miércoles, 30 de noviembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #13


 

SAILOR'S LUCK es una película flojita, de transición; en el caso de Walsh, claro, transición entre las cuatro o cinco películas que hacía al año. Una comedia vagamente romántica, sostenida por sketches que ya había utilizado antes, y con unas interpretaciones con menos brillo de lo acostumbrado. Marineros, chicas en piscinas, malos de opereta, otro borracho perpetuo... bueno, el mismo. Todo para pasar una horita escasa de gags, escenas pre-código subiditas de tono, y ese aire a BOTÓN DE ANCLA, para entendernos entre nosotros. Una película pequeña, sin grandes aspavientos, perfecta para un domingo aburrido de resaca o un martes sin siesta...
Saludos.

martes, 29 de noviembre de 2022

Genealogía del Botox


 

SAMARITAN es una pena, y en las dos vertientes. Una pena por desaprovechar una idea de partida interesante, que ofrece a un antiguo superhéroe en la vejez, viviendo una vida anodina como basurero y con un pasado tan terrible que se ve obligado a ese anonimato. La otra pena es peor, y alude a un Sylvester Stallone inflado como un bol de cereales, arrastrando su indescriptible rostro, tan sólo para comprobar que siempre ha sido igual de expresivo. SAMARITAN es una buena idea horriblemente desarrollada, una de esas películas de las de hacer caja sin mayores pretensiones, con un humor chusco, una acción robotizada y una trama que va como a hipidos. Le gustará a los que son capaces, aún, de encontrar algún rastro de autoguiño a esta especie de ROCKY desvalida y tontuela. Y muy poco más que decir, la verdad...
Saludos.

lunes, 28 de noviembre de 2022

Los que traen el infierno #3


 

Tan sólo un año después, en 1988, se estrenó HELLBOUND: HELLRAISER II, ya sin Clive Barker en la dirección, lo que redunda en un mayor efectismo visual, alejándose de la fidelidad a la obra literaria. Es prácticamente un intento de realizar un díptico, aunque la historia no hace más que dar vueltas alrededor de la búsqueda y dominio del cubo de marras, que pasa de mano en mano con inusitada facilidad, y perdiendo gran parte de su mística y misterio. Es una película efectiva para los fans del terror sangriento, que con los años se ha labrado cierta aureola de culto (Ángel Sala la defiende desde su presentación en Sitges), pero que no pasa de ser un film correcto, que no engaña en lo que ofrece, y que entre sus aciertos está el mantener prácticamente a todo el elenco original, o no prescindir de la genial partitura de Christopher Young, que siempre ha estado un peldaño por encima de las imágenes a las que acompañaba. Muchas cadenas, postes sanguinolentos, ganchos y mutaciones corporales varias, o cómo pretender cambiar algo sin conseguirlo. 
A alguien se le debería haber ocurrido otro Leviatán, por cierto...
Saludos.

domingo, 27 de noviembre de 2022

Rincón del freak #530: El gigante pudriéndose


 

Bulbos a punto de reventar en la espalda putrefacta del kaiju muerto. Mucha gente se preguntaba este año en Sitges si esta simple premisa bastaba para levantar un mamotreto de dos horas. La respuesta, dos horas más tarde era clara: WHAT TO DO WITH THE DEAD KAIJU? es una gilipollez que ni siquiera se plantea la posibilidad de reírse de sí misma, dado lo marciano de su propuesta, que empieza a fallar justo cuando se toma a sí misma demasiado en serio. Y es que el argumento está explicado en la primera frase. Un monstruo gigante se muere así por las buenas, como de un infarto, en mitad de su locura destructora, pero la celebración del gobierno japonés da paso a un dilema cuando el gigantesco cuerpo empieza a descomponerse, dando paso a un festival de ampollas y gases letales, que amenazan con destruir toda la isla si se diese el caso de una implosión. Así contado podría tener su cosa, pero se suceden los gags sin gracia, las sobreactuaciones y explicaciones científicas de chichinabo. Una película que, comparada con la de ayer, por ejemplo, es un desastre de planteamiento y ejecución, aun moviéndose en planteamientos más o menos similares.
Una tontería muy larga.
Saludos.

sábado, 26 de noviembre de 2022

Puños fuera


 

Toda una sorpresa. Así hay que calificar la aparición de SHIN ULTRAMAN en el festival de Sitges, como uno de los mejores títulos que se pudieron ver en el certamen, y probablemente contra todo pronóstico. Interesantísimo el enfoque que le ha dado a este conocido personaje el director Shinji Higuchi, apoyado en un asombroso guion, a cargo de Hideaki Anno, su guionista habitual. Más allá de la típica película de robots y monstruos gigantes, he aquí un doble y complicado reto. Por un lado, sublimar los efectos especiales, pero conservando toda la estadía de los films originales de los años sesenta. Tanto la música, los enfrentamientos o incluso los diálogos o el tratamiento de los personajes, todo nos remite a aquella rudimentaria imaginería, pero con unos efectos absolutamente contemporáneos. Por el otro, la historia no es para nada ingenua, y en su aparentemente ingenua trama esconde una ácida crítica hacia los extremismos bélicos, convirtiendo a Ultraman en un heraldo de las estrellas, inmensamente poderoso, pero con un mensaje de paz (más bien una inquietante advertencia) al gobierno japonés, que planeaba convertirlo en un arma total. 
Una gozada, tanto para los fanáticos del género como para los recelosos.
Saludos.

viernes, 25 de noviembre de 2022

¿Qué puede salir mal?


