El chiste se cuenta solo, y en pocas líneas. La incorrección política tiene gracia mientras no se le ven los faldones, o si sirve para puntualizar una historia canónica, evitando caer en una previsible monotonía. Es exactamente el único problema que veo en PEACEMAKER, cuya razón de ser creo que ha de atribuirse totalmente a James Gunn, que vio las posibilidades de convertir a este antihéroe en protagonista de su propia serie. La cosa funciona más bien a medias, por los momentos hilarantes, dstartalados, sin rubor a la hora de reírse de un personaje al que (hay que decirlo) John Cena le coge el punto casi sin esfuerzo. No está mal porque hay gran variedad de personajes (incluso alguna sorpresa inesperada), porque el ritmo cómico termina por atragantarse al volverse mecánico, y por tanto previsible. Es una serie desvergonzada, medianamente tronchante, que creo más orientada a los espectadores más comiqueros (por entender referencias) y que funciona como curiosidad en la parrilla de una plataforma a la que le hacen falta cosas así para volver a ser la mejor.
Me la esperaba mejor y no sé si le da para otra temporada.
Saludos.