periferias que eran huertas, arrabales. Un páramo de miseria del que apenas se podía sacar la cabeza, y en el que nos encontramos a un grupo de jóvenes, vivales de pequeños hurtos los unos, robos con agresión otros, que dilapidan las horas entre tabernas de cuartillos y mus, mastodónticos salones de baile para emprenderla con las chatis o mediocres organizadores de capeas. Porque uno de ellos, Juan, quiere ser torero a toda costa; y para ello, su cuadrilla tiene que reunir las veinte mil pesetas en poco tiempo. Saura, que escribió el guion junto a (nada menos) Daniel Sueiro y Mario Camus, desparramó su cámara, nerviosa y ávida de realidades, por el caótico mercado de Legazpi, los chozales de labranza, donde se oye el silencio de la espalda doblada y el llanto de los sucesivos críos. Y está el Bernabéu, desde fuera, que deja los "aledaños" desiertos, ideales para la colecta de espejos, bombillas y otros repuestos. Era otro cine, que pugnaba a la sombra del francés, el free cinema británico, y sobre todo el neorrealismo italiano, con la particularidad de que aquí todo eelo pasaba un implacable filtro cainita, que no terminaba de ver las ventajas de que en Cannes (porque estuvo en Cannes) fuesen testigos de la represión franquista en toda su crudeza. El final, incluso mutilado por la censura, es tan incontestable, tan demoledor, que daba cuenta de ese bisturí, entre realista y poético, que sólo los muuy grandes poseen. Saura era uno de ellos, y algo de ello contaremos...
Saludos.

domingo, 12 de febrero de 2023

Rincón del freak #541: El diablo a la vuelta de la esquina


 

Sin perder perspectiva, hoy traigo aquí una rareza pero bien rara, y eso que no fueron pocas las filmaciones que eran moneda de cambio para la transmisión de ciertas ideas religiosas. El cine, aun en su vertiente más subterránea, como panfleto útil o émulo inspiracionista. El caso que nos ocupa hoy es el de James y Eloyce Gist, predicadores evangelistas, que en 1930 realizaron un mediometraje titulado HELLBOUND TRAIN, en el que mostraban todos los signos de perdición a los pecadores que necesitaran ilustrarse para encontrar el buen camino. Lo curioso es que los Gist eran afroamericanos, de hecho todos los participantes lo son, eludiendo de un plumazo la problemática racial y enmarcando todos los "pecados" en el entorno de la comunidad negra. El alcohol, el latrocinio, el adulterio, incluso las reuniones con música jazz, se enumeran como la obra del satisfecho diablo, que es mostrado con un rudimentario disfraz de carnaval. Se trata de un trabajo de inmaculada candidez, sin banda sonora y una estructura realmente básica, pero cuyo reciente trabajo de restauración ha abierto una nueva perspectiva para descubrir ese "otro cine", sin mucho valor artístico, pero sí arqueológico y social.
Saludos.

sábado, 11 de febrero de 2023

Las buenas pelis y las pelis buenas


 

Podría ser lo mismo, pero en el caso de GLASS ONION: A KNIVES OUT MYSTERY me parece que habría que hacer un inciso, pues estamos ante una buena película, bien hecha, con una estructura impecable, pero a la que no consigo encontrarle más allá de esa valía. No es poco, al menos para una secuela que más parece un reto personal, el de un director que es capaz de no acomodarse por mucho que su fórmula haya variado muy poco desde aquel deslumbrante debut que fue BRICK. Al igual que su antecesora, veo fundamental desvelar lo mínimo de una trama que, como su propio nombre indica, se estructura en innumerables capas, que confirman a Johnson como el excepcional guionista que es. De nuevo Benoit Blanc, esta vez en mitad de una lujosa fiesta entre un grupo de amigos a los que une tanto su amistad como los celos que se profesan. Habrá un misterioso asesinato, que en principio parece simulado, mientras las obras de arte que presiden la mansión de un "nuevo rico" de sospechoso parecido con uno que todos conocemos son mudos testigos de esta sinfonía de traiciones y engaños. Es muy disfrutable si uno no busca más allá de su organizadísimo mecanismo, pero en ningún caso está entre lo mejor de su autor.
Lo mejor: Edward Norton.
Lo peor: la inconcreción de su difuso tono.
Saludos.

