martes, 1 de marzo de 2022

El mentalista 2


 

La diferencia entre la versión de del Toro y el NIGHTMARE ALLEY de 1947, reside en que ésta se inscribe con mayor claridad en la tradición del cine negro, y desmarca la fantasmagoría de su premisa argumental, para indagar sin ambages en el surgimiento, ascenso y caída de un hombre preso de su propia y desmedida ambición. Esto es así en cuanto que la nueva versión es tremendamente respetuosa con el film de Edmund Goulding, al menos en las partes coincidentes, pero luego va añadiendo otras capas de significado, que si bien no la hacen una película distinta, la coloca al alcance de su propio tiempo. En el film que nos ocupa, el protagonista era un magnífico Tyrone Power, que encarna con entereza a ese hombre obsesivo y convincente, que podría albergar buenas intenciones, pero que tampoco dudaría en arrastrar a quien se interponga en su camino. Es ésta una película sombría, desnuda de artificios y con un ritmo aún más ágil, pese a no tener una duración corta. Uno de esos films difíciles de ubicar en un solo género, pero que contiene esa pátina de modernidad implícita en su desencajado mecanismo de apertura. Y es curioso, porque sigue siendo uno de esos títulos que no han calado en el imaginario mayoritario, aunque puede que eso cambie a partir de este año... o no.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!