martes, 31 de octubre de 2023

Lo que existe latente


 

MARIANNE (se puede afirmar que una de las mejores series [8 capítulos] de Netflix) revela la tan a menudo inquietante deriva a la que se ven arrastradas (sin que se sepa muy bien por qué) este tipo de producciones. Miniseries con (todo aparentemente) guion sólido, buenas interpretaciones, historia potente y los medios suficientes para no causar sonrojo noventero. El causante es Samuel Bodin, un señor al que habrá que tener estrechamente vigilado de aquí en adelante, porque se ha erigido, prácticamente de la nada, en un interesante renovador del género. En realidad, MARIANNE no es nada que no hayamos visto antes: Brujas, posesiones, historias ocultas, traumas infantiles, pueblos plegados sobre sí mismos y toda clase de truculencias; un poco a caballo entre el relato intergeneracional de IT y la excusa metaliteraria de, por ejemplo, EN LA BOCA DEL MIEDO. Lo que la hace destacar es, por un lado, su descacharrante sentido del humor, proveniente casi siempre de su sorprendente protagonista, Victoire Du Bois, que interpreta a una joven escritora que acaba de clausurar una exitosa saga, la que da nombre a la serie, aunque "alguien" no va a conformarse con "desaparecer" por las buenas, así que buscará la manera de que no se acabe... jamás. Ese sentido del humor, ya digo, está justificado por el escepticismo galopante de Emma, la escritora, que sin embargo descubrirá en primera persona todos los secretos que la inspiraron para escribir su obra y crear a Marianne, justo cuando vuelva al pequeño pueblo costero donde nació, y donde aún viven sus amigos. 
Perfectamente dosificada, tiene la dosis justa de horror (por momentos francamente escalofriante), humor surrealista y construcción atípica de personajes, desde el policía al cura, pasando por la villana de múltiples rostros.
No se la pierdan.
Saludos.

lunes, 30 de octubre de 2023

En el punto de mira


 

En Sitges apareció NIGHT OF THE HUNTED, un intenso thriller que exprime sus escasos recursos para componer un relato de supervivencia, el de una joven atrapada en una solitaria gasolinera, a la que acecha un misterioso e infalible francotirador, cuyos motivos desconocemos, al igual que su rostro. Visible tan solo a través de las conversaciones por un rudimentario walkie, el tirador expone puntos de vista tremendamente vagos, en una eterna letanía que creo no le hace bien al ritmo de la película, que hubiese necesitado algún giro de guion realmente inesperado, algo que no ocurre en ningún momento. El plano técnico está bien resuelto, aprovechando el espacio único para crear la tensión propia de que un paso en falso podría ser el último. Interpretativamente, es remarcable el esfuerzo de Camille Rowe, mucho más que una cara bonita, y su acto de resistencia es en todo momento creíble. Insisto, algo más de seso en el guion la habría elevado, pero se queda en un film funcional y entretenido, poco más.
Saludos.

domingo, 29 de octubre de 2023

Rincón del freak #570: De cuando un PC era un PC... y no lo que debería ser


 

¿Ustedes ven a The Rock? Yo no veo a The Rock. Yo veo un personaje de videojuego de hace veintitantos años. Es muy posible que THE MUMMY RETURNS fuese el detonante de una moda, allá por principios de este siglo, que afortunadamente tampoco duró mucho. Uno pensaría que estaba inventando el futuro en tiempo presente, mientras hordas de incautos le compraban el invento sin rechistar, sabedores de que "si es nuevo, debe ser bueno". No es así, y el batacazo de esta secuela fue tremendo, lo que no disuadió a filiales de regional a seguir intentándolo en otras partes que ya pertenecen al inframundo. Es mala, inaudita, infantilista y a veces parece improvisada. de repente, Brendan Fraser desaparece y es un secundario; Rachel Weisz ha aprendido a luchar como Chuck Norris; los dos han tenido un niño repelente al que echan poca cuenta, y que afortunadamente el actorcillo que lo interpretaba se dedicó a otra cosa. John Hannah, excelente actor cómico, es reducido literalmente a "un cuñado graciosillo que pasaba por allí", y los malos, Arnold Vosloo y Patricia Velasquez, parecen estar haciendo las mismas escenas que en la otra... y a lo mejor era eso. Mención especial merece Dwayne Johnson, por entonces sin pajolera idea de actuar y que tiene un breve prólogo sin decir ni mú, para luego ser masacrado con el adefesio que tienen más arriba.
Si no la ven no pasa nada.
Saludos.

sábado, 28 de octubre de 2023

Vendas y sombreros


 

Parece un chiste, pero no lo es. En su momento, no podía creer el estropicio de THE MUMMY, el "¿remake?" que la Universal preparó, allá por 1999, con la intención de acometer una renovación integral de sus monstruos clásicos. No digo yo que el enfoque de aventuras trepidantes, mezcladas con un toque de comedia desenfadada, no pudiese encajar en dicha renovación, pero intentar encontrarle algún parecido con el film de Freund sí que es un chiste malo. Con todo, y veintitantos años después, me he reconciliado en parte; supongo que por no pedirle más que sea un entretenimiento digno, con mucho CGI de la época, y unas interpretaciones por encima de la media, con la estupenda Rachel Weisz y un Brendan Fraser que se colocaba en la cresta de la ola, sin que nadie sospechara su despeñamiento. La historia, en esencia, es la misma, pero con multitud de disparos, puñetazos, carreras y hasta una escena con camellos en una tormenta de arena. Lo más positivo que puedo decir hoy día es que probablemente sea la película que con más tino ha sido capaz de integrar la idiosincrasia de Indiana Jones, sin que todo parezca una copia descarada y aportando algunas escenas sorprendentes. Además, la partitura de Jerry Goldsmith estaba francamente bien, que siempre suma. El problema (luego lo supimos) no era el film en sí, sino que su gran éxito comercial la hizo carne de franquicia, ya no tan afortunada, y/o copias directamente sonrojantes...
Se puede ver, sin más.
Saludos.

viernes, 27 de octubre de 2023

Películas para desengancharse #124


 