viernes, 10 de febrero de 2023

El cielo en una habitación de hotel


 

Confluyen dos películas en el interior de GOOD LUCK TO YOU, LEO GRANDE, y las dos son difíciles de armonizar, por lo que la sensación final es la de un trabajo loable, bienintencionado, incluso bien facturado, pero que no llega a la supuesta profundidad psicológica que realmente demandaría. A grandes rasgos, se nos cuenta la historia de Nancy, maestra jubilada, que lleva unos dos años viuda, y que, harta de su monótona vida, contrata los servicios de un trabajador sexual, con la esperanza de recuperar demasiados años perdidos. Él es Leo Grande. Y es apuesto, inteligente, servicial, un hombre perfecto a su servicio durante las próximas dos horas. Y por un lado tenemos el duelo verbal, casi siempre enfocado a una comicidad ligera, amable, poco dada al sarcasmo; pero por el otro, la directora Sophie Hyde nunca llega a hurgar en la herida que se intuye tras las magníficas interpretaciones, único sostén de este relato agridulce, de máscaras caídas y dolores en deuda. Emma Thompson y Daryl McCormack se esfuerzan en un gran trabajo repleto de química y matices, poniendo al descubierto una amplia gama de miedos, inseguridades y deseos insatisfechos. Es una buena película casi más por lo que no muestra, y es fantástica la entrega de una actriz consagrada como Thompson, desnuda por dentro y por fuera, mientras su joven compañero le da una excelente réplica, en uno de los personajes más tiernos que se han podido ver recientemente. Por contra, contiene una gran torpeza discursiva, llegando a caer en el sermón pseudoeducativo, y preguntándonos qué film habría resultado en manos más audaces y creativas.
Irregular tirando a buena. Tiene momentos emocionantes y otros bastante ridículos.
Saludos.

jueves, 9 de febrero de 2023

Exta sí


 

Lucía es bailarina en una macrodiscoteca. Repentinamente, se escabulle, abre una taquilla. Ante ella, una bolsa de deportes repleta de pastillas. Lucía va a robarle a quien no debería, pero así son las cosas, así que Lucía emprende una huida a toda prisa... porque ha sido descubierta. Jaume Balagueró ha sido el encargado de inaugurar este año Sitges, y lo ha hecho con una de sus mejores películas, aunque me consta que casi nadie ha entendido el corpus fundamental de VENUS, un extático paseo por el horror lovecraftiano en un bloque semiabandonado de Villaverde Bajo, y esto es decir mucho. VENUS es lo que es, y a dios gracias, porque el cine del ilerdense gana muchos enteros cuando se descoca y no explica casi nada, dejando al espectador la tarea de reubicar las piezas que se va encontrando, y aquí son muchas, y todas caben en poco más de hora y media. Imaginemos una film de Álex de la Iglesia (aquí oficiando de productor) bien hecho, sin detenerse en regodeos autosatisfechos y con la valentía de quien aún tiene mucho que demostrar. VENUS podría prescindir enteramente del elemento sobrenatural y daría igual, porque la adrenalina disparada del arranque nos llevaría hasta un thriller fatalista y sanguinolento. O al revés, porque el terror, cuando llega, y llega tarde, da bastante mal rollo sin abusar de lugares comunes (esas vecinas de abajo...) ni golpes de efecto. VENUS es la fisicidad de la sorprendente Ester Expósito, en esta producción siempre con un pie en la serie B, de manifiesto en los ingeniosos gags de corte costumbrista, y cuyo metraje pasa en un suspiro, mientras no puedes apartar los ojos por pura curiosidad morbosa.
¿Que podría haber ido más allá? Probablemente, y a lo mejor se habría pasado de rosca sin necesidad. A mí me ha gustado, por su falta de complejos y su sentido del entertainment de calidad. No es poco para un señor que ya lleva unos años demostrando que aquí se puede hacer buen terror.
Saludos.

miércoles, 8 de febrero de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #23


 

