La relación entre el presupuesto de un film y su acabado final puede deparar sorpresas mayúsculas, aunque también puede jugar en su contra, dejando al descubierto una cierta impotencia a la hora de culminar sus verdaderas aspiraciones artísticas. THE HEAD HUNTER es un muy curioso film que pudo verse en Sitges allá por 2018, y que venía a ser una especie de fantasía épica "sin épica", un relato de espada y brujería que en apenas hora y cuarto ponía de manifiesto una extraordinaria premisa de partida, pero que se alarga estérilmente, dejando la sensación de que esto daba para un corto. Esto es así, pero sigo preguntándome qué habría pasado con un presupuesto mayor, con el que afrontar algunos retos que son lastimosamente omitidos. El arranque, fabuloso, rodado casi como cine mudo, nos presenta al protagonista (en realidad el único actor del film), un cazador de monstruos, que pasa los días en una herrumbrosa cabaña, junto a la que jura vengar a su pequeña hija sobre su tumba, en la búsqueda incansable de la bestia que la mató. La película aguanta en este desarrollo circular, pese a prescindir por completo de las batallas, y sólo mostrando las consecuencias, excepto en el desenlace, donde asistimos a la única y decepcionante concesión a una batalla de hecho bastante ridícula. Lo mejor, sin duda, el carisma de Christopher Rygh y un diseño de producción que se ve muy cuidado en su intención de hibridar el cine actual con el cómic de otros tiempos.
Curiosa.
Saludos.