Qué raro no haber abordado THE MUMMY hasta ahora. Ni siquiera para incluirla en un monográfico al que creo que pertenece por derecho propio. Pocas películas en la historia del cine están tan apegadas a un género, y al mismo tiempo tan fuera de sus lugares comunes. Obra de un esteta, el director de fotografía checo Karl Freund, prácticamente desprecia la lógica narrativa, desmenuzando su trama en un par de clichés cursis y efectistas, pero incluyendo un muestrario de imágenes no ya adelantadas a su tiempo, sino directamente intemporales, jugando en una liga que todavía no se había inventado. A ello contribuye decisivamente la fascinante recreación de Boris Karloff como el siniestro Im Ho Tep, un sacerdote de 3.700 años que fue castigado a un cruel embalsamamiento en vida, por haber amado a la hija del faraón. Su imagen, hoy día, es un icono imborrable, pero además deviene en extraño emblema surreal, o ensoñación de cámara. En realidad, más que un monstruo, Karloff encarna a un enamorado irredento, que cruza "océanos de tiempo" para encontrar a su amada... Sí, se parece demasiado a lo otro, pero hay algo aquí muy diferente, menos horripilante, más melancólico si se quiere. Es una faz que atestigua el tiempo que no pasa, pero cincela; es una mirada que ejerce dominación, pero se torna compasiva ante el amor.
No es una obra maestra porque podría haber sido mucho más grande, pero es mítica como muy pocas películas se permiten serlo desde hace 90 años...
Saludos

jueves, 26 de octubre de 2023

Resonancia magnética nuclear


 

Matthias trabaja en un matadero en Alemania. Recibe una confusa llamada en la que su hijo, en un remoto pueblo de Transilvania, parece haber sufrido una especie de accidente, aunque esto no queda claro hasta que llega. Inmediatamente, hace autostop y llega hasta la casa donde el niño vive con su madre. Falta poco para Navidad, de entre los buenos sentimientos podríamos rescatar la ineludible atracción que siente al volver a ver a Csilla, una antigua novia, y que ahora regenta la fábrica local de pan, que asimismo busca desesperadamente personal antes del nuevo año, para acceder a unas suculentas ayudas europeas. Rudi, el niño, ha perdido el habla, y es incapaz de ir solo al colegio; ha visto algo que le ha asustado hasta ese punto, pero no ha dicho el qué. A la fábrica llegan los nuevos trabajadores desde Sri Lanka, los únicos cualificados que han aceptado el suldo mínimo, pero la comunidad no parece cómoda con "extranjeros de piel oscura", nada menos que haciendo "su pan", y quién sabe maquinando qué en la sombra. Otto es el padre de Matthias, un hombre profundamente respetado en la localidad, que proviene de una larga estirpe de alemanes. Tiene que someterse a una resonancia magnética.
R.M.N., la última película de Cristian Mungiu, es todo ese crisol, a veces confuso, a veces cristalino; un intento casi desesperado por explicar qué puñetas debe estar pasando en Europa para que cristalicen discursos xenófobos, racistas, bárbaros, mientras la sinrazón se apropia de cada rincón de cordura, destapando las miserias, incluso bienintencionadas, de una sociedad a la que le han dado gato por liebre, y que tiene derecho a quejarse, pero no a errar el tiro tan groseramente.
R.M.N. son las siglas de esa prueba médica, alegorizando sobre la posibilidad de "ver" dentro de nuestros cerebros como posible diagnóstico de esa sociedad enferma. También puedes vislumbrar Rumanía...
Aguda, hiriente, y sin llegar a ser cínica en ningún momento. Certera.
Saludos.

miércoles, 25 de octubre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #54


 

DISTANT DRUMS es otro de esos título míticos, cincelados en la memoria cinéfila con letras de oro, aunque sea un western por decirlo así "atípico". Se ve que Walsh le había cogido gusto a eso de filmar escenas acuáticas, por lo que se luce de lo lindo recreando los everglades de Florida, adonde llega un oficial de la marina para averiguar las intenciones del excéntrico capitán Wyatt, un verso libre del ejército, tan brillante como indómito. La realidad es que Wyatt, que conoce los peligrosos pantanos en profundidad, traza un elaborado plan para capturar a los escurridizos traficantes de armas, que son los causantes de que los temibles semínolas abarquen cada vez más territorio, destruyendo la convivencia entre tribus. En un glorioso technicolor, obra y gracia de Sidney Hickox, TAMBORES LEJANOS concilia sin dificultad las aventuras, las problemáticas sociales en un entorno salvaje, e incluso se atreve a introducir un chispeante romance entre un incólume Gary Cooper y aquella lituana, breve y exótica, que fue Mari Aldon. No es ninguna obra maestra, primero porque su trama ya estaba implícita en OBJETIVO: BIRMANIA, y luego porque se le ven las hechuras de producción netamente comercial, sin intentar cabriolas técnicas o semánticas. Eso sí, echen un vistazo a la magistral suite de Max Steiner, sin duda entre sus mejores composiciones, y eso son palabras muy mayores...
Saludos.

martes, 24 de octubre de 2023

A o B


 

Sensaciones encontradas tras ver THE SEA BEAST, la ambiciosa apuesta de Netflix por introducirse en el mercado de la animación. Con el respaldo de Sony, y bajo la batuta de Chris Williams (que mejora lo ya visto en VAIANA o BIG HERO 6), se trata de un film que tiene tantas cosas buenas como malas, o que se ve incapaz de resistirse al influjo del mainstream, una vez queda claro que hay líneas en el cine familiar que nadie (al menos fuera de Japón) se atreve a mancillar. Media hora menos le habría venido fenomenal, pero me temo que habría sido la primera, más trepidante e interesante, y no el más que previsible desenlace. Con todo, esta historia de montruos marinos y cazadores es muy entretenida, y mientras apuesta por reforzar el lado imaginativo del guion (con los ecos de Melville, por supuesto) el despliegue técnico queda justificado. Es una lástima el incomprensible endulzamiento al que se ve sometido más tarde, justo cuando muchos hubiésemos demandado una versión "alternativa", más adulta y consciente de que no nos vamos a creer la amistad entre una niña y un leviatán... que hasta ahí llega mi suspensión de la incredulidad...
No está mal, pero dos horas es demasiado. Véanla en V.O., please; el trabajo de Karl Urban, Jared Harris y Zaris-Angel Hator (especialmente esta última) es soberbio.
Saludos.