Fue práctica habitual que algunos grandes directores norteamericanos realizaran películas en el Reino Unido, a fin de ejercer como "embajadores", al tiempo que las productoras ahorraban costes y obtenían beneficios rápidos. En 1937, Raoul Walsh filmó un par de títulos para la Criterion, subsidiaria inglesa de la Paramount, que pese a no estar entre sus trabajos más memorables, sí dejan constancia de su profesionalidad y versatilidad. WHEN THIEF MEETS THIEF adaptaba una por entonces famosa novela, titulada "Jump for glory", en la que un solvente Douglas Fairbanks Jr. daba vida a un sigiloso ladrón de joyas, cuya vida da un vuelco al dar un golpe en casa de una joven acaudalada, que en lugar de gritar despavorida, primero le dispara, para seguidamente caer rendida ante sus encantos. Sin embargo, esta improbable pareja no sólo compartirá sentimientos, sino el amor por lo ajeno. Al film le falla lo inconcreto de su tono, sin decidirse por una comedia de intriga o explotar la química entre Fairbanks y la actriz británica Valerie Hobson, que le da excelente réplica. Una película hoy muy olvidada, a la que vendría bien un trabajo de restauración, y que oficia más como curiosidad completista que como la supuesta joya que muchos podríamos suponer a priori.
Saludos.

martes, 7 de febrero de 2023

Didactismo y fatiga visual


 

La Historia, con mayúsculas, siempre me ha interesado lo justito, y apenas si no sirve para entender mejor la contemporaneidad, en lugar de establecerse como un lastrante dogma falsamente educativo. Hay algo incluso peor que leer un libro "histórico", y es una película que desecha el lenguaje cinematográfico para enfrascarse en rudimentarios entresijos historicistas, ralentizando la supuesta epopeya, desembocando en ladrillos como el que hoy nos ocupa. Hay algo bienintencionado en MEDIEVAL, una inesperada producción checa, en la pulcritud de su fidelidad histórica para que nos interesa un poquito la figura de Jan Zizka, que fue el paladín del reino de Bohemia en el siglo XV, y que resistió sin perder una sola batalla contra el Sacro Imperio Romano Germánico del rey Segismundo. Tengo muy pocas cosas que decirles, ninguna positiva, sobre MEDIEVAL, excepto que desaprovecha un buen reparto, con Ben Foster a la cabeza, secundado por Matthew Goode y Sophie Lowe, y con la efímera aunque siempre estimulante colaboración de Michael Caine, que ya no debería estar para cosas como ésta, no vaya a ser que por mor del demonio se convierta en su epitafio...
Una película plana plana, aburrida, sosa, sin nada verdaderamente genuino que ofrecer, por lo que les prevengo de que no pierdan el tiempo en sus interminables dos horas, más cercanas al telefilm con ínfulas que a un largometraje en sí.
Incomprensible.
Saludos.

lunes, 6 de febrero de 2023

El dedo en la llaga


 

Hay cosas que no logro entender aunque me las expliquen, o quizás por eso. Esta entrada contiene dos, y la primera es el cuerpo de la misma; la segunda la propondré en un aparte al concluirla.
No entiendo cómo ha podido pasar tan desapercibida una absoluta maravilla como ARMAGEDDON TIME, última propuesta de James Gray, un director poseedor de un aroma único, que se eleva, sin estridencias, por encima de medianías multipremiadas. Estamos ante un retrato generacional, o una memoria sentimental, pero esto es mucho más. Es un sentido y minucioso mazazo sobre cómo se construyen las identidades, las buenas y las malas, y sobre cómo es inútil perseguir sueños puros. Más profundamente, Gray disemina las pistas, establece una "película sin género", para que ello le permita saltar sobre los mismos, aceptando lo mollar y desechando los fuegos de artificio. Paul es un chaval al que lo que mejor se le da es dibujar, sueña con ser un gran artista, pero su carácter rebelde no le permite encajar en un sistema educativo encorsetado de la manera que querrían sus padres. Son los años 80, la era en la que Reagan lanzaba soflamas apocalípticas para ganar mediante el miedo de los votantes, una táctica tan vieja como el mundo. Paul no soporta su vida, su familia, ni la escuela, pero hay dos excepciones. Su amigo Johnny, que por desgracia (sobre todo para él) es negro y pobre, y su abuelo (estupendísimo Anthony Hopkins), el único que le anima de verdad a no dejarse doblegar por este mundo de mediocres. 
Estamos ante una obra maestra, la mejor película de su autor, la más personal y la que debería suponer un antes y un después en su notable filmografía. Pero esto es así, y ARMAGEDDON TIME, de no tener algún inesperado resurgimiento, terminará devorada por circuitos reducidos y distribuciones lamentables. Yo les recomiendo que no se la pierdan, porque se perderían unos recuerdos de infancia de verdad relevantes, y no los que terminarán acaparando los premios de la Academia este año. Ustedes saben y yo sé.
Repito: obra maestra.



