Y por si no lo sabían, la película de ayer provenía de una cinta francesa, estrenada en 2014, que aquí pasó curiosamente desapercibida, pero en Francia fue un éxito rotundo. LA FAMILLE BÉLIER tiene exactamente el mismo sustrato que sustenta a su remake; una comedia agridulce, con pocas concesiones al sentimentalismo, y que aprovecha con tesón las posibilidades de sus protagonistas, que aquí están igualmente magníficos. Sólo cambia el entorno, que pasa de ser pesquero a ganadero, pero el guion (en el que participa, y se nota, Thomas Bidegain) nos coloca en la complicada posición de la joven Paula, que sueña con poder dedicarse a cantar, aunque eso le suponga tener que abandonar la casa familiar, donde el trabajo con las vacas es tan duro como hacer de intérprete a tiempo completo de sus padres. Si me apuran, pueden hacerse una sesión doble con ambas películas, porque es seguro que disfrutarán con las diferencias tanto como con las coincidencias. Y me reitero: por supuesto que son necesarias estas historias, y hoy en día mucho más.
Que yo hable bien de una comedia francesa, ya lo dice todo...
Saludos.
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