viernes, 14 de octubre de 2022

Una cura falible


 

Por dar la estocada final al pasado Festival de Sitges, como adecuada bienvenida al inminente, seguimos rematándolo con esos últimos títulos que, con los habituales problemas de distribución, se nos fueron quedando en el tintero. SHE WILL es la ópera prima de la directora Charlotte Colbert, una fábula veladamente gótica que quiere ser muchas cosas a la vez, para terminar quedándose a medias de casi todo. Quiere ser un retrato psicológicamente profundo de una mujer (una Alice Krige en mi opinión desaprovechada), una prestigiosa actriz que se retira a una apartada clínica en Escocia, para recuperarse de las secuelas de una doble mastectomía. Luego propone un nuevo enfoque a las correspondencias entre las cazas de brujas (las reales de entonces) y las reivindicaciones feministas. Por un momento, nos parece estar ante una sátira exagerada; luego ante un folk-horror; más tarde ante el relato íntimo de un secreto oculto durante décadas. El resultado es que no tengo ni idea si ésta es una película de terror, un drama psicológico u otra cosa menos satisfactoria. Lo digo porque Krige está soberbia, pero mal dirigida; la fotografía de Jamie Ramsay es espectacular, pero se queda en una amalgama de postales repetitivas; por no hablar de la increíble partitura de Clint Mansell (búsquenla si no la han oído), que curiosamente parece desarrollarse en paralelo a este tibio film. Y me surge la pregunta ¿no eran demasiadas cosas en manos primerizas?
Tiene sus momentos, pero muy pocos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!