PD: Aquí viene la otra cosa que no entiendo, y es que blogger ha colocado un cartelito la mar de mono diciendo que este blog (que por cierto cumple este año nada menos que 15) contiene material ofensivo, escabroso o vaya usted a saber qué diablos, porque no sé qué carajo pasa cuando la gente se expresa con libertad, autonomía e intención. Según me comentan en un simpático e impersonal correo, algún tonto (es el adjetivo adecuado) ha denunciado al blog por una entrada... ¡de hace cinco años!... Ustedes tienen la posibilidad de leer de nuevo la entrada y juzgar qué es lo ofensivo que incluye, aunque creo que blogger, que tantas cosas positivas me ha proporcionado estos tres últimos lustros, no contempla la posibilidad de "desdenunciar", sea eso lo que sea. 
En fin, como dijo el hijodalgo: "... cosas veredes..."...
Abur.









domingo, 5 de febrero de 2023

Rincón del freak #540: Glaseados en normativo constructo que no se festonea bajo hojas de palmera


 

Les evitaría el pleonasmo, aunque no, porque BLACK ADAM es terriblemente mala. Peor aún: es conscientemente un producto adulterado, diseñado para no ser más que un aprovechamiento de migajas, un pretendido exotismo que queda en parodia involuntaria de su propia e inexcusable naturaleza. Si han leído los comics huirán despavoridos. Si sólo son espectadores de esta supuesta edad de oro de los superhéroes en pantalla, me da que buscarán un ibuprofeno que les mitigue el dolor de cabeza. Podríamos estar ante el primer caso de montaje cinematográfico capaz de elevar a obra maestra los de Mariano Ozores. He dicho, porque a la convulsión le sigue la náusea, y el rictus de arbotante al ver un arranque prometedor da paso a un wtf en toda regla. Tenemos un score que piltrafea el Spiral de Vangelis. Los efectos digitales parecen transparencias de la Hammer. Los personajes reciben disparos y a los diez minutos corren que se las pelan. El trasfondo sociopolítico tiene la densidad de un episodio de los Fruittis. De repente soy todopoderoso y luego estoy tumbado mirando posters de DC... Ay, DC... Pero miren, esto queda resumido en dos guiños/apropiaciones: Uno de los personajes más fascinantes de DC, el Dr. Fate, es reducido a un señor que hace espejismos y cabriolas de brilli brilli, y el malo es introducido como si fuera Gollum en TLOTR... No hay más preguntas, señoría... Bueno, sí ¿qué diablos le pasa a Atom Smasher? ¿o el actor es así?...
Una de las cosas más ridículas que he visto últimamente, no se salva ni la escena extra, que da pena y risa al mismo tiempo.
Saludos.

sábado, 4 de febrero de 2023

Atrapados en Nicaragua


 

De no tener el prestigio y el bagaje que tiene Claire Denis, es innegable que STARS AT NOON podría ser tachada de relamida y pretenciosa, huera y banalista. El último film de la cineasta francesa fue reconocido en Cannes con el premio del jurado, que es directamente proporcional a decir que ha pasado desapercibida, aunque no es mucho decir para una directora acostumbrada a moverse por circuitos que nada tienen que ver con los comerciales. Personalmente, y para enjuiciar con algo de perspectiva, separaría el aspecto narrativo del sensorial, que acaba por tener mayor (y mejor) peso en una historia siempre en el alambre, que tiene algo que ver con el SALVADOR de Stone en sus peores momentos, y con la lírica soterrada de BAJO EL VOLCÁN, precisamente cuando Denis se desmarca de la novela de Denis Johnson y se adentra en la inexpugnable psique de su extraña protagonista, de quien nunca queda claro ni su identidad real ni el porqué de su confinamiento en el país centroamericano, por mucho que la Covid haga de coadyuvante, innecesario en todo caso. Insisto, no me parece una mala película, sólo una muy liviana y desconectada de un todo argumental que, en peores manos, atribuiríamos a un montaje de principiante, y francamente no creo que sea el caso.
Lo mejor, que a Margaret Qualley habrá que seguirle el paso, y no por ser hija de quien es.
Saludos.

