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jueves, 3 de agosto de 2023

Maderamen


 

La cuota de cine finlandés, notoria, se completaba en Sitges con KOPUTUS, rutinario film de horror cuya interesante premisa no evita que caiga en una colección de lugares comunes, todos reconocibles y todos más que amortizados. Como si los directores y guionistas no fuesen capaces de ampliar su propio dispositivo, el elemento sorpresa se diluye en el flashback del arranque, donde vemos a un padre maltratador, que tiene atemorizados a su mujer y tres hijos en la apartada casa que habitan en mitad del bosque. Al volver al presente, seguimos a estos tres hermanos, ya adultos, que vuelven a la casa para venderla, lo que hará aflorar todos los miedos de unos sucesos que nunca quedan suficientemente esclarecidos. A partir de ahí, todo son jumpscares teledirigidos, una banda sonora inquietante y muy poco más, hasta llegar a un desenlace tan raquítico como previsible. Muy poco, excepto si se aspira a rellenar un festival como cuota aceptada y aceptable.
Saludos.

jueves, 1 de junio de 2023

El inmortal


 

Pues resulta que este año ganó Sitges una película finlandesa titulada SISU ¿Y de qué va SISU, se preguntarán ustedes? Yo, más allá de comparaciones tan vacuas como facilonas, me parece haber visto algo así como el reverso tenebroso de DERSU UZALA, o cómo darle la vuelta a aquello del "buen salvaje", embarcándonos en un viaje tan excesivo como finalmente irresistible. Personalmente creo que este año había algún film superior, pero entiendo que el jurado se diese un respiro con un entretenimiento, muy bien filmado, pero lúdico al fin y al cabo. Su personaje central, hierático hasta el extremo (apenas pronuncia una frase entera en los últimos segundos de metraje), es una especie de leyenda viva, un ex militar que ha renegado del mundo y vive solo en mitad de la naturaleza, buscando oro. El contexto son los estertores de la WWII, con los nazis arrasando ciudades en una huida hacia delante. Nuestro protagonista encuentra un enorme filón, pero el destino le depara encontrarse con un comando en retirada hacia Noruega, cuyo comandante decide robarle el oro, y ahí empieza el asunto. El asunto es una especie de western casi mudo, con toques de gore expresionista y una interpretación realmente colosal del veterano Jorma Tommila, que compone un personaje muy creíble, teniendo en cuenta todo lo que sufre... y hace sufrir. Una película para grandes disfrutones del género más violento, los que prefieren una acción sin límites por encima de una posible coherencia narrativa. A mí me ha gustado mucho a ratos, y en otros se me ha hecho un pelín repetitiva; pero insisto en que entiendo los premios en un festival como Sitges, al que ya le iba pesando el cartel de "veladamente cultureta"...
Saludos.

viernes, 2 de diciembre de 2022

Fuera del cascarón


 

PAHANHAUTOJA (algo así como ECLOSIÓN) fue la presentación en Sitges de la directora debutante Hanna Bergholm. Un film que parece una cosa y termina siendo otra, y al que le sientan mejor los momentos de terror excesivo que los de sátira social, que nunca se entienden del todo bien. Comienza presentando a una falsa familia feliz, dominada por una madre ególatra y obsesiva, cuyo empeño es ofrecer una imagen de familia perfecta por redes sociales, cuando en realidad es una mujer sin sentimientos genuinos, y que oculta una doble vida totalmente opuesta. En una genial escena, una especie de cuervo irrumpe en una sesión casera de edulcorados selfies, y la hija mayor asiste al sacrificio del pájaro a manos de su cruel madre, que la convence de que era lo mejor que podía hacer. Entonces  se introduce el elemento sobrenatural, con la niña enterrando al cuervo pero encontrando en su lugar un extraño huevo, que al ser cuidado por ella crecerá desmesuradamente, dando lugar al nacimiento de una criatura que no parece ser ni un pájaro ni un humano. El "monstruo" es 
mostrado con todo detalle, lo que es de agradecer, así como la técnica utilizada, sin efectos digitales. La lástima es que, sin ser larga, sí parece un corto algo alargado, que introduce tramas paralelas mucho menos interesantes, y deja el film como una curiosidad simpática, pero de escaso empaque.
Saludos.