 

Vas a hacer una fiesta, pero en la zona se avecina un cruento huracán ¿qué podría salir mal? Vas con tu novia, pero allí están tu ex-novio y tu ex-novia ¿qué podría salir mal? Abundante alcohol, coca, éxtasis y otras cosas, tan sólo para que al personal se le suelte la lengua y empiece a tirar pullas y trapos sucios ¿qué puede salir mal? Todos son veinteañeros, menos uno que ronda los cincuenta ¿qué podría salir mal? Estas son las premisas de BODIES BODIES BODIES, un espídico whodunnit con vocación renovadora, pero cuyas ridículas resoluciones la llevan a ser una versión cateta y resacosa de los preceptos de Agatha Christie. Muchas lucecitas fluorescentes, música bailonga, que no se nos olvide que las bitches mandan, y que las relaciones ya son largas en dos semanas... Como si ser joven conllevara ser estúpido, como si nada pudiera salir mal fumando encima de un barril de dinamita. Y lo peor no es eso, lo peor es prescindir del giro ingenioso y apañárselas en un no parar de gritos, manoteos y decisiones a cuál más idiota. Puede que sea una de las películas más prescindibles del año que acaba, y poco más...
Saludos.

jueves, 24 de noviembre de 2022

¿Como dos gotas de agua?


 

Nos enteramos hace un par de meses de que Amazon, esa plataforma que algún día debiésemos poner en su debida cuestión, estrenaba el remake norteamericano de GOODNIGHT MOMMY, la inquietante película austríaca de 2014. Más allá de si era o no necesaria esta revisión, que se intuye más oportunista o de relleno que otra cosa, es interesante indagar mínimamente en las constantes de este tipo de productos, que nos llevan a pensar en esos doppelgängers sintéticos y descafeinados. Lo que en aquella era una vuelta de tuerca, perversa y amoral, a las relaciones materno-filiales, en ésta roza el dramón de mediodía, empeñada en explicar lo que debería quedar en manos de la intuición del espectador. Y eso que la esforzadísima interpretación de Naomi Watts salva el desastre, y ella sola deja este intrascendente film en lo que es, un subproducto de consumo rápido para telespectadores sin tiempo para discernir ni bagaje para exigir. Desafortunadamente, me parece que nos estamos acostumbrando demasiado rápido a este "nuevo" (porque no lo es) modelo de producción, basado en la copia infame y sin nada que aportar, más allá de una cierta campaña publicitaria... y en algunos casos ya ni eso. 
Si no existiera la original de Franz/Fiala diría que es correcta, pero en mi caso han sido noventa minutos de visionado indignado.
Saludos.

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #12


 
ME AND MY GAL, de 1932, es un ejemplo perfecto de cómo sintetizar varios géneros al abrigo de uno principal, en este caso la comedia de diálogos rápidos y desenfadados. Lo increíble es cómo, en apenas 80 minutos, tenemos una historia romántica, un policíaco con gangsters y hasta cine social; todo distribuido en ingeniosas píldoras, y con un ritmo tan ágil que a un espectador actual, pese a lo sencillo de la trama, le puede costar seguir tantos cambios de tono. Con una localización que se ciñe a un pequeño barrio portuario, conocemos a un oficial de policía (Spencer Tracy) un poco patoso y pagado de sí mismo, pero que siempre está dispuesto a echar una mano a quien lo necesite. En un largo preámbulo, tendrá que lidiar con un insidioso borracho, seguir la pista a una banda de atracadores, recibir un ascenso, descambiar un sombrero hongo y tirarle los tejos a la joven camarera (Joan Bennett) por la que está colado. El gran problema es que la hermana de ésta mantiene un romance paralelo con uno de los gangsters, al que llega a esconder en su casa, lo que dará lugar a multitud de situaciones cada vez más enrevesadas. Es un film que ejemplifica el cine comercial de los años 30, apoyado en la extraordinaria química de su pareja protagonista, y que yo recomendaría revisar cien veces a todos los directores primerizos que son incapaces de encontrar el tono adecuado a una historia; aquí el tono se va modulando con pasmosa naturalidad, sin estridencias ni exabruptos. Parece fácil, pero no te llaman maestro por nada...
Saludos.

martes, 22 de noviembre de 2022

Mirando la obra


 

El paso de Dario Argento por Sitges atestigua que el cine del maestro del giallo pertenece a un tiempo y una forma de entender el audiovisual muy pretéritos. OCCHIALI NERI parece un refrito desganado de tantas otras películas suyas; menos contundente, más funcionarial, como dirigida desde un asiento confortable pero desvencijado. Es una más que típica historia sobre un asesino misterioso, aunque Argento ni siquiera se molesta en plantear dudas sobre su identidad, desvelada muy pronto. Y más allá de su previsible argumento, si tuviera que quedarme con algo, debería plantear un juego perverso, que comprende la visión destartalada de un anciano, cuya heroína es una prostituta de lujo de modos agrios, y que queda ciega en un accidente de tráfico. El trasiego de clientes trasnochados, secundarios intrascendentes, labios recauchutados, y un niño chino que no sé qué pinta, acaba por "redondear" esta pequeñísima farsa, ejemplo de por qué, si no se tiene ya nada que decir, es mejor, como dijo el filósofo, guardar silencio...
Saludos. 

lunes, 21 de noviembre de 2022

Los que traen el infierno #2


 