lunes, 23 de octubre de 2023

Organización y mentiras


 

De la habitual cuota coreana en Sitges, lo mejorcito que se ha visto es CONCRETE UTOPIA, eficaz reconstrucción (valga el oxímoron) del cine de catástrofes, jugando la carta más alta y fiándolo todo al ingenioso ecosistema de valores reinventados en el único edificio que ha quedado en pie en Seúl tras un gigantesco y devastador seísmo. El gran acierto radica en cómo muestra la bienintencionada e improvisada comunidad formada por los propietarios de dicho edificio, para más tarde destapar las miserias derivadas de una organización netamente fascista. Pero no nos flipemos, porque éste es un film entretenido, con más acción que rayaduras filosóficas o morales, lo que deviene en más de dos horas trepidantes, que no dan descanso. Además, contiene imágenes espectaculares de la devastación, o un detallado retrato de personajes, desde los héroes impuestos a los farsantes mesiánicos. Es su mejor baza, no mirarse el ombligo y volver a las bases del cine de catástrofes más reconocible.
Apúntenla.
Saludos.

domingo, 22 de octubre de 2023

Rincón del freak #569: Estoo, yo pasaba por aquí y...


 

De verdad que me niego a emitir un juicio de valor sobre THE INCREDIBLE SHRINKING WOMAN, auténtica bizarrada perpetrada por el ínclito Joel Schumacher, tan dado a estos desbarres sin que nadie se lo pida. Porque no sé qué le daría a esta gente para destrozar la historia de Matheson, repleta de reflexiones filosóficas, y convertirla en una ruidosa celebración de la teleserie ochentera más casposa. Por mucho que esta vez la protagonista sea una mujer, que sea nada menos que Lily Tomlin (que hace lo que puede en mitad del desastre), o que "parezca" un incipiente alegato feminista (ni de coña) o anticapitalista, por culpar de la metamorfosis a una pantagruélica exposición a productos de belleza, comida basura y polución petrolífera. En realidad, esto es una gilipollez que no debería haber existido, como Ned Beatty en traje celeste, Tomlin haciendo dos papeles sin explicación aparente, un mono que es un señor con disfrz de mono o el niño de "Con ocho basta" con el mismo peinado cortinero... No debería existir, pero por si acaso yo se lo traigo a todos ustedes con mis mejores deseos, como no puede ser de otra forma.
Relájense, es casi inencontrable...
Saludos.

sábado, 21 de octubre de 2023

Aquellas pequeñas aventuras


 

Si pretendes hacer una cosa determinada, y lo consigues, no eres pretencioso, sólo has tenido éxito con lo que te has propuesto. HONEY, I SHRUNK THE KIDS es, ni más ni menos, un producto Disney para toda la familia... pero vayamos con los matices. 1989, un año demasiado ochentero para los noventa y viceversa; tienes a Rick Moranis haciendo lo suyo, el tipo despistado, un poco bobo, aquí un torpe aspirante a inventr de cosas absurdas; pero en realidad, lo que quieres hacer es una gran aventura para los jóvenes, a los que das el protagonismo ¿El matiz? Aparte de tener algunos de los stop motions más logrados de aquella época (busquen quién es Joe Johnston), el desarrollo no toma al espectador, por joven que sea, por tonto, y todas las situaciones pueden tener consecuencias letales, no como hoy día, con ese blanqueamiento imbecilista en producciones similares. Una casualidad (una pelota de béisbol) hace que la inútil máquina ideada por el pseudo-profesor Szalinski funcione, con la mala pata de encoger hasta unos pocos milímetros a sus dos hijos y los chavales del vecino, que de repente se encuentran con la insalvable odisea de cruzar el jardín de su casa. Abejas, hormigas y escorpiones gigantes, ríos de pis de perro o florecitas como edificios, serán algunos de los obstáculos que habrán de vencer para llegar hasta su casa y encontrar una solución. Es sumamente entretenida, como lo solían ser las películas durante aquella época, y aún hoy día se ve sin mayores agobios, y puede que a las nuevas generaciones les mole ver algo tan orgánico, para variar...
Recomendable.
Saludos.

viernes, 20 de octubre de 2023

Películas para desengancharse #123


 

Son muchas las excusas que puedo esgrimir a la hora de incluir una película en este monográfico tan atípico, pero el que más me gusta es el de la prevalencia de la imaginación para solventar dificultades de índole presupuestaria. Y si hay un film que me parece básico para comprender qué quiere decir esta afirmación, no siempre bien comprendida, es THE INCREDIBLE SHRINKING MAN, obra capital del sci-fi hecho con cuatro duros, pero con un guion tan desbordante e imaginativo que parece imposible haberlo estropeado. No lo hizo Jack Arnold, aventajado artesano, proveniente de la televisión, y que efectúa aquí su mejor trabajo. Apoyado en unos efectos visuales prodigiosos (recuerden que estamos en 1957), el film, en apenas hora y cuarto, nos adentra en la inimaginable peripecia de un hombre cualquiera, que un día, tras sufrir una inexplicable radiación, empieza a menguar. El guion de Richard Matheson (por favor, lean la historia en la que se basa) opera en dos niveles igualmente interesantes; por un lado, ironiza sobre la hipocresía de la sociedad ante "los diferentes", mientras introduce a su protagonista (un Grant Williams que luego hizo poco más en pantalla) en la paradoja de sobrevivir en un mundo "que no estaba hecho a su medida". Gatos gigantescos, arañas monstruosas, utensilios cuya utilidad ya no es la misma, o perder incluso el contacto con tu familia... porque ya no te pueden ver. EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE es uno de esos clásicos imperecederos, poseedor de un aura inimitable y que la actualiza a cada visionado por muchos años que pasen. Hasta el momento, ha sido copiada, pero nunca igualada.
Tampoco se la pierdan.
Saludos.

jueves, 19 de octubre de 2023

Polvo de estrellas


 

