Hoy vamos con una película mala, en el más extenso sentido de lo que significa ser malo. Torpe, aburrida, sin nada que ofrecer más allá de algunas imágenes que parecen sacadas de un anuncio de colonias; con una pareja de protagonistas que parecen haberse leído el guion cinco minutos antes, y con un sentido del ritmo que convierte 90 minutos en una tortura visual insoportable. El esperpento se titula THE LONG NIGHT, y se le ven las intenciones desde su bochornoso arranque, con estos dos zoquetes "haciendo cosas" en su casa, y decidiendo que van a ir a un sitio indeterminado del Sur, porque la muchacha dice que en internet un señor le va a decir quienes son sus padres. No tiene sentido ¿verdad? Pues la cosa sigue llegando a la casa, que es de potentado levemente esclavista, pero no hay ni rastro del dueño. Yo no sé qué harían ustedes, pero ella decide irse a correr al campo, y él dar un paseo con música en los cascos y un paquete de Marlboro. En eso que llegan unos tipos chungos, vestidos como cofrades indigentes, y se quedan plantados delante de la casa, con antorchas y eso. No pasa nada, pero hay trombones y tubas atronando por doquier. Llega otro señor de ninguna parte, y les dice, con razón, que qué mierda hacen en el queli de su hermano. En ese ínterin llegan a decirse como cuarenta "fucks", y luego los de la túnica les mamporrean, y escarnian, y hay más música fuerte, y un actor mira para un lado y el otro para otro, y poner cara de asustado equivale a sacar número en la pescadería. Y no cesas de repetirte qué diablos estás viendo... Y entonces llega el final, por fin, y descubres el sentido de la palabra resiliencia...
Saludos.
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