La historia de HELLRAISER, la primera, la original, es curiosa, incluso más que su propio guion, o la autoadaptación que Clive Barker realizó allá por 1987, y que ha llegado hasta nuestros días con un status que merece la pena analizar mínimamente. HELLRAISER debe ser de las pocas películas a las que su aureola de culto precede (y supera) a su calidad intrínseca, discutible por motivos obvios. Barker tuvo demasiado azúcar, era un treintañero destinado nada menos que disputarle la corona como maestro del horror a Stephen King, y de repente se encontró con la posibilidad de tener carta blanca para llevar al cine su gran obra maestra. El resultado, sin ser decepcionante (recordemos la inenarrable incursión de King como director), no hace justicia al libro, pero creo que no seríamos justos si nos quedáramos ahí y no juzgáramos HELLRAISER estrictamente como film, y efectivamente el de un debutante. Como película de horror, es capaz de transmitir la extrañeza que producen los cenobitas, haciendo que aparezcan muy poco en pantalla, y centrándose en la "regeneración corporal" de quien ha logrado escapar de sus garras, y ahora pretende volver al mundo de los vivos, para lo que requiere una serie de sacrificios humanos. Los efectos de maquillaje no están mal (los otros, pues que tal), las interpretaciones son efectivas, y la imaginería de tintes decididamente sadomasoquistas es recreada por Barker puntillosamente, legándonos básicamente a un Pinhead absolutamente icónico ¿Cuál es el problema entonces? Principalmente tiene un desfase narrativo importante, que lastra el ritmo y casi desgaja la historia en dos vertientes, no siempre complementarias. Si prescindiéramos del elemento sobrenatural, nos quedaría un thriller arquetípico, con cuernos, venganzas y relaciones tóxicas. Algunos, ente ellos Barker, podrían ver eso como una representación fidedigna del infierno en la Tierra... A lo mejor es hilar muy fino, pero un par de revisiones llevan a fijarse en estas cosas...
Ha creado una iconografía única y envidiable, y eso es mucho más de lo que puede decir mucha gente más versada en hacer películas.
Saludos.

domingo, 20 de noviembre de 2022

Rincón del freak #529: Me dice que estoy descolorío...


 

Y este año ha llegado TERRIFIER 2, tardía secuela de aquella sublimación del slasher, que sigue pretendiendo saltarse la mayoría de los tópicos y seguir un sendero más audaz, nihilista y salvaje, entroncando con, por ejemplo, la falta de autocensura del terror japonés. Es lo que es, un festín de sangre y vísceras a todo trapo, que se va hasta casi las dos horas y media, y que tiene un comienzo prometedor con algunos toques de humor surrealista, pero que no es más que un espejismo que dará paso al gore cazallero, que es de lo que se trata sin ninguna duda. Al señor payaso le dan cartas de sobrenatural, de tipo que no muere, y que se diferencia de otros asesinos en que no le van los preámbulos, y usa cualquier cosa a mano para infligir el mayor daño posible. No sé, me hizo gracia lo de la comunidad creada para ver si la metían en la carrera por los oscar, que ya es un troleo magnífico, pero poco más puedo añadir sobre esto, porque sé que está dirigido a un público muy concreto y que demanda lo que demanda. Tiene sus cosas para ser tan baratucha, y cuando se le va la pinza se le va de verdad, así que ustedes mismos con su propio baile si se animan...
Saludos.

sábado, 19 de noviembre de 2022

Depredadorcitos


 

En las antípodas del film de ayer, THE LAIR de Neil Marshall, que se pudo ver en Sitges, es un artefacto tan desprejuiciado y libérrimo, que cuesta no esbozar alguna sonrisilla cómplice, mientras los clichés, guiños y referencias se van agolpando en esta serie "muy B". Da la impresión de que Marshall es capaz de rodar mejor, pero o no ha querido o no ha podido; lo primero porque en el fondo es un tipo ajeno a la absurda etiqueta de "reinventor del género", y lo segundo porque se trata de una coproducción modesta, a la que hay que alabar que siempre ponga toda la carne en el asador. Es la típica película con soldados enfrentados a seres sobrenaturales (o del espacio, vaya usted a saber), con un montón de mamporros, disparos, chistes malos y licencias a más no poder. La diferencia con cualquier subproducto catacumbero, es que Marshall sabe dirigir, cuenta con un buen montaje, y a estas alturas va camino de convertirse en una especie de Carpenter para la siguiente generación. Y no me resisto a esbozales la sinopsis: una piloto del ejército británico es derribada en un desierto de Afganistán. Tras enfrentarse a un grupo de talibanes, se refugia en un antiguo búnker ruso, donde descubrirá que no está sola y que sus perseguidores son su menor problema. De la cosecha propia, Marshall rescata esbozos de DOG SOLDIERS o THE DESCENT, mientras es inevitable acordarse de obras mayores como ALIEN, LA COSA o, sobre todo, DEPREDADOR, de la que vendría a ser una hermanastra capidisminuida. Para entendernos, es un entretenimiento muy tontorrón, que no engaña a nadie, y que salva más de una tarde aburrida. Si no se quiere pensar mucho, es perfecta; si no, es una bobada.
Saludos.

viernes, 18 de noviembre de 2022

Crónicas del interior


 

Es extraña la sensación que deja CRIMES OF THE FUTURE, último film de David Cronenberg, y que parece anticipar el fin de una carrera tan larga como apasionante. Conscientemente, el director canadiense elige una de sus primeras obras para realizar una especie de "muestrario de posibilidades", como si de repente necesitara confesar cuáles han sido los motores de sus obsesiones narrativas. En un giro diabólico, no es una película fallida por lo que es en sí misma, sino por el lugar que ocupa. A menudo solicitamos indulgencia para esas "últimas obras", inferiores pero bienintencionadas, en las que atisbamos agotamiento, pero puede más el dictamen nostálgico. No he podido evitar pensar en uno de esos señores mayores que, a modo de holograma viviente, esconden sus años con ropajes y peinados que no se sienten como suyos, pero que siempre tendrá un defensor que invoque no sé qué del derecho a ir como uno quiera, sin pararse a pensar en la posibilidad de jugar limpio con uno mismo. CRIMES OF THE FUTURE no merece una crítica per se, y sí una mirada bondadosa, para no caer en la tentación de destrozar a un director que no lo merecería, básicamente porque es poseedor de una trayectoria tan influyente como inclasificable, y eso es mucho más importante que ponerme yo aquí a falsear con atributos que no van a volver jamás.
Saludos.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Y los sueños, sueños son