Primero, no entiendo la ojeriza que le profesa el personal a STARDUST MEMORIES, que parece algo patológico, y, visto con perspectiva, un poco absurdo, ahí están los trabajos más recientes de Woody Allen para corroborarlo. Después, tampoco sé por qué no apropiarse de Fellini; nadie decía nada con Bergman, supongo que por la condescendencia que despierta ver a un neoyorquino neurótico moviendo las manos mientras habla sobre lo horrible de las dependencias conyugales, pero de ahí a estamparse con carruseles imaginarios mediará un abismo, digo yo. Finalmente, es 8 1/2, claro, pero en deliberado y justo interdicto. Las mujeres, la obsesión por encontrar un sentido último, la angustia por saberse mortal sin un dios que lo remedie... Son temas constantes, que han cimentado la obra de Allen a lo largo de más de cincuenta años, pero pareciese que rechina no haber tenido un pimpampún anterior, y que alguna tenía que ser. Con todo, hay escenas magníficas, como el arranque en el tren (con una juvenil Sharon Stone como una presencia fantasmal); la fractura emocional de Charlotte Rampling (que Allen se toma muy en serio); o mi favorita, un diálogo con unos extraterrestres, que terminan confesándole que pese a su extraordinaria inteligencia (la de los marcianos), no entienden por qué se empeña en tirar su vida (la de él) por la borda, en lugar de simplificar, disfrutar y abandonarse al dulce júbilo de un paseo por el campo... No sé, será porque las he visto infinitamente peores, pero no seré yo quien hable mal de ella, sin volverme loco, claro...




PD:

Esta peli no iba aquí, no hoy. Esta peli va aquí hoy para despedir a un grande, porque para mí lo era. La cuestión es simple: uno aprende a amar el cine por un solo motivo, y antes no se es un cinéfilo, sino un patán que ha ido a ver películas por diversos motivos. Yo me topé con un programa que empezaba muy tarde en la radio, a veces tardísimo, porque antes había uno de deportes con carta blanca para acabar cuando fuese. Eran otros tiempos, pero aquello me hizo pulsar las imágenes aún sin verlas (cosa mágica), despertar de mi letargo adolescente con los gritos e improperios de un cuarentón que parecía querer repartir bastonazos. Aquel señor, que sabía una barbaridad de cine sin mirar google, podía pasar de la abulia más indiferente al nudo en la garganta cuando alguien le preguntaba por cualquier cosa de Ford, Capra o Vidor. Eso, por si no lo saben, es amar el cine, abrazarlo sin medias tintas, sin que nadie te pare los pies con tonterías fabricadas en serie por tenebrosos prescriptores sin media neurona cinematográfica. Carlos Pumares me convirtió en algo más que un espectador, y eso no tiene precio, aunque por su culpa nunca haya podido volver a acostarme temprano, ni hacerlo sin escuchar voces en el oído... Hasta siempre, maestro...
Saludos.

miércoles, 18 de octubre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #53




THE ENFORCER es una de esas películas verdaderamente extrañas, al menos para entenderlas desde el punto de vista de las producciones norteamericanas, sean éstas de grandes estudios o de serie B. Concebida como el proyecto personal del productor Milton Sperling, hoy día hablaríamos de "cine de autor" o "anomalía de género", pero en 1951 sólo parece una apuesta por consolidar un excelente guion (de Martin Rackin) con la mano firme de un maestro, nada menos que Raoul Walsh, que sin embargo fue contratado con el rodaje iniciado por el francés Bretaigne Windust, aplicado director de escena que intentaba hacerse un nombre en Hollywood, pero que no podría haber llegado a las cotas de Walsh, que erige un monolito de cine negro en torno a otro coloso, un Humphrey Bogart con carta blanca para incluirse en lo que él quisiera. Su serpenteante guion nos llevaría sin dudarlo hacia títulos más actuales, con una estructura desencajada, prácticamente un gigantesco flashback, mediante el que vamos desentrañando poco a poco la obsesión de un inspector por condenar a un tipo del que no sabremos nada hasta los últimos minutos (dejar fuera de campo al antagonista, como recurso posmoderno). El desfile de secundarios perfectamente hilado, los callejones sin salida, luego explicados por asociación de ideas, o el inquietante desenlace, deudor del mejor Hitchcock, convierten este poco conocido film en una joya a descubrir. En mi opinión, no es una obra maestra por recordar demasiado a AL ROJO VIVO, solo que con unos roles invertidos, pero es una película sorprendente en cada una de sus decisiones, y me atrevería a afirmar que casi una precursora de eso tan escurridizo del neo-noir, y más concretamente la última hornada proveniente desde Corea.
No se la pierdan.
Saludos.

martes, 17 de octubre de 2023

Con la brújula desimanada


 

Empiezo diciendo, que otra de monstruos, y que se parecen como dos gotas de agua. Aunque ésta es sensiblemente superior, me parece más que sintomático que se use una misma fórmula de manera tan descarada. Después, la imagen que he elegido, aunque sosa y desvaída, ilustra mejor que otra más explícita el machacón recurso de la puerta que se entreabre, porque luego siempre pasa exactamente lo mismo. Y termino con la extrañeza de que THE BOOGEYMAN esté basada en una novela de Stephen King, porque todos los tropos narrativos del escritor, bien usados, han salvado más de un desastre cinematográfico, así de bueno es como narrador. Aquí, sin embargo, no veo al de Maine en ningún fotograma; no veo su torrente de ideas, sus atmósferas entre lo extraordinario y lo cotidiano, su capacidad para irrumpir con un golpe de efecto inimitable. Y lo peor es que hablamos de Rob Savage, que refrescó el cine de terror en plena pandemia con HOST, aquella pequeña joya que exprimía la nulidad de recursos para hacerlo virtud. No hay nada de eso aquí, y sí una metáfora subrayada en exceso y mil veces vista, la de los monstruos que encarnan la dejadez de los adultos con sus hijos. Y es una pena, porque la película no está mal realizada, e incluso tiene alguna escena medianamente imaginativa, pero es otro fondo de catálogo, un poquito más arriba, eso sí, pero rutinaria hasta decir basta.
Rachita llevo...
Saludos.

lunes, 16 de octubre de 2023

El letargo de la impaciencia


 

