lunes, 25 de marzo de 2024

La cara oculta


 

A estas alturas del megarrepaso que cada temporada le damos al festival de Sitges, creo que es hora de ir con el arsenal fuerte, los títulos clave del certamen, y no se me ocurre ninguno mejor que el último ganador, que ha devuelto al terror a su lugar preeminente tras varios años que han flirteado con un cine más "cultureta". No hay nada de eso en CUANDO ACECHA LA MALDAD, que nos sumerge sin medias tintas en una atmósfera malsana y amenazadora, donde realmente sentimos que no hay nadie a salvo de la maldad del título, que aquí adopta varias formas bajo nombres tan sugerentes como "embichado" o "encarnado". Ahora bien, no esperen encontrar aquí el sucedáneo yanqui, que nos ha acostumbrado a "acolchar" este tipo de productos, con una corrección incomprensible la mayoría de veces. Demián Rugna (ATERRADOS) propone un dispositivo incontrolable, macizo, que no teme nada y que se disfruta más cuando menos parece estar contando. Sin solución de continuidad, Rugna expone este relato de horror purulento a plena luz del día, a partir del descubrimiento de un cadáver partido en dos, lo que lleva a sus protagonistas a un descubrimiento aún más terrible, y a partir de ahí a una cascada imparable de acontecimientos que van intensificándose a lo largo de un puñado de escenas espeluznantes, brutales, sin medias tintas. Esa escenificación de la violencia, cruda, desaliñada, incluso burda, y que ha sido objeto de las mayores críticas, con el calificativo "gratuito", es lo que más me interesa y hace que la película me atrape. El director consigue que algo rudo y bestial aparezca estilizado, en el más difícil todavía que es integrar lo sobrenatural en una normalidad que es sacudida sin ambages, demostrando que a veces no estamos tan preparados mental y moralmente para ver según qué cosas. Para mí, uno de los grandes títulos de la temporada, y espero que logre abrir el camino para un género que, sin más, lo único que ha hecho es volver a sus raíces.
Tiene dos o tres escenas que están entre lo más brutal que servidor ha visto en una pantalla, y algo de cine he visto.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!