 

Soy de los privilegiados que puede jactarse, orgullosamente, de poseer la colección completa del Sandman escrito por Neil Gaiman desde hace 30 años; en mi opinión, uno de los comics más importantes de todos los tiempos, y por varias razones. Es comprensible, por tanto, la súbita excitación al saber que se preparaba al fin una versión de dicha colección en pantalla. Se ha elegido el formato serie, y aunque bien podría haber sido autoconclusiva, se sabe ya que THE SANDMAN tendrá una esperadísima continuación en próximas fechas, dado el excelente recibimiento obtenido. A mí me ha encantado, sobre todo la cuidadísima fidelidad al cómic, alentada por la indispensable supervisión del propio Gaiman, que ha logrado que no se escapase un solo detalle de las viñetas que imaginó junto a Mike Dringenberg y Sam Kieth (habría que hacer un aparte para las magistrales portadas de Dave McKean). Está todo, desde la cautividad de Morfeo a cargo del nigromante llamado Roderick Burgess a la epopeya de éste para recuperar su yelmo (construído con una espina dorsal), su bolsa de arena y el rubí que contiene todo su poder, que le llevará hasta el mismísimo infierno (creo que el único capítulo ligeramente desaprovechado). A partir de ahí, Sandman comienza a reconstruir su reino tras un siglo de ausencia, y es donde Gaiman distribuye las "interzonas", minihistorias de gran valor literario, y que trazan el semblante de su protagonista y Los Eternos, formados por él mismo y sus herman@s, Muerte, Deseo, Desesperación, Delirio y Destino. Está el espeluznante capítulo (con un David Thewlis tenebroso) en el que John Dee "utiliza" el rubí en una cafetería. El poético viaje a través del tiempo, en el que Morfeo comprende al fin el cometido de su hermana Muerte, otorgando la inmortalidad a un hombre, con el que se encontrará cada cien años en el mismo lugar. O la coda final, con el temible Corintio rebelándose ante su amo y creador, y que desemboca en una inenarrable convención de asesinos en serie. Una auténtica gozada, con el sorprendente Tom Sturridge haciendo suyo un personaje francamente difícil de abordar, y que debería formar parte desde ya de lo mejor de la ficción televisiva, tanto para los que llevamos años amando la obra cumbre de Gaiman, como para los que se acerquen a ella por primera vez. 
Y me gustaría acabar con un inciso, porque yo mismo he recelado infinidad de veces de lo absurdo de doblegar una obra ante los designios de la inclusividad, pero es que Gaiman escribió The Sandman a finales de los ochenta, y lo realmente novedoso era descubrir que, más allá de la heteronormalidad imperante en los comics de superhéroes, aquí la raza o el género era algo totalmente accesorio y simbionte. Lo digo porque lo sé de primera mano.
En definitiva, no es una obra maestra porque no se sale ni un milímetro del original, pero ello la dota de un encanto muy especial.
Véanla.
Saludos.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #11


 

WOMEN OF ALL NATIONS, de 1931, fue un intencionado regreso, el de las aventuras de Flagg y Quirt, con el que la Fox hacía caja al comprobar lo bien que iban las representaciones en Broadway. Sin embargo, el resultado es decepcionante, rebajando la trama hasta una sucesión de sketches, y fiándolo todo a la química del trío McLaglen, Lowe y Nissen, en un tono decididamente más cómico y desenfadado. De lo poco que podríamos rescatar estaría el ingenio de Walsh para recrear en estudio varios países, por los que se van moviendo los protagonistas, en un no parar de números musicales y diálogos pretendidamente picantes, aunque la mejor escena es la de Victor McLaglen "dialogando" con Greta Nissen a base de maullidos... ¡y la verdad es que se les entiende todo! Eso y la aparición estelar de un irreconocible Bela Lugosi, encarnando a una especie de Jeque árabe, dispuesto a romper la extraña armonía de los tres personajes, que nunca sabremos si es más amistad que amor, o incluso camaradería. 
En mi opinión, un trabajo descaradamente alimenticio para Walsh, que rodaba a toda prisa estas producciones para embarcarse en proyectos más interesantes.
Saludos.

martes, 15 de noviembre de 2022

Un tapete bordado de fino hilo


 