Y, bueno, se acabó Sitges, por lo que iniciaremos el recorrido habitual por su cartelera, que este año nos ha cogido por aquí increíblemente vírgenes, por cuanto se ha ajustado al máximo su visionado con la fecha de estreno, incluso en plataformas. En fin, empezaremos suave, tibios, incluso desganados, y lo haremos con un título descaradamente "standard". IT LIVES INSIDE es un exploitation en toda regla, pero de mala manera; un remedo torpe e ineficaz de lo que Jordan Peele se empeñó en indicar como "horror (de lo) étnico". De acuerdo en que se puede celebrar la visibilidad o reivindicación de culturas no siempre bien atendidas en el cine yanqui, pero hacerlo con este insufrible refrito de tantas y tantas cosas anteriores ayuda más bien poco. Es una "película con monstruo", en el peor sentido de la palabra, pues no intriga antes de mostrarlo, ni impacta en ese momento, por lo que el regusto es el de un debutante que se cree mejor de lo que es, pero sólo puede armar su película con infinidad de trozos de otras ya vistas, y mejores. Pasó justamente de puntillas, y sólo sirve como fondo de catálogo pero muy al fondo...
Saludos.

domingo, 15 de octubre de 2023

Rincón del freak #568: Mis pequeños hijos de puta


 

Me parece más una anomalía, un artefacto, que un agradable hallazgo, el descubrimiento de TIN & TINA, macabro cuento de horror generacional "con niños", que además pone en órbita a Rubin Stein (por favor, no se lo tengan en cuenta), que venía despuntando con algún inquietante corto, por ejemplo el que precedía e inspiraba a este largo. Muchas cosas a favor, y otras no tanto, por lo que la sensación es la de que puede haber mejora, a poco que el cineasta suelta el previsible lastre de las concesiones y se zambulla en un imaginario personal que se intuye más que estimulante. El primer punto a favor es enclavarnos en aquella España de principios de los 80, con las teles pendientes de la orientación de la antena, para poder ver a la Ruperta, "Mis terrores favoritos" o un partido de aquel infame Mundial'82. La llegada de Míster X al poder... los tiros en el congreso... son pequeños aldabonazos para situar un relato que serpentea entre LA SEMILLA DEL DIABLO, GOODNIGHT MOMMY o, en menor medida, el SUSPENSE de Jack Clayton o EL OTRO, de Robert Mulligan. Palabras demasiado mayores para un film curioso, incluso excesivo, pero aún balbuceante. Tan kitsch como el "Súper disco chino" de Enrique y Ana, o tan venerable como recuperar a Teresa Rabal, Luis Perezagua o Chelo Vivares, iconos imborrables de algunas sesiones memorables de eso tan breve y fascinante que es la infancia, y que aquí parece cobrarse justa venganza encarnándola en dos niños a los que no dudarías en partir la cara de un guantazo... si es que te dejan seguir con vida...
Muy rara, muy curiosa y a ratos hasta entretenida.
Saludos.

sábado, 14 de octubre de 2023

La ganancia refinada


 

Son los japoneses expertos en la observación minuciosa, apartar el deseo de maximizar las ínfulas, adoptando un eficaz papel de "gran artesano", sea esto lo que sea. No es difícil toparse con multitud de ejemplos, apenas se zambulle uno en aguas procelosas e intimidantes, por lo gigantesco. Por poner un botón, SHIKEI NI ITARU YAMAI (UNA LECCIÓN CRIMINAL) parece redundar en el thriller criminal surcoreano, éste sí plagado de brillantes masterpieces, para desfondarse en un metraje excesivo para lo poco que cuenta. Escasa y ya vista, con un asesino en serie escabroso, pero al que vemos desde primera hora, toda vez es detenido y está a la espera de ser juzgado. Mientras, la cuota juvenílica queda cubierta con pizpiretas marineritas y antihéroes atormentados de instituto. Uno de ellos, sin que se sepa muy bien por qué, recibe una carta del reo, prometiendo revelarle la identidad de otro criminal, que quiere continuar su tenebroso legado. Así, asoma EL SILENCIO DE LOS CORDEROS por unas entrevistas realmente confusas, mientras lindezas como SEVEN o ZODIAC componen el tronco de una historia paralela que apenas tiene chicha. Está muy bellamente filmada, eso sí, y cuenta con una partitura bastante ilustrativa; el fallo, según lo veo yo, es lo poco que aporta a un género que o es brillante o no puede ser nada más.
No la vean, no se pierden nada.
Saludos.

viernes, 13 de octubre de 2023

Películas para desengancharse #122


 

Es más que curioso que una película como CABARET se abra y se cierre en completo silencio, como si todo el ruido, frenético e incesante, que contiene no fuese más que el encapsulamiento de una ensoñación, o pesadilla, según se mire. Sin ser un experto en musicales, tampoco un gran conocedor, me parece ésta una obra muy mayor, un hito cinematográfico inimitable, singular e irrepetible, lo que atestiguan sus muchas copias, todas siempre más baratas, de este poema apócrifo, o canto a la libertad antes de ser aniquilada. La bella decadencia, como afirma Sally Bowles (enorme, grandiosa Liza Minnelli), mientras el desquiciado MC (sobrenatural, Joel Grey) nos da paso a un mundo que no conoce nuestras reglas de normalidad, y que puede hacértelo pasar muy bien o muy mal. No es un musical fastuoso, de grandes coreografías, ni tampoco uno estrictamente alegre, con ese regusto agridulce de no saber si el espectáculo te señala con el dedo. Es, por encima de todo, un milagro, una extrañísima caja de resonancia que relata todas y cada una de las miserias humanas mientras se encoge de hombros y ve a toda una sociedad desmoronarse con el brazo levantado...
Obra maestra absoluta, que sólo podía perder el oscar más importante (y eso que ganó ocho) ante aquello que rodó un tal Coppola...
Saludos.

jueves, 12 de octubre de 2023

Fantasía oriental


 