lunes, 22 de septiembre de 2014

El horror interior



SAUNA fue el explícito título de un film semidesconocido que se estrenó hace ya seis largos años. De su joven director, el finlandés Antti-Jussi Annila, que ya despertó cierto revuelo dos años antes con la curiosísima JADESOTURI, no ha vuelto a saberse nada realmente importante, lo que habla a las claras de la dificultad de emprender una aventura cinematográfica mínimamente ambiciosa en países que no contengan una filmografía "estándar" y exportable. Pero detengámonos en este hermético y bello cuento ambientado nada menos que en la guerra entre Suecia y Rusia en pleno Siglo XVI y que, sirviéndose de la excusa desplegada de un geógrafo sueco encargado de dictaminar el lugar exacto de las fronteras entre ambos países, va construyendo un horror invisible e innombrable, quizá por yacer en las personalidades de los representantes de unos territorios condenados a no entenderse jamás. No sólo el viaje del geógrafo, acompañado por su sanguinario hermano medio ciego (espléndido Ville Virtanen) irá careciendo de sentido a medida que vayan llegando a un punto de no retorno, sino que servirá para exponer la sinrazón de unas "conquistas", escaramuzas más bien, que apenas si justifican el capricho de militares insensibles. Como en una premonición de oscuridad fatal, un imposible grupo formado por suecos y rusos, condenado a entenderse, irá directo a una inesperada boca del lobo, una mortecina aldea que parece no tener nada más por delante, excepto una extraña y oscura sauna, de la que emana una atracción ininteligible.
Una película, en suma, de una belleza visual inusual en este tipo de propuestas, tan dadas a la truculencia gratuita y el desvarío; y, aunque los aficionados al género pueden encontrar dos o tres momentos simplemente sobrecogedores, lo que destaca realmente es la pausa impuesta, acertadamente, por su director, que crea una atmósfera letárgica y de "limpia suciedad", si me puedo permitir el yescazo... Si no la vieron en su momento, es hora de recuperar una de esas rarezas por las que suspira una parroquia tan fatigada como es la del fantástico con neuronas. El final, además de bonito visualmente, también da bastante mal rollo.
Saludos.

sábado, 1 de junio de 2013

Ecos de una Europa lejana



Pulsar diferentes estados cinematográficos alrededor de un punto común puede resultar una experiencia tan gratificante como a veces agotadora. No es lo mismo (aclaremos que de la primavera del 68 hablamos) angostar los márgenes "independientes" surgidos en Hollywood que bosquejar la deriva de todo el Cono Sur americano. Y si en Europa el movimiento centrífugo lo iniciaba Francia, no es menos cierto que países con un peso discreto comenzaron a desperezarse a raíz de aquel momento que, tal y como están la cosas, cada vez parece más una invención "tolkieniana"... En Escandinavia, que con tanta naturalidad han asimilado posturas progresistas (de sus claroscuros hablaremos otro día), es verdad que poco o nada había entre el gigante sueco, con un modelo de producción que permitía financiar casi cualquier cosa, o la aún balbuceante Dinamarca, recién desaparecido Dreyer. Sin embargo, curiosamente surgió un miniboom bastante intresante en Finlandia, cuya producción estatal siempre había seguido los pasos de la Svensk Filmindustri y nunca había dejado mucho margen a la experimentación. Son varios los títulos clave que recomendaría para iniciar tan saludable paseo por una cinematografía que siempre hemos asociado a Aki Kaurismaki, pero el de mayor calidad quizá sea KUUMA KISSA? (un elocuente ¿GATA CALIENTE?), que abordaba los vaivenes sexuales de una joven profesora que se debate entre la no dependencia de los hombres que la abordan sin cesar y la insalvable distancia ideológica respecto a sus conservadores compañeros en la escuela donde trabaja. Su vida se desmoronará tras conocerse que ha mantenido una relación escondida con un alumno, sin embargo, lejos de adentrarse por el folletín de denuncia, el director Erkko Kivikoski aprovecha el inteligente guion para aunar un fuerte alegato contra la hipocresía del pensamiento único (que llega incluso a recordar a la reciente JAGTEN), al tiempo que ofrece un valioso retrato de una sociedad tan desconocida para nosotros como la finlandesa y que también tuvo sus propias convulsiones tectónicas. Una película recomendable y que trasciende la mera curiosidad frívola.
Saludos helados.