Hacer películas de época no es fácil, y menos si están basadas en personajes reales, y menos aún si se pretende virar la biografía oficial hacia terrenos más sensibles, oscuros o artísticos. Algo así le ocurre a EMILY, descompensadísimo biopic (entendemos) sobre la controvertida figura de Emily Brontë. No es mucho lo que se conoce de los 30 años que vivió la autora de "Cumbres borrascosas", obra rompedora e imprevisible, con la que la fugaz escritora, posiblemente sin llegar a ser consciente de ello, ayudó a la visibilización de las mujeres como artistas, hasta entonces escondidas bajo seudónimos masculinos, o relegadas a componer historietas para modistillas. Es el gran lastre de la película, atrapar esa rebeldía sin renunciar a una narración preclara, lo que deja muy al margen unas ínfulas autorales que la actriz y directora debutante Frances O'Connor nunca explicita, o al menos desprende de su autocontrol, remitente a tantos otros títulos que, de repente, le son ineludibles al espectador más avisado. Tiene una buena fotografía y una excelente banda sonora, pero el clima se nota pesado, taciturno, sin ganas de explotar o sorprender. La interpretación de Emma Mackey se resiente de todo ello, y no parece haber gran diferencia entre los momentos "controlados" y los supuestamente desatados, lo que da una puesta en escena que se acerca incomprensiblemente a lo teatral, pero en modo antigualla. Debe tener sus adeptos, porque este tipo de cine siempre es atractivo, pero a mí me parece una oportunidad perdida para ahondar más en una personalidad fascinante, torturada y nada convencional.
Tampoco me encajaba mucho en Sitges, pero doctores tiene la iglesia...
Saludos.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Los que traen el infierno #1


 

Me doy cuenta de que son muchas las franquicias que no han aparecido aún por aquí. Será por desidia, desconfianza o simple indiferencia por mi parte ante lo que normalmente considero un alargamiento innecesario. De todas formas, me ha parecido pertinente tomar el remake de HELLRAISER para meterme de lleno en lo que el cine ha dado para la obra cumbre de Clive Barker, porque al contrario me temo que no ha ocurrido. La sensación es exactamente la misma que tuve, hace muchos años, cuando leí el libro (se impone relectura), seguidamente vi la película, y noté que las imágenes no hacían justicia a la fuerza evocadora de las palabras de un escritor al que no considero brillante, pero sí impulsor de un lenguaje mutante y explosivo, en el que las sensaciones palpitan tras cada frase, y éstas nunca buscan relamerse en adornos innecesarios. Esta HELLRAISER es mejor técnicamente, no tiene grandes salidas de tono, pero arrastra un ritmo cansino y poco dado a la sugerencia. En esencia, no hay nada a aportar, nada que no viésemos o leyéramos; ya digo, mejor hecha sí, como un lavado de cara necesario, que quizá le da más porte, pero no deja de ser una más de la actual maraña de remakes, que ya empiezan a ser mosqueantes. Bruckner es un buen director, con un oficio que ha ido apuntalando título a título, pero yo le hubiese demandado algo más de riesgo, porque el material de Barker es una mina de oro, que curiosamente nunca ha atraído a realizadores con marchamo de autor, con la osadía de subvertir un texto ya de por sí subversivo.
No está mal, pero "debería" haber sido mucho mejor.
Saludos.

domingo, 13 de noviembre de 2022

Rincón del freak #528: So payaso...


 

Voy a escribir sobre TERRIFIER, porque es Halloween, o fue, no sé. Porque es una película sobre Halloween, o no, no sé. Pero no debería, o sí. No debería porque es un hype ¿saben qué es un hype? O lo fue, porque es de 2016. No, no fue un hype, excepto entre los zumbaos a los que les va esta rola. El caso es que se estrenó hace poco la segunda parte, más ambiciosa, con más presupuesto, como un IT de Hacendado (Mercadona debería empezar a pagarme...). Así que a mucha gente, yo incluido, que no tenía ni pajolera idea de que esto existía, se puso a buscar la primera, a ver qué tal. Les diré qué tal. Si sólo fuese un muestrario de prótesis, fluidos, máscaras y chirridazos, TERRIFIER sería de cabecera. Como película en sí, si tenemos en cuenta la fotografía de estudiante suspendido, las interpretaciones idiotizadas, el guion inexistente, o el montaje absurdo... claro que me parece una idea cojonuda lo de postular la segunda parte a los próximos oscar. Pero eso será una historia que les contaremos el próximo domingo, si no es que Elon Musk nos ha despedido antes a todos...
Saludos.

sábado, 12 de noviembre de 2022

Hacia donde podríamos ir


 

Otra de las películas presentadas en el último festival de Sitges fue VESPER, una fantasía distópica que intenta marcar un camino a seguir, y que contiene multitud de hallazgos, pero que sucumbe ante un discurso excesivamente autista, que no deja fluir la narración y alarga sus dos horas innecesariamente. Pero hay cosas muy buenas en VESPER, como el mensaje implícito en su pesimista discurso, que presenta una sociedad barrida del mapa, enfrentada a un biosistema inexistente, y que la relega a luchar constantemente contra enfermedades y mutaciones. La protagonista es una joven que cuida de su padre enfermo, mientras intenta buscar una cura, y que ha decidido no dejarse llevar por los cantos de sirena de su tío, que regenta una especie de granja, pero que oculta una serie de experimentos terribles. En su arranque, el magnífico diseño de producción puede recordarnos directamente a STALKER, pero yo no iría tan lejos en lo discursivo, y la entroncaría más en el género de fantasía futurista, apocalíptica sí, pero dirigida a despertar las conciencias de los más jóvenes. Su desenlace, que abre una pequeña esperanza en esta sinfonía de escombros y barro, deja la posibilidad de una futura secuela, pero sería un milagro, como ya lo es erigir un film tan complicado como éste en la Europa post-pandémica.
Interesante, y seguro que puede captar un nutrido grupo de adeptos.
Saludos.

viernes, 11 de noviembre de 2022

Performance


 