Los ecos de Miyazaki, del Studio Ghibli, son ineludibles, también inalcanzables, y apenas se puede aspirar a recoger la influencia con admiración, valentía y gratitud. En este sentido, es probable que el mejor discípulo sea Mamoru Hosoda, por la calidad y riesgo de sus propuestas, que crecen cada vez con entidad propia. Poseedor de una mirada tan humanista como la de su maestro, Hosoda se sirve de un simbolismo rico en referencias, para conformar historias que, por mucho artificio que tengan, no son más que un canto de esperanza en un mundo deshumanizado. BAKEMONO NO KO (EL NIÑO Y LA BESTIA) es un ejemplo perfecto, por su apariencia de gran fantasía de desbordante imaginación visual, que esconde en su interior una enternecedora lección vital. La dualidad del mundo de los humanos y el de las bestias, ilustra el acceso a la madurez de un chaval que se escapó de casa, y ahora tiene un improbable maestro, el mejor luchador del país de las bestias, pero tan cabezota como indisciplinado, por lo que nunca ha tenido un solo alumno... hasta ahora. Así, tenemos presente el desarraigo y la desconfianza innata a quien nos tiende una mano sin explicación aparente, lo que dará paso al momento crucial en el que logramos comprender por qué hacen lo que hacen quienes nos enseñan. Luego está el apartado técnico, absolutamente delicioso, con un pie en la animación clásica nipona y otro en la búsqueda de una entidad autonómica e irrepetible.
Aun siendo una gran película, las tiene mejores; mejor facturadas y con un discurso más pleno y consciente.
Saludos.

miércoles, 11 de octubre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #52


 

Uniformes ajados por el salitre. Navíos de guerra filmados en esplendoroso Technicolor. La camaradería como código inquebrantable. El honor de respetar al vencido. Todo ello estaba implícito en CAPTAIN HORATIO HORNBLOWER, que luego fue más conocida aquí como EL HIDALGO DE LOS MARES, una de esas películas "de barcos", tan difíciles de rodar y con el añadido de pasar muy de puntillas por las siempre molestas exactitudes históricas. Aquí, cómo no, los malos éramos los españoles, caricaturizados como una banda de deslavazados haraganes, siempre sometidos por la valentía intachable del capitán del título, que encarnaba un incólume Gregory Peck, clavando a un "señor" que no duda ser "truhán" si le vale para agenciarse una nueva victoria. Una película de aventuras en toda regla, con algunas de las mejores escenas de batallas de barcos que yo recuerde, y un Raoul Walsh, ya en plena madurez, desplegando una clase maestra de dirección de producción, para una explosiva mezcla de todo lo expuesto anteriormente. Incluso no chirría la inclusión de Virginia Mayo como la joven aristócrata que conquista el corazón de Hornblower, por mucho que éste tuviese una esposa encinta esperándolo en casa... 
No se hacen películas así... Bueno, un gran director sí lo hizo no hace mucho, pero ésa es una historia que ya les contamos tiempo ha...
Espectacular.
Saludos.

martes, 10 de octubre de 2023

Supone Tabata


 

Supone el creador de manga que el orégano se hace monte. Supone el adaptador al anime que las bocas se licuan espontáneamente. Sueña el rellenante de contenido platafórmico (existe, sí) con una cantera inagotable de esbeltas formas zarcas, rumbosas bolsas de enano donde la monedilla no sólo tintinea, sino que redobla hasta lo ocho acostado en una embriagalabor de feroz constancia. Babea (repito) el consumido(r) con el cheeto que no ennaranja, de tan químico, entre dos dedazos de xl anular. Fermosea el diseñador con etéreos artefactos de aerosol destintante, mientras los hados del distribuidor le chantajean con historias de señores dorados con espadas hasta los tobillos. Ustedes lo sufren, yo lo fagocito, y algún vecino agorero lo entrampa en la bastarda simiente de su filho morrado. 
Las hay mejores que BLACK CLOVER: SWORD OF THE WIZARD KING, pero pocas tan aturulladas y sinestésicas. Un canto al consumidor de afters de hacendado; un sopapo en el lóbulo occipital. Congruente que tienda a contraerse como mejillón asustado por una almadraba que no le buscaba a él...
La tienen en el flix sin olés...
Saludos.

lunes, 9 de octubre de 2023

Fantasmas del pasado


 

AYAKASHI es el nombre con el que la Toei aunó tres de las más famosas historias de terror escritas por Tsuruya Nanboku, a principios del siglo XIX. Convertida en serie de culto, sus exquisitos diseños, tanto como la fidelidad argumental, la hacen un imprescindible para cualquier gran aficionado al horror clásico nipón, de cuyas fuentes siguen bebiendo casi todos los contemporáneos. En "Yotsuya Kaidan", una terrible maldición persigue a un antiguo samurái, convertido en un espíritu errante que sólo busca la paz, pero que se verá obligado a combatir a seres del inframundo. Con un enfoque más romántico, "Tenshu Monogatari" narra la historia de amor entre un guerrero y una de las "diosas olvidadas", poderosos entes que moran un terrorífico e inexpugnable castillo, y que tienen prohibida cualquier relación con los humanos, porque perderían su condición inmortal. Por último, "Bakeneko" es la más desquiciada, y de hecho no es más que el preámbulo a una continuación que narraremos próximamente. Un extraño curandero llega a una casa señorial, donde los espíritus se han adueñado de la alegría de sus moradores; sin embargo, la verdad aflora mediante un inocente gatito, que atesora un secreto espeluznante.
Altamente recomendable, incluso para quienes no sean expertos en este tipo de producciones. Y de la continuación, ya digo, nos ocuparemos en breve...
Saludos.

domingo, 8 de octubre de 2023

Rincón del freak #567: Lo que está oculto se expone en interiores


 