domingo, 27 de enero de 2013

Rincón del freak #93: Terror en trineo tirado por renos



Selma y Simo es una pareja de jóvenes finlandeses enamorados que, alegremente, emprende su viaje de novios en su trineo último modelo a través de las heladas regiones laponas de Utuniemi. En su nuevo hogar les espera Elsa, hermana de Simo y ciega de nacimiento. Todos vivirán en una estupenda cabaña junto a un río maderero, y, al ser gente de educación florida, el hecho de tener que codearse con rudos leñadores obligará al pobre Simo a tomar precauciones respecto a las dos féminas que ahora tiene a su cargo. Por cierto, al lado de la cabaña hay un extraño pozo, del que se cuenta que alberga al terrible brujo Jantukka, que antes de ser sepultado en el mismo para siempre, maldijo a toda la estirpe de sus verdugos... Pero, francamente, yo no tendría en cuenta este tipo de paparruchas supersticiosas...
Ya me habían avisado: "Hombre, podrías poner en esta sección verdaderas frikadas, y no acomodarte tanto"... Valeeeee!! Dicho y hecho. NOIDAN KIROT es una producción finlandesa (sí, de la Suomi-Filmi) de 1927, recientemente restaurada y recuperada para deleite de todos aquellos que sabían, en su fuero interno, que no todo acababa en Kaurismäki. La película en sí, aparte de la anécdota, es bastante primaria y de terror tiene lo justito; caben destacar algunos efectos especiales (de la época) y la vaporosa fotografía helada del ínclito Franz Ekebom, aunque su aspecto y desarrollo remitan a los folletines menos elaborados y más preocupados de mantener el misterio, que en este caso, tampoco es para tanto. Curiosidad con mayúsculas.
Saludos nevados.

