Buena película, sentida, honesta y desprejuiciada. LE RÈGNE ANIMAL ganó el premio a los mejors efectos especiales en Sitges, y aun siendo éstos estupendos, el verdadero valor de esta sorprendente cinta francesa es la naturalidad con la que ensambla lo fantástico en lo cotidiano, sin estridencias y con un tono naturalista que le va como anillo al dedo. Desde su ambicioso arranque, se nos pone en situación inmediatamente: una misteriosa enfermedad está convirtiendo a las personas en animales, sin que se sepa por qué ni cuáles son sus consecuencias. El film podría haber tirado por la aventura distópica, el terror físico o el drama existencialista; en lugar de ello, Thomas Cailley opta por colocarnos cerca de sus personajes, dándoles su peso adecuado y dejándolos que expliquen mediante sus actos el porqué de un mundo tan extraño. Finalmente, la fábula se completa con una valiosa lección moral, y es que quizá miraríamos de otro modo a los animales si los consideráramos como iguales. Porque, en último término ¿a quién busca el protagonista, brillantemente interpretado por Romain Duris? ¿a su esposa o al animal en el que se ha convertido?...
Una grata sorpresa.
Saludos.
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