viernes, 3 de febrero de 2023

Luna quiere ser madre


 

Otra de las películas que da testimonio de lo extraño y satelital del cine de Agustí Villaronga en el panorama nacional es EL NIÑO DE LA LUNA, bizarrísima aventura fantástica, compuesta por una fábula tan evocadora como abstrusa. Todo parte de una leyenda, que cuenta cómo la luna traerá a un niño de piel blanquísima a una tribu africana, que será la encarnación de su dios en la Tierra. Esto se lo lleva Villaronga a un lugar inconcreto en Europa, suponemos que a mediados de siglo, centrándose en la figura de David, un niño al que se le presuponen habilidades especiales. David es huérfano, por lo que recala en una institución protectora, que en realidad encubre una sociedad secreta, guardiana de la utopía del superhombre. El film es lioso per se, y un poco demasiado largo, enfrascándose en multitud de recovecos narrativos, que ralentizan su ritmo. Por contra, estamos ante una historia fascinante, en la que un niño que no se sabe cómo ha nacido aguarda su "segundo nacimiento" por influjo lunar. Todo ello con estética cercana al steampunk (ojo que hablamos de 1989), una espléndida fotografía a cargo de Jaume Peracaula (premiada en Sitges) y con el protagonismo nada menos que de la maravillosa Lisa Gerrard, componente del duo Dead Can Dance, responsable asimismo de la banda sonora de este film marciano e imposible de ubicar en ninguna casilla convencional. Merece la pena acercarse a ella, aunque sólo sea por comprobar su carácter precursor y libérrimo.
Saludos.

jueves, 2 de febrero de 2023

Ausencia de fidelidad


 

Para no extendernos demasiado, diremos que THE PRICE WE PAY es una película producida por dos actores con serias dificultades para obtener papeles de alguna relevancia, viéndose desplazados por la apisonadora de las nuevas generaciones. Hasta ahí, esta descarada serie B puede tener su encanto, oficiando de versión indulgente de ABIERTO HASTA EL AMANECER, con la que tiene más de una similitud. Es más cosas, pero casi ninguna funciona como debería, y el thriller que flirtea con lo sobrenatural acaba por sucumbir a un slasher garrulo en el último y ya desquiciado tercio, donde asoma con descaro cierto tipo armado con una sierra mecánica. Pudo verse en Sitges, en una de esas sesiones medio enterradas en horas intempestivas, y aun allí la pregunta era cómo diablos había acabado un señor con cierto prestigio en el fantástico japonés (sólo diré AZUMI) enrolado en esta especie de broma privada entre colegas, que le hubiese ido mejor a un director novato. Yo tengo la sospecha de que la dirigió teletrabajando...
Saludos.

miércoles, 1 de febrero de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #22


 

Resulta completamente imposible adivinar qué película habría sido KLONDIKE ANNIE de no haberse topado con una radical e injustificada censura. Poniéndonos en contexto, ésta es una "película de Mae West", con todo lo que ello conllevaba en unos años treinta que no estaban preparados para la bomba sexual de Brooklyn. El caso es que el argumento parecía premeditado, y la historia de una prostituta "protegida" por un acaudalado chino en 1890 ya contiene exotismo suficiente. West es el paradigma de la mujer empoderada, irresistible por algún extraño motivo, pues no era ni mucho menos la más hermosa del lugar, pero que posee un arsenal de armas, habiéndose fajado en una vida sin tregua ni acomodos. Ela no aguanta los celos del oriental, así que agarra el primer barco y se marcha sin rumbo, pero allí hechiza con sus encantos al capitán (Victor McLaglen), que la lleva hasta las frías tierras de Alaska, donde logra ocultarse de la justicia haciéndose pasar por una religiosa que muere de enfermedad en el barco. Ahora bien ¿huir de la justicia? La miopía de la censura, como decíamos antes, pasó por alto el mínimo detalle de que la reciente e improvisada "hermana Annie" ha huido porque se la busca por el asesinato de su amante, hecho éste que se escamotea plenamente, por lo que existe un extraño raccord narrativo, que hace bajar enteros a un film que podría haber sido bastante mejor, pero que una vez más se queda en un trabajo correcto, aliñado por esa señora que a sus 43 años desayunaba incautos sin perder el rímel...
Correcta y curiosa, sin más.
Saludos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!