FLUX GOURMET viene a decirnos, sobre todo, que una película como ésta sólo la puede hacer Peter Strickland. No sólo por su carácter excéntrico, dedicado a hurgarse, masturbarse en su circunstancia estética una y otra vez, sino por otra cuestión que a mi parecer la sitúa entre sus mejores obras. Srickland consigue algo muy difícil y muy estimable en esta descacharrante orgía de platos exquisitos, performances musicales extremas, flatulencias y dilemas ocultos del pasado. Esto es, contarnos una historia plenamente coherente, donde lo extravagante nunca prevalece sobre lo que realmente importa, ahondar en los caracteres de un grupo de personas, que sólo parecen encontrar algo de estabilidad confluyendo a través del arte. El argumento nos traslada hasta una mansión, donde una enigmática mecenas decide "adoptar" a un grupo musical, al tiempo que los introduce en su exclusiva sociedad culinaria, repleta de códigos internos, con los que tendrán que convivir varios meses, mientras todo queda registrado por un "escribiente". Las actuaciones son extraordinarias, y no omiten ningún detalle, por escatológico que pueda resultar; y la interrelación entre los personajes termina siendo el perfecto contrapunto, obviando la arrogancia artística y dejándonos ante esos fantasmas del pasado, a menudo la única llave para comprender nuestro presente. 
Una película, entiendo, no apta para paladares abotargados, pero que es tremendamente disfrutable si se le pilla el punto exacto, momento en el que deja de ser un festín excesivo y sí un delicado retrato emocional.
En Sitges tampoco sé si fue comprendida del todo.
Saludos.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Be my baby


 

Que BARBARIAN se cierre con la famosa canción de las Ronettes no es casual, pero eso sólo lo sabremos ahí, al final. Hasta entonces, lo que vamos a ver es un film de terror más clásico de lo que parece, menos imaginativo de lo que parece, y cuyos constantes cambios de tono, más que deslumbrar, pueden exasperar si no se es un espectador lo suficientemente paciente para adentrarnos en un horror excesivamente cambiante. Prácticamente estructurada en tres partes, contiene un arranque magnífico, casi sin ningún elemento de terror explícito, pero que crea un preámbulo tan potente que luego va desinflándose a la hora de las explicaciones. Una joven llega a una casa alquilada, en plena noche, en un suburbio de Detroit; sin embargo, ya hay un hombre allí. Podría ser un error de las agencias, podría ser alguien tendiendo una trampa, o quizá ninguna de las dos cosas. LO que Zach Cregger propone, una vez se desata la locura, es cambiarlo todo otra vez, llevarnos hasta otro personaje ajeno, una especie de actor de segunda al que van a denunciar por violación, y que va a necesitar dinero para afrontar los gastos de su defensa, así que irá a Detroit... a vender una casa de su propiedad. Ahí ya no hay medias tintas, y sabremos de primera mano qué esconde en realidad esa casa. Pero aún hay otro giro, que nos lleva 40 años atrás, y que es una "explicación no explícita" del desenlace, que por supuesto me reservaré y que me parece lo más discutible de este irregular film, más disfrutable en los momentos de suspense, pero predecible en los momentos de terror, siempre flirteando con una serie B más bien chusca.
No está mal, y seguro que habrá quien piense que es una maravilla. Yo, con ese inicio, la hubiese derivado a otra parte, aunque no estoy muy seguro de cuál.
Saludos.

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #10


 

En THE YELLOW TICKET, también de 1931, Raoul Walsh se metió de lleno en la Rusia prerrevolucionaria, para contar la desesperada deriva de Marya, una joven judía (Elissa Landi) que intenta viajar a San Petersburgo para dar el último adiós a su moribundo padre. Desgraciadamente, el Zar tenía decretada la prohibición a todos los judíos de moverse por el país, lo que la llevará a un acto del que podría arrepentirse toda la vida. El "carnet amarillo" distinguía a las mujeres que ejercían la prostitución, esencialmente en los cuarteles militares, y por ello obtenían trato de favor, aunque ya no podrían desprenderse de su condición. Por puro azar, Marya se topa con el General (Lionel Barrymore) que firmó su salvoconducto; inmediatamente se encapricha de ella, y sólo logrará huir gracias a la ayuda de un reportero británico (un jovencísimo Laurence Olivier), con el que entabla una amistad que podría desembocar en un gran amor. 
Película algo deslavazada en el concepto, y que termina centrada en el drama de su protagonista, zarandeada por las circunstancias de un país que daba sus últimos coletazos como monarquía, y que observaba con recelo el inminente estallido de la Primera Gran Guerra. 
Saludos.

martes, 8 de noviembre de 2022

Sigue siguiendo


 

Lo mejor y más plausible que se puede decir de SMILE es no decir nada, a excepción de entrar en conceptos de estructura, que terminan siendo lo más interesante de una película que apuesta fuerte desde el arranque, para terminar refugiándose en referencias que para un cinéfilo medio son excesivamente descaradas. Mejor eso que reventar su ingeniosa premisa, capaz de generar momentos de terror explosivo en una sucesión de wtf's crecientes, pero que todos (permítanme la licencia) reconocimos con una sonrisa torcida. Sí, SMILE es IT FOLLOWS pero peor; no una mala película, pero sí una más burda y previsible, menos original y con mucha más dependencia de una colección de sustos demasiado evidente. Para entendernos, se trata de una nueva representación de esa maldición que se va traspasando, y cuya gran baza es lo misterioso de su origen. Parker Finn no es Robert Mitchell, y seguramente no lo será nunca, pero ha entrado con buen pie, al menos con una historia sólida y juguetona, que se sirve (también) del carisma de su protagonista, una Sosie Bacon que logra transmitir un estado de tensión que llega a ser insoportable.
Lo mejor. Algunas escenas en las que literalmente no tienes ni puñetera idea de lo que va a pasar.
Lo peor. Algunas escenas en las que sabes exactamente lo que va a pasar.
Véanla, es un buen entretenimiento.
Saludos.

