martes, 26 de marzo de 2024

Urticaria salada


 

Intenciones. Si quieres hablar de tí mismo, de tus obsesiones, traumas o filias, no salgas. No salgas. No salgas. Ha quedado claro. Si lo que quieres es estampar un aldabonazo impresionista, sal cuando nadie lo espere. Si quieres narrar, tienes que dirigir a los actores, nunca buscar la complicidad, porque la complicidad lleva a la impostación. Finalmente, no me ha quedado clara la deriva de CREATURA, porque quiere contar muchas cosas de manera muy diferente, pero se le quedan otras tantas por el camino. No me ha quedado claro si es un acercamiento a una personalidad muy sexual y por tanto muy insatisfecha, un estudio de la feminidad desbordada o un escupitajo a las masculinidades tóxicas. Un poco de todo ello hay aquí, pero ninguna de esas cosas está abordada con valentía y tino, dejando muy en el aire la interpretación del espectador, que nunca va a obtener lo que el film parece prometer. Me da rabia porque Elena Martín sugiere un movimiento fino y nada estrambótico sobre cómo los pequeños detalles van jalonando las personalidades que más trabajo nos cuesta comprender, y esto es porque no hay nada especialmente memorable aquí, apenas una filmación aseada y un intento por anudar las elipsis temporales, que son demasiado confusas para lo escaso de su argumentario. En esencia es como un autorretrato generacional, pero sin omitir lo soso... Muy raro lo de ser moderno.
En los Goya no se llevó nada.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!