Cierto que no había avisado sobre la ojeriza, sobre ir a degüello contra el despropósito en el que se está convirtiendo, una vez terminada la fiesta, el cine de superhéroes. No me extiendo sobre ello porque ya lo he hecho, pero sí señalo un par de cosas medianamente relevantes en este bostezante post dominguero (como debe ser, por otra parte). Primero, que si les sigue molando el tema superheróico, por lo del fandom irredento y sus inocentonas nostalgias, váyanse sin dudarlo a las plataformas televisivas, concretamente a ciertas series de corte subversivo; pero si son más seriotes, prueben en el a veces inexplorado terreno de la animación. Segundo, AQUAMAN AND THE LOST KINGDOM no es la peor película de este percal que se pueden encontrar actualmente, lo que habla horriblemente de esta inoperante penúltima hornada, porque no estamos ante una buena película, tan sólo una sin muchas pretensiones. James Wan siempre ha demostrado "tener olfato", rastrear sin esfuerzo qué interesa a la mayoría, obteniéndolo por medio de un pastiche, eso sí, con envoltorio de lujo. No les aburriré con la trama, que es blablablá del más de lo mismo, pero al menos los chistes están más comedidos que en "otras cosas", los efectos tienen un par de intentos por ir más allá del videojuego (que es lo que parece, por otra parte) y no pretende ser más que un entretenimiento recaudador para pensar muy bajo mínimos. Por tanto, bien para una resaca, pero lo de los superhéroes ya huele a rancio... y eso que aún se puede caer mucho más bajo. Se lo contaremos la semana que viene...
Saludos.
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