La pregunta sobrevuela todo el metraje de MAESTRO de punta a punta, sin olvidarse un resquicio del mismo ¿Nos hacía falta un biopic sobre Leonard Bernstein? Y en todo caso ¿nos hacía falta "este" biopic? Hilando con su anterior film como director, el propio Bradley Cooper parece empeñado en despejar esa duda, poniéndonos las emociones como hechos históricos, o incluso momentos ambarinos, suspendidos en la arrobada genuflexión de su mirada, falsamente descarnada, perfectamente acorazada en un confortable "victimismo exhibicionista". Quizá no se pueda hacer otro biopic sobre el genial compositor, pero también quizá no todo sea carne de dramatización, y mucho menos una tan exacerbada como ésta. Cooper confunde la naturalidad con el acaparamiento de su imagen, y también la de Carey Mulligan; puede que los dos estén bien, permitiéndose algún arabesco, necesario o no, que otro. No es esto lo que más me molesta, ni tampoco el obviable desfile de "narices de goma", sino la imposibilidad de reconocer el escalofrío en el espinazo con la fastuosidad de WEST SIDE STORY y su panóptica americana, que Cooper apenas roza en planos asustados, cuando no medidos y adecuadamente pesados, lo que puede que le dé los oscar de interpretación, aunque digo esto con muchas reservas y dudas,
Puede que sea la segunda peor de las nominadas a mejor película.
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario