viernes, 9 de febrero de 2024

Poema de fuego helado


 

Partir con un hándicap tan severo no parece tarea fácil para una serie tan a contratiempo como HOUSE OF THE DRAGON, pero caeríamos en un error común para los fagocitadores de este tipo de productos. A esta precuela que nadie esperaba de JUEGO DE TRONOS le cuesta una enormidad ubicarse, encontrar su propio camino al margen del mastodonte en el salón; pero una vez lo hace, puedo afirmar que es un producto superior, si no en volumen sí en el carácter, más adulto y refinado. Muchos se preguntaban para qué irse 200 años atrás, cuando hubiese sido más excitante explorar las consecuencias de la serie matriz. La respuesta está en la diabólica intriga política desatada en su interior, quizá menos sangrienta, pero más descarnada y, llegado el momento, amoral. De ahí se desprende la gran diferencia, que hace a HOTD más farragosa de seguir que GOT, aun abarcando una menor cantidad de localizaciones y personajes. En sólo 10 episodios, y apoyada en un reparto imponente (fantásticos Paddy Considine, Rhys Ifans y Matt Smith), la serie (de la que se espera la T2 este mismo verano) se vertebra alrededor del débil reinado de Viserys Targaryen, a cuyo alrededor se va congregando un número mayor de ávidos pretendientes, cada uno esgrimiendo sus derechos a la corona. Más que en los reinos en sí, la serie se centra en los individuos, alentando una intriga política que culmina en sus tres últimos impresionantes episodios, tan indescifrables como prometedores. En definitiva, una magnífica serie, que ha de verse con suma paciencia y sin mirar de reojo hacia donde ya sabemos, porque allí encontraremos pocas respuestas a los muchos interrogantes que van floreciendo en su hábil guion.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
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