ESTHER AND THE KING es un peplum en el que Raoul Walsh no pintaba casi nada; alguna pinceladita por aquí o allá, pero poco, muy poco en un film rutinario, con mucho cartón, no menos metros de piel femenina, muy al gusto del público al que iba dirigido. Voluptuosas vestales y fornidos machotes entre los que estaban una joven Joan Collins poniendo cara de afligida y el pétreo Richard Egan, al que Walsh se llevó a Italia, donde está rodada esta olvidada cinta. Quien la defiende lo hace aludiendo al "ingenioso" miramiento de la Fox, incluyendo una tardía correspondencia entre el conflicto de persas y judíos con el Holocausto. Es mucho pedir a un film al que no le veo casi ninguna virtud... Bueno, sí: Rosalba Neri, a la que le perdono cualquier cosa, incluso esto...
Saludos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario