Creo que va siendo hora de ponernos con los oscar de este año, al menos con los títulos más representativos, porque luego me dicen no sé qué de jugar con ventaja, cuando aquí nunca hemos sido de hacer pronósticos inútiles. Lo que sí nos gusta es encontrar significados renovados, puede que en films menos resplandecientes, quizá escondidos, realmente sin contar en unas apuestas cada año más desvirtuadas. PAST LIVES viene a ser esa película pequeña, sin grandes ínfulas, que pone en órbita a un cineasta joven, pero que difícilmente tendrá algo que hacer en las apuestas. Sin creer yo que estemos ante un trabajo deslumbrante, al menos sí me parece honesto, una desencajada historia de amor que no evita mostrarse imperfecta en una modestia que navega entre el independiente americano y su tradición romántica. Y no debe estar tan mal escrita cuando nos hace tragarnos un amor que se mantiene impoluto desde que la protagonista sale de Corea con apenas 10 años, rumbo a Canadá, y el chico que se quedó allí hasta que "una casualidad" les hace contactarse casi 25 años después. Lo que sigue es abandonarse a los detalles de una relación a distancia, donde ese amor no llega a explicitarse, excepto en sus emocionantes minutos finales, enternecedores por explicarnos tan bien lo complicado que es copiar a Wong Kar-wai. No sería justo, pero se podría haber extraído un maravilloso corto de esos últimos treinta minutos; y no lo sería porque todo ese largo preámbulo, casi en fuera de campo, sirve para entender por qué los protagonistas podrían tener sentimientos descabellados. O mejor, llegar a ponernos en su lugar.
No va a ganar, pero sólo porque no tendría ningún sentido.
Saludos.
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