martes, 22 de mayo de 2012

Los buenos sentimientos



Hay muchas cosas que decir de LE HAVRE, el último film de Aki Kaurismäki; por lo que, una vez más, es mejor casi no decir nada. Y así son sus personajes, elocuentes en su silencio, dignos, amigables, armados de un sentido común desarmante, aparentemente fríos pero con una bomba en forma de corazón alojada en su pecho descamisado. LE HAVRE es una obra maestra absoluta por varias razones, pero la fundamental es que no se duerme en los laureles de la revisitación; ustedes (y yo) hemos visto a Marcel Carné, Jean Renoir o a Jacques Becker en esos muelles picoteados por las gaviotas del Norte y en las reposadas tabernas acristaladas, llenas de sabiduría de dos minutos, pero no tiene nada que ver. Kaurismäki es muy consciente de quienes son los hijos de puta de ahora, y a lo mejor no tienen nada que ver con los de hace sesenta años; o a lo mejor sí, pero al mamoneo hay que ponerle cara, y esa cara es la que contiene un enorme contenedor proveniente de Libreville, varios pares de ojos cansados mirando desde la oscuridad de un pasado al que no se quiere volver. Ahí es donde el director finlandés mete su finísimo bisturí y da a cada personaje la razón de ser más reconocible. Nosotros vemos a un inspector de policía lacónico, frío, inconmovible, pero esperamos que su atuendo negro y su implacable proceder no nos deje ver que dentro también hay una persona. La mujer del limpiabotas que un día fue marinero... o escritor... o quién sabe, está más preocupada por no preocupar a su marido que por su cercana muerte. El vecino es (en sus escasos minutos, Léaud es la pura encarnación del terror) la piedra con la que han de tropezar los sueños de quienes sólo buscan la libertad. El barrio mismo aparece como esa utopía de solidaridad que podríamos estar toda la vida esperando, porque la verdad es que nadie mueve un dedo por nadie jamás, pero ¿y si por una vez?... Toda esa carga emocional es soportada por Marcel Marx, personaje inolvidable y salido de donde salen las buenas personas, que es de la vida difícil; André Wilms (un actor despojado de tics y que ha encontrado su mejor lugar junto a Kaurismäki) nos remite a Chaplin o a Keaton, pero esta vez el caricato tiene sus propios métodos para hacer justicia sin esperar recompensa, pero esa recompensa, casi un milagro, ha de llegar en uno de los finales más hermosos y emocionantes de todo el cine reciente. Porque LE HAVRE es, será, una obra que nos ha de enseñar a saber vivir y a ser un poco menos cabrones. Véanla, porque si no se están perdiendo una de las mejores cosas rodadas jamás...
Saludos hombro con hombro.

miércoles, 29 de junio de 2011

Pasando de modas



Sólo a un cineasta como Aki Kaurismäki se le podía ocurrir (y luego permitírsele, visto el resultado) desdoblar una obra tan universal, como es Hamlet, salir airoso y además reinventar el mito con dos armas que siempre le han funcionado en su personalísimo cine: un humor descarnado y una intemporalidad que, admirablemente, le han conferido a HAMLET LIIKEMAAILMASSA (HAMLET VA DE NEGOCIOS) una actualidad inusitada. Primero porque sus casi inamovibles códigos estéticos, que en su caso se funden con los éticos, han servido de inspiración y guía a una legión cada vez más numerosa de "imitadores", que han usado sus preceptos creadores para organizar su propia obra; entre los que podríamos destacar un gusto obsesivo por la puesta en escena, una mirada hacia sus personajes repleta de compasión y comprensión, y una narrativa que no por pausada puede considerarse lenta, sino minuciosa. Con un regusto irónico verdaderamente encomiable, Kaurismäki traslada al atormentado príncipe danés al Helsinki de 1987, donde se ha convertido, tras la inesperada muerte de su padre, en el mayor accionista de una importante empresa. En este caso, y sin disimular todas las maquinaciones y ardides empleados por el personal de la empresa, al director finlandés le interesa sobre todo mostrar la progresiva pérdida de contacto de este moderno Hamlet con la realidad que le cerca cada vez más y que busca su propia destrucción únicamente por obtener el control de la empresa. Será seducido, vejado, ultrajado y hasta atacado físicamente, incluso empujado al suicidio, lo que le convertirá en un neurótico al que todo lo "importante" se la trae al fresco, mientras maquina un plan maestro mediante el que no sólo sobrevivirá a su diabólico entorno, sino que podrá ir eliminando a sus conspiradores. Filmada en el Blanco y Negro que tan bien le ha salido siempre a Timo Salminen, HAMLET VA DE NEGOCIOS es uno de sus films más dinámicos y divertidos (se trata de mi sentido del humor, no lo olviden), además de que se ve hoy día, en plena crisis económica (y sobre todo de valores), con una vigencia asombrosa. Véanla este verano con la luz apagada, mientras las olas hacen su trabajo ahí fuera...
Saludos no negociables.

sábado, 15 de enero de 2011

Galantería, brutalidad, silencio...



