De verdad que me niego a emitir un juicio de valor sobre THE INCREDIBLE SHRINKING WOMAN, auténtica bizarrada perpetrada por el ínclito Joel Schumacher, tan dado a estos desbarres sin que nadie se lo pida. Porque no sé qué le daría a esta gente para destrozar la historia de Matheson, repleta de reflexiones filosóficas, y convertirla en una ruidosa celebración de la teleserie ochentera más casposa. Por mucho que esta vez la protagonista sea una mujer, que sea nada menos que Lily Tomlin (que hace lo que puede en mitad del desastre), o que "parezca" un incipiente alegato feminista (ni de coña) o anticapitalista, por culpar de la metamorfosis a una pantagruélica exposición a productos de belleza, comida basura y polución petrolífera. En realidad, esto es una gilipollez que no debería haber existido, como Ned Beatty en traje celeste, Tomlin haciendo dos papeles sin explicación aparente, un mono que es un señor con disfrz de mono o el niño de "Con ocho basta" con el mismo peinado cortinero... No debería existir, pero por si acaso yo se lo traigo a todos ustedes con mis mejores deseos, como no puede ser de otra forma.
Relájense, es casi inencontrable...
Saludos.