Desmesurada. Caótica. Autista. Arrebatadoramente romántica. ANNETTE sólo puede ser ejecutada por Leos Carax, que sólo puede hacer estas películas, que son poemas y que no son para todo el mundo. Un poema con la banda sonora de Sparks, cuya composición se adueña por completo de esta historia de amor que se va oscureciendo paulatinamente, a medida que la conciencia se vuelve más importante que el abandono. Él (Adam Driver) es un monologuista de los difíciles, que prefiere la provocación a la carcajada; ella (Marion Cotillard) es una famosa soprano. Ambos se aman, y de su amor nace Annette, una niña igualmente especial, y que Carax decide encarnar (creo que con acierto) en una especie de marioneta, que asiste impávida al desmoronamiento de un amor que parecía inquebrantable. No es una película para mayorías, pero lo sabíamos; es una película para dejarse mecer, con música o con esas imágenes imposibles que sólo conoce Carax. Es un musical, pero también una tragedia terrible. Y tiene un arranque espectacular y un final muy triste. Lo que ocurre mientras tanto les irritará o les llevará a territorios que no conocían antes. Por ello habría que celebrar que este director no haya arrojado aún la toalla, porque no es para todo el mundo, pero siempre podrá ser para alguien.
Saludos.
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