sábado, 12 de noviembre de 2022

Hacia donde podríamos ir


 

Otra de las películas presentadas en el último festival de Sitges fue VESPER, una fantasía distópica que intenta marcar un camino a seguir, y que contiene multitud de hallazgos, pero que sucumbe ante un discurso excesivamente autista, que no deja fluir la narración y alarga sus dos horas innecesariamente. Pero hay cosas muy buenas en VESPER, como el mensaje implícito en su pesimista discurso, que presenta una sociedad barrida del mapa, enfrentada a un biosistema inexistente, y que la relega a luchar constantemente contra enfermedades y mutaciones. La protagonista es una joven que cuida de su padre enfermo, mientras intenta buscar una cura, y que ha decidido no dejarse llevar por los cantos de sirena de su tío, que regenta una especie de granja, pero que oculta una serie de experimentos terribles. En su arranque, el magnífico diseño de producción puede recordarnos directamente a STALKER, pero yo no iría tan lejos en lo discursivo, y la entroncaría más en el género de fantasía futurista, apocalíptica sí, pero dirigida a despertar las conciencias de los más jóvenes. Su desenlace, que abre una pequeña esperanza en esta sinfonía de escombros y barro, deja la posibilidad de una futura secuela, pero sería un milagro, como ya lo es erigir un film tan complicado como éste en la Europa post-pandémica.
Interesante, y seguro que puede captar un nutrido grupo de adeptos.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!