De lo más bizarro que se vio el año pasado en Noves Visions, WHERE THE DEVILS ROAMS, última propuesta del colectivo Adams, familia en la vida real y verdadero motor de, más que una forma de hacer cine, prácticamente un modo de vida muy particular. Su cine hunde sus raíces en un principio del siglo XX, donde proliferaban espectáculos misteriosos y truculentos en una América tan profunda como ignorante y supersticiosa. Con un pie en el imaginario de Rob Zombie y otro en el steampunk del circo de los horrores, los Adams construyen un espectáculo tan fascinante como imperfecto, sin ocultar su vocación amateur, pero gozosamente fuera de cualquier tentación mainstream. El resultado es una piececita de cámara, rodada casi como un Súper8 familiar de aquéllos, que es un macabro cuento de horror en el que los asesinos podrían caernos hasta bien. Repleta de escenas directas a la retina, adolece sin embargo de una falta de narrativa acuciante, que la lleva hasta los terrenos del videoclip involuntario, muy chulo, pero que no es cine propiamente dicho.
Una curiosidad muy curiosa, pero destinada por derecho propio a circuitos muy minoritarios.
Saludos.
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