lunes, 7 de noviembre de 2022

La fiebre y el sueño


 

La película que se pudo ver en Sitges fue otra muy diferente, y pasamos a comentarla sin mayor dilación. THE HARBINGER es un loable, aunque parcialmente fallido intento por construir un relato de terror alrededor de los días del confinamiento por la pandemia de Covid. La historia funciona mientras este confinamiento es el motor narrativo, por la extrañeza que se presenta en forma de ruidos, toses, palabras ininteligibles provenientes de los apartamentos adyacentes, y que podríamos identificar como efecto de la enfermedad. El gran problema del film es que distribuye mal a sus personajes, sin ser estos muchos, y la sensación final es de que se querría haber contado otra cosa menos efectista, pero que el director no ha podido evitar la tentación de cerrar con un lugar muy común. Y es una lástima, porque la primera mitad es inquietante, con una mujer que vive sola y literalmente ruega a una amiga suya que pase unos días en su apartamento en pleno confinamiento, puesto que está convencida de que algo muy extraño ocurre en el piso de arriba. Sería una premisa más que interesante, pero luego el film cambia el eje, y descubrimos que la protagonista es la visitante, que se ve inmersa en una espiral de sueños febriles, donde, llegado el momento, es casi imposible saber dónde acaba lo real y empieza lo imaginado. Podría haber sido una alegoría inteligente, pero se queda en una cinta de terror normalita, bien facturada pero con multitud de limitaciones, tanto argumentales como estéticas.
Se puede ver porque es cortita, eso sí.
Saludos.

domingo, 6 de noviembre de 2022

Rincón del freak #527: Sobre la jarabuchina y sus consecuencias


 

Ya es curioso que el mismo año se estrenen dos películas con el mismo título, asunto que puede llevar a algún que otro equívoco, aunque el caso que nos ocupa es un equívoco se mire por donde se mire. THE HARBINGER (la mala) es un horror sin pies ni cabeza, un desastre que parece hecho sin ton ni son, por gente que tiene poca idea de la cosa esta del cine, y que una vez vista te reconcilia con la idea de que no todo el mundo debería poder dedicarse a según qué cosas. Es una especie de película de terror, filmada como un video doméstico, con interpretaciones de tercera y un gusto reprobable por ir copiando cositas de títulos famosos. Un refrito de Hacendado de James Wan, con amuletos malditos, niños poseídos, y que se cierra en plan ultracristiano, vendiendo un diablo con cuernos y pezuñas, aunque les invito a que se traguen sus ¡dos horas! para que lleguen a los títulos de crédito finales, donde hay una dedicatoria que no entiendo a los veteranos de la guerra y los nativos americanos, rematando con una senencia de aquel amistoso vecino que fue el general Patton... La cosa es que la pata la metí yo preparando lo de Sitges, ya saben, porque ésta no habría estado jamás en el festival, lo puedo asegurar...
De lo peor que he visto en mi puñetera vida. y ya...
Saludos.

sábado, 5 de noviembre de 2022

¿Esa "cosa" llamada amor?


 

SIGNIFICANT OTHER es una pequeña película, bien facturada teniendo en cuenta las notorias estrecheces de presupuesto, que se notan menos gracias a la buena labor de su pareja protagonista, pero sobre todo por un guion tremendamente audaz. Su acierto y su tara, porque es tan desquiciado lo que propone que hubiese necesitado una mano más firme para resolver su increíble premisa. Maika Monroe (la actriz que mejor mira hacia atrás...) y Jake Lacy, dan vida a una pareja que se marcha de excursión a un remoto paraje, supuestamente para buscar especies exóticas de plantas, aunque él tiene el firme propósito de declarar su amor por ella y pedirla en matrimonio. Hasta ahí, nada extraño, pero nosotros sabemos que un misterioso objeto se ha estrellado en la zona, y que una no menos misteriosa criatura se ha desatado, mimetizándose con cualquier ser viviente que se le cruce. Tampoco nada que no hayamos visto, excepto por el detalle de que este "ser" se introduce en el cuerpo del joven, aunque en lugar de desplegar su instinto asesino, simplemente comienza a "sentir" el amor que él sentía. Así que, en uno de los giros más locos que he visto últimamente, tenemos a este alienígena asimismo proponiéndole a la joven que se marche con él en su nave, ya que le advierte de que la Tierra va a ser próximamente invadida por su especie. El problema es que no estamos ante una comedia, ni ante un film expresamente de terror, sino ante un argumento más cercano al fantástico, donde se nos pide que suspendamos nuestra credulidad y hociquemos con este giro, muy interesante, pero poco desarrollado, hasta desembocar en un desenlace igualmente mundano y menos arriesgado de lo que cabría esperar.
Aun así, se deja ver, y tiene ramalazos de una rara comedia involuntaria.
Saludos.

viernes, 4 de noviembre de 2022

El fantasma del pasado


 