Todo en ESPÍRITU SAGRADO es extraño, extravagante, retorcido. Pero lo más raro, una vez vista, es cómo nada de ello empaña una caligrafía impecable, en la que Chema García Ibarra implementa una historia central progresivamente sórdida, terrible incluso. Es por tanto más que probable perder la perspectiva, quedarse anclado en su apariencia de frikada surrealista y no ver el tsunami que se viene en su último tercio, que golpea con implacable fiereza. Estamos ante un costumbrismo de múltiples capas, quizá desganado, también exagerado, pero por ello con la admirable capacidad de ir tejiendo la tela de araña con la inteligencia de los creadores genuinos. Una niña desaparece, dejando desconsolada a su madre y sola a su gemela. El tío de la niña pertenece a un desmañado grupo ufológico, el más importante del levante español; una vez muerto el líder, los seis componentes han de buscar cómo continuar su legado de incansable buscador de vida extraterrestre. Todos los personajes rozan la caricatura, la hipérbole consciente; el barrio es un microcosmos plagado de historias mínimas que se cruzan sin orden aparente. La verdad, sin embargo, es mucho más oscura y jodida de lo que cabría imaginar, y sin trampantojos, el director y guionista realiza una denuncia sorda, humilde, y por ello más triste y descorazonadora. No se dejen engañar por las apariencias, estamos ante una película rara, pero también ante una gran película.
Carlos Vermut ya tiene relevo.
Saludos.

sábado, 7 de octubre de 2023

Cuando sientes


 

En LA CONSAGRACIÓN DE LA PRIMAVERA, Fernando Franco consigue un equilibrio de verdad complicado, eludiendo el sensacionalismo que proviene de la elección del tema, precisamente por no ocultar todos los sentimientos y dobleces, las imperfecciones de un mundo interior, el de su joven protagonista, al que sólo accedemos a través de sus miedos e inseguridades, y todos encajan sin forzados maniqueísmos. Laura es una estudiante de primer curso de Químicas en Madrid, que viene de Menorca y vive en un colegio mayor de corte religioso; le cuesta relacionarse, y le sobrevuela una pesadumbre que podríamos asociar a algún trauma, pero no hay nada de eso, y sí una personalidad con tendencia a retraerse. Sin embargo, será un hecho fortuito el que derribe sus barreras y le abra una nueva e inesperada perspectiva. En una fiesta totalmente muerta, conoce a David, un joven con parálisis cerebral, con el que experimenta una cercanía y afinidad que no logra sentir con nadie. Así, pasamos de lo emocional a lo terrenal, con unos personajes complejos en su sencillez, y bordeando el posible ridículo con una dignidad que todo lo puede, conformando un hermoso relato sobre lo mucho que recibimos cuando damos todo lo bueno que tenemos.
Incluso en su tono melancólico, es imposible no sonreír, con esa sonrisa de franca gratitud por estar ante un film tan valiente y sincero.
Saludos.

viernes, 6 de octubre de 2023

Películas para desengancharse #121


 

En PRIZZI'S HONOR, John Huston dio su penúltima lección de cine, aunando con maestría varios géneros, maridándolos con perfección hasta obtener un objeto tan curioso como inimitable. Es una típica película de gangsters, que luego vira hacia una típica comedia romántica, para seguidamente quedarse en comedia disparatada, ensombrecer su discurso con un escalofriante thriller o escarbar en la doble moral de los códigos del hampa, contra los que es imposible luchar. La química entre Jack Nicholson y Kathleen Turner es antológica, componiendo una pareja tan improbable como irresistible, y secundados por una gran Anjelica Huston, en un rol complejo y desagradecido. El guion elaborado por Richard Condon, que adaptaba su propia novela, permite a Huston lucirse en algunas escenas de fascinante virtuosismo técnico, gracias también a la fotografía de Andrzej Bartkowiak y una memorable música de Alex North. No ha perdido un ápice de su fuerza, y sigue siendo, ya decimos, una lección sobre cómo inventar desde lo establecido, o usar los cánones para encontrar caminos de libertad creativa, estableciendo eso tan difícil del "clasicismo intemporal".
Maravillosa película.
Saludos.

jueves, 5 de octubre de 2023

La conquista de la felicidad


 

GIRASOLES SILVESTRES es la última película hasta el momento de Jaime Rosales, uno de esos cineastas que siguen manteniendo una mirada curiosa e indagante, aun con una amplia carrera detrás, y sin síntomas de agotamiento. Menos formalista que en sus trabajos más representativos, Rosales prefiere la movilidad del relato, que éste mute a la búsqueda de esa emoción genuina que ha de brotar por espontaneidad, eludiendo la provocación de la misma. Naturalismo o no, Rosales lleva un tiempo interesado en ser un cronista de su tiempo y coetáneos, en unos tiempos inciertos, de engaño e insatisfacción constantes. Es en esa ola silenciosa, que todo lo engulle, donde se mueve Julia (magnífica Anna Castillo), una joven demasiado joven, con dos niños y un futuro en presente; con tendencia a enfrascarse en relaciones tóxicas y muy pocas certezas sobre cómo eludirlas. La buena noticia es que Rosales se alía con su protagonista, la dignifica sin glorificarla ni convertirla en heroína doliente. Así, el relato, insisto, va transformándose y transitando los lugares menos obvios y esperables, desdramatizando esa colina inacabable del día a día, cuando la preecariedad amenaza con destrozar cada conquista, por pequeña que sea. Una película que se disfruta más si se viene de las propias metamorfosis de un creador de imágenes límpidas pero perturbadoras, que nos señala con determinación la matriz del problema, pero también nos ofrece, generosamente, un humilde mapa hacia esa felicidad tan escurridiza...
No es su mejor película, pero tampoco debería preocuparnos para disfrutarla, y creo que gana con un segundo visionado.
Saludos.

miércoles, 4 de octubre de 2023

Raoul Walsh. Escribir la Historia #51


 

Es cierto que no puede considerarse MONTANA, de 1950, estrictamente como una película de Raoul Walsh, que tuvo un papel de "director de soporte" para las escenas más difíciles, mientras que el acreditado fue Ray Enright, eficaz artesano que aquí hizo uno de sus últimos trabajos de dirección. Historia atípica para un western, que mezclaba a terratenientes y ganaderos de ovejas, más parece un trémulo ensayo en el alambre sobre qué podría salir mal. Errol Flynn en su despiadada cuesta abajo, y una Alexis Smith que siempre daba mejor como secundaria; ambos protagonizaban este presuroso film (apenas hora y cuarto), con el tiro en el pie de dos desconocidos que se atraen y luego se odian a muerte, que cantan una canción a dúo y se quedan petrificados en una escena de baile como un coitus interruptus. Como sea, el caso es que MONTANA funciona como pequeña curiosidad, nada de gran relato de género, y podría ser el piloto perfecto para una serie con este argumento: "Rica propietaria, prometida con un despiadado terrateniente, conoce a un ufano ganadero de ovejas australiano, que se pregunta por qué esos simpáticos animalitos son tan odiados allá donde va". Es, ya digo, un film que se ve de una sentada en una tarde ociosa, sin sobresaltos y sí la constatación de cómo, en el caso de Flynn, el profesional era capaz de ponderar incluso su ruinosa vida personal.
Mejor incluso de lo que quiere ser.
Saludos.

