Supongo que era inevitable. Poner hoy aquí HALLOWEEN ENDS, me refiero. Y no pensaba ni por asomo que el descalabro era tan grande, ni en el peor de mis sueños. Primero porque he defendido la idea de David Gordon Green, basada en una no-renovación de la saga, convirtiéndola en una especie de miniserie autoconclusiva, con su parte de homenaje, sí, pero con un tono diametralmente diferencial al original de Carpenter. Después, porque me parece bien tener el arrojo suficiente para finiquitar una serie que se nutría precisamente del carácter cuasiinmortal de su terrorífico protagonista, una encarnación del mal perfecta, y que casi ya parecía un ente metafísico más que un ser de carne y hueso. Lo que no me esperaba era este desastre de guion, más cercano a un telefilm de mediodía que a un mito del terror de todos los tiempos. Gordon Green ni sabe qué hacer con la historia, ni con los personajes, ni logra introducir una sola variante en este pésimo relato, que va dando bandazos al tiempo que va subrayando lo que va a ocurrir a continuación ("... alguien ha matado a alguien..." Gila dixit). El resultado es inenarrable. Tosco, aburrido, improvisado, de comedia involuntaria y con unos personajes perdidos en el trazo grueso. Me ha parecido, sobre todo, "antigua". Y digo antigua en el peor sentido de la palabra, porque el HALLOWEEN de Carpenter es 45 años más vieja, pero 45 años más moderna. Es una forma de narrar de aprendiz consultando un manual, o de alguien que se ha creído los halagos y se ha visto con la posibilidad de jugar a demiurgo, y hacer eso con un material que no es tuyo es un error flagrante y burdo. En definitiva, que estamos ante un patinazo de proporciones bíblicas, algo peor que una mala película. Esto es: una película relamida en su propia desfachatez.
No la vean ni aunque les gustaran las otras dos, porque a mí me gustaron.
Saludos.
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