Una de las películas más perturbadoras que han pasado por Sitges este año no es un film de terror al uso, pero contiene momentos espeluznantes; hace de la palabra, fundamentalmente, un arma arrojadiza para llevar al espectador hasta los recovecos más recónditos de la mente de su protagonista. De hecho, el mayor hándicap que le veo es descubrir las cartas demasiado pronto, y no retorcer su ya retorcido argumento, valiéndose de la incertidumbre y extrañeza que van acaparando, poco a poco, toda la narración. RESURRECTION nos presenta a una mujer (extraordinaria Rebecca Hall) fuerte, independiente, con un alto cargo y una hija a punto de cumplir los 18. Margaret ha elegido su vida, se acuesta con un hombre casado porque así no tendrá peligro de compromiso, e incluso ayuda a una joven becaria que no sabe cómo abandonar una relación tóxica. Pero la vida de Margaret está a punto de venirse abajo por un hombre que repentinamente ha aparecido, desatando un infierno íntimo que creía haber dejado atrás para siempre. Sería necesario no desvelar mucho más de la trama, e ir descubriendo el amasijo de sensaciones que vuelven a esta mujer, sobe todo en unos diálogos que rozan el absurdo, tan sólo para poner en evidencia cómo se comporta la mente humana cuando es completamente colonizada por otra, llevándola a una situación de esclavitud emocional. Sin un solo aspaviento, Tim Roth encarna a un ser diabólico, inafrontable desde la moralidad, y capaz de provocar escalofríos sin un solo gesto histriónico. Es una buena película, que sólo se desmadra en el infernal desenlace, y que vuelve a poner en órbita a un director que no rodaba nada desde hace una década, y cuya visión entronca a mi parecer con otros "morosos", como Jonathan Glazer. 
No apta para gente emocionalmente influenciable.
Saludos.

jueves, 3 de noviembre de 2022

El dogma del Dogma antes del Dogma


 

Paciencia. Se puede contar la vida, pero paciencia. En la vida se puede ser sincero, pero nadie te entenderá. En el cine se puede mentir, y nadie entenderá lo contrario. NUMÉRO DEUX anticipa muchas cosas. Al Godard deseoso del video, hastiado del celuloide. Al ya último hachazo a Mayo del 68, para que nadie pudiese rematar al muerto. A la futilidad del desnudo como reclamo, del porno encubierto como reclamo. El montaje paralelo no es montaje, es desangrado de la luz, único recurso para que dos ojos no sigan siendo uno solo. Godard renunciaba, del cine, del comunismo, de las historias. Nunca de las personas. Godard como el director-entomólogo, desgranando las vicisitudes de los libres-derrotados, aquí dibujados como seres incapaces de compaginar el reflejo de la libertad con la realidad cotidiana. Derrotados, hastiados. El sexo como acto mecánico, como lección casera para los hijos, que se desentienden en cuanto comprenden que también eso es algo mecanizado y carente de misterio. El dilema del hombre común, del viejo que llega a proclamar la prevalencia de la experiencia bélica sobre el aplastamiento del trabajo diario. Los niños aburridos, los padres aburridos, los niños aburridos. Godard lo veía claro entonces, y tampoco sabía de qué manera filmarlo, así que puso una imagen y su contraria, tan sólo para demostrarnos que todas las imágenes cumplen el mismo idiotizante cometido.
Estremecedora.
Saludos.

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Raoul Walsh. Escribir la Historia #9


 

En THE MAN WHO CAME BACK, de 1931, Raoul Walsh se mete de cabeza en un drama sobre perdedores autodestructivos, con la única oportunidad de sus vidas en reconocerse entre ellos. Charles Farrell daba vida a un tipo de clase acomodada, pero sin oficio conocido, que es repudiado por su adinerado padre tras protagonizar un escándalo con cheques sin fondo, por lo que se convierte en un alcohólico que sólo alberga el deseo de morir cuanto antes. Sin embargo, se cruza con Janet Gaynor, una discreta cantante en un tugurio, cuya adicción a las drogas la ha dejado arruinada. Ambos se enamoran y reconocen sus errores, e intentan iniciar una nueva vida en Shanghai, pero su pasado contiene una sombra demasiado alargada, y les acecha en cualquier lado al que quieran ir. No es uno de los grandes títulos que Walsh filmó en su primera etapa sonora, pero llama la atención la crudeza del texto de Edwin J. Burke, que adaptaba la novela de John Fleming Wilson, y que ya se llevó a los escenarios de Broadway por parte de Eckert Goodman. Film sólido y valiente, en cualquier caso, y que evita todos los lugares comunes del happy end hollywoodense.
Saludos.

martes, 1 de noviembre de 2022

El asesino del rock


 

Se ha muerto Jerry Lee Lewis, el "asesino". Se va un mito, un precursor, un tipo indefinible, indomable, fuera de cualquier etiqueta y nunca apto para gente con prejuicios. Lewis como el primer punk, un niño encofrado en un cuerpo de hombre, el niño que se escapaba para espiar los clubs de los negros en Louisiana, para aprender qué diablos le fascinaba de esa "música del diablo". Lewis, que se enamoró de su prima de 13 años, que se casó con ella, que llegó a aceptar el rechazo del público por ello, y que nunca dejó de crear una nueva forma de hacer música. Música salida de las tripas, para bailar sin pensar en nada más, para amar o para odiar, para desnudar una sociedad hipócrita e incapaz de entender a quien se salta todos los cánones. GREAT BALLS OF FIRE! tuvo buenos números en un año, 1989, especialmente complicado para las taquillas por el fenómeno del hombre murciélago. Y vista hoy, es cierto que algo hay del Joker en la desquiciada interpretación de Dennis Quaid, que entendió a la perfección el motor íntimo del hombre que se sentaba en el piano, se subía encima, lo tiraba fuera del escenario o le prendía fuego. La película, sin ser una maravilla, es sorprendentemente ágil y dinámica, y transmite la pasión y fiereza de aquellos años 50, en los que es cierto que nació un rey del rock, pero... ¿quién quiere ser un rey si puedes ser un asesino?...
Hacía un siglo que no la veía, y no me he aburrido para nada, que no es poco. Además, descubrió al mundo a una tal Winona Ryder.
Ahora sabemos que nunca habrá otro como él.
Saludos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!