martes, 3 de octubre de 2023

Don Quijote de Salamanca


 

Pasa Gabriel Velázquez por ser uno de los más interesantes cineastas españoles de última hornada, manteniendo su discurso, férreo aunque cálido y cercano, siempre fuera de márgenes y encorsetamientos. Con una mirada que lo emparenta con la curiosidad inagotable del niño, Velázquez busca sus historias en lo tan obvio y tan expuesto, y por ello también tan invisible. En ZANIKI, nos vamos hasta tierras salmantinas, donde habita Eusebio y su familia, que, inasequibles al desaliento, siguen una tradición casi perdida de instrumentos atávicos, cuentos del terruño y esa sabiduría popular cada vez más constreñida por este "no-saber" que padecemos hoy en día. Eusebio intuye que le queda un poco menos de tiempo para marcharse con los espíritus de los lobos, por lo que dispone una jornada de cuatro días en el monte junto a Beltrán, "Zaniki", su nieto de ocho años, en quien deposita sus esperanzas de que continúe la tradición por puro amor, sin obligaciones innecesarias. Y en este hermoso cuento de transiciones, de chicos y mayores, también de sartenes, cucharas y hondas de estaca, el director se funde con un documentalismo que no pretende tan sólo "mostrar", sino que nos convierte también en alumnos, discípulos de un personaje inabarcable e inagotable, uno de esos locos tan cuerdos que asusta su poder para evadirnos a lo pretérito. O en sus propias palabras: tres chozos duran un perro; tres perros, un caballo; tres caballos, un hombre; tres hombres, un bastardo; tres bastardos, un cuervo... Y así...
Fascinante, hermosa, curativa.
Saludos.

lunes, 2 de octubre de 2023

Marchamo histamínico


 

Voy a proponer a la joven directora extremeña (ésta es su ópera prima) Ainhoa Rodríguez como candidata número uno para capturar en imágenes a un escritor para mí inadaptable, como es Juan Benet. Esto entronca con el visionado de DESTELLO BRAVÍO, fábula a ras de suelo, compuesta por multitud de instantáneas que transitan de lo marciano a lo doloroso, de lo simbólico a una denuncia social expuesta con el labio temblando. Como si quisiera meter muchas cosas, a Rodríguez le puede la urgencia, tanto como la inconcreción o ese punto que debe coger con los años y que le permitirá narrar al tiempo que cincela imágenes no filmadas. En el asfixiante periscopio de un ínfimo pueblo extremeño, como una isla, como un satélite de reglas ignotas, lo "normal" se convierte en extraño, la tradición un yugo contra el que es imposible rebelarse, y el deseo queda sepultado en paredes de cal sobrevoladas por crucifijos y santos sufridores. Con habilidad más que notable para subvertir el significado de estas imágenes, la directora se acerca a los cánones de David Lynch y Buñuel, del mejor Almodóvar o del surrealismo consciente de Cuerda. En esa amalgama, no siempre exitosa, importa más lo que se intuye que lo que se muestra; la confidencia, el chascarrillo, o directamente la sentencia malintencionada, que esa poesía no del todo encofrada. Como gran acierto, la valentía, la sensación de que hay mucho más en ese cine de lo diferente, que se erige como eco enunciador de una codianidad que es la verdadera locura.
Otro cine español es (y debe ser) posible.
Saludos.

domingo, 1 de octubre de 2023

Rincón del freak #566: Pa lo que hemos quedao, Benito...


 

Yo ya venía avisándolo desde hace tiempo. Que una cosa es ganarse los jurdeles por derecho propio, para después tener la pastora suficiente y poder acometer proyectos más personales, y otra olvidarse del cineasta imaginativo, desprejuiciado y afilado que una vez fue el británico. Que alguien capaz de zarandear los cimientos del thriller esotérico con una maravilla como KILL LIST, destrozar la "comfort class" inglesa en SIGHTSEERS o "jartarnos de pinateles mágicos" en A FIELD IN ENGLAND, sea el firmante de nada menos que la secuela de un exploitation de segunda división, a la mayor gloria del garrulismo de tocha partía de Jason Statham... pues ¿qué quieren que les diga? Uno podría pensar, ingenuamente, que lo de REBECA había sido un desliz, y que estaríamos ante la versión salvaje (que ya es decir) de FREE FIRE. No sufran, MEG 2: THE TRENCH es tan mala como cabría esperar. Y no lo es por su disparatado y sonrojante guion, ni por las actuaciones mirando un papelito, o por la cuota china de karatekas, que aquí hay yuanes a tutiplén. No no. Hagan caso a un talasofóbico agudo que tiembla si por casualidad le ponen un documental sobre la pesca del atún en el Atlántico: dos horas viendo océanos y tiburones gigantes y ná de ná, bostezos y cabezadas si acaso.
Benito, hijo. He visto a tipos con más talento que tú haciendo capítulos de Ana y los 7, así que empeña la colección de Metal Hurlant si necesitas financiar la próxima, que espero que tenga al menos al gran Neil Maskell... por compensar.
La escena: después de caminar como si tal cosa a 8.000 metros bajo el mar, comprobar que el abismo es ruidoso como un after locuelo, y hasta disparar metralletas sin ningún impedimento físico contra criaturas que (oh la la!!) no venden cupones, viene el órdago. Statham, con el mismo gesto toda la peli, no consigue despresurizar a tiempo una cámara, así que a una señora le explota la cabeza como una calabaza corganiana ¿pena? ¿dolor? ¿violines? No, porque el chino de turno se ríe al encontrar un mineral mu bonico y decirle a todo el mundo que con el pedrusco pueden volver a convencer a Amy Jump de que le escriba un guion a su santo de una puta vez ya...
Joder...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!