sábado, 24 de febrero de 2024

Líneas temporales


 

Con dos temporadas bien cerradas, y la incógnita de si podría ampliarse, coincidimos en que LOKI ha supuesto un cierto soplo de aire fresco a un universo Marvel que en cine da signos de gran agotamiento. Aun así, y desconociendo si la idea era ampliar el campo de visión a nuevas temporadas, hay demasiadas reiteraciones argumentales, que sólo explotan en los apabullantes tres últimos episodios, que se elevan muy por encima del resto a base de tomarse en serio a un personaje fascinante y poliédrico, siempre a medio camino de ser héroe o villano, amado o repudiado, uno de esos personajes que requieren salirse del canon y transitar su propio camino. Aquí lo hace impulsado por el increíble trabajo de Tom Hiddleston, un excelente actor que además dispone del corolario de registros que impone el dios del engaño nórdico, además secundado por un estupendo ramillete de actores y actrices que dotan de empaque a esta serie que versa sobre dioses y humanos, pero también sobre la importancia y cualidad del tiempo como medida universal. La tentación es bordear la solemnidad desde un tono aparentemente desenfadado, en el que Loki se encuentra atrapado en una extraña corporación (la AVT) encargada de regular el flujo del tiempo, como castigo por robar el cubo cósmico, lo que nos retrotrae al final de ENDGAME. El gran acierto es virar a su protagonista desde la posibilidad de ser "el gran villano" a un improbable héroe, incluso con suma importancia para explicar el, ya digo, magnífico desenlace, que deja relamiéndose a los aficionados con Hiddleston encumbrado en la primera división de un universo donde el carisma es tan importante como el talento interpretativo, y aquí hay mucho de ambos. Esperaremos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

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