Curiosísima fue la adaptación que en 1999 hizo Aki Kaurismäki del clásico finlandés JUHA, el film del malogrado Nyrki Tapiovaara de 1937 y que adaptaba asimismo la obra literaria de Juhani Aho. Curiosa no sólo por todo esto, sino porque JUHA es, ni más ni menos, que un film rigurosamente mudo a las puertas del siglo XXI. El propio Kaurismäki, preguntado por los motivos que le impulsaron a radicalizar de esta forma su ya de por sí hermético cine, contestaba que era la única forma plausible que había encontrado para moldear el opresivo muestrario de bajezas, flaquezas e injusticias de la historia original; una historia tan sencilla como arrebatada, y que el director finlandés quiso desmarcar cuanto pudiese del film rodado sesenta años antes para llevarlo a su terreno. En este caso, las desventuras de la granjera Marja, casada con el bonachón y tullido Juha, adoptan tintes cuasi trágicos y desde luego menos pastoriles. Marja es seducida por un extraño al que Juha ofrece generosamente su hospitalidad y, convencida de que es merecedora de una vida más confortable en la gran ciudad, abandona a su desconsolado marido para encontrarse con el tipo en cuestión. Por supuesto, todo será una farsa para explotar a la incauta Marja, que se verá atrapada en un mundo de sordidez y miseria. La habitualmente precisa puesta en escena de Kaurismäki cobra aquí todo su sentido, casi creemos estar ante una construcción clásica al más puro estilo de Dreyer, lo que sumado a las sentidas, magnificadas interpretaciones, y la total ausencia de diálogos, convierte a JUHA en una de las obras más insólitas de su autor, no tan superficial como uno puede pensar antes de verla y sí más en la línea de ciertos tratados estéticos sobre la (pos)modernidad. Desde luego no defrauda a los incondicionales del finlandés y creo que puede interesar no poco a los que aún (que los hay) no le conozcan.
Saludos silentes.

lunes, 25 de agosto de 2008

Más arriba del norte

Antes que nada, quiero aclarar (para que no haya duda) que en absoluto soy fan del cine de Aki Kaurismäki; seguidor sí, pero manteniendo las distancias y juzgando por separado, intentando no dejarme llevar por ese aura de fetiche vivo que, desde hace ya algunos años, acompaña al realizador finlandés.
Es cierto que se trata de un autor necesario en tanto que propulsor de una estética propia (luego mil veces copiada) y dueño de un discurso que, aunque pueda llegar a ser repetitivo, siempre obliga al espectador a mantenerse alerta y estar pendiente de los detalles. Kaurismäki vendría a ser como ese orgasmo tan deseado que nunca llega...
Con LAITAKAUPUNGIN VALOT (Luces al atardecer), el finés sigue fiel a su estilo estático y hermético, donde todos los personajes parecen cortados por la misma tijera y la acción, aparte de ser mínima, se ve secuenciada y repetida infinitamente. Siempre pasa lo mismo, o eso parece.
Con esos mimbres, no es de extrañar que al público primerizo le cueste un mundo llegar a sintonizar con una propuesta tan radical que, además, tampoco muestra el menor interés en hacer concesiones de cara a la galería.
Por lo tanto, pienso que un buen acercamiento a su cine sería desde el punto de vista literario. Se ha encumbrado a autores que guardan no pocas similitudes con Kaurismäki (Oe, Banks, Pynchon), aunque se trate de un modo de narrar y de unos temas que quizá se ajusten más adecuadamente a la letra que a la imagen.
No encontraremos aquí nada diferente de las otras (LA CHICA DE LA FÁBRICA DE CERILLAS podría ser su pequeña obra maestra): mismos personajes, mismo estilo, mismas (des)motivaciones. Un mundo cerrado que no deja lugar al gozo ni a la inventiva. Los malos siempre ganan pero aquí, encima, ni siquiera eso les divierte. Lo milagroso es la considerable cohorte que este director sigue arrastrando por toda Europa desde hace más de veinte años, no porque su cine no lo merezca, sino por su negativa a salirse de unos parámetros narrativos y estéticos que él mismo ha creado.
Saludos inmóviles.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!