Película sin pretensiones más allá de ofrecer un relato de terror de los de toda la vida, lo mejor que se puede decir de DEEP FEAR es que su factura técnica no desentona, o que su historia, sin meterse en vericuetos dificultosos, recuerda a un terror de otro tiempo, cuando la serie B apenas aspiraba a ser un entretenimiento digno. El argumento nos remite a otros que nos suenan al instante: grupo de jóvenes turistas (aquí belgas en París) que decide hacer una visita a los intrincados pasadizos de las catacumbas de dicha ciudad, encontrándose con "algo" que no esperaban. Tiene varios puntos fuertes, como su reducida duración, o que el director sea capaz de mantener la tensión sin recurrir a grandes efectismos y reservando el plato fuerte para los últimos minutos. Por contra, hay algunas decisiones inverosímiles, que aluden a la inexperiencia, y en un momento dado, si no se entra en la historia, parece un corto alargado.
Perfecta para hacer bulto en Sitges, y poco más.
Saludos.
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